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DUHALDE HABLA DEL ACTO DEL PJ Y DE MENEM
“Si tiene que ir preso, que vaya preso”

El ex gobernador bonaerense y candidato a senador nacional
justificó el acto del peronismo como una reacción que tiene que ver
con su historia, aunque descree de conspiraciones tras la decisión del fiscal Stornelli. Y dice que no fue al Congreso porque hubiese sido un acto de hipocresía.

Duhalde no quiere hacer
hipótesis a futuro si gana en octubre.
Las encuestas le dan una buena diferencia sobre la Alianza.

Por Felipe Yapur

No participó de lo que se denominó Asamblea Justicialista que se realizó en el Congreso nacional y que tuvo como objetivo solidarizarse con el ex presidente Carlos Menem, implicado en el caso de la venta ilegal de armas. Se convirtió así en el único dirigente de peso del partido que no se subió al estrado para fotografiarse junto a los ultramenemistas. Para justificar su ausencia, Eduardo Duhalde, ex vicepresidente de Menem, ex gobernador de Buenos Aires y ex candidato presidencial del PJ, dijo que no fue porque “no soy un hipócrita”. Pero aclaró que, aunque no coincide con los argumentos del fiscal Carlos Stornelli para citar a Menem a indagatoria, “si tiene que ir preso, que vaya preso. Tendrá que bancársela como lo hizo antes”.
–Fue el único dirigente de primera línea del PJ que no participó del acto en el Congreso para solidarizarse con Carlos Menem. ¿Por qué?
–No fui porque era realmente una hipocresía que expresara mi solidaridad personal con quien no tengo ningún motivo para hacer algo así. Tengo diferencias irreconciliables en el terreno ideológico, partidario y humano. No tengo ninguna razón, no sería creíble para nada.
–Los que organizaron el acto dijeron que era algo institucional del partido y no se trataba de un apoyo a una persona...
–No, en realidad fue algo típico de justicialistas, que es muy difícil que se entienda desde afuera del partido. El PJ procesa estos acontecimientos políticos en forma diferente a las demás fuerzas políticas, por lo cual siempre somos tildados de irracionales. Y es la razón por la que el justicialismo se ha mantenido, a pesar de todos los problemas que tuvo, sigue vigente. Porque se abroquela, pero tiene que ver con la historia. Yo le decía a mi hija menor, con la que nunca hablamos de estos temas, que este era un partido que había sido proscripto durante 20 años sobre 50 que tiene de vida. Que fue el único partido que tuvo fusilados, pero por decreto. Que fue el partido que, desgraciadamente, tuvo más muertos durante la dictadura militar. Menem mismo estuvo preso cuatro años por sospechas.
–Pero convengamos que estas dos situaciones que usted recuerda nada ni tienen que ver con lo que hoy le sucede a Menem.
–Pero marcan al partido. Hay comunidades que fueron castigadas y perseguidas durante toda su vida y cuando reaccionan la gente dice que son exageradas. No. Reaccionan por su historia, que es diferente a la de los demás. El radicalismo nunca reaccionaría igual porque ellos ponían embajadores, ministros y gobernadores en las dictaduras. Yo no digo que lo entiendan porque este un tema de sentimientos.
–Pero el menemismo se vale del sentimiento, como usted lo llama, para intentar evitar la justicia. ¿No lo cree así?
–Claro, claro. Pero el tema judicial es otro y en realidad yo y el peronismo jamás podremos salir a defender a Menem para que no se presente a declarar. En el sistema democrático todos somos iguales ante la ley, pero lo que verdaderamente no se entiende es cómo y cuándo lo citaron. Lo primero que se puede decir es que fue un despropósito por la situación política y económica que se vivía cuando se conoció el pedido del fiscal. Si lo hubieran citado a Alfonsín en este momento, yo diría lo mismo. Pero parece que nadie cuida al país, porque cuando lo citaron a Menem, ese día, el país se caía. (N. de la R.: El 24 de abril, fecha en que Stornelli solicitó la indagatoria al ex presidente, el riesgo país trepaba a los 1195 puntos.) Si tienen que hacer algo judicial, ¿no podían esperar diez días? El Gobierno lo tildó de una cuestión de Estado porque se trata de un ex presidente, del cual jamás yo sería su abogado defensor. Pero lo cierto es que todos los actores tienen que tener un grado de responsabilidad y no la tuvieron, incluso Menem cuando la semana pasada habló de comprar dólares, por supuesto que nadie le dio bola.
–Bueno, pero a él políticamente le conviene. Porque de la fría respuesta que obtuvo cuando llamó a comprar dólares al acto del miércoles hay una distancia que favorece al ex presidente.
–Bueno, eso se lo tenemos que agradecer al fiscal (Carlos) Stornelli.
–¿Sí?
–Sí. Porque el peronismo siempre va a reaccionar así.
–Pero fue una reacción corporativa.
–Pero es que tiene que ver con la historia del PJ. Cuando yo era intendente de Lomas de Zamora, era un perseguido de la Triple A y de Isabel, estaba prácticamente fugado, escondido. Pero el día que la atacaron, el peronismo reaccionó y se abroqueló detrás de ella. Y en verdad tuvimos razón, porque después vino lo que vino. Era mejor Isabel que lo que vino después.
–El menemismo que estuvo en el acto del Congreso elaboraba la teoría de que podía haber una operación política del Gobierno que propició su pedido de indagatoria.
–No sé. Yo no puedo decir eso. No quiero hablar más de este tema. Porque desde el affaire del Senado, el país se vio envuelto en casos escandalosos. Pero si se busca el común denominador de todos esos temas, nos damos cuenta que los protagonistas son apenas el uno por ciento de la población. Descuidan así los problemas de los demás, del 99 por ciento, que están cagados de hambre, humillados, no saben cómo resolver sus problemas de seguridad, falta de trabajo.
–Ahora bien, ¿no cree que es peligroso que justo ese uno por ciento toma decisiones sobre la vida cotidiana de la gente esté sospechado de maniobras delictivas?
–No digo que el caso de los sobornos no sea tratado. Lo que planteo es que durante un mes el país no tuvo ministro de Desarrollo Social. Y esto realmente es un escándalo. Sin embargo, estos temas que son necesarios responder no obtienen una respuesta esperada, en el tiempo esperado.
–Volviendo al acto del Congreso. Se decía que usted había comprometido su participación...
–No es así. Nunca dije que iría y tampoco que no iría. Pero por una razón elemental, el gobernador de mi provincia iba a participar y alguno de los legisladores debían acompañarlo.
–Pero trascendió que el gobernador Carlos Ruckauf se había molestado por su faltazo.
–Ah, no. Jamás le dije que iba a ir.
–Pero usted no pagó el costo de aquellos que quedaron fotografiados respaldando a Menem.
–(Ríe.) Bueno, ellos lo sabían, pero creo que nadie quedó pegado a Menem. Fue el primer acto en que nadie habla.
–Fue un acto relámpago.
–Es simplemente el abroquelamiento que se produce cuando el justicialismo percibe que hay gato encerrado. Prestigiosos juristas leyeron el pedido del fiscal y me dijeron que no se puede tildar de asociación ilícita a un gabinete. Es un absurdo desde el punto de vista jurídico. Puede ser que en algún país todos los integrantes de un gabinete sean parte de una banda, pero lo que dice el fiscal es otra.
–¿Pero qué pasaría si lo detienen a Menem?
–Bueno, si lo detienen después de un juicio...
–Le pregunto por esta indagatoria, el proceso penal prevé la posibilidad de detenerlo en caso de que el juez entienda que hay pruebas de que es el jefe de una asociación ilícita.
–Bueno, si tiene que ir preso, que vaya preso. Tendrá que bancársela como lo hizo antes.

 

Legisladores cachivaches

–Algunos menemistas sostenían que después del acto del Congreso, el PJ comenzaría a realinearse detrás de la figura del ex presidente.
–Es un absurdo, un absurdo. El peronismo tiene cosas que no son malas, y que tiene que ver con la dinámica interna, con la forma que tenemos de resolver los problemas. El tema de hacer leña del árbol caído no es bien visto en el partido. Menem es el presidente del partido al cual nadie atiende y escucha.
–¿Está devaluado?
–Pero es que no tiene decisiones. Además, cualquier gobernador que está en el consejo partidario dice que no está de acuerdo con lo que hace, como por ejemplo pedir el ingreso del PJ a la internacional del partido de Margaret Thatcher. Ninguno comparte ese criterio. Lo que pasa es que se procesan los hechos de manera diferente. Algunos, como yo, son más apurados pero en general el PJ se mueve como decía Perón: todo en su medida y armoniosamente.
–¿En este contexto está relacionado el lanzamiento del sub bloque bonaerense en Diputados?
–Buscamos más coordinación en la actividad parlamentaria que no se está viendo. Porque si no, hay minorías que modifican la voluntad de la mayoría y eso no puede ser.
–¿Usted se refiere a los diputados menemistas?
–Sí. Es una minoría. Pero lo importante es armar un sub bloque que tienda a ordenar el trabajo legislativo.
–¿Un sub bloque que garantice la gobernabilidad, a diferencia del menemismo que plantea realizar una oposición obstruccionista?
–Los legisladores que obstruyen por razones partidarias son unos cachivaches. Se puede llegar a obstruir por convicción, pero los que ponen por encima del funcionamiento institucional cuestiones partidarias internas, son cachivaches que no merecen siquiera conversar con ellos.
–¿Pero este nuevo sub bloque peleará la conducción de la bancada?
–Por este año, (Humberto) Roggero sigue siendo el titular del bloque.

 

No contesta, por ahora

Aunque si bien los resultados que arrojan las encuestas de opinión lo favorecen como futuro senador nacional, Duhalde no cree que estos datos sean indicadores de un nuevo intento por competir por la presidencia. Al menos por ahora.
–En las últimas encuestas supera a Raúl Alfonsín por 18 puntos. ¿Estos porcentajes no lo tientan para volver a ser el candidato presidencial del justicialismo?
–Yo no quiero que en la provincia pase lo que yo viví, que utilizaron el país para dividir el peronismo. El peronismo debe tener un nuevo proyecto de desarrollo económico social y también nuevas caras que no tengan las cicatrices de las peleas, como las que yo tengo. Soy consciente de ello y tengo que ayudar que ese proyecto sea sólido. Reitero: que no le pase a Ruckauf lo que me pasó a mí, que fue un intento de asesinato moral que fue promovido con todo el aparato del Estado cuando yo ni siquiera sabía que él (Menem) pretendía la reelección.
–Pero ¿hay alguien que exprese este nuevo proyecto que usted plantea?
–La provincia tiene un candidato. Es Ruckauf.
–Si los resultados de las próximas elecciones lo favorecen tanto como anticipan las encuestas, ¿no es factible cambiar el candidato presidencial?
–No es este el momento para contestar la pregunta que usted me realiza.

 

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