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GUSTAVO BELIZ, PRECANDIDATO A SENADOR
“El problema judicial es de Menem, no del PJ”

El fin de semana pasado se reafilió al peronismo, que había dejado para armar su propio partido. No obstante, discrepa con la mayoría de las acciones del PJ. Aquí, luego de mantener un prolongado silencio, Beliz habla de su ex socio Domingo Cavallo, de Ruckauf, de Ibarra y de Menem.

Romina Calderaro

Volvió a afiliarse al PJ el fin de semana pasado de la mano de Carlos Ruckauf aunque discrepa con la mayoría de las acciones de su partido. Por caso, Gustavo Beliz, precandidato a senador por la Capital Federal, repudió el abroquelamiento del justicialismo para defender al ex presidente Carlos Menem ante la investigación por la venta ilegal de armas a Ecuador y Croacia. “Menem no es un perseguido. Perseguida es la gente que vio robar impunemente durante todos estos años. Los perseguidos son los millones de argentinos que como producto de la corrupción ven que el servicio de salud, de educación, de justicia o de seguridad es cada vez peor. Que hablen de persecución es faltarles el respeto a millones de peronistas de la resistencia, de la época de los militares”, dijo a Página/12 después de un largo tiempo sin dar reportajes. En diálogo con este diario, Beliz habló además de la gestión de su ex socio político, Domingo Cavallo, del gobernador bonaerense y del jefe de Gobierno porteño, Aníbal Ibarra.
–Después de cinco años volvió a afiliarse al PJ. ¿Por qué?
–Yo lo que quiero hacer es trabajar fuerte para que el peronismo tenga un proyecto alternativo de país. Eso implica realizar una fuerte renovación programática que le de una contracara a un modelo de impunidad y de ajuste que es el que en este momento está reinando como sistema en el país. Desde lo personal, hubiera sido lo más cómodo quedarme en mi partido local con la tranquilidad que supone tener un liderazgo asegurado y con la tranquilidad que impone concentrarse sólo en las cuestiones locales que tienen que ver con la gestión urbana. Ahora, la Argentina exige tener una clara dimensión nacional de la problemática. Por eso doy este paso.
–¿Cómo es volver a un partido con el que sigue sin compartir muchas cosas? Me refiero, por ejemplo, al acto que la semana pasada le organizaron a Carlos Menem para repudiar la citación del fiscal Carlos Stornelli en el caso de la venta de armas. Usted llegó a tildarlos de “banda”...
–El acto del otro día fue un grave error porque el problema judicial, con toda la oscura trama que supone, con un poder judicial que se manoseó en el pasado y que ahora tiene poca credibilidad, el problema judicial -decía– es de Menem, del resto de los implicados y de los que están con alguna cuenta pendiente en la Justicia. No se puede involucrar al justicialismo en su conjunto. Lo que hoy menos necesita la política es entendérsela como una oligarquía, como una corporación que se defiende y hace un scrum de rugby para resistir el avance, sea de la opinión pública, sea de la Justicia en su conjunto. Yo aspiro a que el justicialismo se autoconvoque y se reúna no para presionar el accionar de la Justicia, sino para pensar y diseñar y poner en marcha un modelo de país alternativo. Y esa tiene que ser la preocupación principal.
–¿Lo imagina a Carlos Menem preso?
–Yo creo que la Justicia tiene que ir hasta el hueso, haciendo cirugía mayor sin anestesia. Y el que tenga algo que ocultar, problema del él. Pero eso no se puede transformar en un problema partidario ni ideológico porque la corrupción no tiene camiseta partidaria. Lo que hay que hacer es una reforma de mediano plazo a fondo del poder judicial, va a ser una de mis grandes prioridades si llego al Senado. Y en el otro plano, que avance la causa lo que tenga que avanzar.
–Entonces, no cree en la teoría de la persecución política.
–Perseguida es la gente vio robar impunemente durante todos estos años. Los perseguidos son los millones de argentinos que como producto de la corrupción ven que el servicio de salud, de educación, de justicia o de seguridad es cada vez peor. Que hablen de persecución es faltarle el respeto a millones de peronistas de la resistencia, de la época de los militares, donde sí había persecución en serio. –¿Cómo está su relación con Domingo Cavallo y cómo evalúa la gestión del ministro de Economía? El bloque que compartían en la legislatura porteña se rompió...
–Más allá del tema personal –seguimos manteniendo una cordial relación–, yo creo que este último mes empezó bien, planteando digamos un modelo más keynesiano, productivista o alternativo en términos de lo que era plantear políticas laterales a lo que imponía el Fondo Monetario y creo que corona muy mal esto el último viernes con el impuestazo y con un cambio muy fuerte de lo que tendría que ser el esquema de programa económico alternativo. Si no se va a fondo contra el interés financiero concentrado y no se planta a fondo un esquema distinto de cara a lo exterior este modelo no tiene salida y lo que está haciendo es repetir con algunas variantes el esquema de López Murphy y de Machinea.
–¿Cavallo no quiere o no puede cambiar el modelo?
–Implica decisiones políticas. Lo que necesita el país es un proyecto político y no un ministro de Economía.
–Y no hay proyecto político.
–Y, el proyecto político tiene que ser construido a partir de una voluntad y de una nueva legitimidad popular. Si no se convoca al país para un cambio que sea diametralmente opuesto al que se está planteando ahora el resultado va a ser cada vez peor.
–¿Cómo ve la gestión de Aníbal Ibarra en la Ciudad de Buenos Aires?
–La veo pobre. La padezco, porque cuando recorro la ciudad veo enormes deficiencias. La veo continuando lo que fue le gestión de De la Rúa.
–¿Y cómo evalúa el desempeño de Carlos Ruckauf en la provincia?
–Yo creo que el gran desafío de los que quieren gobernar la Argentina es plantear un modelo alternativo de país. Esto quiere decir que no se puede repetir el esquema del gobierno nacional. Si el próximo gobierno fuera justicialista y repite la política de De la Rúa, en tres meses va a estar así. Si no hay un cambio de rumbo el proceso de deterioro va a ser cada vez peor.
–El lunes asumió Juan Pablo Cafiero al frente del ministerio de Desarrollo Social. ¿Cómo ve al partido de Carlos “Chacho” Alvarez?
–Yo lo veo muy desorientado. El propio gobierno, que estuvo un mes y pico sin tener ministro en ese área, demuestra la falta de imaginación que hay y la falta de prioridad frente a lo social. Creo que se han arriado banderas en el Frepaso.
–Para ser candidato a senador por el PJ, va a tener que competir en Capital con candidatos como César Arias, Daniel Scioli, Fernando Niembro y Horacio Rodríguez Larreta. ¿Cómo cree que le va a ir en la interna?
–La verdad es que no pienso en nosotros, sino en la fortaleza nuestra. Creo que nos va ir bien.

 

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