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MASIVO ACTO DE IZQUIERDA UNIDA POR EL DIA DEL TRABAJADOR
“De la Rúa-Cavallo-FMI no van más”

Con la presencia de delegaciones de Brasil, Cuba y Colombia, IU denunció �el plan de hambre� del gobierno. Reivindicación de Alí.

El estadio de Obras Sanitarias
viró al rojo cubierto de banderas de Izquierda Unida.

Por Laura Vales

En un primero de mayo frío, sin actos masivos de ninguna de las tres centrales de trabajadores, la convocatoria de Izquierda Unida fue la concentración más numerosa por el Día del Trabajador. La coalición organizó su encuentro en el Estadio de Obras Sanitarias, que tiene capacidad para cinco mil personas, y lo llenó a tope. Fue un acto con delegados internacionales: el diputado brasileño Joao “Baba” Araujo, del Partido de los Trabajadores y Javier Calderón, de las FARC colombianas, compartieron el escenario con los dirigentes de IU. El embajador cubano Alejandro González Galiano con su mujer y un grupo de compatriotas escuchó los discursos mezclado con el público. El escenario fue adornado con una gigantesca bandera partidaria y la frase “De la Rúa–Cavallo–FMI no van más”. Sobre la despedida, Patricia Walsh llamó a preparar “una gran movilización a Plaza de Mayo y a todas las plazas del país” contra el ajuste.
Walsh fue la encargada de cerrar el acto luego de los discursos de Patricio Echegaray y Vilma Ripoll. En general, se escucharon más frases contra Domingo Cavallo que contra Fernando De la Rúa, pero el ranking de críticas lo ganó por lejos la dirigencia gremial enrolada en cualquiera de las dos CGT. Luis Farinello y su polo social fue otro de los grandes blancos de la tarde.
Entre las cinco mil personas que llegaron a Obras –la mayor parte de la Capital Federal y el conurbano– hubo una fuerte presencia de delegados gremiales y unos pocos representantes de desocupados. Del palco hacia atrás, los manifestantes vistieron al estadio de un mismo color: el rojo en las banderas, en los buzos de los estudiantes secundarios, los polerones de las señoras de sesenta, en cientos de pancartas con la cara del Che, en los chalecos de la gente de seguridad, en los globos atados a las columnas y en miles de bufandas, incluida la de Patricia Walsh, conformaron una escenografía más fuerte que la del escenario.
Los carteles pedían “Fuera Cavallo, basta de hambre” y los cantos al “Che Guevara y la patria liberada”. Y aunque el clima estuvo lejos de la euforia, hubo picos de emoción.
El mayor, cuando una delegación de compañeros de Emilio Alí, el dirigente de Mar del Plata condenado a cinco años y medio de cárcel por encabezar un pedido de comida a un supermercado, subió al palco. “Fuimos a visitar a Emilio este domingo”, contó uno de los integrantes del grupo; “nos dijo que su libertad estaba en nuestras manos y nosotros vinimos acá a extender esa responsabilidad también a las manos de ustedes”. La gente respondió con un largo aplauso, de pie.
Con una ovación no menos cálida recibieron también a Lohana Berkins, dirigente de los travestis. Lohana se acomodó en una de las sillas del escenario con una chomba verde y pantalones de jean y desde allí escuchó con un aire algo tímido los kilométricos discursos con que desfilaron dirigentes sindicales, políticos y sociales. Es que la intención de los organizadores del acto fue, además de conmemorar el día del trabajador, mostrar a los principales candidatos de la coalición para las elecciones de octubre.
En esa línea, Patricia Walsh habló como precandidata a diputada nacional por la Capital y convocó a “construir una alternativa política con la unidad de la izquierda”.
Echegaray, a su turno, acusó a las centrales sindicales de Rodolfo Daer y Hugo Moyano de haber “regalado una tregua a Domingo Cavallo mientras el ministro vendía espejitos de colores”. “Las centrales obreras —concluyó-, sus dirigentes sindicales y sus partidos políticos son de la entrega del país. Son del FMI y el pago de la deuda externa, son del ajuste permanente y son los que le dan un changüí a Domingo Cavallo, mientras la gente se muere de hambre”. Los desocupados tuvieron, en las casi cuatro horas de discursos corridos, una presencia menos visible. Representados por delegaciones de Olavarría, Neuquén y La Matanza, algunos de ellos recorrieron el estadio con alcancías para mantener su fondo de huelga. Sobre el escenario dejaron la única pancarta que compartió el espacio con la de la Izquierda Unida: una bandera argentina sobre la que escribieron, con letras desparejas en negro y rojo “Libertad a Emilio Alí”.

 


 

EL DIA DEL TRABAJO EN ACTOS POR TODA LA CIUDAD
Muchos recuerdos dispersos

El Día Internacional de los Trabajadores mostró a una izquierda y a una oposición dispersa pero siempre dispuesta a recordar esa fecha; además del acto de Izquierda Unida en Obras Sanitarias (ver aparte), distintas ramas de esa tendencia y las centrales sindicales conmemoraron el 1º de mayo con diversas manifestaciones en toda la Ciudad de Buenos Aires.
El Polo Social, que lidera Luis Farinello, hizo un acto en su sede porteña, ubicada en Alsina 1963, ante más de 120 dirigentes de la agrupación. Allí, el candidato a senador por la provincia de Buenos Aires dijo que “el reloj que (Carlos) Menem le regaló a (Cecilia) Bolocco está lleno de sangre de los trabajadores y de los que no tienen trabajo”. A media mañana, Farinello se había solidarizado con los trabajadores aeronáuticos que están en huelga.
El Partido Obrero, en tanto, se reunió en el microestadio de Ferro, en donde el legislador porteño Jorge Altamira afirmó que “se derrumba el Plan Cavallo y hoy es preciso y necesario que la clase trabajadora fije su propia alternativa ante esta grave crisis social”.
Anteayer, el Partido Humanista “clausuró” simbólicamente la sede del Ministerio de Trabajo por “falta de uso” y en rechazo al actual plan económico. Lía Méndez, legisladora porteña por ese partido, señaló que “en Argentina no se fomenta el empleo ni se defiende a la industria nacional”, y le pidió al sector obrero “la huelga general por tiempo indeterminado”. Méndez acusó al Gobierno de “continuar” las políticas menemistas, y calificó de “ineficaz” la gestión de la ministra de Trabajo, Patricia Bullrich.
Por su parte, el Partido de los Trabajadores por el Socialismo (PTS) realizó su acto en Parque Lezama ante unos dos mil manifestantes, entre los que se encontraban el Movimiento de Desocupados Teresa Rodríguez y el Centro de Profesionales de los Derechos Humanos (CEPRODH).
El sindicalismo también hizo lo suyo; mientras que el sector juvenil de la CTA realizó una serie de escraches ante distintos locales de McDonald’s ubicados en zonas céntricas “por obligar a sus empleados a trabajar en un día no laborable, sin pagarles remuneración diferencial”, la Corriente Clasista y Combativa (CCC) se concentró en Plaza Once para escuchar a su líder, el gremialista de los estatales jujeños Carlos “Perro” Santillán, quien prometió marchar “hacia el argentinazo”.
La CGT oficial, encabezada por Rodolfo Daer, se dedicó a otro tipo de evocación: montó un stand en la Feria del Libro, en donde los sindicalistas Vicente Mastrocola y Daniel Amoroso presentaron a un grupo de promotoras que, personificando a una pintora, una mecánica y una maestra, regalaron tres mil bolsas con libros.

 

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