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Diez muertos enterraron toda conversación de paz

El plan de alto el fuego y reanudación de las negociaciones propuesto por Egipto y Jordania quedó a la deriva después de una nueva escalada de violencia israelo-palestina en las últimas 48 horas.

La viuda de un colono
llora su muerte en Netanya.

Por Ferrán Sales
Desde Jerusalén

La Autoridad Palestina y el gobierno de Israel se acusaron mutuamente ayer de impulsar una “guerra sucia” contra la población civil, sin reparar en métodos ni daños. Mientras Yasser Arafat imputaba a los servicios secretos israelíes de haber dinamitado dos viviendas en Gaza y Ramala matando a cinco personas, Ariel Sharon aseguraba que los servicios de seguridad palestinos estaban implicados en el asesinato de un colono, que fue tiroteado cerca de su asentamiento en Cisjordania. El nuevo pico de violencia ocurrió mientras se discutía un plan jordano-egipcio para reanudar el diálogo y después de que las milicias Tanzim desobedecieran la orden de desbande de Yasser Arafat.
En la primera explosión del lunes, que se produjo en Gaza, murieron dos militantes del movimiento fundamentalista de Hamas y en la otra fallecieron dos niños de 7 y 4 años de edad y un militante de Al Fatah buscado por su supuesta implicaciones en un atentado perpetrado contra un muchacho israelí. Citando testigos presenciales, la organización para la defensa de los derechos humanos palestina Law aseguraba ayer en un comunicado que la bomba que destruyó la vivienda en Gaza y mató a los militantes de Hamas había sido con toda probabilidad accionada por control remoto accionado por dos helicópteros israelíes que en el momento de la explosión sobrevolaron el edificio. Un portavoz del gobierno de Israel desmintió ayer estas acusaciones y aseguró una vez más que estas explosiones en las viviendas habían sido provocadas por “accidentes de trabajo” de activistas palestinas. A continuación el portavoz del ejecutivo de Ariel Sharon pasó al ataque y acusó a los servicios de seguridad palestinos de estar implicados en la muerte un supuesto colaborador de los servicio secretos israelíes en Kalkiya y de un colono del asentamiento de Ofra, cerca de Ramala en Cisjordania.
El colono, Assaf Hershkowitz, de 31 años, murió ayer por la mañana como consecuencia de un tiroteo efectuado contra su coche, desde otro vehículo, mientras circulaba por una carretera cercana a su asentamiento. Tres meses antes, el padre de la víctima, otro conocido colono de la zona, fue abatido de manera idéntica cuando se dirigía desde su asentamiento a su lugar de trabajo al norte de Jerusalén.
Esta oleada de violencia desencadenada en los dos últimos días en Israel y en los territorios palestinos autónomos, saldados con más de 10 muertes, dificultan la aplicación de manera inmediata el plan de paz diseñado por jordanos y egipcios en el que se contempla como primer objetivo un alto el fuego y en segundo lugar la reanudación de las negociaciones de paz.

 

A la policía argelina se le fue el gatillo fácil

Nada menos que 42 muertos y 572 heridos fue el saldo de los disturbios entre los manifestantes y la policía en la pequeña Kavilia, en Bejaia, Argelia (foto). Las manifestaciones habían comenzado el 18 de abril en reclamo de viviendas, trabajo y dignidad más que en el habitual pedido de los bereberes de que sea reconocida su lengua y su cultura –ya que en Argelia la lengua oficial es la árabe–. Las autoridades al fin admitieron ayer el número de víctimas, pero los habitantes de la región estaban decepcionados con el anuncio del presidente Abdelaziz Buteflika –en el primer mensaje que pronuncia a la nación– de crear una comisión que investigara la masacre.

 

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