Por P.V.

La Argentina se apresta a vivir un fin de semana sin fútbol profesional luego de que el gremio de los futbolistas (FAA) decretara una huelga por tiempo indeterminado, el lunes por la noche, en reclamo de pagos atrasados de los clubes, una deuda que superaría los 30 millones de pesos, y la ministra de Trabajo, Patricia Bullrich, negara ayer que piense dictar una conciliación obligatoria entre FAA y la AFA para que puedan jugarse normalmente las fechas de Primera A, Nacional B y Primera B previstas. De todas maneras, se espera que una reunión en el ministerio entre el titular de la AFA, Julio Grondona, y los dirigentes de FAA.
Mientras, el secretario general de FAA, Sergio Marchi, aclaró que piensan cumplir el paro “hasta las últimas consecuencias” y avisó que no acatarán una conciliación obligatoria, Grondona opinó que “el paro de los jugadores no ayuda en nada a la situación que existe”. Sin embargo, Bullrich consideró “justo el reclamo de los trabajadores del fútbol” y exigió que los clubes “cumplan y paguen lo que han prometido”.
El gremio decidió que los jugadores no podrán intervenir en encuentros programados pero sí entrenar hasta el 16 de mayo, con la única excepción de los equipos que jueguen la Copa Libertadores (ver recuadro) ya que éstos se exponen a una suspensión de tres años en el torneo continental si no se presentan a jugar un partido. El reclamo fue lo suficientemente anunciado como para que la AFA pudiera maniobrar, pero la propuesta de un blindaje de 15 millones de dólares, no tuvo efecto.
Bullrich reveló que el lunes por la tarde, un rato antes de la asamblea de Agremiados, se reunió con Grondona y con el titular de la Comisión de deportes de la Cámara de Diputados, Daniel Scioli (PJ). “Evidentemente, la AFA deberá acercar un poco más la propuesta para que el gremio la acepte”, dijo Bullrich. Trabajo dictaminó que no puede dictar la conciliación obligatoria ya que entiende que “no hay responsabilidades compartidas” entre las partes, dándole la razón a los futbolistas.
Grondona va a insistir, en la reunión de esta tarde, en pagar el 25 por ciento de lo adeudado antes de que terminen los torneos corrientes, a mediados de junio, y abrir un compás de 90 días para determinar cómo reunir el dinero restante. Sin embargo, exigiría que los clubes presenten avales que aseguren que ese dinero será devuelto. En principio, Grondona habría comprometido a sponsors como Repsol YPF, Reebok y –cómo no– TyC para reunir la primera remesa. No sería raro, de todas formas, que los futbolistas rechacen la propuesta. Marchi había emplazado a la AFA para que acerque “una propuesta convincente” y no se cree que ésta cumpla con el objetivo. “Lo primero que hay que hacer es llevar a ambas partes a dialogar. De aquí a que se jueguen los próximos partidos (el viernes) hay algunos días y por eso se puede conversar antes”, dijo Bullrich ayer.
Mientras algunos dirigentes apuntan a quebrar la unidad del gremio –los jugadores de los equipos grandes se mostraron remisos a votar favorablemente la medida, porque la mayor parte de sus deudas corresponden a premios impagos, que saben que a la larga cobrarán–, se sindica al presidente de Chacarita, el gastronómico Luis Barrionuevo, como uno de los que aprovechan el conflicto para embestir contra Grondona. Los futbolistas del club de San Martín se mostraron muy activos en los días previos a la declaración de la huelga, hablando con colegas de otros clubes, y en el partido Chacarita-Talleres, jugado el lunes, se repartieron volantes con el título “AFA rica, clubes pobres”.

DUDAS SOBRE LA DEUDA EN AGREMIADOS
De 63 millones a 38 palos

Juan Carlos Suñé, uno de los abogados de Agremiados, afirmó que “los cálculos parciales del gremio estiman que los clubes le adeudan más de 38 millones de pesos a los planteles. Trascendió al principio que la deuda orillaba los cien millones. Y, después, descendió a 63. Pero, de momento, alcanza a poco más de 38 millones, luego del relevamiento en entidades de Primera División y algunas del Nacional B”, indicó el letrado de FAA.
Suñé relativizó las consecuencias de no acatar la conciliación obligatoria, en caso de que se dicte, por parte del sindicato “porque los reclamos son legítimos y esto nos lo reconocieron las propias autoridades” de la cartera laboral.
De todos modos, el abogado admitió que “la pérdida de la personería gremial es una posibilidad, pero luego de llevarse a cabo una serie de instancias judiciales que creo que no se darán, ya que antes confiamos en la solución de este conflicto”. Suñé recordó que “hay algunos jugadores que no han cobrado su sueldo en los últimos dos o, incluso, tres años, y esto se tiene que terminar. No se puede seguir así”.
Otro de los miembros de la cúpula FAA, Carlos Pandolfi, reclamó que “los clubes deben someterse a los reglamentos y ser sancionados si no cumplen con sus obligaciones”.
“¿Cómo puede ser que haya instituciones que firman un contrato con un jugador y tres meses después ya están debiendo dos? –se preguntó–. Eso es una vergüenza y nadie penaliza al club. Si eso empezara a cambiar, las cosas también comenzarían a mejorar”, apreció.
Sin aludir a las propuestas de gerenciamiento, Pandolfi apuntó que “el Prode, la esponsorización y la televisión también son paliativos para la crisis económicas de los clubes, pero deben estar acompañados de administraciones serias para que esos ingresos no se despilfarren como ocurrió hasta ahora”.

Diego está en contra

Una vez conocida la decisión de Futbolistas Argentinos Agremiados de suspender toda la actividad en el país, comenzaron a escucharse distintas voces analizando la situación. Inmediatamente, la palabra de Diego Maradona tuvo su peso propio. El ex jugador apoyó la huelga decretada por el sindicato, pero consideró que la medida de fuerza “está fuera de tiempo”, remarcando que le quita al público una pequeña alegría. “En este país se le debe plata a todo el mundo: médicos, taxistas, obreros. La huelga está bien, eso no se discute, pero acá nadie se fija en los culpables de esta situación. Entonces se perjudica a la gente, que hace un gran esfuerzo para ir a la cancha el fin de semana”, explicó Maradona. En la noche del lunes, Diego consideró que “los jugadores deberían haber terminado el torneo actual, y no comenzar el siguiente”. Además, el ex futbolista aclaró que no quiere convertirse “en héroe, ni defender al pueblo para que me aplaudan, pero tenemos que poner en la balanza y pensar en la gente que tampoco cobra desde hace mucho tiempo”.

Novena huelga del fútbol nacional

La huelga que Futbolistas Argentinos Agremiados dispuso anoche es la novena desde 1931, cuando tras el primer conflicto gremial el fútbol argentino se profesionalizó, pero lo curioso del caso es que cuatro de esos nueve paros se produjeron en los últimos tres años: dos de ellos por motivos económicos y los dos restantes a causa de los problemas de inseguridad en las canchas.
La primera vez que los jugadores decidieron implantar este tipo de medida fue precisamente cuando generaron la huelga de 1931, demandando la libre contratación y “el respeto a la libertad como seres humanos”, según indicó en aquella época Hugo Settis, capitán de Huracán. Los futbolistas se entrevistaron con el presidente de la Nación, José Félix Uriburu, consiguieron blanquear sus ingresos y legalizar la práctica profesional.
El segundo conflicto se generó cuando los futbolistas exigieron libre contratación, sueldo mínimo y reconocimiento como entidad gremial provocaron una huelga que comenzó en noviembre de 1948 y culminó en abril de 1949, cuando por fin se contemplaron sus reclamos. En el ínterin, los clubes debieron terminar el torneo de Primera con jugadores amateurs.
El siguiente conflicto en 1971, cuando los futbolistas plantearon la necesidad de que se los considerara trabajadores comunes y no trabajadores deportivos. Por entonces, la Secretaría de Trabajo había dado su aval al desusado convenio de 1948, pero la AFA se negaba a usarlo.
Esa postura inflexible motivó que los jugadores –con José Omar Pastoriza como secretario general de FAA– votaran la huelga. El entonces presidente Alejandro Agustín Lanusse medió para forzar un acuerdo que estableció la confección del Estatuto del Futbolista.
En 1975 se decidió suspender la actividad como respuesta al rechazo de la AFA a suscribir el Convenio Colectivo de Trabajo. La medida de fuerza fue nuevamente eficaz y provocó un veloz acuerdo.
Más cercano es el conflicto de 1985, que se suscitó a partir de la negativa de Boca de otorgarle la libertad de acción a los entonces jugadores y hoy técnicos Oscar Ruggeri y Ricardo Gareca, que tuvo su extensión en un procedimiento similar adoptado por Nueva Chicago con Mario Franceschini. La presión de los futbolistas fue nuevamente gravitante.
La sexta huelga se desató el 22 de julio de 1998 cuando FAA decidió impulsarla por el conflicto que mantenían seis jugadores de Deportivo Español, quienes reclamaban su libertad de acción. La disputa que sostuvieron durante 20 días los jugadores Campagnuolo, Pontiroli, Potenzoni, Castillo, Guede y Fuentes con su club desembocó en una medida que reivindicó el peso de la entidad gremial. El acuerdo se produjo cuando efectivamente todos esos futbolistas lograron su cometido y se quedaron con los pases en su poder.
El paro siguiente tuvo lugar el 8 de febrero del año pasado, cuando los futbolistas de Primera se solidarizaron con sus colegas del Ascenso, a quienes la Justicia les impedía iniciar la actividad oficial por recurrentes hechos de violencia. La medida de fuerza, que no incluyó los partidos de la Selección ni los de la Copa Libertadores, finalizó cuando otra decisión judicial habilitó la realización de los torneos.
La octava tuvo su origen en Primera C y se resolvió el 27 de abril del año pasado, “como respuesta solidaria a los compañeros agredidos en las canchas del ascenso”, cuando varios jugadores de Comunicaciones fueron agredidos por hinchas de Excursionistas. El gremio de futbolistas consideró que ya era tiempo “de protestar y solidarizarse con los futbolistas del ascenso”.

EL MARQUES SE FUE A LOS 62 AÑOS
Murió Julio César Calvo

Por J.J.P.

Se murió anteayer, de golpe, de cáncer fulminante, a los 62 años, el periodista Julio César Calvo. Le decían “El Marqués” y a él, que era un tipo verdaderamente noble, no le disgustaba el apodo. Era un bon vivant, un tipo que vivió enamorado de las minas jóvenes, los vinos añejos, las largas sobremesas, los textos profundos, las causas populares y, un poquito menos, de los laburos que lo hicieron famoso.
En los ‘60 y en los ‘70 compartió con Horacio García Blanco, Julio Ricardo y Dante Zavatarelli, los comentarios de los partidos que relataban José María Muñoz y Juan Carlos Morales, por Rivadavia. También pasó por casi todo el dial. Tenía una voz poderosa, un decir prolijo, admiraba el léxico de Fioravanti, manejaba los tonos a la manera de Enzo Ardigó, a quien también veneraba.
En el periodismo gráfico también dejó su sello en La Unión de Lomas de Zamora. En el ‘91 se presentó en las elecciones municipales de Lomas de Zamora y perdió con el justicialista Bruno Tavano. Lo que nunca perdió fue el humor, ni las ganas de vivir, ni la risa burlona y estentórea.
Era el hermano mayor de Adriana Calvo, una profesora universitaria que estuvo detenida y dio a luz en el campo de concentración conocido como El Pozo, de Bánfield, y que brindó un testimonio desgarrador y cargado de contenido político, en el juicio a las juntas militares.
Fue un buen tipo el Marqués Calvo. Duele su muerte, mucho.

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