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RECONOCIO QUE HUBO CONTRABANDO, PERO SE DECLARO INOCENTE
Erman sigue en libertad (por ahora)

Speroni lo indagó durante más de siete horas. Postergó la decisión de mandarlo preso. Tiene diez días para resolver definitivamente. Urso también estudia arrestar al ex poliministro.

Antonio Erman González volvió por segunda vez en seis días a ser interrogado en Comodoro Py.

Por Adriana Meyer

Erman González admitió que “hubo contrabando” en el caso de la venta de armas. Pero aseguró que él no tuvo nada que ver. El ex ministro de Defensa fue indagado ayer durante más de seis horas por el juez en lo penal económico Julio Speroni, acusado de contrabando agravado. Este delito no es excarcelable y por eso podría haber quedado detenido tras el interrogatorio. Sin embargo, Erman se fue a su casa y el juez decidirá en los próximos diez días si lo procesa y lo envía a la cárcel. El ex funcionario menemista está imputado, además, en la causa madre que instruye el juez Jorge Urso y allí también corre riesgo de perder su libertad.
González ya es un habitué de los tribunales federales. En menos de una semana ya visitó dos juzgados. Ayer, mientras subía las escalinatas aseguró que el asunto de las armas se produjo “muy fuera” de su gestión y adelantó que eso es lo que “vamos a tratar de clarificar y de probar” en el juzgado. “Es una maniobra que tampoco podría haber descubierto el ministro (de Defensa) porque fue realizada en otro plano y en otro circuito” señaló.
Vestido con traje negro, camisa blanca y colorida corbata, el ex ministro esperó el inicio de la audiencia en la confitería de Comodoro Py, acompañado por sus abogados Fernando Archimbal y Carlos Froment, tratando de dar una imagen distendida. Minutos antes de las nueve bajó al sexto piso y entró al despacho de Speroni. Según allegados a la investigación, brindó respuestas “muy extensas” y “contestó todas las preguntas en tono monocorde”, tal como sucedió el viernes pasado cuando lo interrogó Urso. Fuentes judiciales comentaron a la agencia Télam que en algunas ocasiones las respuestas del ex ministro eran “tan detalladas y extensas que debieron ser acotadas por el tribunal”. La audiencia se extendió por más de siete horas. No hubo cuarto intermedio a la hora del almuerzo.
El ex ministro volvió a defender la validez de los decretos a través de los cuales se vendieron armas a Croacia con aparente destino a Panamá. Según la publicación diariojudicial.com, aseguró que cuando se realizó el primer embarque de armamentos a Croacia él no ocupaba la titularidad de la cartera de Defensa. González también argumentó que en julio de 1993 cuando se produjo la quema de pólvora, que luego se comprobó fue ficticia, él ya había abandonado el cargo. La extensa audiencia, en la que aportó documentación, hizo que el imputado se retirara “muy cansado”, según explicó su abogado.
Poco después de las 15.30 González abandonó los tribunales en un Chevrolet gris, sin hacer declaraciones pero luciendo una ancha sonrisa. Su secretaria, su sobrino abogado y otros familiares, que habían esperado con paciencia en el pasillo, fueron los primeros en enterarse y exteriorizaron su alegría con una risa nerviosa.
Speroni se tomará los 10 días que establece la ley para decidir si procesa al ex funcionario y, en ese caso, si será con o sin prisión preventiva, según indicaron fuentes consultadas por Télam. La decisión del juez de tomarse ese tiempo para examinar la declaración de Erman González se debe a que “precisiones y datos que llamaron a la reflexión al tribunal”. Ahora, el ex funcionario deberá aguardar la decisión de Speroni en cuanto a su situación procesal y la del juez Urso, quien la postergó hasta que finalice la nueva ronda de indagatorias que él mismo inauguró y que finalizará el próximo 13 de julio cuando declare el ex presidente Carlos Menem. Urso investiga presunta falsedad ideológica, la existencia de una asociación ilícita para la venta ilegal de armas a Ecuador y a Croacia e incumplimiento de deberes de funcionario público.
Speroni lleva la pesquisa sobre la exportación ilegal de 4500 toneladas de material bélico a Croacia entre 1991 y 1994, por medio de los embarques en los buques de la empresa naviera Croatia Lines. Esa operación violó el embargo de las Naciones Unidas y los reglamentos del Código Aduanero. Paraconseguir la aprobación de los decretos en plazo récord Erman omitió el dictamen de la Secretaría Legal y Técnica de la Presidencia. El material autorizado en los decretos cabía en una veintena de contenedores, pero Speroni comprobó que fueron 270 los que salieron del país sin permiso.

 

Los temores de Sarlenga

El abogado Ricardo Monner Sans confirmó que el ex interventor en Fabricaciones Militares (FM) Luis Sarlenga volvió a recibir amenazas de muerte e intentos de seducción para cambiar sus dichos. El letrado aseguró que obtuvo la información “por fuera del juzgado y de la fiscalía”. El miércoles Sarlenga amplió su declaración indagatoria y aportó más datos comprometedores contra ex funcionarios del gobierno de Carlos Menem. En su anterior indagatoria había involucrado al ex asesor presidencial Emir Yoma, que está detenido por sus dichos. Sarlenga teme por su vida y por eso pidió salir vestido con un chaleco antibalas de Comodoro Py tras su última visita. Este ex funcionario fue interrogado por Urso con vista a las próximas indagatorias. Por eso le pidieron información sobre la participación en la maniobra de Guido Di Tella, Martín Balza y Carlos Menem. Solícito, Sarlenga respondió y sus dichos llenaron tres hojas con medidas que mantienen hiperocupados a los colaboradores del juez.

 

LOS ARGUMENTOS QUE PIENSA EXPONER GONZALEZ EN SU INDAGATORIA
El embajador ya tiene su estrategia

Por Eduardo Tagliaferro

Antes de dar por cerrada su estrategia judicial, tomó el teléfono y llamó a su amigo y antiguo jefe el ex canciller Guido Di Tella. La idea era ponerlo al tanto de cuáles serían sus declaraciones en el día de hoy frente al juez Jorge Urso y al fiscal Carlos Stornelli, en la causa por la venta ilegal de armas. Sin involucrar a Di Tella, el actual embajador en los Estados Unidos, Guillermo González, reconocería sus diálogos con Luis Sarlenga y también admitiría las presiones que realizaba el Ministerio de Defensa para que la Cancillería firmara el decreto 103/95 que autorizaba vender armamento a Venezuela, pero que en realidad tuvo como destino Ecuador y Croacia. Funcionarios con cierta llegada al embajador se preocupaban en aclarar que excluiría a Oscar Camilión de la nómina de los hombres de Defensa a los que mencionaría como interesados en realizar la maniobra.
Ese dato reforzaría las primeras declaraciones de Sarlenga, quien había dicho “Camilión siempre fue medio reacio a todo esto”. En tren de especulaciones las fuentes consultadas por este diario vaticinaban que Guillermo Etchechourry, segundo del área de defensa sería el involucrado por el embajador González .
“Yo siempre consulté con Etchechourry y con Torcillo, que me trataban bastante mal”, había reconocido Sarlenga en su primera declaración judicial, aquella que derivó en la inmediata detención de Emir Yoma acusado de ser el organizador de la asociación ilícita.
Ayer González trabajó frenéticamente con sus abogados. En verdad, tiene motivos para estar preocupado. Refiriéndose al embajador, Sarlenga dijo: “hablo a Cancillería para pedir ayuda y me contacto con el embajador González, a quien no conozco. Me dijo que sabía adónde iba todo el armamento y que había un embargo. Que al Canciller no le podía vender pescado podrido. Esas fueron sus textuales palabras. Yo le agradecía lo que pudiera hacer, le expliqué que con ello podría pagar los sueldos. El me dijo que lo hablaría para ver qué se podía hacer. Lo llamé a González pues me dieron ese dato y me dijeron que debía hablar con él para solicitar la ayuda que necesitaba”. El resultado no podía ser menos eficaz, Sarlenga admitió que “a los dos o tres días Di Tella firmó el decreto y quiero aclarar que yo nunca hablé personalmente con Di Tella”.
González se enteró de esta declaración en el mismo momento en que el presidente Fernando de la Rúa concluía su entrevista con el presidente norteamericano George W. Bush y se aprestaba a embarcarse hacía Quebec para participar de la cumbre del ALCA. Al día siguiente González suspendió encuentros que tenía pactados con la prensa y le prometió al canciller Adalberto Rodríguez Giavarini que aclararía su situación judicial. Con esa promesa y sin que la prensa lo viera retornó a Washington. Esta semana la Cancillería se vio obligada a desmentir las versiones que daban cuenta que sería relevado de su cargo. Perteneciente al círculo íntimo de Di Tella, González suele definirse como “simpatizante de la UCR”. Es cordobés como Fernando y Jorge De la Rúa, a quienes conoció en la Docta. Aunque supo tener más trato Jorge De la Rúa, actual ministro de Justicia. Su designación como embajador en los Estados Unidos, fue un exclusivo pedido del Presidente De la Rúa, el único a la hora de rediseñar los nuevos puestos en el Servicio Exterior. El embajador está en problemas. En varios problemas.

 

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