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CAVALLO ANUNCIO QUE LA AFIP VOLVERA A DEPENDER DEL MINISTERIO DE ECONOMIA
“Mantienen alto el riesgo los especuladores”

Sobre el final de un día de furia en los mercados, con una fuerte suba del riesgo país y rumores de renuncia del secretario de Finanzas, Daniel Marx, Cavallo salió a dar señales de fortaleza política. Dijo que el canje de deuda seguirá adelante, que el riesgo país bajará e insistió con que �los que apuestan en contra van a perder�.

Domingo Cavallo anunció que la AFIP dejará de depender de la Jefatura de Gabinete para volver a la órbita del Ministerio de Economía. La movida es una señal de fortaleza del ministro, ya que el organismo había sido transferido de Economía a manos de Chrystian Colombo cuando José Luis Machinea se debilitaba dentro del primer gabinete de Fernando de la Rúa. Y el hecho de que haya sido anunciada anoche en una imprevista conferencia de prensa no fue casual, ya que el último día hábil de la semana estuvo signado por la fuerte suba del riesgo país y los rumores de renuncia del viceministro Daniel Marx. El secretario de Finanzas es quien debe conducir el “megacanje” de deuda que, con semejantes niveles de tasas de interés, puede llegar a naufragar. Por eso, Cavallo se preocupó por confirmar la operación: “Avanzamos muchísimo en la implementación del canje de deuda”, afirmó. Y volvió a hablar de la incomprensión de los mercados: “Los especuladores son los que están provocando que el riesgo país se mantenga alto. Pero va a bajar en las próximas semanas y los que apuestan en contra van a perder”, disparó.
El ministro de Economía volvió a vivir ayer un día de furia en los mercados. Al nuevo salto del riesgo país hasta los 1051 puntos, se le agregaron los rumores que circularon en la city sobre la renuncia del viceministro Marx, en medio de los comentarios acerca de que con los actuales niveles de tasa de interés el canje de deuda marcha a un seguro fracaso, proveniente de incluso de bancos de inversión que participan de la operación.
La respuesta de Cavallo fue una conferencia de prensa para enviar nuevas señales a los mercados. Primero, presentó un triunfo de político más dentro del Gabinete de De la Rúa y anunció que manejará la AFIP, que hasta ayer dependía de la Jefatura de Gabinete. “Vamos a luchar frontalmente contra la evasión impositiva y aduanera”, dijo, y prometió que “en los próximos meses vamos a conseguir que aumente significativamente la recaudación”.
Cavallo evitó hacer referencia alguna al tema ayer, pero es un secreto a voces que en los próximos días buscará desplazar al radical Héctor Rodríguez de la conducción del organismo, para instalar en su lugar a un hombre de su confianza. La AFIP había sido cedida por Machinea cuando Colombo desembarcó a mediados del año pasado en la Jefatura de Gabinete, con el respaldo del presidente que lo consideraba el ministro más ejecutivo de su gabinete.
La segunda señal que envió el superministro es que el canje no naufragará y que, pese a que el riesgo país se mantiene por las nueves, no habrá marcha atrás. “En pocos días más vamos a dar detalles, pero avanzamos muchísimo”, lanzó. Además, ratificó que enviará al Congreso un proyecto para garantizar el pago de la deuda argentina, tanto nacional como provincial, con la recaudación futura (ver página 8).
Marx, que desmintió los rumores de su renuncia (“noto que hay gran cantidad de rumores que confunden y nos hacen perder tiempo”, admitió), explicó que la semana próxima se publicará el decreto que implementa la decisión de seguir con el canje.
–Ministro, ¿cómo puede tener éxito un canje de deuda de títulos por los que el gobierno paga 9 por ciento por bonos a más largo plazo que, a las actuales tasas, rendirían más del 16 por ciento anual, un nivel de tasa de interés impagable? –le preguntó Página/12.
–No tiene sentido que yo se lo explique ahora. Lo va a ver con sus propios ojos cuando se anuncie. Va a ser un canje de deuda inédito por magnitud y características. Y va aliviar la situación financiera de Argentina. Va a ser un hecho inédito de conciliación de intereses entre los que tienen los bonos y lo que necesita Argentina para volver a crecer –se limitó a responder.
Luego, disparó contra los especuladores. “El riesgo va a bajar en las próximas semanas, cuando los especuladores en contra del peso y la deuda argentina se den cuenta de que nada de lo que están esperando va aocurrir”, aseguró. “No va a habar devaluación, dolarización ni reestructuración forzosa de deuda. Los que apuesten en contra van a perder”, insistió.
Con otro tono, en otro momento de la conferencia, volvió a retomar el tema: “Los que toman decisiones en los mercados no están percibiendo la realidad política y economía de la Argentina”, reconoció. “No hacemos un cargo contra ellos. Probablemente es un problema de comunicación nuestro. Pero estamos muy tranquilos porque tenemos un plan en marcha y vamos a perseverar en la comunicación”, aclaró, mucho más cauto que cuando hablaba de los “jóvenes miopes que no tienen tiempo para pensar”, en referencia de los brokers que negocian los títulos de deuda argentina en los mercados financieros.
Por otro lado, Cavallo habló del conflicto de Aerolíneas Argentinas. Y se preocupó que no hubiera dudas sobre un punto: “El gobierno argentino no se va a hacer cargo de la empresa. No va a haber reestatización”, destacó, en tanto señaló que el futuro de la empresa “depende de los actuales propietarios o los futuros, y de sus trabajadores” (ver página 9).
Consultado por este diario sobre la propuesta de postergar el cronograma de pagos de jubilaciones, por la que el propio ministro habría presionado ante la Anses (ver aparte), Cavallo quiso desentenderse del tema. “No tenemos ninguna noticia al respecto”, dijo. Pero dejó abierta la puerta a la reprogramación del calendario: “Dentro de los límites del Presupuesto, las autoridades del Anses deciden cuándo, cómo y a quién le pagan”, remató.

 

Bicicleta sólo a 25 mil

Una decisión de dos cavallistas, Jorge Baldrich (Hacienda) y Armando Caro Figueroa (Vicejefatura de Gabinete), provocó ayer enorme escozor. En principio, debía afectar a una considerable porción de jubilados, cuyo haber sería pagado por los bancos una semana más tarde de lo habitual para así aliviarle problemas de caja al fisco. La medida, sin embargo, quedó considerablemente descafeinada en Seguridad Social, dependiente del Ministerio de Trabajo.
Allí se decidió que el corrimiento de la fecha de cobro sólo afectaría a los 24.294 jubilados o pensionados que cobran, como mínimo, $ 2001. Estos se llevan mensualmente 72,8 millones de pesos, que es el 6 por mil de lo que eroga en pasividades la Anses. Los perjudicados por la medida cobrarán en un cuarto turno, que se añade a los tres hasta ahora existentes. El nuevo esquema se implementará recién en julio, cuando se efectivicen los beneficios de junio.
La decisión procuraba cerrar la brecha existente entre el momento en que la AFIP recauda los aportes previsionales de los trabajadores que permanecen en el reparto (un millón, aproximadamente, de los cuales aportan efectivamente el 51 por ciento) y las contribuciones patronales, y aquel en que la Anses debe contar con los fondos para girárselos a los bancos pagadores.
De cualquier manera, la suma de aportes y contribuciones representa hoy solamente un 28 por ciento de los recursos con que cuenta la Anses, considerando que no recibe dinero de los trabajadores que optaron por la capitalización, y las quitas con que se vieron reducidas las contribuciones de los empleadores. El 72 por ciento de los fondos de la Anses surgen de impuestos comunes.

 

“Vieron, no era fácil”

Tardó dos meses y medio en volver a las fuentes. Durante los 70 días que pasaron desde que dejó de ser funcionario prefirió pasar inadvertido, alejado no sólo de los medios de comunicación sino también de otros ámbitos sociales. Lo primero que notaron quienes lo vieron traspasar la puerta del Comité fue que su rostro lucía descansado, muy diferente de cuando era ministro. Apenas entró al salón, sus correligionarios de la Unión Cívica Radical lo aplaudieron. Reconocieron su labor, a pesar de que él no pudo cumplir con su principal objetivo: hacer crecer a la economía. José Luis Machinea sintió que lo reivindicaban. Se emocionó. Allí estaban diputados, senadores, ex funcionarios y colegas suyos. El aplauso se hizo extenso. Machinea agradecía, miraba uno por uno a los presentes. Entonces recordó aquella triste noche del viernes 2 de marzo, cuando su equipo de colaboradores también le regaló halagos y agradecimiento en medio de sentimientos cruzados por la partida. No bien se hizo silencio en la sala, el ex ministro alzó su voz para que lo escucharan. “Vieron, que no iba a ser tan fácil”, soltó, a manera de autorreivindicación, con una sonrisa.

 

EL RIESGO PAIS SE DISPARO A 1051 PUNTOS. CAIDA DE LAS ACCIONES
El viernes es el día de los rumores

Por Claudio Zlotnik

En un día cargado de versiones, los mercados volvieron a sacudirse. El riesgo país subió 62 puntos y se situó en los 1051. Las acciones, en tanto, cayeron 2,7 por ciento y los bonos registraron pérdidas de entre 3 y 5,5 por ciento. La ola de rumores abarcó desde la supuesta insolvencia de la Argentina para cumplir con los pagos de la deuda hasta la posibilidad de que Daniel Marx, viceministro de Economía, renuncie a su cargo. Lo cierto es que en los niveles actuales de riesgo país, el equipo económico se encuentra dividido sobre la conveniencia de realizar el megacanje de deuda. Esto llevó también a que en la city empiecen a especular con el fracaso de la operación, e incluso algunos a sostener que directamente no se va a concretar. Pero Página/12 está en condiciones de afirmar que el canje se hará sí o sí, sin importar el nivel de riesgo país. Dicen que no hacerlo sería más costoso para el país que hacerlo a una tasa de interés elevada. Incluso, uno de los banqueros que está trabajando con Economía en el canje aseguró a este diario que ya se definieron los detalles de la operación. Se eligieron los bonos que ingresarán en el canje y hasta se envió a Nueva York el prospecto original de la transacción para realizar miles de copias y distribuirlas entre los inversores. La operación se concretará entre fines de mes y principio de junio.
Anoche, el propio Domingo Cavallo aventuró que el canje será “exitoso” y llevará “beneficios para la sociedad”, aunque se negó a brindar detalles amparado en el secreto legal que rodea a las negociaciones.
La caída de los títulos públicos comenzó bien temprano, al compás de los versiones. El listado fue amplio y abarcaba distintos puntos.
El canje va al fracaso debido a la disparada del riesgo país.
Ante la indiferencia de los inversores extranjeros, la operación se limitaría a los bancos locales perdiendo el efecto deseado sobre los vencimientos de deuda de corto plazo.
Economía postergaría el pago de jubilaciones, lo que indicaría problemas en la caja de la Tesorería.
El próximo martes, Cavallo no pagaría el vencimiento de intereses correspondiente al Bonte 2006, por un total de 150 millones de dólares.
La SEC, órgano regulador bursátil de los Estados Unidos, rechazaría la propuesta de canje.
En base a una propuesta del economista estadounidense Alan Meltzer, la Argentina propiciaría una cesación de pagos (ver aparte).
Daniel Marx se iría del Gobierno por estar en contra de lanzar el canje a pesar del aumento de las tasas de interés, y lo sucedería el ex jefe de asesores de Roque Fernández, Miguel Kiguel, o bien Guillermo Mondino, actual mano derecha de Cavallo. Por la noche, Marx negó su renuncia.
Ante inversores brasileños, Guillermo Mondino habría dicho que el canje no llegaría a 20 mil millones de dólares sino sólo a 8 mil millones.
Frente a estas especulaciones, Cavallo desechó que el canje vaya a suspenderse. De hecho, ayer por la mañana, los banqueros se reunieron con funcionarios de Economía para seguir adelante con las negociaciones. Y ya definieron las características de los nuevos títulos que se lanzarán y redactaron los prospectos para distribuir entre los inversores. Fuentes de la city estimaron que la operación se concretará endos o tres semanas.
La incertidumbre sobre la capacidad de pago de la Argentina quedó evidenciada en la fuerte caída de los bonos. El Brady FRB bajó 3 por ciento, lo mismo que el Global 2005. El 2017 perdió 3,5 por ciento y el 2009, el 5,5. Y pese al optimismo del ministro, tanto en la city como en Wall Street existen muchas dudas.
Operadores consultados por Página/12 manifestaron que con un riesgo país superando los 1000 puntos, la Argentina se expondría a endeudarse a largo plazo a tasas muy altas poniendo en duda su viabilidad económica más adelante. Los principales fondos de inversiones estadounidenses y europeostambién tienen muchas dudas de sumarse al megacanje. Las principales inquietudes de los responsables de esos fondos son: cómo hará la Argentina para crecer y cómo se las arreglará para atraer inversiones, dado el agotamiento del proceso de privatizaciones.
Los principales fondos de inversiones en títulos argentinos son: Templeton, Franklin, Alliance, Morgan Stanley Asset Management y JP Morgan Asset Managment. En su mayoría, poseen bonos de entre 10 y 20 años de plazo. Y la propuesta de Economía es que los cambien por otros de más largo alcance.
¿Cuál es el beneficio para el Gobierno? Estirar vencimientos y, sobre todo, tener tres años de gracia durante los cuales no se pagarán intereses. ¿Y para los fondos? Hacerse de bonos con un mayor rendimiento de los que tienen en sus carteras en la actualidad. Según estiman en Wall Street, los fondos acercarán al canje entre 5 y 8 mil millones de dólares.
¿Por qué los bancos locales irían al canje? Coexisten tres puntos: 1) se alzarán con jugosas comisiones; 2) los nuevos títulos les reportarán una rentabilidad mayor; 3) si no aceptan, aumenta el riesgo de que la Argentina caiga en default y esto repercuta negativamente en el patrimonio de las entidades financieras.

 

Otro en favor del “default”

Una de las propuestas que ayer convulsionaron a los tenedores de títulos de la deuda argentina fue la que lanzó el economista Alan Meltzer, profesor de la Universidad de Carnegie Mellon y eventual candidato de la administración Bush para ocupar el cargo de número dos del Fondo Monetario, que dejará vacante a fin de año Stanley Fischer. Según Meltzer, “Argentina es la quintaesencia de lo que se ha convertido en un patrón recurrente en los mercados internacionales: una nación en desarrollo que ha acumulado una deuda insostenible”. En otros términos, para este economista, “Argentina es un país con una deuda insostenible de 90.000 millones de dólares en manos de acreedores privados que mantiene de rehén al sistema financiero global al acaparar el 25 por ciento de los bonos emitidos en los mercados emergentes”.
Su propuesta es una reestructuración forzosa de la deuda, con una quita de entre 30 y 40 por ciento, en tanto el resto sería garantizado por el FMI. Así, los acreedores tendrían que contabilizar pérdidas por unos 36.000 millones de dólares, en tanto que el país debería negociar un nuevo programa con el Fondo, que garantizaría la recompra de los 54.000 millones restantes con un nuevo esquema de vencimientos. Según Meltzer, los salvatajes al estilo del “blindaje” otorgado a Argentina desembocan tarde o temprano en una crisis sin que los especuladores paguen el costo de haber prestado a un país sin capacidad de repago.

 

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