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�Godot no existe. Y Cavallo no es Godot�

El secretario general de la Presidencia ve al ministro �integrado� y �patriota�, �un hombre cambiado�, pero no cree que su sola presencia solucione los problemas. De la Rúa es �el único dirigente que garantiza el pluralismo�.

Por Cledis Candelaresi

Desde la Secretaría General de la Presidencia, el segundo lugar en el gabinete que le confió su amigo y correligionario Fernando de la Rúa, Nicolás Gallo reivindica a Domingo Cavallo como defensor de la educación y la ciencia, y hasta admite que el ministro de Economía animó al Gobierno a hacer “lo que siempre soñó y nunca pudo”: gravar la venta de paquetes accionarios. En diálogo exclusivo con Página/12, el ex ministro de Infraestructura niega que la heterogeneidad del oficialismo afecte la gobernabilidad, aunque admite que “el Gobierno de unidad nacional” no tiene por qué trasladarse a las urnas en octubre.
–Usted no está muy de acuerdo con la comisión parlamentaria que investigará el lavado de dinero...
–Al contrario. Salió exactamente con los límites con que tenía que salir. Originariamente había un proyecto para que pudiera hacer allanamientos sin aval judicial, algo que podía resultar peligroso. Pero quedó subordinada a la Justicia, como corresponde. Y esto me parece bien.
–¿Quiere decir que, tal como está diseñada, no corre el riesgo de transformarse en una comisión cazadora de brujas?
–Cuando el Poder Legislativo interviene en el ámbito de una investigación tiene que tener, previamente, la habilitación de la Justicia. Porque no está preparado ni pensado para investigar. Yo quise señalar eso, planteando un debate de altura, que después se minimizó...
–Elisa Carrió interpretó que sus reparos a la comisión expresan la opinión “propia de un recaudador de campaña”...
–Es una ligereza que espero no se repita durante el ejercicio de la investigación. Lo de recaudador es una manera de contestar descalificando. Recuerdo que lo hacía mucho María Julia Alsogaray: era un clásico de ella.
–¿Le parece buena la idea del justicialismo, con la que comulgan otros como Daniel Artana, de publicar toda la información de la comisión por Internet?
–Curiosamente coincido totalmente con el criterio de Elisa Carrió en este sentido: hay que rechazar esa propuesta. El contenido previsible de las cajas hace que deba mantenerse en reserva y, en caso de ser necesario, se darán nombres a la Justicia.
–¿Qué problema hay en poner los datos en red?
–La información bancaria normalmente no va en red. Hay que respetar la privacidad de los ciudadanos respecto de lo que hacen con su dinero. En este caso, hay bancos que, aparentemente, lavaron dinero. Pero eso no significa que todos sus clientes estén involucrados en una actividad delictiva.
–Opinando sobre la causa de exportación de armas, usted sugirió que es inconveniente citar a Menem sobre el supuesto de que su condición de funcionario lo hacía sospechoso de liderar una asociación ilícita.
–Yo no hablé de Menem. Hice abstracción de las personas y dije que es complicado pensar que un grupo de personas vaya acceder al poder para cometer actos ilícitos. Si se parte de este supuesto, cualquier acto administrativo equivocado, aun con buena fe, es factible de ser considerado como la acción ilegítima de un asociación. Obviamente que esto no quita que haya habido actos ilegítimos, a través de los cuales se usó al Estado para desviar armas a destinos prohibidos.
–¿Y no cree también obvio que desde un puesto público es más fácil comandar una asociación ilícita?
–Eso es la corrupción en el Estado, que ha ocurrido y hay que investigar a fondo. Hay que seguir investigando porque siempre habrá tentaciones.
–Existe la percepción de que De la Rúa no gobierna, que hubo un desplazamiento de poder hacia Domingo Cavallo...
–El Presidente es la persona que garantiza un Gobierno de unidad, en el que se puede sumar un pensamiento progresista como el de Juampi Cafiero y el pensamiento económico liberal, con bastante heterodoxia en este momento, como el del ministro Cavallo. También el centrismo clásico del radicalismo, representado por Mestre y Lombardo, y un modernismo político como el de Patricia Bullrich, de origen justicialista. El garante de ese damero de pensamientos políticos es De la Rúa, que convocó a los mejores en su tema. No veo otro dirigente que hoy pueda garantizar ese pluralismo.
–¿No cree que ese pluralismo no resolvió el problema de gobernabilidad? Hay desmembramientos en el oficialismo y en la oposición.
–Es una realidad de los argentinos: nos cuesta mucho entrar en el mismo barco. Tal vez hay algunas libertades no muy maduradas.
–¿No será que falta un Presidente que tome decisiones?
–Acá se toman decisiones todos los días. Al mismo tiempo, hay mucha libertad de opinión. Tanta, que algunos se equivocan. Tal vez hace falta unificar más las acciones.
–¿Qué le recomendaría Raúl Alfonsín, quien tiene un diagnóstico y, aparentemente, recetas diferentes de las del Gobierno?
–No. El diagnóstico del ex presidente Alfonsín en materia económica es totalmente realista e idéntico al que tenemos acá. Este es un Gobierno de unidad nacional. Pero no significa que esa unidad tenga que trasladarse a las elecciones de octubre.
–Es decir, que el radicalismo no tiene por qué compartir listas con el cavallismo...
–Claro.
–¿Se juega con un diagnóstico para octubre?
–No. No puedo ni pensar en octubre.
–¿Cómo lo ve a Cavallo en el gabinete?
–Fuertemente integrado. Como Roque Maccarone, es un hombre con alto sentido patriótico. Un día trajo a una reunión de gabinete al científico Nicolás Bazzán, radicado en el exterior y asesor científico en su campaña. Con él, el ministro empezó a desarrollar un programa para apoyar a la ciencia y a la educación. La secretaria de Ciencia, Adriana Puiggrós, lo miraba absorta, hasta que se animó a preguntarle: “¿Usted cambió o es otro?”. El le respondió: “Cambié”.
–¿No lo ve desgastado al ministro de Economía?
–No. El problema era la percepción de que la sola presencia de Cavallo transformaba la realidad. Es como en la obra de teatro de Samuel Beckett, Esperando a Godot: un pueblo que esperaba que Godot le cambie la realidad. Y Godot no existe. Y Cavallo no es Godot. Teníamos la percepción que me hacía acordar a la de enero: acá está el blindaje. Pero eso sólo no cambia la realidad: la deuda seguía siendo la misma, la recesión sigue, el riesgo país estaba en 850, lejos de los 600 de México.
–¿En qué se diferencia usted de Carlos Bastos?
–Coincido en todo. En algunos temas, incluso, me superó en ideas.
–¿Por qué se resucitó el Ministerio de Infraestructura?
–Fue el más maravilloso proyecto que tuvo Cavallo apenas entró. Y, encima, puso en el lugar a un ingeniero (como él). De la Rúa se equivocó cuando lo disolvió. Pero eso es cosa del pasado.
–¿Cavallo también tiene idea de manejar la Anses y el PAMI?
–No. La Anses iría a la Jefatura de Gabinete con la superintendencia de AFJP. Con el PAMI no se previó nada. La recaudación de la Anses la tiene la AFIP. Pero no sé si van a mantener la recaudación unificada.
–¿El ajuste es tema prioritario de debate en el gabinete?
–El ajuste del Estado es continuo. No hay que terminarlo ahora.
–¿Y la suba de impuestos?
–Una cosa es lo deseable y otra es la realidad: hay un déficit a cubrir, que impone recortar gastos y aumento o... ¿cómo llamarle?... El impuesto a las Transferencias Financieras sirve para recaudar y para controlar. También es apropiado gravar la venta de acciones (con Ganancias). Es algo que siempre soñamos y no pudimos sacar.
–¿Por qué el gobierno de De la Rúa no lo pudo sacar antes?
–Porque muchos de los que nos aconsejaban nos decían que gravar esa operación ahuyentaba a los inversores. Y, oh sorpresa, Cavallo asegura que no es así.
–Veo que el ministro tiene mucho poder de convicción...
–Creo que sí.
–Vamos a lo suyo. Como responsable de Comunicaciones, ¿cómo piensa resolver la incompatibilidad legal de Telefónica de ser propietaria de dos canales de televisión abierta?
–Hace unos días recibimos una carta de la empresa comentándonos que están en la búsqueda de un banco de inversión para vender uno de los dos canales. Yo la mandé al Comfer que, a su vez, está terminando actuaciones para indicarle a Telefónica cómo proceder. Obviamente, lo que se ve es que está en situación no compatible con la ley. Cuánto tiempo y qué procedimiento seguirá para desprenderse de uno de los canales tendrá que trabajarlo el Comfer.
–A propósito, ¿está de acuerdo con la extensión del IVA a los medios?
–Economía está trabajando con los medios para ajustar esta decisión. Pero creo que lo sano en un país es que todo el mundo pague el impuesto que corresponda. No me gustan las exenciones.

“Habrá más de un comprador”
–¿Están preparando una delegación a España para negociar Aerolíneas?
–No. Bullrich está haciendo un esfuerzo extraordinario para acercar a la patronal, la Sepi, con los gremios. Y me parece que está avanzando. Hace unos meses se les había ofrecido a los sindicatos retiros voluntarios y reducción salarial capitalizada en acciones y con un compromiso de que, cuando aparezcan dividendos, serán las primeras acciones en cobrarlos. La misma idea que se planteó en American Airlines, donde los empleados admitieron una rebaja salarial a cambio de acciones.
–¿Es viable que Eurnekian sea accionista de Aerolíneas?
–Si la empresa empieza a funcionar con su deuda saneada, sin pagar cargas financieras, seguramente habrá más de un comprador. Sepi quiere vender. Pero debe sanearla. El problema es el endeudamiento crónico.

 

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