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EN OPOSICION A LA
“COMISION JURI” DEL MINISTERIO
Para debatir otra reforma

Las principales fuerzas políticas universitarias acordaron organizar un congreso nacional que propondrá cambios para la universidad.

Por Javier Lorca

Con duras críticas a las iniciativas del Ministerio de Educación, los estudiantes universitarios de las principales fuerzas políticas del país harán sus propias propuestas de transformación para el sistema educativo superior. Para eso, la Federación Universitaria Nacional (FUA) convocó a docentes, alumnos, graduados, autoridades, no docentes, intelectuales, investigadores y organismos sociales a un congreso nacional que se hará durante junio y julio y será abierto al público. “Vamos a generar un espacio democrático, federal y participativo donde todas las fuerzas políticas y la sociedad van a poder debatir. La idea es elaborar un diagnóstico y, después, hacer un proyecto de reforma”, contó el titular de FUA, Manuel Terrádez (Franja Morada).
Los universitarios impugnan el modo de constitución y funcionamiento de la “Comisión Juri”, organizada por el ministerio para proponer una transformación educativa. Así, tras haber dudado y finalmente aceptado la invitación, ahora la FUA resolvió no integrar la comisión. “Nuestro congreso va a ser la contrapartida de la `Comisión Juri’, que sólo va a terminar legitimando la política de Delich –dijo Alejandro Alborino (Unidad Opositora), secretario de Bienestar de FUA–. Los problemas de la universidad no los va a solucionar ningún grupo de notables.”
El secretario general de la federación, Ernesto Brunetto (MNR), apuntó: “Queremos ampliar el enfoque de los temas, porque hasta ahora fueron planteados en forma muy sesgada por el ministro. Estamos muy lejos de cualquier actitud conservadora”. Para la JUP, el objetivo será “abrir la discusión a un paquete más social y no estrictamente universitario. Y reivindicar el no al ajuste y a las medidas que atentan contra la universidad pública”, dijo Rubén Torelli, secretario general.
La FUA acordó que se discutirá en cuatro plenarios nacionales. El primero se hará 15 y el 16 de junio, en la Universidad de Córdoba. Luego seguirá el 29 y el 30, en la Universidad de Rosario; el 6 y el 7 de julio, en la Universidad de Tucumán; y el último será el 13 y 14 de julio, en el Colegio Nacional Buenos Aires. Las diversas propuestas serán votadas por las federaciones regionales y por los representantes de la Federación Nacional de Docentes Universitarios, la Federación de Trabajadores de Universidades Nacionales y el Consejo Interuniversitario Nacional. También participará una comisión de auspicio (intelectuales y representantes de organismos sociales) y otra consultora (especialistas): ambas harán aportes que confluirán en los plenarios. El lanzamiento del congreso se hará el próximo viernes 1º de junio, también en el Nacional Buenos Aires.
Los debates se apoyarán en cuatro grandes ejes temáticos. Abrirá el juego la discusión sobre “la universalización del sistema de educación superior”. “Ahí van a entrar las discusiones sobre ingreso libre y gratuidad, como herramientas que permiten la integración de toda la sociedad en la educación”, detalló Terrádez.
El segundo núcleo será “el gobierno de las instituciones y la coordinación del sistema”. “En los últimos años crecieron los poderes ejecutivos de las universidades. Hay que fortalecer el cogobierno tripartito”, planteó el titular de FUA.
La “economía política de la educación superior” será el tema siguiente. “No nos vamos a encerrar a discutir algo como el impuesto a los padres. Hay alternativas mucho más progresistas”, dijo Brunetto. Terrádez insistió con “el carácter indelegable del financiamiento estatal”. Y Torelli agregó: “La JUP cree que la gente que más tiene podría hacer un aporte voluntario para financiar becas. Pero no apoyamos un arancel, ni un impuesto para los padres”.
“Bases para la organización del sistema y una nueva ley de educación superior”, cerrará el temario. “En este núcleo se va a plantear unareorganización del sistema para lograr integrarlo –dijo Terrádez– y eso vendrá de la mano de un proyecto para desarrollar un nuevo marco legal.”

 

OPINION
Por Daniel Santa Cruz *

Universidad y dogmas internos

El martes pasado, en este diario, un dirigente estudiantil de En Clave Roja del centro de estudiantes de Ciencias Sociales (UBA) acusó al ministro Andrés Delich de destruir la universidad pública basándose en el proyecto “que el ministerio de Educación remitió a la Comisión para el Mejoramiento de la Educación Superior” que aumenta en un porcentaje mínimo la tasa de ganancias a los padres que ganan más de 3 mil pesos y envían a sus hijos a la universidad pública. Este proyecto contribuye al debate sobre el financiamiento del sistema universitario y calificarlo de “elitizante y restrictivo” o considerarlo (¿equivocadamente?) como un arancelamiento encubierto es desconocer la naturaleza de la propuesta. No se trata de un arancelamiento porque la propuesta no contempla que los estudiantes paguen para cursar sus estudios ni contiene penalidades académicas, como sí lo haría un arancel. La relación institucional del universitario con su respectiva casa de estudios no se modifica en absoluto. Se trata de incrementar, y no suplir, el presupuesto destinado a la educación superior gravando levemente sobre el impuesto a las ganancias en sentido progresivo en los sectores con capacidad de ingresos. Cada padre deberá, en su declaración jurada de ganancias, declarar si tiene hijos en la universidad pública. A partir de allí la AFIP eleva o no su porcentaje de gravamen. El proyecto solventará el incremento de la matrícula universitaria que se avecina en los próximos años y brinda la posibilidad de construir un fondo de becas para que los sectores más rezagados puedan acceder a la educación superior. Resulta difícil entender que un dirigente estudiantil que ostenta el cargo de “secretario de relaciones obrero-estudiantil” desconozca que, mayoritariamente, los sectores obreros hoy no usufructúan la universidad pública y gratuita por no contar al menos con un mínimo sostén económico para costear sus viáticos y apuntes. Una universidad democrática es aquella que se presta como anfitriona de todos los sectores sociales sin discriminación y debe ser el Estado el que debe proponer los cambios para que la educación pública sea patrimonio de toda la sociedad sin exclusiones. Por eso se propone dar un debate profundo sobre el futuro de la educación superior y para eso el ministro Delich puso en marcha una comisión integrada por representantes institucionales y actores diversos que conforman un grupo suficientemente heterogéneo como para que todas las posiciones estén representadas. Seguramente resulta más fácil catalogar a un ministro de destructor de la universidad pública y convertirse en un denunciante notorio en la página de un prestigioso diario que derrumbar dogmas internos que no permiten analizar objetivamente la realidad y, más aún, no poder llevar adelante con eficacia la tarea de “relacionar” estudiantes con obreros. A no ser que crea que unos deben estar de un lado y otros de otro.

* Director de Comunicación y Prensa del Ministerio de Educación.

 

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