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Una obra en donde la belleza
no está reñida con las revoluciones

Luigi Nono compuso �Al gran sole carico d�amore� entre 1972 y 1974.
Esta obra escénica incluye fragmentos
de Marx, Lenin, el Che, Brecht y Gorki, entre otros. Acaba de ser editada en CD.

Para Luigi Nono un texto revolucionario debía estar acompañado por una estética revolucionaria.

Por Diego Fischerman

La primera frase de Al gran sole carico d’amore, escrita por el compositor italiano Luigi Nono entre 1972 y 1974, pertenece a Ernesto “Che” Guevara y sintetiza lo que podría considerarse el credo del músico: “La belleza no está reñida con la revolución”. Por el contrario, Nono podría haber asegurado que ambas eran necesarias. De hecho, a pesar de ser miembro del Partido Comunista Italiano, mantuvo una polémica permanente acerca de este punto y, más precisamente, del Realismo Socialista. Un mensaje revolucionario no podía estar condicionado por una estética reaccionaria, aseguraba Nono que, mientras organizaba conciertos con sus obras en las fábricas, se convertía en una de las figuras más importantes del serialismo europeo y, más tarde, de las reacciones contra el serialismo.
Al gran sole..., una obra escénica que retoma algunos de los tópicos de Intolleranza (compuesta más de treinta años antes) y que fue estrenada en 1975 en la Scala de Milán, utiliza textos, además del escrito por el Che, de Tania Bunke (la guerrillera boliviana que murió junto a Guevara), Bertolt Brecht, Lenin, Arthur Rimbaud, canciones revolucionarias, la Internacional, Cesare Pavese, el Manifiesto Comunista, “Bandiera Rossa”, Gramsci y Fidel Castro. La escritura vocal es prodigiosa. Y, como en otras obras de Nono (por ejemplo su conmovedor Il Canto Sospeso, cuyos textos son cartas de prisioneros del nazismo condenados a muerte), las palabras no se entienden. La pregunta, obvia, es por qué el compositor se tomaba tanto trabajo en elegir determinados textos cuando después los trabajaba musicalmente de tal manera (fragmentándolos, dividiéndolos entre las distintas voces, tomando algunos de sus fonemas y superponiéndolos con otros) que los hacía irreconocibles.
La respuesta de Nono tenía que ver, en algún sentido, con lo que el filósofo George Steiner escribió acerca de Schubert y de la canción como una de las formas de la traducción. Para Nono no se trata de tomar el texto sin operar críticamente con él ni, mucho menos, de usar música para que se entiendan las palabras. Para eso ya están los libros, podría argumentarse. La apuesta del compositor es mucho más radical y consiste en lograr una suerte de traducción de los textos a una poética del sonido. Una nueva edición, grabada en vivo durante la presentación que se hizo en Stuttgart en 1999, permite encontrarse con una de las obras fundamentales de un autor imprescindible. La edición, perteneciente a la nueva serie de Teldec (Teldec New Line), dedicada a música contemporánea (en la que también comenzó a publicarse la continuación de la obra completa de György Ligeti, abandonada por Sony), tiene sonido y presentación de gran calidad. La orquesta es la estatal de Stuttgart y el director es Lothar Zagrosek.

 

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