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MAGALHAES DEJO EL SENADO BRASILEÑO CON ATAQUES A CARDOSO
El acusado que se fue acusando

La renuncia del senador acusado de corrupción marca el fin de una era en Brasil, en el tramo final del gobierno de Cardoso.

Antonio Carlos Magalhaes
en las pantallas de TV, donde concentró toda la atención.

Por Darío Pignotti
Desde San Pablo

Antonio Carlos Magalhaes (ACM) renunció ayer al Senado en son de guerra y pronosticando “un final melancólico” al presidente Fernando Henrique Cardoso (FHC). Con expresiones altisonantes, ACM prometió cobrarse la traición de quienes perpetraron su “linchamiento” para distraer los problemas de un gobierno afectado de “apagón moral”.
Brasil, o por lo menos sus principales cadenas de radio y TV, permanecieron por una hora pendientes de cada palabra del poderoso ex senador. Algo inusual en un horario liderado por las telenovelas y los programas para las amas de casa. A las 15.15 Magalhaes inició su discurso con el aplomo de quien domina la situación: por momentos el ex senador (de traje rigurosamente azul) parecía más el acusador que el acusado. Magalhaes deja el Congreso sospechado de haber violado el panel donde se computan los votos secretos de sus pares.
Las 20 páginas del discurso final no contuvieron denuncias documentadas, algo que el caudillo bahiano había prometido y que se temía en la Presidencia. Eso si: Magalhaes anunció que seguirá con sus ataques pero de ahora en mas los hará desde “la calle”. En la oposición, senadores petistas (Partido de los Trabajadores, izquierda), coincidieron que esto deja en evidencia un acuerdo con el gobierno.
Aun así, ACM lanzó filosas insinuaciones, como la que aludió al “esquema dudoso con el que alguien” fue elegido para “algún cargo público”. Traducción: Magalhaes se refería a los sobornos que habrían permitido la reelección de Cardoso en 1998, aunque la Constitución lo prohibía. La renuncia de Magalhaes, en cualquier caso, será recordada como un hito de la era cardosista. A 6 años y 6 meses de su llegada al poder Cardoso perdió, formalmente, a quien fuera su aliado mayor. Si bien la guerra de baja intensidad de Magalhaes estaba latente desde hace tiempo, la de ayer fue la declaración abierta de hostilidades: el fin del concubinato entre el cacique conservador y el intelectual del progresismo posible en tiempos de la Tercera Vía.
Pero fueron los senadores quienes recibieron los embates mas duros del legislador renunciante. ACM los calificó de ridículos, enanos, cobardes, ratas, pusilánimes, prevaricadores y cobardes. Es más: catalogó a la mayoría de ellos como “enemigos”.
Magalhaes vació todo el cargador contra el relator del Consejo de Etica, Saturnino Braga, y el actual presidente del Senado, Jader Barbalho, al que pidió cuentas sobre la participación de varios de sus hombres de confianza en los desvíos de la Superintendencia de la Amazonia y del Banco de Pará, que sumarian centenares de millones de dólares. Por cierto, las denuncias contra Barbalho ya formuladas por la prensa parecen muy sólidas. En ese tramo del discurso Magalhaes inclusive aportó varios nombres, algo que anticipa la cruzada que desde mañana iniciará Antonio Carlos Magalhaes Junior contra Barbalho.
“Junior” es el suplente de ACM y según versiones su cometido es vengar a su padre propiciando la caída de Barbalho: otro dolor de cabeza para Cardoso que tiene en Barbalho la llave de la actual alianza oficialista.
En la oscuridad de su gabinete, donde la energía es racionada según versión oficial, el Presidente seguramente acuso uno a uno los golpes de su ex socio. Cardoso no dejó la residencia de Alvorada en toda la tarde y fueron sus espadas quienes salieron al choque de Magalhaes.
El líder de los diputados oficialistas Arthur Virgilio desestimó las palabras de Magalhaes: “Habló mucho pero revelo poco”. “Café recalentado”(cosas sabidas)” resumió. Para José Aníbal, presidente del Partido de la Socialdemocracia Brasileña, al que pertenece Cardoso, “Magalhaes ya no es un hombre tan importante como fue, ni siquiera en Bahía, sus palabras son las de alguien que está viviendo una enorme frustración”. Con eso el socialdemócrata Aníbal aludía a las movilizaciones que este jueves se realizarán en Bahía contra Magalhaes y con la presencia de Luiz Inacio Lula da Silva, del PT. Los organizadores esperan reunir 20 000 opositores que de todas maneras debieran ser superados en número por los “carlistas” (esperan 50.000) que también manifestaran esta tarde pero en favor de Magalhaes.
Aunque Magalhaes haya sufrido su peor revés político en 40 años de vida pública el oficialismo admite que será duro tenerlo del otro lado de la trinchera. “Será un opositor radical”, opinó Jose Aníbal, aunque pronosticó que su gobierno aun tiene espaldas anchas para asimilar nuevos ataques de Magalhaes, que tendrá en el probable racionamiento de energía un buen argumento.
En el último mes el rechazo presidencial creció de 27 para 37 puntos, y ese panorama debiera agravarse cuando empiece el racionamiento energético. Salvo una temporada de lluvias providenciales, el último tramo del gobierno de Cardoso transcurrirá en tinieblas: sin luz y con la base política fisurada. “Toda la responsabilidad de la crisis energética es del presidente”, afirmó Magalhaes, quien avizoró un precipicio energético y político. Luego de aconsejar a Cardoso ser más humilde y volviendo a la crisis energética, Magalhaes ironizó: a Fernando Henrique solo le queda pedir la “solidaridad de San Pedro”.

 


 

MAGALHAES. SIMBOLO DEL BRASIL PREMODERNO
Un Berlusconi a la bahiana

Por D.P.

Rodeada de toques melodramáticos y discursos barrocos, la renuncia de Magalhaes excede la picaresca política. Es una bofetada al símbolo vivo del Brasil premoderno, políticamente apático y socialmente excluyente. Es en Bahía donde la hegemonía de Magalhaes se ve desnuda. Público y privado son lo mismo: nada es ajeno al poder señorial. ACM, a diferencia de un político secular, no goza de adhesión sino de devoción como aquella que los siervos hacia los señores. Son esos bahianos los mismos que estos días rezan y lloran por él.
ACM es un Berlusconi a la bahiana, dueño de la Red Bahía de Comunicaciones en la que se nuclean 14 empresas y emplean 1500 personas, y socia de la Globo –grupo multimedia provincial–. Un hijo pródigo de la dictadura que lo designó intendente y gobernador. La utopía regresiva de Magalhaes era llegar a la Presidencia a través de su heredero preferido Luiz Eduardo, fallecido trágicamente cuando era presidente de la Cámara de Diputados y su padre regía en el Senado.
Fue un golpe duro, pero no mortal. ACM siguió siendo el poder palaciego que sustentó a Cardoso por seis años. Fue tal vez su omnipotencia la que lo traicionó. Todos sabían que ACM violaba cualquier secreto, él mismo se jactaba de hacerlo. Fue así que sufrió su segundo golpe: renunciar al Senado bajo amenaza de perder sus derechos políticos por ocho años.
Nadie sabe si éste es el golpe de gracia. Por el momento el “señor” se recluirá en Bahía, “en mí Bahía”, como dijo ayer. Pero en su Bahía no todos lloran por él.

 

Un arresto en Buenos Aires

Ayer fue detenido en pleno centro porteño el ex viceministro de Justicia de Paraguay, Max Narváez Matto, por un pedido de captura internacional de su país, que lo acusa de participar en un intento de golpe de Estado en mayo de 2000. En dicha ocasión, Narváez Matto lideró un equipo de abogados para la defensa del ex general Lino Oviedo, jefe de una corriente disidente del Partido Colorado. Narváez Matto está preso a disposición del juez federal Juan José Galeano, luego de ser detenido por agentes de la Unidad Antiterrorista de la Policía Federal a la salida de un hotel céntrico donde había presenciado la presentación del libro “La verdad sobre el general Lino Oviedo”.

 

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