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La Policía Federal ya consiguió
la ley que le da mayores poderes

El Senado convirtió en ley el aumento de las facultades policiales: habrá interrogatorios y requisas sin orden judicial. El CELS planteó su inconstitucionalidad.

Los policías pueden ahora hacer requisas de personas o vehículos
sin que el juez lo autorice.

Por Eduardo Videla

Desde anoche, el aumento de las facultades policiales es ley y sólo falta esperar que el Poder Ejecutivo promulgue la norma y la publique en el Boletín Oficial para que la fuerza salga a hacer requisas de personas y vehículos o interrogue a los sospechosos de haber cometido un delito, en el lugar el hecho, entre otras nuevas atribuciones otorgadas por los legisladores. Habrá que ver, en un tiempo, si no son ciertas las advertencias formuladas por especialistas en derecho y organismos defensores de los derechos humanos, que alertaron sobre el riesgo de que las reformas vulneren las garantías individuales de los ciudadanos y se conviertan en una fuente de abuso policial. Por lo pronto, el Centro de Estudios Legales y Sociales (CELS) sostiene que la norma sancionada es inconstitucional y mantendrá ese argumento a través de una presentación judicial, si la ley es promulgada, según adelantó a Página/12 el abogado Gustavo Palmieri.
Fue llamativa la celeridad con que los legisladores nacionales aprobaron la norma: hace un mes, el secretario de Seguridad, Enrique Mathov, propuso la medida en medio de los insultos que recibía, durante el sepelio de dos policías baleados en un comercio de Once. Como un tributo a esas muertes –no atribuibles a la falta de poder policial– la Cámara de Diputados le dio media sanción en tiempo record y ayer el Senado la convirtió en ley, sin que se escucharan voces de oposición.
La ley sancionada anoche le otorga a la Policía Federal y a las fuerzas de seguridad (Gendarmería y Prefectura), en síntesis, las si- guientes atribuciones:
Podrán requerir del sospechoso, en el lugar del hecho, noticias e indicaciones sumarias sobre circunstancias relevantes para orientar la inmediata continuación de las investigaciones. Esta información, se aclara, no podrá ser documentada ni tendrá valor en el proceso.
Podrán, sin orden judicial, requisar a las personas e inspeccionar los efectos personales que lleven consigo, así como el interior de los vehículos, aeronaves y buques, con la finalidad de hallar la existencia de cosas probablemente provenientes o constitutivas de un delito, o de elementos que pudieran ser utilizados para cometer un delito.
Podrán mantener incomunicados a los presuntos autores de un delito hasta 10 horas (hasta ahora eran seis).
Para elaborar el sumario tendrán un plazo de cinco días, prorrogable por otros cinco (hasta ahora eran tres, extensibles a cinco).
Si durante un allanamiento se encuentran objetos que evidencien la comisión de un delito distinto al que motivó la orden del juez, se procederá a su secuestro y se le comunicará a la autoridad judicial.
Durante un procedimiento, la policía podrá ingresar al lugar antes que los testigos, si existiera riesgo para estos.
De acuerdo con la presentación realizada ayer por el CELS ante los senadores, algunas de estas reformas pueden constituir violaciones a la Constitución nacional. “Vamos a reiterar el reclamo ante el Poder Ejecutivo, para que no promulgue la ley, y sin no tenemos éxito, vamos a presentar un recurso de inconstitucionalidad de la ley ante la justicia”, dijo Palmieri a Página/12.
Según el informe elaborado por el organismo, la posibilidad que tiene ahora la policía de interrogar al sospechoso “representa una violación del artículo 18 de la Constitución, al afectar la garantía que prohíbe la autoincriminación coaccionada”. En otros términos, nadie está obligado a declarar contra sí mismo, y si bien esta declaración no tiene validez judicial, nada impide que el detenido, bajo coacción policial, termine aportando pruebas en su contra.
“Si bien se aclara que la declaración no tendrá valor en el proceso, eso no impide que se incorpore en forma subrepticia a la causa a través deltestimonio de los policías que intervinieron en el acto”, dice el documento del CELS.
En cuanto a la ampliación de facultades en materia de requisas, el organismo sostiene que afectan en derecho a la intimidad (artículo 18 de la Constitución), el derecho a la dignidad e integridad física y moral de las personas (artículo 5 de la Convención Americana de Derechos Humanos) y el derecho a la libertad ambulatoria (artículo 14 de la Constitución).
Finalmente, en materia de allanamientos, la posibilidad de proceder al secuestro de objetos que se encuentren en cumplimiento de una orden de allanamiento por otro delito podría implicar “una violación al derecho de intimidad”. Además, podría constituir un riesgo adicional de excesos: la policía, además de buscar lo que le pidió el juez, puede “dar vuelta” la casa en busca de otros elementos.
“Los legisladores son más papistas que el Papa –sintetizó anoche un asesor del Senado–. El jefe de Policía pidió mayores responsabilidades y ellos le dan manos libres”

 


 

ESTARAN PRESENTES DE LA RUA Y LOS GOBERNADORES
Reunión del Consejo de Seguridad

El debate sobre la (in)seguridad ocupa el centro de la escena nacional: para discutir pautas y acuerdos se realiza hoy la reunión plenaria del Consejo de Seguridad Interior. Está previsto que sea el presidente Fernando de la Rúa quien inaugure el encuentro, al que fueron invitados todos los gobernadores del país y los funcionarios nacionales y provinciales relacionados con la cuestión. Aprovechando la ocasión, el gobernador bonaerense, Carlos Ruckauf, relanzó su posición de política de mano dura que expondrá hoy en el encuentro: insistió en bajar la edad de imputabilidad a los 14 años y consideró que “tiene que haber pena de prisión sin libertad para los delincuentes que cometan determinados actos de violencia”.
La reunión del Consejo de Seguridad estará presidida por el ministro del Interior, Ramón Mestre, y, además de los gobernadores, participarán el titular de la cartera de Justicia, Jorge de la Rúa; el secretario de Justicia, Melchor Cruchaga; el secretario de Política Criminal y Asuntos Penitenciarios, Mariano Ciafardini, entre otros. También se anunció la asistencia de los titulares de la SIDE, de la AFIP y del Banco Central, y se espera la presencia de los jefes de las tres Fuerzas Armadas, de la Policía Federal Argentina, de Gendarmería Nacional, de Prefectura Naval y de los titulares de cada una de las policías provinciales.
Hoy será la segunda vez que se reúna el Consejo Federal de Seguridad durante el actual gobierno. El ministro Mestre anticipó que la intención oficial es llegar a un acuerdo federal para tomar el tema de la seguridad como “una política de Estado que quede al margen de la discusión partidaria”. Una de las intenciones del Gobierno es llevar adelante un Acuerdo Federal, en procura de unificar las legislaciones en los distintos distritos: “El esfuerzo que pretendemos realizar servirá para que cada uno de los gobiernos provinciales y el gobierno nacional comprendamos que estamos frente a un flagelo y que tenemos que diseñar políticas de Estado”, sostuvo Mestre.
La sesión tendrá una nutrida agenda, en las que se tratarán temas tales como la seguridad ciudadana, donde se analizarán mecanismos de participación de la gente para la prevención, así como un Plan de Capacitación Policial, entre otros puntos, y se evaluarán las reformas penales y procesales que se encuentran en análisis parlamentario. En el temario figura también la necesidad de lograr una mayor coordinación entre las fuerzas de seguridad nacionales y provinciales para combatir los delitos de narcotráfico, contrabando y piratería del asfalto, entre otros, y se discutirá sobre el tráfico ilegal de personas y la seguridad bancaria, en virtud de la gran cantidad de robos registrados en sucursales bancarias.
El gobernador Ruckauf, por su parte, sigue adelante con su política de mano dura y, además de su propuesta de bajar la edad de imputabilidad a los 14 años, manifestó su deseo de “penas de prisión sin libertad para asesinos, violadores y homicidas en ocasión de robo” y expresó que reiterará su propuesta de desfederalización de la lucha contra el tráfico de estupefacientes –hasta ahora es sólo competencia de la Justicia Federal–: “La lucha contra el narcotráfico y el tráfico de armas es parte de la lucha global contra la inseguridad, porque si los delincuentes acceden a las armas y a las drogas se convierten en mucho más peligrosos”.

 

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