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�El menemismo intentó patotear a la Justicia�

Eduardo Duhalde, candidato
a senador y enfrentado con el riojano, desacreditó el documento del PJ y a varios gobernadores.

El encarcelamiento de Menem dividió al peronismo. Sus hombres dicen que es un preso político.

“Es un intento de patotear a la Justicia”, dijo ayer el ex gobernador Eduardo Duhalde y no necesitó decir demasiado más. Estaba claro que la advertencia iba dirigida a los siete mandatarios provinciales del peronismo que el martes pasado habían visitado a Carlos Menem en su lugar de reclusión, la ya famosa quinta de Armando Gostanian. El mensaje incluía también a los miembros del Consejo Nacional Justicialista que el miércoles firmaron el comunicado que consideraba a Menem un “preso político del gobierno radical” y que además denunciaba una “formidable campaña de desprestigio” contra el ex jefe de Estado. A todos ellos Duhalde les dedicó otra frase: “Esta actitud de algunos gobernadores del justicialismo me parece absolutamente equivocada.”
Eran los tiempos de la campaña presidencial, y el destino los había colocado en lugares opuestos: uno se preparaba para despedirse de la Casa Rosada, el otro luchaba para llegar a ella. Los dos se miraban con desconfianza, y se prodigaban toda clase de “gentilezas” compuestas por agresiones, operaciones políticas y chicanas de variada clase. Un año y ocho meses más después, la votación del 24 octubre de 1999 es apenas un recuerdo. Pero como en aquellos días, el destino los ha llevado por caminos muy diferentes que inevitablemente conducen a la confrontación: el ex presidente, detenido con prisión domiciliaria, recibe la solidaridad de una parte del justicialismo, que lo considera un “perseguido político”. Su adversario interno de siempre responde advirtiendo que esos respaldos constituyen “un intento de patotear a la Justicia”.
Las declaraciones de Duhalde se produjeron unos días después de que el Consejo Nacional partidario –hegemonizado por los menemistas– emitiera un documento de respaldo a Menem. Y poco después, también, de la visita a Don Torcuato de los gobernadores Angel Maza (La Rioja), Rubén Marín (La Pampa), Julio Miranda (Tucumán), Adolfo Rodríguez Saá (San Luis), Juan Carlos Romero (Salta), Gildo Insfrán (Formosa) y Eduardo Fellner (Jujuy). Todos ellos, que forman parte del Frente Federal Solidario, permanecieron casi una hora y media en la casa de fin de semana en la que el riojano pasa sus días de detención. A diferencia de éstos, el bonaerense que aspira a vencer a Raúl Alfonsín en los comicios de este año, destacó que es necesario “preservar” a la Justicia. “Más allá de lo que yo pueda pensar de la Justicia y los jueces en particular, la Justicia es otra cosa”, declaró.
Con sus palabras de ayer, Duhalde prosiguió con su política de choque con el ex presidente. El contenido de sus últimas declaraciones retomó la línea que mantiene –casi en solitario– desde que Menem empezó a verse complicado seriamente por la Justicia, en especial a partir del 24 de abril pasado, cuando el fiscal Carlos Stornelli solicitó su indagatoria. Desde aquel momento, el ex gobernador se mostró indiferente por la suerte del ex primer mandatario: “Si tiene que ir preso, que vaya preso”, declaró en una entrevista a Página/12 el 29 de abril. Unos días antes, faltó a una manifestación de solidaridad que se realizó en el Congreso y que los propios presentes bautizaron pomposamente “Asamblea Justicialista”. En aquella oportunidad, él fue el único dirigente de importancia que no pudo ser fotografiado por los periodistas. En el reportaje con este diario dio su explicación: “No fui porque era una hipocresía que expresara mi solidaridad con quien no tengo ningún motivo para hacer algo así”. Estaba claro, ¿faltaba decir algo más?

 

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