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MIMI MAURA, UNA DE LAS MEJORES SORPRESAS DEL UNDER 2001
“El reggae le calza a esta ciudad”

El grupo, caracterizado por su dominio de los ritmos de Centroamérica y la notable voz de su cantante, arrastra un público fiel, que esta noche se dará cita en un show sin más excusa que la música.

Mimi Maura es la mujer del ex Cadillac Sergio Rotman, que puso a la banda en función de la cantante.

Por Pablo Plotkin

Conclusiones a la hora del almuerzo en una fonda de San Telmo. Lo bueno: a diferencia de Puerto Rico –donde lo que no es comida chatarra se paga una fortuna–, en Buenos Aires puede conseguirse un plato de ñoquis caseros por $2,50 y una garrafa de vino tinto de la casa por otros tres. Lo malo: Argentina debe ser el único país del mundo, de acuerdo con el diagnóstico de Sergio Rotman, donde las bandas deben cederle un 30 por ciento de la recaudación de un show al dueño del local. “Es un momento raro, muy raro. Extremadamente psicodélico”, se atreve a definir Rotman, marido de Mimi Maura (la mujer) y saxofonista y compositor de Mimi Maura (la banda). “En este momento estamos todos igual: todos remando contra la corriente en un bote que va en dirección a una catarata.” Frente a semejante paisaje apocalíptico, se le pregunta al ex Cadillac, actual líder de Cienfuegos, por qué cada vez más gente va a ver a Mimi. “¿Por qué?”, responde. “Sencillamente porque es el mejor grupo de la Argentina.” La jactancia de Rotman viene seguida de una explicación relativizadora: “Es duro de aceptar, pero es la verdad. Vi a todos los grupos que están tocando en vivo, y no me caben dudas de que le rompemos el culo al que venga. Pero eso varía. Los grupos son un momento. Y en este momento nosotros estamos muy bien, espiritualmente”. Mimi, la intérprete puertorriqueña y verdadera estrella al frente de esta “orquesta atípica” de ska, reggae, rock steady, boleros y calipso, observa que, en el último tiempo, “el público empezó a ponerse más caliente”. Todo tiene que ver, además, con una creciente presencia de las canciones del disco debut (Mimi Maura) en algunas radios de la ciudad. La cantante, mucho menos locuaz que el padre de su hijo (Leroy, un coloradito de tres años), dice: “Es increíble cómo la gente se sabe todos los temas. Creo que es una muy buena banda para ver en vivo. Son shows para festejar, pasarla bien. Aunque tengamos temas tristes, sigue siendo un sufrimiento con alegría”. Para comprobarlo, este domingo después de la medianoche, en La Trastienda, la banda celebrará algo así como el cierre de una primera etapa.
Lo que empezó como un proyecto desordenado de Rotman y el bajista Martín Aloé, quienes grababan demos en el estudio de Guillermo Piccolini sin ningún plan preciso, terminó convirtiéndose en una de las mejores sorpresas del underground porteño. Después de un álbum casi por completo de covers (en el que predominan las versiones del padre de Mimi, Mike Acevedo, una celebridad de la música puertorriqueña), el proyecto ya tiene entidad y material para un segundo disco. “En realidad, éste va a ser el verdadero primer disco”, corrige Rotman. “El anterior fue el disco cero. El disco uno está todavía por hacerse.” Entre los catorce temas nuevos, hay tres de la flamante dupla compositora Rotman/Maura, dos de Aloé con la escritora Florencia Bonadeo, un par del baterista Fernando Ricciardi, otro del guitarrista Maneco y algunas versiones (entre ellas, una del beatle “It’s only love”).
“Empezamos a conocernos todos”, explica Mimi. “Hemos estado tocando muy seguido, casi todos los fines de semana, y empezamos a entender cómo es que suena: qué se escucha bien y qué no. Hay más confianza y más atrevimiento.” Está bien: Mimi Maura es una banda, pero sus músicos son lo suficientemente astutos como para pensar todo en función de la cantante. Después de todo, no se encuentran voces como la de Mimi en cada cuadra. “La primera vez que la escuché me voló la cabeza”, recuerda Aloé. “Ahí entendimos que había que laburar todo en base a ella. Fue algo que yo nunca había escuchado acá. Siempre había tocado para minas: con los Lions In Love, con Erica (García), pero nunca había laburado con alguien que abriera la boca y te dejara diciendo ‘guau...’. De verdad. Por eso laburamos alrededor de ella, hacemos canciones pensando en ella. Porque lo mejor que tenemos es Mimi. Canta como nadie, al menos en este género.” “Invertimos la pirámide”, agrega Rotman. “Empezamos desde la punta. Tenemos a la cantante.” Mimi: “Pero trabajamos todos juntos, no hay nadiepor encima del otro. Yo siempre quise estar en un grupo, no ser solista, aunque me presente así. No por ser la cantante soy la que manda”, sonríe.
La vibración rítmica de Mimi Maura proviene de Jamaica, el ska y el reggae. Rotman reflexiona y predice la posición de esos géneros en la Argentina siglo XXI: “La lógica indicaría que lo que pasó acá con el blues debería pasar con el reggae. El otro día estaba viendo imágenes del ascenso de Nueva Chicago, y en la hinchada había una bandera con la cara de Bob Marley que decía Satisface mi alma. Eso es muy grosso, y algún día tiene que explotar. Me parece que éste es un país súper reggaero, súper marihuanero. Estamos en la ciudad más marihuanera de Sudamérica. Entonces debería armarse una movida de reggae y ska”. Mimi interviene con cierta inocencia extranjera: “Bueno, acá están Los Pericos, ¿no?”. “Es que eso es precisamente lo que no es”, contesta Rotman. “Por eso la movida del blues acá es tan buena, porque no partió de un blues pop: partió de un blues de raíz. Algún día pasará, porque me parece que el reggae le recabe a esta ciudad”.

 

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