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DOS DE LOS CARISMATICOS COLOMBIANOS DE BOCA PARTICIPARON DE UN
CHAT Y FIRMARON AUTOGRAFOS PARA LOS HINCHAS QUE SE ACERCARON
�Bianchi se equivocó�

Sereno, como suele atajar, Oscar Córdoba agradece a Dios que el técnico se haya equivocado al decir que el 2001 sería �de transición�.

Cordoba reconoció que llamaría al 0-600 de Riquelme. �No creo que nadie llame para que me quede yo�, dijo.

Por Ariel Greco

Oscar Córdoba es un tipo tranquilo. Parece que nada lo altera, no importa lo que ocurra a su alrededor. Con la misma serenidad que transmitió en los penales ante Palmeiras o en el encuentro de ida ante Cruz Azul frente a 110 mil mexicanos en el estadio Azteca, el arquero colombiano respondió cada una de las preguntas que le formularon sus fanáticos, a través de un chat organizado por la empresa America Online. Y mientras contestaba cada una de las requisitorias, firmaba autógrafos junto con Mauricio Serna a los numeros hinchas que se acercaron a vivarlo. Después, con esa naturalidad, conversó con Líbero sobre sus expectativas respecto a la final del próximo jueves ante Cruz Azul. Y de paso le dio el ok a la propuesta de Mauricio Macri para retener a Juan Román Riquelme.
Comienza el chat y la primera pregunta no es de las sencillas: “¿Es cierto que te vas de Boca?”. Pero el arquero sale del apuro sin problemas: “Se habló mucho. Se dijo que había una posible transferencia, pero estoy muy cómodo en Boca y espero seguir con mi estadía en el equipo. Por algo tengo contrato por tres años más. Espero que se solucione la incertidumbre sobre si me voy o no”, respondió Córdoba. Las cuestiones siguen hasta que surge la de Javier. “¿Cómo están anímicamente?”, pregunta el participante. “Estamos bien. Lo hecho en México nos deja como algo de ventaja sobre el rival. Lo importante no es cuidarnos, sino saber lo que hemos hecho durante toda la Copa Libertadores y rematar”, comentó el arquero.
Así, en el juego con los hinchas, Córdoba explicó cómo le parece que va a jugar Cruz Azul, que no cree que llegar hasta la final de esta Copa haya sido más sencillo que el año anterior y que cada título lo motiva para tratar de conseguir otro. “Va a tratar de pararse igual que como lo hizo Boca en México: reducir los espacios y en cualquier momento buscar el gol y alcanzar el empate que lo llevaría a los penales”, dijo sobre el planteo de los mexicanos. “¿Román se quiere quedar en Boca?”, pregunta alguien. “Sí, es una persona que quiere mucho a Boca, pero sólo quiere cobrar por su trabajo, que es normal”, comentó Córdoba. Líbero hizo trampa y le pidió al operador que lo interrogara sobre si él llamaría al 0-600 que propone Macri. “Claro que sí. Llamaría para que Román se quede, aunque no creo que nadie llame para que me quede yo”, respondió el arquero con humor.
Luego del chat y los autógrafos a los hinchas, llega el turno del mano a mano. La serenidad sigue inalterable.
–¿Cómo debe jugar Boca la final?
–Sin mucha ansiedad. Hay que salir a la cancha para entregar lo mejor, lo que se charló en la semana y no salirse del libreto. Que nadie quiera ser salvador por su lado.
–¿Qué debe hacer Boca para evitar que Cruz Azul tenga chances de igualar la serie?
–Tener concentración. Eso es lo más importante. Saber cuál es nuestro norte.
–¿Es una presión extra que la gente vaya a la cancha esperando sólo el festejo?
–Hay que saber manejar la presión de la gente. Ellos quieren disfrutar con nosotros, por lo que nos va a llevar a una mayor responsabilidad. No creo que haya una relajación porque la idea del plantel es que todavía no hay nada definido. No tenemos que caer en el exitismo de los hinchas.
–¿Y a Cruz Azul le puede pesar el hecho de definir la Copa ante una Bombonera llena?
–Esperemos que les pese. Igual, no creo; porque están a acostumbrados a jugar en estadios como en el Azteca.
–Tras la Intercontinental y el Apertura, Bianchi dijo que el ciclo estaba cumplido y que éste sería un año de transición...
–Gracias a Dios, Carlos se equivocó. Estos jugadores han sabido sacar el equipo adelante y llegar nuevamente a la final de la Libertadores.
–¿Cómo pensás que va a finalizar la pelea con los dirigentes?
–Me parece que fue un tema del que se habló demasiado. Ellos se equivocaron y nosotros también en su momento, pero ya estamos limando asperezas.

 

OPINION
Por Juan jose panno

La mesura como estilo

Uno de los méritos de Carlos Bianchi es el de bajar una línea de humildad, cautela y respeto por cada uno de los rivales de los equipos que dirige. “Ojo que no es fácil”, dice antes de cada partido, aunque deba jugar contra Sportivo Tronconi. “Cuidado que todavía no somos campeones”, alerta en las proximidades de una consagración. A veces exagera, como en el primer torneo local que ganó con Boca cuando llevaban mil puntos de ventaja y les prohibió a los jugadores pronunciar la palabra “campeón”, pero lo cierto es que su mensaje prendió en los jugadores y hasta en los hinchas. No es común, por estos días, encontrar simpatizantes de Boca ensoberbecidos, que festejen por anticipado. “Guarda que el Cruz Azul juega bien”, dicen y suenan como el entrenador del club de sus amores. Además de todo, los más veteranos se acuerdan del 0 a 0 contra el Olimpia en el ‘79 y mientras sienten un frío antártico que les recorre la espalda repiten: “Ojo, que no es tan sencillo”.
Entre las obligaciones que impone Bianchi a los jugadores está la de ser respetuosos con los hinchas, las de firmar autógrafos cada vez que les sean solicitados y la de ser cuidadosos en la exposición pública. No les dice qué es lo que deben declarar, pero a nadie se le hubiera ocurrido decir: “Que se venga el Chavo”, luego de la victoria en México, o cualquier otra bravata de ese tipo; Bianchi no lo habría tomado muy bien. Los jugadores de Boca saben perfectamente lo peligroso que puede resultar una declaración fuera de lugar. Cuando Luiz Felipe Scolari, el DT de Palmeiras, se sintió campeón después del empate del año pasado en la Bombonera, no hizo otra cosa que levantar el espíritu de lucha de los boquenses.
La presión del periodismo para arrancar una expresión explosiva, y vendedora, suele ser muy grande, pero los jugadores de los equipos de Bianchi, por lo general, han aprendido a plantear la duda antes que la certeza de que ganarán, aun en estos casos en que alcanza con el empate. Hacen bien. Porque los mexicanos, que vienen de punto y ahora tienen poco que perder, son capaces de la hazaña.
“Por eso –cerraría Bianchi– perfil bajo, muy bajo.”

 

�Al que se relaje hay que echarlo�

Mauricio Serna pone fuerte en la cancha y fuera de ella, con el pie, la entrega y la palabra. No cree que haya nada que celebrar todavía y toma como una revancha personal poder jugar esta final de Copa Libertadores.

serna tendrá la revancha por la
final que no pudo jugar en el 2000.


Por A.G.

Mauricio Serna acompañó a Oscar Córdoba en el stand de AOL, aunque tal como estaba previsto no participó del chat sino que firmó infinidad de autógrafos y camisetas. Su oportunidad para comunicarse con la gente será el jueves, luego de la segunda final ante Cruz Azul. Mientras tanto, el volante colombiano charló con Líbero sobre el encuentro ante los mexicanos. Serna aseguró que toma esta final como una revancha por no haber podido estar presente en la edición anterior y que no teme que ninguno de sus compañeros crea que el título ya está ganado antes de jugar el partido.
–¿Se imaginaban la posibilidad de pelear otra Copa Libertadores?
–Hace un tiempo hablábamos de que poder repetir lo del año pasado era un sueño, ahora lo tenemos cerca. Esperemos que se haga realidad.
–¿Se vive con mayor ansiedad?
–Igual que siempre. Boca no cambia por el compromiso ni por el resultado, se sigue trabajando con la misma seriedad. Respeta a todo el mundo, y quizá por eso ha ganado cosas tan importantes.
–Da la impresión de que a Boca le costó menos llegar a la final que el año pasado.
–Todos los partidos de Copa son difíciles. Tal vez de afuera no se vio así, pero no tuvimos nada fácil, nada fue gratuito para nosotros.
–¿Haber ganado en el Azteca significa tener media Copa?
–Nunca habían perdido como locales, pero Boca fue y les ganó. Esto no indica que Boca ya logró lo que pretendía. Creo que sacó un muy buen resultado, pero nada está definido.
–¿Con qué deben tener especial atención?
–Con todo. Si en un tiro de esquina uno no marca al siete, al dos o al cinco, ¿de qué sirve cuidarse de los otros? Boca va a tener que jugar esta final al ciento por ciento. Sabemos que Cruz Azul sacó buenos resultados en la Argentina. Lo importante es mantener la concentración y cometer los mínimos errores posibles.
–¿Tienen temor que por el resultado de ida el equipo pueda entrar relajado a la cancha?
–No, al que se relaje hay que echarlo. Si todavía no ganamos, ¿cómo nos vamos a relajar? Uno no se puede relajar sin ganar. Cuando ya lo hayamos conseguido, por ahí vamos a celebrar. Dios quiera que pase eso. Hasta que eso no suceda no podemos decir nada.
–¿Es una revancha para vos por no haber jugado la Copa del año pasado?
–Sí, indudablemente que sí. Es un reto muy lindo que me estoy jugando día a día.
–¿Suponés que la pelea con los dirigentes va a dejar víctimas?
–No sé. El tema para mí ya murió, no sé qué puede llegar a pasar.
–¿Tenés alguna oferta del exterior?
–Gustavo está en Europa manejando alguna posibilidad, pero hay que esperar para ver qué pasa.

 


 

ESPERA SERENA, CUIDANDO A LOS ENGRIPADOS
Sólo Burdisso no estará

El defensor Jorge Bermúdez y el delantero Marcelo Delgado, afectados de gripe, no pudieron participar de la práctica de Boca de ayer en tanto que Juan Román Riquelme trabajó de manera diferenciada a causa de una leve molestia muscular, de cara a la gran finalísima de la Copa Libertadores de América, el próximo jueves en la Bombonera, frente al Cruz Azul. Los médicos boquenses minimizaron la dolencia de los engripados, pero debe recordarse que la semana pasada ocurrió algo parecido con Mauricio Serna, quien finalmente no pudo estar en el primer partido y fue reemplazado por el apenas recuperado Sebastián Battaglia.
En caso de que los afectados se recuperen sin problemas y de no surgir inconvenientes de último momento, una formación probable y más que factible de Boca para el jueves sería ésta: Córdoba; Ibarra, Bermúdez, Matellán, Clemente Rodríguez; Villarreal, Serna, Traverso, Riquelme; Gaitán, Delgado. Caso contrario, se descuenta que Christian Giménez reemplazará a Delgado y que Cristian Traverso pasará a posición de marcador central.
El juvenil zaguero Nicolás Burdisso, titular y de notable tarea en la primera final, apenas podrá ver el partido desde la platea, ya que el entrenador José Pekerman desestimó el pedido de Boca de contar con sus servicios debido a que el seleccionado argentino Sub-20 que conduce debe enfrentarse, un día antes, a China en los octavos de final.
Y Pekerman pretende que Burdisso no sólo integre el plantel sino que directamente sea titular.
El 1 a 0 obtenido en México a casi 2500 metros de altura fue determinante para que el entrenador Carlos Bianchi se tome todo con mucha calma. Bianchi es hombre de no cambiar jugadores así porque sí, y mucho menos después de semejante demostración de entereza y templanza, por lo que mantendrá el mismo sistema táctico con mucha gente en la mitad de la cancha, asignándole a Walter Gaitán la misión de adelantarse casi hasta posición de delantero de punta.
El plantel de Boca retornará a las prácticas hoy seguramente con Riquelme cerca de la plenitud, a las 10, justo cuando simultáneamente comiencen a venderse las entradas populares, que se agotarán en unas pocas horas como ocurrió con las plateas.

 

OPINION
Por diego bonadeo

Las calesitas y las sortijas

Años atrás, varios por cierto, un dirigente de San Lorenzo de Almagro, comentaba on the record –esto es, a quien quisiera oírlo– que la intención de la Comisión Directiva de su club era contratar al Gitano Miguel Angel Juárez, que, por entonces, uno no recuerda del todo bien, estaba a cargo o de Colón o de Newell’s, lo que para el caso no es lo determinante. La cuestión pasaba por esperar a que el equipo a cargo del Gitano le fuera mal para que, entonces sí, una vez liberado de compromisos, Juárez estuviera disponible para eventualmente iniciar tratativas. Tampoco es determinante que Juárez no se haya incorporado por entonces –década del setenta– a San Lorenzo, ni que tampoco lo haya hecho después.
El tema de fondo es el empecinado contrasentido de quienes consideran, subalternizando a los jugadores, que son fundamentales las estadísticas, los resultados y las directivas técnicas y, por otra parte, parecen estar a la espera de que un técnico se aleje de alguna institución –lo que casi siempre se produce a raíz de que quienes no llaman a las cosas por su nombre refieren como “ciclo cumplido” cuando en realidad se trata de “resultados no obtenidos”– para intentar seducirlo.
En las últimas horas, aparte del Mundial juvenil, el tema futbolístico predominante es el de la calesita de directores técnicos, con varias sortijas por manotear. Tanto en el orden local como internacional.
Ramón Díaz volvió a River, aunque a River no le haya ido tan mal -solamente uno entre todos puede ser el campeón en cualquier torneo– y Gallego y algunos jugadores pagaron los platos rotos, aunque nadie se haya encargado de lavar los platos sucios. Es que próximamente hay elecciones también en River, y es sabida la fluida relación del “riojano más famoso” en libertad, con ciertos sectores de “simpatizantes caracterizados” que en los comicios “pesan” (¡y cómo!), aunque los votos se cuenten de a uno. Independientemente de que futbolísticamente, el River de 1996, por ejemplo, haya sido de los mejores equipos que se hayan visto en los últimos años, con Díaz como técnico.
A Independiente no le fue nada bien en lo que va del 2001. Sin embargo, es Osvaldo Piazza quien parece estar con más de un pie en Huracán, a quien no le fue nada mal en el mismo período, mientras Carlos Babington parece estar aterrizando ya cerca de Mallorca, en España.
Nery Pumpido, hijo futbolístico dilecto de Unión, dejará su lugar quizá para que lo ocupe Madelón, mientras Enzo Trossero reemplazará a Piazza en Independiente. Otro hijo dilecto, pero esta vez de Rosario Central, el Patón Bauza, renunció después de la eliminación del equipo a su cargo en la Copa Libertadores y parece que en estas horas también Colón de Santa Fe anda buscando quien se haga cargo de su Primera División.
Cada vez interesa menos el juego. Cada vez interesan menos cómo juegan los que juegan al juego. El mensaje está cada vez más cerca del que supuestamente da órdenes que de quien hace posible que quien da esas supuestas órdenes pueda darlas. ¿Alguna vez alguien entenderá desde el pensamiento único que también en el fútbol, si no están los que juegan y los que pagan para ver jugar –en la cancha o en la tele–, los directores técnicos, los preparadores físicos, los árbitros, los dirigentes, los periodistas, en fin, todos los tangenciales a la cuestión, tendrían que ir a buscar por otro lado?

 

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