Principal RADAR NO Turismo Libros Futuro CASH Sátira


Los jueces del Consejo quieren un
techo de 180 días para sus causas

Un proyecto de los miembros judiciales del Consejo de la Magistratura busca que los pedidos de juicio político
contra jueces caduquen a los 180 días. De seguir como hasta ahora, con esa regla nunca habría un condenado.

Tres de los cuatro jueces del Consejo quieren limitar la �perturbación anímica� de los procesos largos.

Por Irina Hauser

En el Consejo de la Magistratura avanza un proyecto que haría caer los pedidos de juicio político contra jueces que cumplan 180 días sin ser resueltos. Esos expedientes pasarían a ser considerados “cosa juzgada”, es decir, no podrían ser reabiertos. Una norma de estas características hubiera impedido, por ejemplo, que el ex juez Víctor Brusa fuera destituido por mal desempeño y por el descrédito causado por convalidar torturas durante la última dictadura. En la Comisión de Acusación, que tramita los pedidos de remoción, quedarían sin efecto por lo menos una decena de casos que ya están cerca de ser elevados al plenario para que se inicie el proceso de enjuiciamiento.
La propuesta en cuestión es impulsada por Bindo Caviglione Fraga, Margarita Gudiño de Argüelles y Claudio Kiper, tres de los cuatro jueces que integran el Consejo. Ellos plantean –invocando la Convención Americana sobre los Derechos Humanos– la necesidad de “resguardar” a sus pares magistrados sujetos a investigación “de la perturbación anímica que significa la prolongación indebida de un procedimiento de remoción y, con ello, reafirmar la independencia del Poder Judicial”.
El criterio de poner un tope de seis meses se debe, señalan los borradores, a que es el período fijado para los expedientes sobre faltas disciplinarias y el que la Constitución señala para archivar casos que no son tratados a pesar de haber sido elevados al Jurado de Enjuiciamiento. En cambio, por ahora el reglamento de la Comisión de Acusación –donde se realizan investigaciones por mal desempeño y se formula la acusación ante el plenario para que éste gire o no el caso al jury– no prevé caducidad.
Humberto Quiroga Lavié, representante de los académicos, presentó un dictamen donde denuncia que la iniciativa de sus colegas jueces intenta “consagrar una suerte de Ley de Impunidad Judicial”. “Quedarían desarticulados la mayoría de los expedientes en trámite, aún aquellos que están próximos de resolución por parte del pleno, pendientes de mayor investigación”, añade el texto. La propuesta, dice, es inconstitucional, “desnaturalizará el juicio político y frustrará la expectativa que el país ha depositado en el Cuerpo”. El tema ya despertó inquietud y, por ejemplo, el titular de la comisión de Reglamentación donde primero se debatirá el tema, Juan Gemignani, se sumaría al criterio de su colega académico.
En los dos años y medio que lleva el Consejo en funciones, la experiencia muestra que la instrucción de los únicos dos casos que llegaron a ser tratados por el Jurado de Enjuiciamiento llevó más de seis meses. El de Brusa demoró unos días más y acabó en destitución. A Ricardo Bustos Fierro, acusado de habilitar con un fallo la reelección de Carlos Menem, los siete meses de investigación le sirvieron para obtener un certificado de inocencia. Ni Carlos Liporaci, denunciado por enriquecimiento ilícito, ni Luis Torres, cuestionado por cajonear expedientes, hubieran sido acusados por el plenario ante el jurado. Ellos, después de esa instancia, hicieron uso de un beneficio extra: renunciaron, eludiendo la destitución y preservando la jubilación como magistrados. El dictamen de Quiroga Lavié incluye un cuadro con más de una decena de expedientes que llevan hasta más de un año de trámite y caerían con la norma impulsada, entre ellos el del juez Roberto Marquevich y el de los jueces de la sala A de la Cámara Comercial.
La normativa que impulsan los jueces podría tener matices. Gudiño de Argüelles y Caviglione Fraga prevén que los seis meses se contabilicen sólo cuando la causa permanezca inactiva. Kiper promueve que un lapso absoluto: el procedimiento se extingue si no hubo una resolución.
Los argumentos podrían ser leídos con ojos optimistas si la historia del Consejo de la Magistratura mostrara una eficiencia notable y una independencia de criterio inobjetable en su tarea de elegir y remover jueces. Pero como no es así es llamativo que al cuerpo le preocupe más la teoría de los 180 días que el hecho de que estén cumpliendo funciones ensus filas el senador Augusto Alasino, imputado en la causa de los sobornos del Senado, y su colega Ricardo Branda, imputado en ese mismo expediente y procesado por dádivas.

 

PRINCIPAL