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CAJEROS QUE SE VACIARON, COMPRA DE DOLARES Y RETIROS DE DEPOSITOS
Nervios en alza en la plaza financiera

El riesgo país se disparó a 1221
y las acciones líderes bajaron 6,1 por ciento en un caótico escenario, donde el Estado se endeudó a las ruinosas tasas del 14 al 16 por ciento anual. El Banco Central salió a asistir con 921 millones a las entidades financieras.

El dólar futuro �a un año� se pactó
a 1,28, operaciones realizadas por multinacionales para cubrirse.

Por Claudio Zlotnik

Largas colas frente a los cajeros automáticos, ahorristas apresurados por retirar sus depósitos a plazo fijo, clientes urgidos por comprar dólares. Ayer, la postal se repitió en bancos de la city y también en sucursales de barrios. El nerviosismo que en las últimas semanas se apoderó de los financistas –llevando el riesgo país hasta los 1221 puntos– se contagió a pequeños ahorristas y empresas. El saldo de la corrida dejó cajeros sin plata, algunos bancos poniendo un límite a la venta de dólares y a diversas agencias informando el agotamiento de sus reservas en divisas, ante el fuerte aumento de la demanda de dólares. El temor a una profundización de la crisis tuvo impacto en el sistema financiero, en medio de un nuevo sacudón en los mercados: las acciones cayeron 6,1 por ciento y el riesgo país se disparó a su segunda peor marca del año. En este marco, el Gobierno pagó tasas de interés record, del 14 por ciento anual para refinanciar deuda a tres meses y del 16 por ciento, a diez meses de plazo.
La situación en los bancos se presentó complicada desde temprano y se potenció después del mediodía cuando Crónica TV informó que el Banco Nación no estaba vendiendo dólares, versión que fue desmentida por su presidente, Enrique Olivera. Pero ya era tarde. Frente a los cajeros automáticos y las ventanillas de las entidades financieras, la gente hacía fila en procura de dólares. Ante la fuerte demanda, los bancos privados vendían los billetes a 1,008 y 1,010 peso, cuando en épocas normales cobran 1,002. En tanto, el dólar futuro (a un año) cotizó a 1,28 –diez centavos más que en la última semana– debido a la importante demanda de empresas multinacionales que buscaron cubrirse de una eventual devaluación. Según señalaron a Página/12 ejecutivos de tres bancos líderes, hubo retiros de depósitos, en especial por parte de empresas. Para retener a los ahorristas particulares y a las compañías, las entidades aumentaron bruscamente las tasas de interés: por depósitos de más de un millón de pesos llegaron a pagar entre 25 y 30 por ciento anual. Y un 15 por ciento promedio para las colocaciones de menor rango. Entre bancos, a un día, el costo trepó al 23 por ciento, a pesar de que el Banco Central inyectó 921 millones al mercado.
Como sucede en las jornadas críticas, en la city trascendió una ola de rumores. La versión que más afectó fue la que aseguraba que Economía suspendería la licitación de Letes ya que no había llegado a un acuerdo con los bancos por las tasas. Finalmente, y tal como estaba previsto, la operación se concretó a las 14.00, y una hora después se conocieron los resultados. Tal como adelantó este diario, las tasas se situaron en 14 por ciento anual (para la emisión de deuda a tres meses) y en 16 por ciento, a diez meses. En medio de las turbulencias y el temor de los bancos a la cesación de pagos de la deuda, de los casi 850 millones refinanciados, 827,6 millones correspondieron a las Letes a 91 días y tan sólo 22,2 millones a diez meses.
La preocupación de los bancos se hizo evidente por el escaso volumen de ofertas presentado en la licitación: 983 millones, apenas superior al de la deuda refinanciada, cuando lo habitual es que la relación sea de cuatro a uno. A su vez, el Banco Nación adquirió Letes por 186 millones, lo que da una idea de la resistencia de los bancos a prestarle al Gobierno a pesar de que se les ofreció una renta record para este tipo de operaciones. “Estamos en una zona de preocupación en la que es preferible no estar”, dijo el viceministro Daniel Marx. ¿Qué habrá querido decir?
Se ha precipitado una crisis con una dinámica imprevisible. Un dato para ilustrar esa situación: hace apenas dos semanas, Domingo Cavallo había logrado refinanciar deuda a tres meses al 9,1 por ciento, cinco puntos menos que lo pagado ayer. Apenas 35 días atrás, el ministro festejaba en Olivos la concreción de un multimillonario megacanje que abriría laspuertas del crecimiento. Pero todas sus jugadas fueron devoradas por las fieras del “mercado”.
Según reconoce el propio ministro, la desconfianza de los inversores internacionales es total. A tal punto que, dice, “ya no hay financiamiento para la Argentina” y que “el crédito se agotó”. Cavallo, que inició su nueva gestión en el Palacio de Hacienda peleándose con los financistas y proponiendo medidas relativamente heterodoxas, parece convencido de que no hay otra forma de salir de la crisis que siguiendo las pautas de la ortodoxia del mercado. Para los operadores, eso significa ajuste de las cuentas públicas por vía de la reducción brusca del gasto. Y, en esta oportunidad, sin margen para las promesas y sí para los hechos. “Déficit cero”, como les prometió anoche el ministro, buscando los aplausos y parafraseando al ex banquero, y amigo presidencial, Fernando de Santibañes cuando su misión eran molestar a José Luis Machinea.
Ante un poder político confundido y sin respuestas frente a la crisis, la situación parece muy delicada. Eso es lo que describen los propios banqueros, alarmados porque la parte de sus carteras se encuentra conformada por títulos de deuda que deberían contabilizar con una importante pérdida, en caso de que la Argentina caiga en default. Sin embargo, la carta que jugaron los principales bancos vuelve a dejar a la Argentina muy cerca del abismo. Desatendieron el pedido del ministro de cobrar una “tasa patriótica”, de no más del 12 por ciento, para evitar una profundización de la crisis que deje sin aliento a la golpeada economía.
Si bien los banqueros aceptaron cobrarle al Estado tasas más bajas que las de “mercado” (en torno al 20 por ciento anual) ya dejaron en claro que están pensando seriamente en cortar la asistencia. Y que la única fórmula a mano es el “déficit cero” que haga innecesario salir al Estado a pedir crédito. ¿Hubiera ocurrido lo mismo si los principales bancos no estuvieran en poder de grandes conglomerados extranjeros, cuyo principal compromiso es mejorar mes a mes sus balances y cumplir con los objetivos de rentabilidad dispuestos por las casas matrices?

 

Conclusiones erróneas

Joaquín Cottani, economista jefe del banco de inversión Lehman Brothers y ex funcionario de Domingo Cavallo en su primer paso por el Palacio de Hacienda, descubrió un poco tarde que el comportamiento errático de los mercados suele ser injusto y castiga en exceso a las economías emergentes. “Los inversores, ante cada signo de inconvenientes, concluyen erróneamente que la deuda y la moneda argentina se encuentran en peligro terminal”, advirtió en un trabajo. “Si los mercados hubieran tenido menor volatilidad, las políticas implementadas ya habrían producido resultados positivos”, arriesga más adelante. Por su parte, otro allegado a Cavallo, el economista y presidente de la Fundación Novum Millenium, Adolfo Sturzenegger, demostró que no faltan ideas en el entorno del ministro para resolver la crisis del desempleo. “Tenemos personas que tiene ingresos y otras que no los tienen, básicamente los desocupados; creo que los argentinos debiéramos plantearle al país la necesidad de transferir ingresos desde el sector de los que ganamos dinero al de los desocupados durante 12 meses”, propuso.

 

EL MERVAL EN SU NIVEL MAS BAJO DESDE AGOSTO DEL ‘98
Crisis argentina para todos

Los mercados tuvieron otro día de furia. El índice de acciones líderes MerVal retrocedió 6,1 por ciento y finalizó en 347,1 puntos, el nivel más bajo desde agosto de 1998, en medio de la crisis rusa. Por su parte, los títulos públicos mostraron caídas de hasta 3 por ciento, y el riesgo país subió 63 puntos, hasta los 1221 (implica una sobretasa de 12,2 por ciento respecto de los títulos del Tesoro estadounidense). Las turbulencias afectaron a los mercados de la región: la Bolsa de San Pablo perdió 2,4 por ciento y el real se devaluó a 2,49 por dólar a pesar de que el Banco Central salió al mercado a defender la moneda. En Chile, en tanto, el peso llegó al record de 651 por dólar (10 pesos más que el día anterior). Incluso, en Wall Street, la acción de Citigroup registró fuertes pérdidas debido a su alta exposición en la Argentina.
Las acciones más importantes, Grupo Financiero Galicia y Pérez Companc, registraron bajas de 8,7 por ciento, con un importante volumen de negocios: 12 millones de pesos, la mitad de lo que en total se operó ayer en el recinto. Según dijeron analistas a este diario, hubo grandes fondos de inversión extranjeros –con exposición en papeles empresarios– que ayer desarmaron posiciones, alarmados por la crisis.
Los bonos registraron bajas de entre 2,5 y 3 por ciento. El Brady FRB fue el que más cayó: 3 por ciento, mientras que el flamante Global 2008 perdió el 2,8 por ciento.
Desde Wall Street, en tanto, analistas de los bancos de inversión que hasta hace poco tiempo difundían informes positivos sobre la Argentina, ahora perciben todo lo contrario. Como Walter Molano, de la firma BCP Securities, quien estimó que Domingo Cavallo “no podrá evitar” declarar la moratoria de la deuda. Por su parte, Alberto Ades (Goldman Sachs) y Fernando Losada (ABN Amro Bank) señalaron que la única alternativa que tiene la Argentina es un severo ajuste del gasto público, de manera tal de asegurar la solvencia fiscal. “Mientras más pasan los días, más aumenta la desconfianza de los inversores y menos creen en una recuperación rápida. Por eso la castigan”, describió Losada.

 

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