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DINAR LINEAS AEREAS

YA NO SERA DEL 8 SINO DEL 13% EL AJUSTE EN SUELDOS Y JUBILACIONES
Un recorte como para no quedarse cortos

Economía estimó que el déficit fiscal del semestre podría ser mayor al presupuestado, por
lo que dispondrá un recorte mayor en los haberes que paga el Estado. Lo hizo pese a la falta de acuerdo sobre el ajuste y cuando las grandes empresas proponen un aporte especial para reducir el costo social.

Por David Cufré

La rebaja de salarios y jubilaciones será mayor al rango de entre 8 y 10 por ciento que estimó el Gobierno el último miércoles, cuando dio a conocer el ajustazo en las cuentas públicas. La disminución en los haberes previsionales y de empleados públicos de julio rondará el 13 por ciento. La mala noticia no termina allí: a pesar de que Domingo Cavallo dijo que el recorte será transitorio, en lo que queda del año se mantendrá en torno del 13 por ciento, bastante más de lo que reconoció el Poder Ejecutivo en un primer momento. Por otra parte, el equipo económico anticipó que de persistir la sequía fiscal suprimirá el aguinaldo, pero en este caso para no profundizar el tijeretazo sobre los salarios. Todo esto lo comunicó ayer el secretario de Política Económica, Federico Sturzenegger, quien explicó que el ajuste sobre salarios y jubilaciones será más pronunciado de lo que se estimó hace apenas 48 horas, dado que la proyección de déficit fiscal para el segundo semestre se amplió a por lo menos 2300 millones de pesos. Por otra parte, después de reunirse con Cavallo en la quinta de Olivos, gobernadores justicialistas dijeron a la prensa que el ministro dejó entrever que la rebaja salarial podría alcanzar al 15 por ciento.
“La sociedad acepta plenamente que el ajuste lo haga el sector público”, interpretó Sturzenegger, al anticipar cómo será el recorte de gastos. De todos modos, aclaró que los detalles finales se conocerán pasado mañana, “antes de la apertura de los mercados”. En medio de una grave crisis política, con los gobernadores del PJ abandonando la reunión en Olivos sin cerrar un acuerdo, con Raúl Alfonsín reclamando cambios en las medidas y con parte del Frepaso pensando en abandonar el Gobierno, que Economía haya salido a advertir que el ajuste será mayor a lo esperado sonó a provocación. Y más cuando Sturzenegger adelantó que si en diciembre sigue la crisis fiscal, podría suprimirse el aguinaldo de empleados públicos y jubilados, pero eso sí, para no cortar más los sueldos. “Es una posibilidad que nos parece sensata”, opinó.
En tono académico, Sturzenegger explicó por qué habrá más ajuste, sin detenerse en un hecho básico: que toda la ingeniería fiscal puede caer por la falta de apoyo político. “En la proyección de déficit para el segundo semestre –señaló– habíamos previsto ingresos por 800 millones de dólares, producto de la licitación de bandas de telefonía celular PCS. Pero dada la situación, nos parece prudente asumir que la licitación no se concretará este año, y debemos estimar un déficit fiscal mayor”, detalló en conferencia de prensa. “La recaudación mejoró, pero tampoco está muy bien”, agregó, al admitir que el déficit estimado es de 2300 millones o más. En consecuencia, el achicamiento de gastos deberá ser mayor. “Los sueldos, jubilaciones y pagos a proveedores podrían bajar un 13 por ciento en julio”, estimó.
Los argumentos a los que apeló Sturzenegger para justificar el ajuste contradicen los que utilizaba el equipo económico al comienzo de su gestión. Ahora, el discurso viró hacia la ortodoxia pura, en línea con el pensamiento de economistas como Roque Fernández o Guillermo Calvo, a quienes Cavallo acusó de traidores a la patria hace apenas unos días. “El Gobierno ha propuesto un cambio en la filosofía de enfrentar sus cuentas, al gastar sólo lo que logra recaudar. Yo pongo esta acción al mismo nivel de la puesta en marcha de la Convertibilidad”, enfatizó Sturzenegger.
Pero lo más llamativo es que el Gobierno hará un violento recorte en los sueldos y jubilaciones, pero al mismo tiempo restituirá a los contribuyentes los pagos del impuesto a las Ganancias que hicieron durante el primer semestre. Esa medida se anunció hace tres semanas, con intención de reactivar el consumo. Pero tiene un costo fiscal de 300 millones de pesos. Supuestamente, en medio de un ajuste como el que plantea Economía, no tendría sentido ponerle plata en el bolsillo a gente que gana más de 1500 pesos, cuando por otra parte se bajan jubilaciones de 300. PeroSturzenegger afirmó que “se mantendrá la devolución a quienes pagaron Ganancias”.
–¿Cómo se explica? –preguntó Página/12 al funcionario.
–Nos parece que el sector privado ya hizo un esfuerzo importante, y no queremos seguir cargándolo con impuestos. Creemos que es mejor que el ajuste, por una vez, lo haga el sector público. -respondió Sturzenegger.
Otra medida llamativa es que los empleados públicos que ganan más de 1500 pesos serán favorecidos por la derogación del decreto 430, de mayo de 2000, por el cual se les recortaron 12 por ciento sus salarios. La rebaja salarial generalizada, en torno al 13 por ciento, impactará de lleno en los agentes estatales que ganan menos de 1200 pesos, mientras que en los que perciben más de ese monto, el descuento neto respecto a lo que vienen ganando será del 1 por ciento. “Nos parece equitativo que el descuento sea horizontal, porque eso es lo que ocurre en el sector privado”, consideró Sturzenegger, satisfecho con la equiparación, aunque sea para abajo.

 

Datos de la crisis
El riesgo país rompió otro record: 1612 puntos, pero llegó a tocar los 1660.
Las acciones subieron por primera vez en la semana: 5,6%.
Siguen cayendo los depósitos: 1382 millones en cinco días.
El presidente de Estados Unidos, George Bush, envió una carta de apoyo a Fernando de la Rúa. “Sigo de cerca la situación económica argentina”, le dijo. La carta fue entregada en la quinta de Olivos por el embajador estadounidense, James Walsh.
El economista estrella del MIT Rudiger Dornbusch trazó un panorama oscuro. Pronosticó que la Argentina “será incapaz de honrar su deuda”.
El Banco Mundial advirtió sobre la posibilidad de que la crisis argentina se extienda al resto de la región.
El Fondo Monetario señaló que si el Gobierno hace el ajuste, “debería reducirse la posibilidad del default”.
La crisis económica argentina tiene amplia repercusión en los medios periodísticos del extranjero.

 

Trabajar, sin cortes

El secretario de Empleo, Horacio Viqueira, anunció ayer que serán renovados unos 30.000 subsidios Trabajar de 150 pesos mensuales para desocupados que vencen este mes y que, como informó este diario, iban a ser dados de baja porque el Ministerio de Economía había congelado los fondos. Viqueira informó que el Ministerio de Trabajo gestionó ante Economía la partida presupuestaria para el pago de los planes de empleo, la que alcanzaría la suma de unos doce millones de pesos para los próximos tres meses. Sin embargo, la iniciativa todavía no fue aprobada por la Secretaría de Hacienda. Página/12 informó que Viqueira había puesto en los últimos días el grito en el cielo al conocer la decisión de Hacienda de no girar los recursos equivalentes a unos 35.000 planes Trabajar que vencen en julio, dentro del plan de “ahorro” presupuestario encarado por el equipo económico. “Es una barbaridad”, le había reprochado el funcionario al propio ministro Cavallo al enterarse de la novedad. Sin embargo, ayer confiaba en que los funcionarios cavallistas cumplieran con la promesa presidencial del miércoles por la noche de que los planes sociales no iban a ser alcanzados por el ajuste. Curiosamente, el secretario de Hacienda, Jorge Baldrich, insistió ayer ante este diario que los recursos para los planes Trabajar “dependerán de la marcha de la recaudación”, siguiendo la modalidad de ajuste anunciada por el ministro de Economía. Por las dudas, los desocupados nucleados en la federación de Tierra y Trabajo anunciaron un nuevo corte de la Ruta 3, en La Matanza, si no se renuevan los 30 mil planes de empleo.

 

ADELANTO DE IMPUESTOS DE BANCOS Y PRESTADORAS DE SERVICIOS
Pasando la gorra entre las privatizadas

Por Raúl Dellatorre

Con ampulosidad, hubo quienes hablaron de un “aporte patriótico”. Los directivos empresarios, con más tino, hicieron referencia a un “anticipo excepcional a cuenta de impuestos”. Lo cierto es que ayer empezó a barajarse la posibilidad de un aporte extraordinario de las grandes empresas, en particular de las herederas de las privatizaciones, para arrimarle al Gobierno 1500 millones de pesos que, en principio, le permitirían cerrar el déficit fiscal previsto presupuestariamente para la segunda mitad del año. Mientras la petrolera Repsol YPF hizo punta haciendo pública su contribución de 150 millones, fuentes del sector financiero aseguraron que el núcleo de las principales entidades sumaría un aporte de 500 millones. Una firma del sector telefónico admitió ante Página/12 que participará en el aporte, aunque recién el lunes definiría el cuánto y el cómo. También se sumarían algunas de las cadenas de supermercados. En cambio, otra licenciataria de servicios públicos negó siquiera haber considerado esa posibilidad. “Si nos lo piden, veremos qué hacer, pero la realidad es que no estamos en las condiciones que puede estar YPF o una telefónica para dar ese tipo de ayuda”, apuntó crudamente un vocero de la misma a este diario.
Un alto funcionario del Ministerio de Economía admitió que se estaba trabajando la idea de una contribución empresaria como adelanto de impuestos, pero aclarando que “son las propias empresas las que lo están armando”. Sin muchas precisiones, informó que el monto que se lograría juntar “superará los 500 millones, pero estará por debajo de los 1500”. Desalentó, en tanto, la posibilidad de que con dicho aporte pueda dejarse de lado el recorte de jubilaciones o se estreche el ajuste salarial.
Fueron las propias empresas aportantes –o potenciales– las que mencionaron que la idea de contribuir con una cifra similar a los 1500 millones de pesos que inicialmente se mencionaron como desfasaje para el segundo semestre –ayer Economía elevó dicha estimación a 2300 millones– era, precisamente, con el fin de evitar el costado más conflictivo del ajuste. “Si se evita el choque social, el Gobierno podrá avanzar más tranquilo en la reestructuración del Estado que tiene pendiente”, apuntó la fuente. Otro vocero privado le preguntó a este diario si Economía ya se había comprometido a no tocar las jubilaciones.
Nadie quiso explicar si había sido el gobierno el que pidió el aporte, o fue el sector privado el que tomó la iniciativa. Lo cierto es que la indefinición de muchas de las empresas imposibilitó que ayer se alcanzara un acuerdo general. Desde España, las autoridades del gobierno señalaron su preocupación por la situación argentina. El secretario de Asuntos Exteriores, Miguel Nadal, admitió que las firmas españolas radicadas en Argentina tiene “vocación de permanencia” y que “no hay nadie que haya planteado marcharse”. Esta postura del gobierno de José María Aznar fue el respaldo que necesitaba Repsol YPF para lanzarse a la arena como la primera en hacer público su aporte.
Poco después del mediodía, su vicepresidente corporativo, Ramón Blanco, tomó contacto telefónico con el ministro de Economía, Domingo Cavallo, para conversar sobre la situación. Tras recibir el cuadro que le describió Cavallo, hizo consultas a Madrid –donde estaba Alfonso Cortina, titular de Repsol– y buscó acordar con un reducido núcleo de banqueros y empresarios el aporte a realizar para difundirlo de inmediato. No lo logró; a esa altura, muchos estaban más preocupados por partir hacia el campo que en su aporte a resolver la crisis. Blanco decidió “cortarse solo”: le informó a Cavallo que ponía a su disposición 150 millones de pesos como “contribución excepcional del impuesto a las ganancias, a compensar en ejercicios futuros”. Y Repsol obligó a otros a imitarla, al formular “un llamado a todos aquellos que estén en condiciones,a realizar propuestas similares”.
Cuando todavía la mayoría de las empresas que podrían participar no definieron su postura, el Grupo Productivo (Unión Industrial, Cámara de laConstrucción y Confederaciones Rurales) planteó objeciones, en un encuentro a última hora. Sus principales dirigentes condicionaron el apoyo del sector a un plan de salvataje a que los aportes de los bancos y empresas privatizadas “no sean reintegrables por el gobierno”. “¿Por qué tendría que reintegrarse esa suerte de apoyo patriótico a los bancos y a las privatizadas y a los jubilados no?”, se preguntaron. Este fin de semana darán a conocer el documento, en el que aseguran, de todos modos, que “apoyaremos al gobierno a salir de la crisis”, pero sin dejar de reclamar que “el ajuste sea equitativo.

 

Bono “patriótico” de salvataje

El equipo económico continúa las negociaciones con un conjunto de bancos y empresas para emitir un “bono patriótico” que permita cubrir los vencimientos de títulos hasta fin de año del Gobierno, estimados en unos 4100 millones de dólares. “Queremos hacernos de los 4100 millones que necesitamos hasta fin de año, o de 4600 para cubrirnos hasta marzo del año entrante”, reveló un estrecho colaborador de Cavallo. “Se avanza en la colocación de un ‘bono patriótico’ entre bancos y empresas, incluyendo privatizadas, por 1500 millones, un canje de Letras del Tesoro (Letes) por un monto similar y la ampliación de la participación de las AFJP”, agregó. Los 4000 millones de deuda que debe refinanciar el Gobierno hasta fin de año son títulos de corto plazo emitidos en el mercado local, que tienen un ajustado cronograma de vencimientos cada quince días. Por eso, el Gobierno busca escapar a la tensión de tener que renovar martes por medio dichos títulos, lo que en las actuales condiciones de desconfianza de los inversores lo pondría permanente al borde del abismo. En la última renovación de Letes, Cavallo tuvo que pagar una tasa del 14 por ciento, por un plazo de tres meses, lo que terminó de acelerar la crisis financiera. Por otro lado, el funcionario aclaró que “los vencimientos de los bonos de largo plazo estarían cubiertos con los ingresos ya comprometidos de organismos multilaterales de crédito”.

 

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