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Estados Unidos monitorea la crisis
pero la billetera no la abrirá

George W. Bush, Alan Greenspan, Paul O�Neill y Colin Powell, cada uno a su turno, opinaron ayer sobre la situación de Argentina. Muchas palabras de apoyo
pero ni un dólar. Los republicanos están convencidos de que no hay que salir al rescate de países emergentes en crisis.

Alan Greenspan, titular de la Reserva Federal (banca central de Estados Unidos).

Hasta Alan Greenspan, el banquero más famoso e influyente del mundo, se ocupó de Argentina. No es para ponerse contento, puesto que el titular de la Reserva Federal se interesó por la crisis financiera local. No es una buena señal. Tampoco lo es que el gobierno de Estados Unidos en diferentes niveles opinaron ayer del “efecto Tango”. El consenso fue que no están preocupados por un potencial contagio mundial de la crisis argentina. La primera línea del gobierno de George W. Bush, e incluso el mismo presidente, apoyaron las medidas anunciadas por Domingo Cavallo, con quien reconocieron mantener un “contacto cotidiano”.
Si la administración americana hubiese sido demócrata, Cavallo estaría más aliviado, teniendo en cuenta los antecedentes de Bill Clinton saliendo al rescate de economías en crisis, como México y Brasil. Pero los republicanos están convencidos de que no hay que estructurar paquetes de rescate a países con problemas financieros. Por un lado, porque piensan que los acreedores, o sea los tenedores de bonos, deben asumir riesgos y pagar –en este caso, con pérdidas por un eventual default–. Y por otro, porque sostienen que las economías no hacen los ajustes que debieran si saben que Estados Unidos sale en su ayuda.
En esa línea, el presidente de la Reserva Federal estadounidense, Alan Greenspan, recibió con satisfacción el acuerdo de apoyo de las provincias al plan de ajuste económico. El titular de la Fed consideró, ante la Cámara de Representantes del Congreso estadounidense, que la desaceleración en otras regiones del mundo, como por ejemplo Europa, Asia o América del Sur, presenta el riesgo de exacerbar los problemas de la economía de Estados Unidos. “La interacción de desaceleraciones en varios países simultáneamente magnificó la debilidad que cada economía habría experimentado por su cuenta”. Sobre el caso particular de la crisis financiera argentina, señaló que no tendrá “un impacto grande” en la economía de su país. Frente a los miembros de la Comisión de Servicios Financieros de la Cámara de Representantes destacó que el efecto de un contagio potencial “no es muy grande y, francamente, espero que no lo sea”. “Por ahora parece que las cosas están mejorando, sin embargo (los argentinos) tienen dificultades por delante y creo que están trabajando muy duro para superarlas” agregó. Greenspan consideró también que tales dificultades son “principalmente domésticas”.
Por su parte, el secretario del Tesoro, Paul O’Neill, dijo seguir con mucha atención el desarrollo de la situación económica argentina. “La estamos siguiendo todos los días. Estoy hablando con Cavallo regularmente”, señaló. En tanto, el secretario de Estado, Colin Powell –en declaraciones desde Italia, donde participa de la cumbre del Grupo de los 8– afirmó que Estados Unidos quiere que el gobierno de Fernando de la Rúa “tenga mucho éxito” con el nuevo ajuste económico. Powell sostuvo que “es una situación difícil y nosotros pensamos que el doctor Cavallo y el gobierno de la Argentina han tomado medidas muy valientes y deberán implementarlas”. Además agregó que “no hay y yo no veo un contagio que podría afectar al mundo entero, o la clase de problema que vimos hace un par de años”, Powell concluyó que “el mundo se encuentra realmente interconectado y nadie puede permanecer aislado. Pero esto no significa necesariamente que un problema en una parte del mundo tiene que afectar al mundo entero”. Por último, expresó que “los pueblos han aprendido bastante en 1997 de algunos de esos problemas y creo que todo el mundo está tratando de asegurarse de que no veamos desarrollarse una situación de contagio”.
Para coronar la lista de funcionarios estadounidenses que opinaron sobre la crisis argentina, el presidente George W. Bush se declaró “preocupado sobre Argentina”. “Nuestra nación está observando la situación con mucho cuidado”, sintetizó Bush en un encuentro en la Casa Blanca con periodistas extranjeros.

 

Cardoso “perdona” a Argentina

Por primera vez, el presidente brasileño Fernando Henrique Cardoso admitió públicamente que la estrategia de su gobierno es conceder una especie de “perdón” a Argentina en relación a sus obligaciones del Mercosur hasta tanto supere la actual crisis económica.
“Argentina siempre tuvo superávit en sus negocios con nosotros y sigue teniéndolo; no vamos a provocar el surgimiento de ningún sentimiento antibrasileño, tenemos que refrenar un poco nuestras aspiraciones”, aseguró FHC en una entrevista publicada por el diario O Estado de San Paulo. “Para nosotros, lo importante es que la Argentina resuelva sus problemas”, agregó. Y precisó que “empezamos a protestar cuando (Argentina) comenzó a desarticular el arancel externo común del Mercosur y la idea de la unidad monetaria, porque así es imposible”.
Sin embargo, el presidente brasileño reconoció que “nos quedamos un poco sin argumentos cuando Cavallo nos dice ‘aumentamos el arancel en un siete por ciento y ustedes ¿en cuánto devaluaron?’ Porque es verdad que devaluamos como mínimo un 20 por ciento”, confesó.
Cardoso explicó, además, que para que la “Argentina vuelva a tener el dinamismo que nos interesa, y que queremos, y para que no haya tropiezos para el Mercosur, pueden ser necesarias algunas medidas que no están muy de acuerdo con la naturaleza de los tratados. Pero eso podemos entenderlo”, sostuvo.
Por otro lado, reveló que existe la posibilidad de que Brasil cierre un nuevo acuerdo con el Fondo Monetario Internacional, como forma de resguardarse frente a una nueva crisis financiera que, aunque no lo dijo, esta vez podría tener como origen a Argentina. “Tenemos la buena voluntad del Fondo, porque hace tres años que estamos cumpliendo con todas las metas acordadas. La última vez nos dieron 40.000 millones de dólares, pero sólo tomamos 15.000 millones y pagamos rápidamente”, recordó.

 

EL FONDO MONETARIO DIO SU APOYO
Revisan las cuentas

Los técnicos del Fondo Monetario Internacional iniciarán hoy el monitoreo de las cuentas públicas del primer semestre, mientras esperan la llegada prevista para este lunes del auditor para el Hemisferio Occidental, Thomas Raichman, con quien se renegociará la pauta de crecimiento del 2,5 por ciento prevista para este año. En tanto, desde Washington, el FMI volvió a respaldar al Gobierno.
Los técnicos del FMI se reunirán hoy con el secretario de Hacienda, Jorge Baldrich, “para conocer los primeros números”. El escenario que encontrarán en la ciudad será el de un paro general convocado por las tres centrales sindicales y el anuncio del índice de desocupación, que rondará el 16 por ciento. El lunes arribará Raichman para renegociar una baja en las metas de crecimiento. “Es a todas vistas que habrá que revisarla”, admitió el secretario de Política Económica, Federico Sturzenegger, al reconocer que la pauta de crecimiento de entre el 2 y 2,5 por ciento anual prevista en marzo no se podrá cumplir. Sin embargo, adelantó que Argentina “sobrecumplió en 150 millones de pesos” la pauta de déficit fiscal para este primer semestre, fijada en 4939 millones.
El FMI aún debe aportar 2528 millones de pesos de los 4677 millones de ayuda financiera que tiene que recibir Argentina este semestre como parte del promocionado blindaje financiero. Desde Washington el vocero del organismo, Francisco Baker, celebró el recientemente logrado apoyo de los gobernadores al plan de ajuste para alcanzar el déficit cero.

 

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