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POR PRIMERA VEZ EL FREPASO VOTO CON CARRIO Y EL FRENTE POR EL CAMBIO
Solos en la madrugada, con bloque partido

La votación del recorte encontró al Frepaso enfrentado no sólo con el Gobierno sino con el bloque radical y, en un hecho inédito, Darío Alessandro dejó de ser la voz del oficialismo en Diputados. Final abierto.

Darío Alessandro, jefe del Frepaso, y Horacio Pernasetti, de la UCR. Hasta ayer, coequipers. Desde ahora (agnósticos abstenerse) Dios sabe.

Martín Granovsky

Por primera vez desde que asumió Fernando de la Rúa, el radicalismo y el Frepaso no votaron juntos en la Cámara de Diputados. La madrugada de ayer los encontró solos, y ahora deben decidir si pierden juntos las elecciones de octubre.
El comportamiento del Frepaso fue inédito. Dieciocho diputados votaron en contra del proyecto oficial de subir el piso del recorte para empleados y jubilados sin tocar, al mismo tiempo, los intereses de los bancos y las AFJP. Tres votaron a favor: Cristina Zuccardi, Humberto Volando y Alberto Briozzo. Uno faltó: Pablo Fernández de La Pampa. Y dos se abstuvieron: nada menos que Darío Alessandro y Rodolfo Rodil.
Conviene hilar más fino:
Alessandro, que ya había frenado a gritos a Cavallo en reuniones privadas, dejó de ser el vicario del Ejecutivo en la Cámara de Diputados.
Entre quienes votaron en contra figuró el tucumano José Vitar, uno de los políticos claves del Frepaso junto a Alessandro, Juan Pablo Cafiero y Aníbal Ibarra. Vitar fue la voz que se alzó a fines del año pasado contra la reforma previsional impulsada por José Luis Machinea, pero nunca se desgajó ni del bloque del Frepaso ni del de la Alianza.
Vitar y Alessandro jamás han tenido una diferencia en público. Tampoco Rodil, un ex allegado a Graciela Fernández Meijide propenso a acordar con el Gobierno más que al conflicto.
Rodil es vicepresidente primero de la Cámara de Diputados. Alessandro, jefe del bloque del Frepaso y, por lo menos hasta ayer, jefe del bloque de la Alianza.
Es obvio que Alessandro y Rodil no votaron en contra como Vitar sólo por un motivo: ese voto hubiera significado la ruptura abierta del bloque.
La Alianza original no existe desde hace mucho en el Poder Ejecutivo por la desafortunada renuncia de Carlos Chacho Alvarez (más desafortunada aún porque al principio fue a medias), el efecto expulsivo de la designación de Ricardo López Murphy y, luego, la construcción del eje Cavallo-De la Rúa con rasgos cada vez más excluyentes. Juan Pablo Cafiero en Desarrollo Social es una isla extraña basada en su voluntad de hacer política social incluso en medio del ajuste y en que la diferenciación, cuando viajó a Mosconi, lo integró al escaso grupo de políticos que se hacen cargo. En su caso, de la protesta social.
La comisión de notables de la Alianza que Raúl Alfonsín imaginó para atraer a Chacho no funcionó y, así, hasta ayer quedaban dos ámbitos fuertemente aliancistas, el gobierno porteño y el bloque de diputados.
“La Alianza se ha fortalecido con esta crisis, tomando como Alianza la relación entre el radicalismo y el Frepaso y no el gobierno nacional”, dijo ayer tras plantear la importancia del tema de la deuda Aníbal Ibarra, jefe de un partido, el Frepaso porteño, donde la presión rupturista es cada vez más fuerte. Pero su descripción parece incompleta. Es cierto que la semana pasada radicales y frepasistas coincidieron en un documento de tono machineísta. Pidieron la suba del piso para el recorte, sugirieron impuestos para afectar a la clase media y la clase media alta y dejaron de lado cualquier presión sobre el sector financiero. Es verdad, también, que sin la presión parlamentaria del Frepaso los diputados radicales se hubieran quedado sin argumentos ante el Gobierno nacional: así, tenían un cuco a izquierda, lo cual siempre es conveniente. Sin embargo, al votar en contra del paquete con copyright de Machinea, el Frepaso se distanció no sólo del Gobierno sino también del radicalismo.
Otro dato quedó fijado en la madrugada: también por primera vez, votaron del mismo modo los 13 diputados de la Agrupación por una República de Iguales (el ARI de Elisa Carrió, con base de socialistas y ex frepasistas), los tres de Alicia Castro y su Frente por el Cambio, y el Frepaso. Todos ellos quedaron alineados de hecho, como también quedaronalineados de facto, en otro andarivel, la UCR y los diputados de la Acción por la República de Cavallo.
La situación está tan abierta como el panorama de un país donde la crisis es on line y se mide por la velocidad de las transacciones financieras. No tiene por qué repetirse, pero tampoco por qué no repetirse.
El Frepaso protagoniza una ruptura técnica que no se ha convertido aún en otra cosa porque ni Ibarra ni Alessandro ni Cafiero apuestan a lo irremediable y porque todavía carecen de una estrategia política. El dilema frepasista oscila entre dos posiciones: quedarse e influir desde dentro del Gobierno, y de paso apostar a que si hay ruptura radical con De la Rúa la Alianza original tenga alguna chance de continuar, así sea en la oposición; o saltar ahora del tren, cuando todavía hay tiempo, calculando que es mejor magullarse por la instalación del estereotipo del político abandónico que matarse contra una crisis en aumento.
“El tema es que todos dicen que la situación económica es más importante que las elecciones, y que para las elecciones falta mucho, y las dos cosas son ciertas, pero cuando se acerque octubre, ¿qué vamos a hacer?”, se preguntaba ayer por la tarde un dirigente del Frepaso mientras se irritaba con la intransigencia del equipo económico frente al límite del recorte fiscal.
En ese punto vuelven las opciones del principio. ¿Perderán juntos el Frepaso y el radicalismo, como acompañantes del Gobierno? ¿Perderá sólo el radicalismo mientras el Frepaso busca una alianza con el ARI? ¿Disimulará la UCR procurando, ella también, una cercanía a Carrió? ¿O todo es un espejismo de este país cada vez más parecido a una meseta escalonada donde está claro que se desciende y la única duda es el largo del escalón?

 


 

POLEMICA EN LA ALIANZA TRAS EL VOTO DIVIDIDO
Socios que se miran de reojo

“Desgraciadamente, este proyecto no rompió con la lógica del ajuste y no garantiza nada”, dijo el diputado frepasista Carlos Raimundi. “Quedó garantizado que los empleados y los jubilados que cobren hasta mil pesos no quedarán afectados por el ajuste”, aseguró a este diario el diputado radical Eduardo Santín. En la sesión del viernes, que duró hasta la madrugada, radicales y frepasistas no lograron ponerse de acuerdo para votar el proyecto. Los primeros se pronunciaron a favor y los segundos en contra, junto con el Partido Justicialista. El controvertido artículo 12, que, traducido, establece que los salarios y jubilaciones de mil pesos no se tocarán siempre y cuando la recaudación permita el añorado “déficit cero” fue ayer el centro de la polémica. Los frepasistas acusaban a sus socios de haberse “dado vuelta” por la presión del Gobierno. Y todos coincidieron a la hora de criticar a la ministra de Trabajo, Patricia Bullrich.
Los socios de la Alianza coincidieron ayer en la bronca con la ministra de Trabajo, Patricia Bullrich. El jueves, luego de una extensa cena con el presidente Fernando de la Rúa, un grupo de legisladores radicales acordó que las jubilaciones y sueldos de más de mil pesos no se verían afectados por el ajuste. Al día siguiente, los diputados salieron a anunciar el “triunfo” por las radios y a la tarde, Bullrich ya estaba diciendo que la plata no alcanzaría más que para garantizar que no se recorten los salarios de quinientos pesos. “La ministra Bullrich está confundida. Cree que, como hacían ellos en el gobierno de Carlos Menem, todo tiene que aprobarse sin discusión, sin intercambio de opiniones. El viernes se salvó de que le pidiéramos la renuncia”, dijo un diputado radical. Santín, que fue uno de los que el jueves participó de la cena, también estaba enojado con la ministra. “El jueves nos fuimos de la cena a las dos de la mañana porque no nos poníamos de acuerdo, no porque estábamos muy contentos tomando vino. Finalmente lo logramos y ella salió al otro día a decir otra cosa, con lo cual predispuso mal a los legisladores”, dijo Santín. El diputado Marcelo Stubrin también le dedicó un párrafo en su exposición del viernes a la madrugada: “Que De la Rúa mande a la ministra a ver si le saca las leyes”, sostuvo, en obvia alusión intento de la ministra de romper el consenso alcanzado en el bloque de diputados de la Alianza después de horas de negociaciones.
La sesión del viernes parecía interminable. Hubo de todo: en medio del debate, el diputado del PJ Miguel Angel Pichetto aseguró que “la Alianza está muerta”, en alusión al voto dividido de radicales y frepasistas. La diputada María América González leyó partes de un discurso que ofreció Fernando de la Rúa cuando era senador y se opuso a la ley previsional, texto cuyos principales conceptos no parece recordar el Presidente. Los radicales, mientras tanto, concentraban sus esfuerzos en tratar de conseguir que la palabra “garantizar” (en el sentido de que el gobierno garantiza que no se reduzca el sueldo de los empleados que ganan menos de mil pesos) esté en el artículo 12, el artículo de la controversia.
“Los radicales necesitan una convención de los mejores psicólogos que tendrán que tratar de establecer por qué lo que declaran nunca coincide con lo que hacen luego”, dijo a este diario un diputado frepasista que la única certeza que tenía ayer era que con el ajuste que aprobaron el viernes lo único cierto es que el sueldo de los estatales no está protegido y dependerá exclusivamente de la recaudación. “Es de Perogrullo. Todos los pagos del Estado dependen de la recaudación”, dijo a Página/12 Santín y sintetizó así el argumento de los radicales, que votaron a favor del proyecto que ahora deberá tratarse en la Cámara de Senadores. Santín hizo un planteo optimista, “si obtenemos la eliminación de las exenciones a las transferencias financieras y se incluye el ajuste de los judiciales, no se devuelve el impuesto a las ganancias y se cobran los diez centavos del impuesto a las naftas nos sobra el dinero para no tocar salarios y jubilaciones menores a mil pesos”. Votaron a favor del proyecto de los diputados radicales, los cavallistas, algunos provinciales y Cristina Zuccardi, Humberto Volando y Alberto Briozzo, los tres frepasistas que responden al ex ministro de Trabajo Alberto Flamarique; mientras que el PJ y el Frepaso votaron en contra. Darío Alessandro, jefe del bloque de diputados de la Alianza, y Rodolfo Rodil se abstuvieron.
“No sé si ponerme contento porque el Frepaso volvió a diferenciarse y así queda claro quiénes siguen creyendo en lo que fue la Alianza o quiénes no, o triste por el ajuste. Es un peligro que el pago de los sueldos esté supeditado a la recaudación en el marco de una política de déficit cero”, dijo el diputado Fernando Melillo.

 

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