Principal RADAR NO Turismo Libros Futuro CASH Sátira


ANTES DEL ESTRENO DE “GRACIAS POR EL CHOCOLATE”
Petit Chabrol ilustrado

En su opus número 52, el más prolífico
de los directores de la �nouvelle vague� dinamita �una a una� las convenciones de los films de suspenso. Esta nota propone un recorrido por algunos de los tópicos a tener en cuenta para ver el film.

En su nueva película, Chabrol percibe y boicotea las expectativas del espectador.

Por Olivier de Bruyn

André Polonski y Mika Muller, dignos representantes de la alta burguesía suiza, forman una pareja aparentemente sin historias. El (Jacques Dutronc) es un pianista virtuoso, célebre en el mundo entero. Ella (Isabelle Huppert) reina en una tradicional y prestigiosa fábrica de chocolates. Su existencia parece ordenada como un reloj helvético hasta el día en que una encantadora señorita que ellos sostienen no conocer aparece y afirma ser la hija del músico. Si el hombre detrás de la cámara no se llamara Claude Chabrol, sin duda este argumento minimalista daría lugar a un drama psicológico siniestramente previsible. Sí, pero... el cineasta de El carnicero y de La ceremonia, el director más prolífico de la nouvelle vague, nuevamente en gran forma, dinamita los usos y costumbres de la película de suspenso. Gracias por el chocolate, su largometraje número 52, no se interesa más que en el mecanismo criminal. La tranquilidad de Lausanne es muy mentirosa. Entre dos tasas de chocolate y tres sonrisas amables, la capitana de la empresa prepara a fuego lento un extraño juego ambiguo, manipula, juega con la realidad...
Como su heroína, Chabrol percibe y boicotea las expectativas del espectador. Con la ayuda de su coguionista Caroline Eliacheff (psicoanalista y esposa del productor Marin Karmitz), el director firma una obra refinada e intrigante donde la sinrazón flirtea con el humor negro. Una película que invita a encontrar a Chabrol y someterlo a un abecedario, parcial pero sabroso.

A de aburrido
“¿Mika envenena para conjurar su aburrimiento? Quizás. Pero, creo yo, es sobre todo para conjurar una incertidumbre frente a ella misma. Mika es débil, pero calculadora. Ella duerme a los otros para manipularlos mejor. Es un viejo truco que existe en todos lados. En general, siempre me pregunté si la pasión por el cine era la expresión del aburrimiento en la vida. En mi caso, la respuesta es claramente ¡no!”

B de Bordeaux
“En Gracias por el chocolate no se ve nunca a nadie bebiendo vino o ingiriendo alimentos. Hay comidas, sí, pero nadie las consume. Esa puede ser la clave de la película...”

C de chocolate
“Quería ver si era posible que una persona para nada perversa, como yo, podía realizar una película que lo es totalmente. Y tuve la idea de contar la historia de una envenenadora que ama el chocolate. Chocolate que siempre se asocia a Suiza. El título de la película es el de una novela de Charlotte Armstrong, que adapté muy libremente. A decir verdad, durante mucho tiempo pensé que el título era malo. Pero la ventaja es que incita a la gente a felicitarlo a uno...

D de Dutronc
“A Jacques Dutronc, no lo conocía. Almorzamos juntos y, al final, casi nos teníamos de la mano. Le dije que le enviaba el guión. Me contestó que era inútil. Es un tipo impresionante. Uno no sabe si preferir sus cualidades o sus defectos. En realidad, es un tímido autista. Lo que le permite hacer todas las tropelías. Su dualidad gigantesca lo hace formidable. El actúa aun cuando no lo hace. El lo sabe, sabe que se sabe y así sucesivamente....”

H de Huppert
“Todavía hoy, después de tantas películas juntos, llega a sorprenderme. Cada vez, hay un momento en que me digo: ‘Esa muchacha tiene descaro’. Conmigo, su prestigio cultural no existe. Como no existe con nadie... Esla actriz con la que me encuentro más cómodo al filmar. Y siento que ella es la mejor para mi forma de rodar. En ese sentido, estamos hechos el uno para el otro. Es una constatación, a la que no pretendo encontrarle explicación... En la época de Violette Noziere, ella ya trabajaba muy bien, pero todavía tenía influencias, digamos dudosas... Se liberó completamente de ellas. En un momento, Isabelle parecía estar contenta de obtener medallas gracias a mis películas. Yo también estaba encantado. Ahora, creo que se burla de esas condecoraciones...”

J de juego
“Sería necesario que se combinara con la M de masoquista. La intriga es algo que siempre me aburrió, pero como soy masoquista, tuve que desarrollar una. Y ahí empecé a disfrutar, porque debía destruir la intriga, romper todas las puertas...”

L de Lang (Fritz)
“Si, por la austeridad, veo evidentemente la relación... Al final, las últimas películas de Fritz Lang no son más películas por su sequedad: son esqueletos de películas. En cuanto a mí, aunque no llego seguramente a darle una patada en las nalgas a la gente, hay innegablemente un lado ‘a tomar o a dejar’ en mis últimas ficciones. Antes, buscaba siempre un pequeño truco para estar seguro de que la gente no rompiera las butacas o se durmiera. Ahora ya no me importa. Dicho eso, conmigo, contrariamente a lo que se producía con Lang, hay siempre algo de chocolate.”

O de obsesión
“Partí de un idea que, en mí, reemplaza la obsesión: no hacer una película que progrese sino una película que se destruya. Poco a poco fui sustrayendo y al final no había nada: sólo un abismo. Mika, el personaje que interpreta Isabelle, tiene, evidentemente, una idea fija. Pero es muy difícil de determinar. ¡Incluso para ella misma! La película describe casi la idea fija de una fijación...”

P de psicología
“Al final de la película, Mika se repliega en ella misma, en un movimiento fetal. Caroline, mi coguionista, aprobó esa elección de puesta en escena. Ella me dijo que, como Mika no conoció a sus padres, es como si ella se hubiera construido a sí misma para el crimen, como si ella se dispusiera a nacer a la hora del desenlace... Pero seamos claros: todas estas interpretaciones, ¡uno tiene todo el derecho que no le importen nada! Sin embargo, cuando se edifica una película sobre el mecanismo de las obsesiones perversas, es mejor no fallar y ser creíble.”

S de Suiza
“Como todos saben, Suiza es el país de la neutralidad. Y la neutralidad para mí está estrechamente ligada a la noción de perversidad. Y además hay otra razón: cuanto más filmo, más necesidad tengo de filmar el agua. En Suiza, hay muchos lagos, por la tanto es perfecta. ¡En todo caso, evidentemente no elegí filmar ahí para esconder la plata!

 

PRINCIPAL