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La del G-8, una cumbre difícil de
enterrar para Francia y Alemania

El premier francés criticó al �directorio� del mundo y el ministro de Exteriores alemán dijo que �si fuera joven, estaría en las calles�. En Francia e Italia repudiaron la represión.

En Génova enterraron ayer a Carlo Giuliani, el militante globalifóbico muerto por la policía.

No hay como un enemigo común para fortalecer las amistades. El premier francés y el ministro de Relaciones Exteriores alemán estrecharon la suya a propósito de la Cumbre del G-8 celebrada el fin de semana en Génova. Los dos dejaron claro de qué lado prefieren ser vistos. “No creo demasiado en los directorios de un grupo de países”, dijo ayer en Rumania Lionel Jospin, un ausente con aviso en la foto de grupo italiana. “Probablemente hubiera estado entre los manifestantes si fuera joven”, disparó Joschka Fischer. Palabras más duras empleó el grupo francés Attac, cuya valoración es que la tragedia refleja ante todo “el autismo” de los gobiernos de los países del G-8 (las siete potencias industriales más Rusia). Ayer se multiplicaron en Francia e Italia las manifestaciones repudiando la represión. Y el joven Carlo Giuliani, que murió el viernes pasado por el disparo de un policía en Génova, fue enterrado ayer. Al funeral en el cementerio de Staglieno acudieron unas 2 mil personas.
El presidente francés Jacques Chirac, quien sí salió en la foto de Génova, ya había reaccionado en caliente, expresando su comprensión hacia los motivos que guían a “cientos de millares de personas” a protestar contra reuniones como ésa. Jospin, por el contrario, dejó pasar unos días para guiñar el ojo a los globalifóbicos. Antes de emprender el viaje a Rumania, el premier se reunió con delegaciones de la red de la cooperación cultural francesa en el exterior –una estructura de 6500 personas, que se lleva el 40 por ciento del presupuesto de Exteriores–, ante las cuales sostuvo que “el dominio de la mundialización pasa por la reafirmación del papel de los Estados”. Jospin también se alegró por “la emergencia planetaria de un movimiento ciudadano” canalizado por las organizaciones no gubernamentales (ONG). Por otro lado, un total de 68 alemanes siguen detenidos en Génova por su presunta participación en los actos de violencia del G-8.
Attac y otras organizaciones convocaron ayer una concentración ante la Embajada de Italia en París y el Ministerio de Exteriores, para protestar contra las “violencias policiales” en Génova y reclamar noticias de los franceses detenidos u hospitalizados en la ciudad italiana. Una delegación de los concentrados fue recibida en los dos edificios. Los datos obtenidos hablan de dos franceses que permanecen detenidos y otros siete puestos en libertad, sin que de momento pueda confirmarse si hay algún herido de esta nacionalidad que siga hospitalizado en Italia. Para mañana está convocada una gran manifestación en barrios céntricos de París, que terminará en la embajada italiana.
La oposición francesa y alemana a la cumbre llegó en el contexto de que su anfitrión fuera el flamante premier italiano, el derechista Silvio Berlusconi, quien aprovechó para después alinearse con el presidente norteamericano George W. Bush en el tema del escudo antimisiles (NMD). El ministro de Exteriores alemán Joschka Fischer insistió ayer en Berlín en que “la necesidad de abrir el diálogo entre los políticos y las organizaciones no gubernamentales para lograr una mayor comprensión de los problemas que preocupan a la gente”, al tiempo que reconocía ciertos paralelismos entre los movimientos contestatarios de los años ‘60 y los de los manifestantes de Génova.
“Nadie debería juzgar a un joven por su camiseta rota o por su pelo, porque detrás de esas camisetas y esos peinados hay corazones que laten por un mundo mejor”, dijo ayer en el entierro de Carlo Giuliani su padre, un sindicalista. Un “carabiniere” disparó el viernes en Génova a Carlo, de 23 años, cuando éste iba a lanzar un extintor al jeep de la policía en el que se encontraba el agente. Fue la primera víctima fatal de los disturbios antiglobalización. Unas 2 mil personas acompañaron los restos de Carlo en el cementerio de Génova. Los discursos contra la policía fueron acallados por los mismos manifestantes.
Por su parte, miles de personas se manifestaron ayer en el centro de Roma contra la actuación policial en la cumbre del G-8. Una gran pancarta en la que podía leerse la acusación “asesinos” encabezaba la manifestaciónde unas 20 mil personas acompañadas de un fuerte dispositivo policial equipado con material antidisturbios.
Militantes de numerosas asociaciones presentes en la cumbre del G-8 han respondido por toda Italia al llamamiento efectuado por el Foro Social de Génova y que ha incluido también a los Demócratas de Izquierda, principal partido de la oposición en Italia. Reporteros Sin Fronteras expresó su indignación por la “violencia sin precedentes” que se empleó contra los periodistas que cubrían la cumbre de Génova, mientras que la organización defensora de los derechos humanos Amnistía Internacional advirtió que muchos de los detenidos no han contactado con un abogado.

 


 

LAS ALARMAS DEL DEPARTAMENTO DE ESTADO
El adverso milagro sandinista

Un fantasma sobrevuela Nicaragua y Estados Unidos está inquieto. El Departamento de Estado norteamericano se mostró preocupado ante la posibilidad de que el candidato presidencial sandinista Daniel Ortega, preferido en las encuestas, gane las elecciones del 3 de noviembre próximo, según lo reveló un comunicado oficial emitido ayer. La declaración tuvo lugar un día después de que el diario derechista norteamericano The Washington Times publicó que un alto funcionario del Departamento de Estado viajó a Managua para intimar a los partidos de la oposición a unirse en un frente común para evitar el triunfo de Ortega.
Ayer se informó oficialmente que el Subsecretario de Estado asistente para Asuntos del Hemisferio Occidental Lino Gutiérrez (embajador en Nicaragua entre 1996 y 1999) visitó Nicaragua entre el 31 de mayo y el 2 de junio, invitado para hablar en la Cámara de Comercio Estadounidense. “En este discurso, Gutiérrez se centró en las políticas de la administración Bush hacia América Latina. Allí expresó su apoyo al proceso democrático en Nicaragua”, precisa el comunicado. Anteayer, el vocero del Departamento de Estado Phillip Reeker había sido consultado por ese viaje y respondió “debo chequear”. El comunicado insiste en su apoyo genérico a “elecciones libres e independientes”, para las que Estados Unidos ya entregó a Nicaragua –por medio de la OEA– un financiamiento de 3,3 millones de dólares. Pero para el caso particular de los comicios de noviembre el comunicado registra una alarmada reserva: “continuaremos con nuestra seria preocupación acerca de los sandinistas, ante la ausencia de un claro compromiso del candidato Ortega”. Por su parte, el candidato liberal a la presidencia Enrique Bolaños –ex vicepresidente y furioso antisandinista– no se privó de aportar razones al “nerviosismo” norteamericano: “Es lógico porque (el triunfo de Ortega) desestabiliza la región”. “Los sandinistas plantean un problema a Nicaragua: recibieron mucha ayuda financiera de Libia y estoy seguro que también de Fidel Castro”, agregó Bolaños, para añadir, si fuera posible, una preocupación más.

 

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