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Las universidades le tiran una gambeta a la tijera (por ahora)

La UBA y otras sedes pagarán
los salarios de julio sin aplicar el ajuste. Aunque las partidas llegarán con
un 13 por ciento menos.

En receso, los alumnos de
Económicas se las arreglan para protestar.
“No hay ninguna norma que nos ordene bajar los salarios”, dice la UBA.

Por Javier Lorca

La Universidad de Buenos Aires no aplicará este mes el ajuste oficial sobre los sueldos de los docentes y empleados. Y tampoco lo harían las universidades de Córdoba, el Comahue y Rosario, entre otras. “Como todavía no hay ninguna norma que nos ordene bajar los salarios, y la autonomía universitaria nos ampara, vamos a pagar el ciento por ciento de los sueldos”, aseguró a Página/12 un vocero del Rectorado de la UBA. La decisión permitió distender, por ahora, el conflicto con los docentes, que esta semana anunciaron la no reanudación de las clases en el segundo cuatrimestre si se les aplica el recorte.
En realidad, los pagos se harán sin descuentos, pero “a cuenta”. “Para no provocar un incendio y que la gente cobre en término, empezamos a liquidar los sueldos en las condiciones actuales –siguió el funcionario-. Si el Congreso ratifica el recorte para julio, vamos a tener que descontar lo que se haya pagado de más en los próximos sueldos.” En la Universidad de Córdoba se omitiría aplicar el ajuste, pero bajo la figura de “adelanto de sueldo”. En otras universidades también se está analizando sumarse a esa postura. De esa manera, las autoridades universitarias descomprimen la tensión interna y ganan tiempo, mientras siguen aguardando definiciones oficiales sobre cómo se ejecutará el tijeretazo en el sector. Un caso aparte es el de la Universidad del Comahue, cuyo consejo superior rechazó ayer el ajuste y ratificó que pagará la totalidad de los salarios.
Hasta ahora, lo único concreto es que, como les anunció el Ministerio de Educación a las universidades, la próxima partida presupuestaria llegará con un 13 por ciento menos.
Otro dato que contribuyó a aliviar la tensión entre los docentes y no docentes de la UBA es que los gremios están negociando con el Rectorado una compensación para completar los sueldos y que no los afecte el recorte en los próximos meses. Claro que todo depende del tope que el Gobierno y el Congreso le fijen al ejercicio de la tijera. Si el piso queda en mil pesos, la UBA podría afrontar la compensación con sus recursos propios (generados por la prestación de servicios, auditorías, cursos arancelados y pasantías). Si el piso queda más abajo, por ejemplo en 500 pesos, el costo treparía demasiado y la universidad ya no podría pagarlo. “Ahí se va a pudrir todo”, admitió un funcionario. Lo que no está resuelto es cómo se pagaría la virtual compensación. La propuesta del rector Oscar Shuberoff es que sea mediante “tickets canasta”, para evitar el pago de cargas sociales.
“Si la UBA paga los salarios de julio completos y nos dan garantías de que vamos a cobrar del mismo modo los próximos meses, las medidas que vamos a tomar no van a ser tan virulentas”, dijo el secretario general de la Aduba, Daniel Ricci. “Pero ante cualquier tipo de recorte, vamos a ir al paro”, avisó. Alineada con la Federación Nacional de Docentes Universitarios (Conadu), Aduba tomará una resolución sobre cómo seguirá el reclamo el sábado 4, en un congreso del gremio. Por el momento, llamó a no suspender la toma de exámenes.
Esa medida, tomada por la Asociación Gremial Docente (AGD), se sintió durante esta semana en Ciencias Sociales, Ingeniería, Exactas y en el CBC. “Estamos en contra del ajuste en su conjunto. Nuestra posición va más allá de lo que pasa en la UBA”, señaló Néstor Correa, secretario general de AGD. “Nos parece bien que la universidad pague los salarios completos. Pero, si después nos compensan con tickets, el recorte va a estar igual, porque no se van a hacer los aportes”, dijo. La AGD está enrolada en la Conadu “Histórica”, que mañana hará un plenario para decidir sus próximas medidas de protesta. Y la propia AGD hará una asamblea también mañana, a las 18, en la sede de Sociales sobre Marcelo T. de Alvear al 2200.

 

Disputa en el Consejo Superior

El Consejo Superior de la UBA volvió a exhibir ayer, en una tensa sesión doble, primero extraordinaria y luego ordinaria, las dos posturas que, frente al ajuste oficial, atraviesan al gobierno de la universidad. Un sector representado por los decanos de Sociales, Veterinarias, Exactas y otros consejeros, reclamó la realización de una fuerte protesta contra el recorte presupuestario. La propuesta consistía en organizar diversas actividades durante la semana del 13 al 18 de agosto, cuando serán los festejos centrales por el 180º aniversario de la universidad. “La idea era hacer algo unificado desde toda la UBA”, explicó Claudio Elli, consejero graduado. Pero el rector Oscar Shuberoff y la mayoría del consejo se opusieron argumentando que, ante el todavía incierto modo en que se aplicará el ajuste, ahora resulta conveniente esperar, tras los críticos documentos publicitados por el propio Consejo Superior y por el CIN. Y la sesión pasó a cuarto intermedio.

 

Para el tiempo libre... (si queda)
Becas. El Programa Fulbright inscribe hasta el martes 31 a los interesados en obtener becas para cursar posgrados en Estados Unidos en ecología y medio ambiente. En Viamonte 1653, 2º piso, 4811-1494, [email protected].
Lecturas. Con notas sobre la universidad y entrevistas a Jorge Dotti y John Holloway, entre otras cosas, salió un nuevo número de Ainda, revista política realizada por docentes y graduados de Sociales. Se consigue en la facultad. Informes: [email protected].
Concierto. El sábado, a las 18, la Sinfonieta Maquinchao dará un concierto en la Facultad de Derecho, Figueroa Alcorta 2263. Gratis.
Terapia. La Secretaría de Extensión de la UBA inscribe en sus cursos de acompañamiento terapéutico. Informes: Corrientes 2038, 2º entrepiso, 4952-5524.
Teatro. Mañana, a las 21.30, se presentará en la Facultad de Medicina la obra El duende, realizada por el grupo de teatro del Nacional Buenos Aires. En Paraguay 2155. Gratis.
Ski. Work Experience USA inscribe en un seminario dirigido a estudiantes terciarios y universitarios interesados en trabajar en centros de ski de los Estados Unidos, durante el verano. Informes: 4771-1912 e [email protected].

 

OPINION
Por Cristina Guevara

Pacto por la educación

La crisis que atraviesa la Argentina le ha impuesto a toda el Estado la necesidad del “déficit cero”. En otras palabras, tenemos que aprender a vivir con los recursos que podamos obtener. La fiesta de los créditos externos y la venta de activos del Estado terminó. Pero las medidas de carácter general que se han tomado no encuentran en igual situación a todos los organismos públicos. Si el sistema universitario ha reaccionado en los últimos años ante todo intento de reducción de su presupuesto fue simplemente porque eso implicaba la caída sin retorno del nivel académico, o la limitación al ingreso sustentada en su menguada capacidad financiera, o lisa y llanamente el cierre de carreras y las instituciones mismas. Las universidades nacionales, que gastan cerca del 90 por ciento de sus ingresos en salarios (por lo general bastante magros) merecen una atención especial para que el esfuerzo que representa la política del “déficit cero” no afecte inevitablemente su nivel académico. Esto no significa que las instituciones de educación superior no deban realizar un esfuerzo, como lo hace todo el Estado. Pero el recorte no puede afectar las áreas sustantivas, es decir docencia e investigación.
La ley votada en la Cámara de Diputados sólo afecta a los sueldos que superan los mil pesos. Lamentablemente, sólo un bajo porcentaje del cuerpo docente universitario cuenta con ingresos que superen esa cifra. Así, el problema quedaría suficientemente acotado como para que un fuerte compromiso de reestructuración de las áreas de gestión contribuiría a compensar las quitas en los ingresos docentes. Indudablemente, se trata de una operación compleja pero posible, tendiente a no afectar al cuerpo docente, que tiene la responsabilidad de educar nuevas generaciones de profesionales e investigadores. Pero no sólo se trata de una señal del cuerpo dirigente de las universidades. Es conveniente firmar un pacto que garantice que, de aquí en adelante, los aumentos de la recaudación se destinarán prioritariamente a cubrir las necesidades de la educación y la salud. Todos sabemos que sin ellas no hay futuro posible para nuestra nación. Todos sabemos que no se puede vivir eternamente de prestado. Vivir con lo nuestro no es sólo no volver a endeudarnos, sino fundamentalmente rejerarquizar nuestras prioridades. Porque un país que deja su futuro librado a los vaivenes del mercado es un país riesgoso, pero para sus propios habitantes. Propongo, entonces, que el Poder Ejecutivo convoque a la firma de un Acuerdo Nacional por la Educación y la Salud como el paso posible y necesario que debe seguir a la política del “déficit cero”.

* Diputada nacional (UCR).

 

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