Principal RADAR NO Turismo Libros Futuro CASH Sátira

KIOSCO12

OPINION

Primero hay que saber sufrir

Por Martín Granovsky

Siempre había odiado las Torres Gemelas –tan altas, tan lejos de la escala humana del Empire State, tan peligrosas desde las bombas en el garage– pero el viernes al mediodía se alegró con la vista de la Estatua de la Libertad desde su oficina en el piso 88. Afuera, los barcos circulaban como puntitos en la bahía, seguramente achicharrando turistas bajo el sol de agosto. Sobre su escritorio de la consultora Woody’s, otro puntito comenzaba a fastidiarlo. En las curvas aparecía nombrado como “Argentina”. Preocupado por interpretar la fusión de Pirelli, Olivetti y Telecom en Italia e inquieto por traducir a Alan Greenspan, siempre tan irritantemente sutil para deslizar sus pronósticos sobre si la economía norteamericana crecería menos o eran solo temores, el economista jefe de Woody’s decidió cerrar la semana antes de huir de Manhattan sabiendo un poco más sobre el eslabón más débil de los mercados emergentes. Ordenó que dos de sus expertos se reportaran. Diez segundos después entraron un hombre y una mujer que no pasaban los 25 y se hablaban mencionando las iniciales. Al economista jefe sus nombres siempre le sonaban como diyéi o yeiar, pero en lugar de burlarse de los dos prefirió pensar que la vista de ella era más interesante que la estatua al otro lado de la bahía.
–Háblenme de la Argentina –pidió mirando un par de anteojos culo de botella que parecían de miope o de chasco–. Disponemos de diez minutos.
–Un país imprevisible. Jefe, esos anteojos son por lo que dijo Domingo Cavallo de los consultores, ¿no?
–¿Como cual otro? –preguntó ignorando el comentario mientras recordaba que George W. gobernaba gracias a una diferencia de 300 votos en un escrutinio sospechoso.
–No se nos ocurre ninguno. Ni Turquía. Allí no hay piquetes como los que esta semana cortaron calles y rutas.
–Hubo en Génova.
–Pero Génova queda en Italia.
–Ya sé: un país con tres por ciento de déficit sobre el producto bruto. ¿Cuánto tiene la Argentina?
–Menos: 2,4. Pero no queda en Europa.
–En Italia murió un manifestante.
–Ese es el problema de la Argentina, jefe: la imprevisibilidad.
–Quiero datos.
–Nuestros informes pronosticaban cortes en por lo menos 100 rutas y calles (y no hubo más de siete importantes) y cientos de muertos y heridos (no hubo ninguno). No se puede creer en ellos. Ya recomendamos desprendernos de bonos argentinos.
–Y subió el riesgo país, supongo.
–Claro. Allí el EMBI+ siempre sube. Va a subir mientras esté Alfonsín de presidente de los radicales.
–¿Radicals?
–No tienen que ver con los izquierdistas que usted conoció en Berkeley. Alfonsín es más bien un socialdemócrata.
–Blair también.
–Pero Alfonsín es argentino.
–¿Y De la Rúa no era miembro de la Internacional Socialista?
–Sí, claro. Pero él es menos socialista.
–¿Cómo menos? ¿Es socialista o no es socialista?
–Aquí tenemos recortes con columnas de un periodista argentino, Mariano Grondona. Dice que la Argentina vivió en el socialismo hasta 1989.
–No sabía. ¿Y cuál era el modelo? ¿Cubano, soviético o chino?
–No está claro. Pero permítanos darle otro nombre: Pernasetti, Horacio Pernasetti.
–Un italiano. Mmm... ¿Sicilia, Calabria, Nápoles? –Piense más bien en Vanzetti. Otro rojo peligroso, creemos. Presidente de los diputados radicales. Fue el que impulsó el voto contra el déficit cero.
–¿No era que los radicales votaron a favor?
–Sí. Pero le pusieron un piso más alto al recorte.
–¿Y estuvieron de acuerdo con recortar?
–Efectivamente. Inclusive los sueldos y las jubilaciones tendrán valores diferentes cada mes.
–Eso es extraordinario. Ya mismo lo llamo a mi viejo profesor Milton Friedman. Se pondrá eufórico. Mercado puro en tiempo real: si la oferta de trabajadores es muy grande, es lógico que los trabajadores en actividad ganen menos. Y si es más chica, que ganen más. Fabuloso.
–Sí. Le confesamos que es lo único previsible de la Argentina en los últimos años. Afortunadamente para la racionalidad, el salario real cada vez pesa menos en el producto bruto. Algunos del oficialismo se quejaron de los recortes tal como salieron. Anote: Aníbal Ibarra y Darío Alessandro.
–¿Son rojos?
–Peores que Pernasetti. No querían ni recortar. Ahora Ibarra incluso dijo que quiere discutir la deuda.
–¿Tiene una hipoteca impagable?
–La deuda de la Argentina. Es jefe de Gobierno. El y Alessandro pertenecen al Frepaso.
–¿El Fre...?
–Frepaso. Ya consultamos a un grupo de arqueólogos. Nos dijeron que alguna vez sacó cinco millones de votos en elecciones. Pero debe ser hace mucho, porque hoy están en plena dispersión.
–Y obviamente no comparten el déficit cero.
–No. Tampoco Juan Pablo Cafiero, el ministro de Desarrollo Social.
–Ya empiezo a entenderlos: De la Rúa no tiene apoyo político.
–Tal cual. Ni los piqueteros están con él.
–Hasta que los piqueteros no apoyen el déficit cero, la Argentina no será confiable.
–¿Y después sí?
–Después no sé. Los jubilados, ¿apoyan el déficit cero?
–Suponemos que no. A ellos les descuentan. Leímos una encuesta. El 70 por ciento de los argentinos está con el déficit cero.
–Ya veo. El 30 por ciento no lo apoya. Sin racionalidad, ese país no tiene destino. ¿Cómo le fue a Taylor en Buenos Aires?
–Quedó encantado con la Recoleta y un lugar con más restaurantes que el Pier 17 de NY. Puerto Madera, o algo así. Dice que la próxima vez que viaje desembarcará en elefante desde la bodega del avión. En Buenos Aires se sintió como un virrey inglés en la India. Y eso que solo anunció que el Fondo Monetario adelantaría el desembolso de 1250 millones de dólares que ya estaba acordado. Le hicieron reverencias.
–Es poca plata. ¿O es mucha para la Argentina?
–Más o menos la tercera parte de lo que recaudaron por impuestos en julio.
–¿Y recaudan mucho?
–No. Además, la recaudación bajó un 8.7 por ciento.
–Nada. ¿Taylor soportó a muchos populistas?
–Se salvó. Hizo una reunión con economistas donde todos salvo uno, Pedro Lacoste, hablaron más de finanzas que de industria y crecimiento.
–¿Y los otros?
–No fueron invitados los economistas afines al radicalismo, al Frepaso y a la izquierda, y tampoco académicos de la Universidad de Buenos Aires. No están entusiasmados con el nuevo plan. –Imprevisibilidad pura. Hasta que todos se entusiasmen, recomienden desprenderse de los bonos argentinos.
–Mire que así el riesgo país va a subir y la Argentina puede contagiar a otros mercados emergentes.
–Claro: por falta de apoyo político y descreimiento de los mercados.
–Pero los mercados, ¿no somos nosotros?
–No sean tan arrogantes. Nosotros solo encarnamos la Providencia, la razón financiera que inexorablemente busca su rumbo. Miren, ustedes soy jóvenes, pero les voy a contar algo. Hay un tango muy famoso que se llama “Naranjo en flor”. Una vez me tradujeron un verso. Dice: “Primero hay que saber sufrir”. Justo lo que necesitan los argentinos. Eso sí que es racional.


 

PRINCIPAL