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EL EX VICEGOBERNADOR BONAERENSE RAFAEL ROMA SE INTEGRO AL ARI
“Estamos al borde de una ruptura”

El diputado indicó que pasó del PJ al ARI porque el informe de Elisa Carrió demostró que �este sistema ya está agotado�. Dijo que Duhalde ve con simpatía las propuestas nuevas pero no puede generarlas.

Rafael �Balita� Romá, ex vicegobernador de Eduardo Duhalde
y flamante miembro del ARI.

Por Felipe Yapur

Sorprendió a más de un dirigente peronista cuando se lo vio acompañando a Elisa Carrió durante la presentación del informe de la comisión investigadora sobre lavado de dinero. Era prácticamente su debut en lo que ahora se conoce como Alternativa para una República de Iguales (ARI), la fuerza política que lidera la diputada chaqueña. Lo llamaron varios para preguntarle el porqué de su salto. Incluso lo hizo su viejo “jefe político”, Eduardo Duhalde. Y Rafael Romá, el hombre que fue durante ocho años su vicegobernador, respondió seco: “Me sumo a la construcción de un nuevo modelo”. Dice que su decisión forma parte de una largo proceso que incluye, por ejemplo, la vez que intentó convencer en 1997 a Duhalde de que debía hacer una alianza con el Frepaso de Chacho Alvarez.
–¿El día que Elisa Carrió presentó el informe de la comisión estuvo allí por decisión propia o porque había sido invitado?
–Fui por una decisión personal. También porque sabía de la presentación del informe y sentía la necesidad de acompañar a los miembros de la comisión en general y a Carrió en especial. Por eso estuve y me siento contento de haber estado acompañándola.
–Su presencia desató el rumor de su pase al ARI. ¿Cuánto de verdad hay en ello?
–(Ríe) Y... (la risa ya es prácticamente una carcajada) Hay bastante de verdad en todo esto. Hay mucho de verdad. (Vuelve a ponerse serio) Creo, y estoy totalmente convencido de que la Argentina está en una situación terminal tanto en lo económico como en lo social. Creo que la política debe recuperar el rol necesario y la fortaleza suficiente para salir de esta situación. Me parece que el gran dilema es cómo se construye poder para avanzar y superar esta etapa difícil que se vive.
–¿Y cómo se construye poder en esta coyuntura?
–Bueno, creo que el poder hoy es credibilidad que se nutre de la verdad. Y aquí el rol de Carrió es muy importante. Tiene el reconocimiento de la sociedad con respecto a su lucha por la verdad, pero también por haber avanzado más allá de la denuncia. Ella pudo sintetizar esta matriz económica que saqueó el país y que permitió una transferencia tan fuerte desde los sectores populares a los sectores financieros. Hace poco, alguien me decía que en el Parlamento argentino habrá que trabajar mucho para encontrar un informe que tenga una envergadura como el que presentó Carrió y que no sea el de Lisandro de la Torre sobre los frigoríficos. Han pasado más de 50 años antes de que se realice una investigación política de esa importancia.
–¿Pero con la credibilidad sola alcanza?
–Claro que no. Aquí viene otro aspecto importante y es la generación de consenso que se expresa a través de la posibilidad de articular la enorme variedad de expresiones de insatisfacción, rebeldía y bronca que se reproducen en todo el país y en todos los niveles de composición social. Me parece que en este aspecto los dos grandes partidos, en la construcción económica y política y social desde el `83 a la fecha, han fracasado. Entonces, hay que hacerlo de una manera diferente y creo que es la posibilidad de cortar transversalmente las estructuras partidarias sin que ello signifique la pérdida de la identidad.
–¿El ARI será el partido que pueda conducir este cambio?
–En primer lugar sí. Pero es importante aclarar que el ARI no es un nuevo partido político. Tiene un gran desafío por delante que es el de transformarse en un gran movimiento con fuerte inserción popular. Ahora, si se plantea sólo ser un partido o una estructura política que responda sólo a la clase media progresista de este país, nos vamos a equivocar porque el poder está en todo el espectro social del país y no solamente en la acumulación de dirigentes tomados desde diferentes partidos porque se corre el riesgo de terminar igual que el Frepaso.
–Usted fue vicegobernador de Duhalde durante ocho años. ¿No cree que es difícil que le crean su cambio?
–No vengo a buscar nada en particular sino simplemente me sumo a algo válido que es la construcción de un nuevo modelo. De la historia uno se tiene que hacer cargo. Es así y no lo puedo cambiar, milité dentro del PJ, fui ministro de Antonio Cafiero, fui vice de Duhalde. Y hoy creo en esta opción. Todos crecemos, la sociedad va cambiando sus demandas y convicciones. Para mí esto representa un proceso interno, personal, y estoy totalmente convencido de lo que estoy haciendo. Lilita es una dirigente con una capacidad extraordinaria de interpretar lo que le pasa a la sociedad. Entre otras cosas, hay una cosa que me impactó enormemente, y es que la angustia mucho la política. Y creo que esto ocurre cuando se es excesivamente responsable y sensible.
–Por lo que usted dice, la decisión llegó después de un proceso largo. Durante todo este tiempo, ¿tuvo alguna tentación similar a la que le provocó la propuesta de Carrió?
–Sí, efectivamente fue un proceso largo, de algo más de tres años. Bueno, esto tiene un poco de confesión de cosas no públicas. En el año ‘97 yo era uno de los que militaba con aquello de que la Alianza debía ser al revés. Yo le propuse a Duhalde la posibilidad de acordar un acercamiento con Chacho Alvarez y el Frepaso. La idea de la transversalidad la visualizo desde hace tiempo porque creo que los partidos han construido un modelo político-institucional que se fue alejando de la sociedad. Y que el aire fresco que significaba en su momento el Frepaso podría haberle dado una cuota importante de oxígeno al peronismo. No tuve suerte.
–¿Cree que como ocurrió aquella vez con el Frepaso, Duhalde ahora tampoco se animará a pegar un salto hacia el lado de Carrió?
–Duhalde tiene, y esta es una visión personal, un desdoblamiento. El ve con simpatía estas nuevas propuestas, pero no puede salir de su forma de hacer política a la antigua, de recostarse en el viejo tronco partidario. El cree que sólo así podrá generar un nuevo orden político-institucional. Por eso no descarto que Duhalde pueda formar parte de un proceso de este nivel, lo que creo es que no está en condiciones de generarlo.
–¿Ninguno de los grandes partidos está en condiciones de hacerlo?
–Mire, en 1983 la sociedad argentina le otorgó al PJ y la UCR dos grandes mandatos. Uno fue salir de la intolerancia y de la violencia política de los setenta para generar un modelo de convivencia democrática. Terminó siendo un bipartidismo de connivencia con su máxima expresión en el Pacto de Olivos. El otro tenía que ver con lo económico, y que era romper con la matriz que significó la dictadura militar y su proyecto económico. Y la verdad que por error, omisión o incapacidad terminamos comprando la propuesta de los organismos internacionales. La receta más fácil para que todo siguiera como estaba. Y hoy el informe de la comisión demuestra que la matriz económica y el modelo que comenzó en la dictadura está agotado, muerto.
–Bueno, hubo error, también omisión, pero sin duda también complicidad.
–(Levantando los brazos) Pero claro. La política debería haber sido el intermediario entre la sociedad y el mercado. Pero fue su socio. Y esto lo estamos pagando todos a pesar de que los responsables son unos cuantos.
–Carrió dice que lo que ella está generando es un estadio superior a la experiencia del Frepaso. ¿Es así?
–Lo está haciendo y trasciende lo meramente electoral. Su crecimiento está relacionado con el trabajo y la estrategia que se de en el avance del consenso social que se necesita. Lo suyo no es nuevo, es posible y hay dos ejemplos: los grandes movimientos sociales que irrumpieron sobre modelos muy consolidados como lo fueron el yrigoyenismo y el peronismo.
–¿Está diciendo que estamos frente a otro tercer movimiento histórico?
–(Ríe) No, no. No le pongamos título a nada porque ya todos esos títulos se quemaron. Pero estoy seguro que estamos a la puerta de una ruptura porque este sistema está agotado.
–¿Se puede construir lo nuevo si se formó parte de lo viejo?
–La primera vez que hablé con Carrió le dije que yo no sé si puedo formar parte de lo nuevo por mi historia. Pero lo único que no quiero ser es un impedimento en esta nueva construcción. Sé lo que traigo en mis espaldas, pero lo que más me motiva es poder hacer un aporte a lo que vendrá desde la política con caras nuevas y que conducirá Carrió.

 

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