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Las cajas cuentan la historia de
Daforel y su amigo el M.A.Bank

La investigación de las
coimas de las armas está mostrando interesantes relaciones con el banco de Aldo Ducler.

Ducler fue asesor y
recaudador de la campaña de Ortega.
Con el escándalo, tuvo que renunciar a la campaña de Duhalde.

Por Eduardo Tagliaferro

La investigación por la “ruta del dinero” en la venta ilegal de armas a Croacia y Ecuador, va dejando al descubierto una recurrente triangulación de operaciones sospechosas. El numeroso listado de bancos y entidades financieras intervinientes en la maniobra es una virtual radiografía de época. En las cinco cajas bajo estudio de los peritos del Banco Central, remitidas por la justicia norteamericana con la historia de los movimientos de la cuenta Daforel en el MTB Bank de Nueva York, se destacan las transacciones de ida y vuelta con el M.A.Bank Ltd, una offshore con sede en las Islas Caymán sospechada de “enjuagar”, con la aquiescencia del Citibank, dinero proveniente del Cártel de Juárez. La equívoca relación entre el Citi y el M.A.Bank, que operaba el ex asesor de Ramón Palito Ortega, Aldo Ducler, fue ventilada en la audiencia pública realizada por el subcomité del senado norteamericano. Al calor de estas investigaciones, en el juzgado federal de Jorge Urso se revisa una antigua denuncia formulada por Aníbal Ibarra que identificó con su respectivo número, una cuenta que Daforel tenía en la sede neoyorquina del Citibank.
El subcomité del senado estadounidense no dudó en calificar a entidades como el Federal Bank y el M.A.Bank como “bancos cáscaras” o “fantasmas”, al verificar que más allá de estar radicados en paraísos fiscales, no tenían sede física. El M.A.Bank se reducía a una casilla postal por la que se triangularon con el Citi parte de las inversiones que el narcotráfico colombiano realizó en Mar del Plata. La difusión de la noticia hizo que Ducler, asesor y uno de los recaudadores de la campaña Ortega Presidente, renunciara a los equipos de finanzas que sustentaban la candidatura de Eduardo Duhalde a la presidencia. “Si hubo lavado, lo hicieron los bancos norteamericanos. Yo no recibo dinero de México ni de Colombia, sino de bancos de primera línea de los Estados Unidos”, dijo Ducler cuando estalló el escándalo. Sin cuestionar su ubicación entre los bancos de primera línea, los legisladores norteamericanos no dudaron en poner al Citi en el banquillo. Le endilgaron no haber tenido en cuenta una premisa simple: el principio de “conozca a su cliente”.
Si Urso accede al pedido del fiscal Carlos Stornelli de convocar a los titulares de la desaparecida financiera Multicambio, operadores de la cuenta Daforel, éstos deberán enfrentar una pregunta parecida: ¿conocía usted las actividades de su cliente? La respuesta podrá definir el destino procesal de los cambistas que a través de Daforel facilitaron las actividades de gran parte de los operadores locales.
En los próximos días, los peritos del Central deberán informar qué se esconde detrás de las transferencias entre la offshore de Ducler y Daforel. Tanto Ducler como Pedro Stier, uno de los titulares de Multicambio, son ampliamente conocidos en el ambiente político. Stier es valorado en la plaza financiera por su lealtad a su clientela, que incluía a nombres rutilantes de la farándula política y sus cercanías. Emir Yoma, ex cuñado de Carlos Menem, frecuentaba diariamente las oficinas de Sarmiento al 400. El ex titular de la DAIA y del desaparecido Banco Mayo, Rubén Beraja, era otro habitué a Multicambio. Las complicaciones para Stier vendrán cuando se esclarezca el contenido de esos vínculos.
En este punto, se ve con otros ojos una vieja presentación formulada por el actual jefe de Gobierno porteño, Aníbal Ibarra. Cuando las investigaciones por la venta ilegal de armas daban sus primeros pasos, Ibarra denunció que en “el Citibank de Nueva York se encuentra la cuenta 36977649, a nombre de Daforel, operada desde Buenos Aires por la agencia Multicambio”. Además de entregar el domicilio de la casa de cambio y el listado de sus titulares, Ibarra añadía que “en dicha cuenta se depositaba solamente dinero negro, o azul, como se lo conoce en la jerga financiera”. La denuncia sostenía que la cuenta en la entidad neoyorquina podía estarindistintamente a nombre de Daforel o de Piano International Corporation y que las constancias estaban “celosamente guardadas en una caja de seguridad del entonces Banco Federal de Sarmiento y Reconquista. Claro está que esa caja de seguridad no estaba a nombre de Multicambio sino de dos empleadas”, dijo Ibarra.
El apoderado de Multicambio, Horacio Croitoru, reconoció la existencia de las cajas, pero desmintió que la firma tuviera cuenta a nombre de Daforel en el Citi de Nueva York. Eran tiempos en los que la defensa de los cambistas era negar todo, hasta ser operadores de Daforel, la emblemática cuenta que alguna vez fue definida por el frepasista Horacio Viqueira “como la cuenta de la corrupción en la Argentina”. Los datos de Ibarra son analizados con la mirada de hoy, sobre todo luego de que la justicia norteamericana se avino a dar la información que existía sobre Daforel en el desaparecido Manfra, Tordella and Brokers (MTB).

 

OPINION
Por Laura Bonaparte*

La ausencia de justicia

Quiero felicitar a Raúl Zaffaroni por su artículo de la contratapa de Página/12 del 20 de agosto. Pero hay una ausencia que, me parece, es la respuesta a los lúcidos planteos que hace. Transcrito los párrafos:
“El poder violento nos ocultó siempre el potencial de la lucha no violenta; por eso ni se la menciona en la historia...”
“La lucha no violenta tiene la ventaja de ser la única para la que el sistema de poder no tiene respuesta y por eso la oculta.”
“...es toda una cosmovisión diferente a la de nuestra civilización industrial.”
Sé, porque conozco sus escritos, que debe haber dado por sentado que todos íbamos a pensar que estos movimientos pueden engendrarse cuando la Justicia sea convicción de todos los habitantes de esta bendita tierra. Sobre todo de los jueces. Es necesario darle existencia a la justicia para que otro proyecto sea posible. Y sólo bajo esa condición.
Sucede que, por ejemplo, no hay movimiento más pacifista que Memoria Activa. Sin embargo, la Justicia se ha tornado sorda a las palabras. Pero también a los estallidos. No puede permanecer sorda una justicia que debe haber oído la explosión de la Embajada de Israel y la céntrica y criminal explosión de la AMIA. Ninguna de las personas que estamos en el acto de los lunes, a las 9.40, hemos propiciado la violencia. Todo lo contrario. Tampoco hemos cejado de clamar por la justicia, de presentar pruebas sobre lo que sostenemos. Sin embargo, la justicia o está desaparecida o también ha sido asesinada.
El ejercicio de la justicia es el germen de esa posibilidad de la que Zaffaroni habla: “Una cosmovisión diferente a la que nuestra civilización industrial”. Sería interesante que el poder político argentino cumpla con su palabra y respete sus firmas en convenios penales internacionales. Sería interesante también, para que la paz activa sea una realidad, que los genocidas sean condenados de acuerdo con la calidad de sus crímenes y no que anden sueltos, siendo esto un contrasentido en un país que se supone es pacifista y democrático.

* Madre de Plaza de Mayo, Línea Fundadora.

 

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