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RUCKAUF RETROCEDIO Y LE ECHO LA CULPA A VERON
“A mí la orden me sorprendió”

Tras la avalancha de denuncias y repudios, el gobernador salió a criticar la orden de detener a los chicos de la calle. Dijo que era un �error de interpretación� y anuló la circular.

Los chicos que estuvieran pidiendo limosna debían ser sacados de la calle, según la orden anulada.

Por Cristian Alarcón

La orden de ralear de chicos pobres las calles bonaerenses que habían recibido los policías de la provincia duró poco. Ayer, cuando en decenas de juzgados se recibían denuncias por la circular en la que se ordenaban operativos para sacar de la vía pública a los menores y jóvenes mendigos, el ministro Ramón Verón primero, y el propio gobernador, Carlos Ruckauf después, salieron a dar públicamente marcha atrás con lo que juraron se trató de un “error de interpretación”. El nivel y el caudal de los repudios a la medida que denunciaban la criminalización de la pobreza pusieron contra las cuerdas de la opinión pública al gobernador cuya política dilecta en materia de seguridad ha sido la mano dura. Ruckauf reaccionó públicamente ante el asunto con una frase llamativa: “La orden de la policía para detener a chicos de la calle me sorprendió. ¿Cómo no me va a sorprender? Me parece una reacción lógica”, dijo con una inocencia cuestionada ayer por los observadores de la circular ya extinta. Verón, en una tempranera conferencia de prensa debió hacer un mea culpa por orden del gobernador consistente en asegurar que en realidad la orden fue proteger a los niños que son explotados por adultos.
“Yo quiero que estén presos los delincuentes que perjudican a los chicos, que los violan, que los prostituyen, a los que los drogan y les hacen vender drogas –dijo Ruckauf en la Rural al ser consultado sobre el tema durante su visita a la Exposición de Gastronomía y Hotelería de la Provincia–. No quiero chicos en los patrulleros, quiero delincuentes en los patrulleros.” Los voceros oficiales le aseguraron a Página/12 que el hombre que invitó a meter bala a los ladrones se pasó el jueves rumiando la respuesta que saldría a dar tras el escándalo que suscitó la publicidad de la circular policial. El texto transmitido por radio a todas las comisarías el día 6 de agosto dejó de estar en vigencia por obra y gracia de las declaraciones de los funcionarios, aunque ayer las radios de la Bonaerense no recibían aún la contraorden.
Al menos eso descubrió a la tarde la diputada nacional Alicia Castro, quien junto a su par bonaerense, Susana Amaro, recorrieron comisarías platenses para chequear si había niños detenidos y si la medida continuaba rigiendo. Las integrantes del ARI habían presentado un hábeas corpus preventivo ante el juez de Menores de La Plata, Julio Bardi. “El comisario de la seccional novena nos contestó que todavía no recibían ninguna contraorden”, le dijo Amaro a este diario. Lo cierto es que la medida casi no habría sido aplicada, más que en el departamento de San Martín. Ayer el juez que denunció la existencia de la circular ante la Suprema Corte bonaerense, Juan Carlos Cairo, contó en una entrevista con Página/12: “Me llama un comisario al día siguiente de escrita la circular y me dice que había recibido instrucciones de sus mandos que todo chico que estuviera en la calle, mendigando, o con un trapito, lo tenía que detener”. Cairo dice que la hizo corta: le preguntó cuántos móviles tenía. Eran tres. “Llénelos de chicos y lléveselos a Verón a la residencia.” En su ironía estaba la negativa a dar curso a la orden salida de Seguridad.
Cairo ya había tenido “pedidos anteriores” para que interviniera sacando de los piquetes de su departamento judicial a los menores que estuvieran a la intemperie. “Nos negamos a ser los encargados de judicializar la pobreza que crece”, opinó ayer y relató que “la realidad nos golpea a diario por chicos con falta de alimentación, atención médica, escolaridad, descuido, carencia casi en todos los sentidos”. Sobre ese tema no hablaron ayer los funcionarios. Verón, en su reconocimiento público, partió por deslizar que “tal vez haya un error en el texto que de lugar a una mala interpretación”. “Hay un error en el texto frío de un telegrama que no sé si sintetiza la intención de la orden”, agregó. La verdadera intención del radio policial según el ministro había sido “que el procedimiento” que impulsaba no era detener a los chicos en riesgo, sino ponerlos a disposición de los jueces. Lo que no explicó es el carácter de “amplios operativos” que indicaba la circular aplicar hacia los chicos. Mientras Verón invocaba ayer la ley de Patronato, vigente desde 1919, y por la cual el Estado debe “proteger”a cualquier niño en situación de “riesgo moral o abandono”, la titular del Consejo Nacional del Menor y la Familia, María Orsenigo reclamaba ayer al Congreso su derogación. Para la funcionaria la antigua norma es la vía perfecta para “criminalizar la pobreza” por lo que pidió que la ley del Protección Integral de los Derechos del Niño, Niños, Niñas y Adolescentes, en estudio en las comisiones en ambas cámaras.

 

Una denuncia contra Impari

El hombre que firmó la circular del escándalo tiene ahora, además de la triste fama de haberla firmado, una denuncia penal en contra presentada por una Organización No Gubernamental platense. El coordinador de la Oficina de Protección de Derechos de los niños y adolescentes de la Fundación Anahí, Marcelo Mendy, apuntó ayer en un escrito presentado ante el juez de Garantías César Melazo, contra Carmelo Impari, director General de Coordinación Operativa de Seguridad acusándolo de los delitos de violación de los deberes de funcionario público y abuso de autoridad.
“Más allá de que la medida haya sido suspendida consideramos que acá se cometieron delitos y que es necesario que un juez se expida”, le dijo Mendy a Página/12. En el escrito la ONG plantea que “la sola idea del cumplimiento efectivo de la medida de traslado compulsivo” de un niño sería privación ilegal de la libertad. “Capciosamente –sostiene Mendy– se busca unir dos situaciones que no conviven al mismo tiempo, la de pobreza con el riesgo de integridad física (...) para que no se destaque la olímpica incapacidad de la policía de la provincia para luchar, precisamente, contra los delincuentes que explotarían a los chicos”.

 

SIMULAN FUSILAR A DOS POLICIAS DENUNCIANTES
“Pidan la baja a la fuerza”

Un matrimonio de policías bonaerenses que declaró en la causa contra 24 oficiales del Comando de Patrullas de Vicente López y de la comisaría de Florida investigados por haber cometido distintos hechos de corrupción fue sometido ayer a un simulacro de fusilamiento en una calle de la localidad de Monte Grande. Roberto Lucero y María de los Angeles Romero denunciaron que fueron interceptados cuando viajaban en su auto por dos hombres encapuchados, que los obligaron a bajarse, y dejar a su bebé de un mes y medio dentro del vehículo. Luego los obligaron a arrodillarse, les apuntaron con armas a la cabeza y les ordenaron que “pidan la baja” de la fuerza.
“No hagan nada porque los estamos midiendo”, les advirtieron antes de irse los miembros de la patota que los agredió. Fue el martes poco antes de la medianoche en la esquina de Cervetti y avenida Fair, en Monte Grande. Los encapuchados iban en un Fiat Uno de color rojo y llevaban pistolas nueve milímetros. La pareja denunció el hecho en la comisaría del lugar y luego se presentó ante el fiscal de San Isidro Hernán Collantes para pedirle medidas de seguridad.
Collantes, que ya pasó por esa situación otras once veces, cuando otros testigos fueron amenazas en circunstancias más apremiantes que éstos, habló con el jefe de la Policía Bonaerense para solicitarle que traslade a los agentes a la comisaría de su domicilio. De esa manera intenta alejarlos del Comando de Patrullas de Vicente López, el epicentro en el que están los acusados por los testigos, que fueron liberados en enero por el juez de Garantías Diego Barroetaveña, que entendió que no había mérito para que siguiera detenidos, tal como había dispuesto anteriormente la jueza Marcela De Langhe.

 

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