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COMO LARGO LA CUMBRE ANTIRRACISMO
Discutiendo matices

En la conferencia de Durban,los occidentales quieren planes para el futuro. Pero los países en desarrollo prefieren el reconocimiento del legado esclavista y buscan una reparación.

El reverendo afroamericano
Jesse Jackson con Yasser Arafat.
Los países árabes ansían una condena
al sionismo como racista.

Por Chris McGreal *
Desde Durban

La conferencia antirracismo de la ONU se abrió ayer en Sudáfrica con temas clave, como el fraseo de un pedido de disculpas europeo por el tráfico transatlántico de esclavos, todavía sin solucionar tras meses de rencorosas negociaciones y sólo días para llegar a un acuerdo. El tono de los discursos de apertura reflejó las diferencias clave entre los países occidentales, que sostienen que la conferencia debe concentrarse en planes de acción para combatir la discriminación en el mundo de hoy, y el mundo en desarrollo, liderado por los africanos, que quieren un escrutinio y un reconocimiento mucho más profundos de las injusticias raciales del pasado y sus legados.
Fuera de la sala de conferencias, había un recordatorio mayor de las complejidades de la lucha contra el racismo, y aún del modo de definir este último, en la forma de una marcha de protesta de miles de personas con consignas relacionadas a asuntos tales como falta de tierras, el sistema de castas en la India, el incesante bombardeo de Irak y las privatizaciones, todos los cuales son considerados en términos raciales. Pero la manifestación estuvo dominada por el tema que ha prevalecido en los días previos a la conferencia: Israel.
Sudáfrica y otros países africanos están particularmente disgustados por la negativa de los países occidentales a llamar al tráfico transatlántico de esclavos un crimen contra la humanidad. Gran Bretaña, que dirigió meses de negociaciones con los sudafricanos en nombre de la Unión Europea, sigue diciendo que no hay posibilidad de usar ese término por sus implicancias legales. Por otro lado dice que está dispuesta a usar las mismas palabras para describir la esclavitud actual en Sudán, y que es en estos casos que la conferencia debe centrarse: en problemas de hoy como la opresión étnica en Africa y otras partes. Pero los diplomáticos de Pretoria acusan a Gran Bretaña de hacer juegos de palabras y están enojados porque el bloque europeo y Estados Unidos no permitirán discusiones abiertas sobre las reparaciones o alguna forma de compensación, como un plan de reconstrucción para Africa.
Los africanos no están totalmente unidos en su reclamo de compensación. El presidente de Senegal, Abdoulaye Wade, ridiculizó las reparaciones al decir que es descendiente de generaciones de reyes africanos que tenían esclavos. “Si uno reclama reparaciones por la esclavitud, los esclavos de mis ancestros, o sus descendientes, también pueden reclamarme dinero a mí, porque la esclavitud ha sido practicada por toda la gente en el mundo,” dijo. Pero Wade apoya una declaración acerca de que el tráfico de esclavos es un crimen contra la humanidad y instó a occidente a enseñarle a la gente joven “la realidad de la esclavitud, el comercio esclavo, para poder preservar la memoria”.
Un amargo desacuerdo sobre el trato de los israelíes a los palestinos siguió ensombreciendo la conferencia. La delegación de Israel no se presentó para la ceremonia inaugural en protesta por los intento de igualar el sionismo con el racismo, y Estados Unidos y Canadá redujeron sus delegaciones en un acto de simpatía. El estado de ánimo de muchos delegados era evidente cuando el secretario general de la ONU, Kofi Annan, dijo que los judíos habían sido víctimas de antisemitismo y llamó al Holocausto “la máxima abominación”. “Este hecho nunca deber ser olvidado o disminuido,” dijo, al silencio en el salón. Pero cuando Annan continuó describiendo los “males” hechos a los palestinos, “desplazamiento, ocupación, bloqueo, y ahora asesinatos extrajudiciales”, hubo un fuerte aplauso.
Afuera de la conferencia, miles marchaban contra una sarta de temas. Inicialmente, los manifestantes antisionistas hicieron una gran manifestación, pero los organizadores de la marcha, temiendo que la condena de Israel estuviera opacando sus temas, corrieron a los que hacíancampaña por la redistribución de tierra en Sudáfrica al frente de la manifestación. Ahí se les unieron los manifestantes que exigían la cancelación de la deuda del tercer mundo, y la distribución de drogas anti Sida para las mujeres embarazadas en Sudáfrica. En cada caso los manifestantes dijeron que el racismo estaba en la raíz de los problemas que estaban confrontando, pero no muchos creían que los delegados adentro de la conferencia le dieran mucha importancia.

* De The Guardian de Gran Bretaña. Especial para Página/12.

 

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