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SE EXHIBIO EN VENECIA EL FILM “HIJOS”
Viaje a la verdad

La película de Marco Bechis, proyectada en la sección Cinema del Presente, fue premiada con largos minutos de aplausos. El director de �Garage Olimpo� dijo que �todo film hecho seriamente es político�.

El drama de los hijos de desaparecidos durante la dictadura llegó ayer al Festival de Venecia de la mano de Marco Bechis. Hijos es de alguna manera la continuación de Garage Olimpo (1999), en la que el cineasta nacido en Chile, criado en la Argentina y radicado actualmente en Italia contaba la tragedia de los campos de concentración y la muerte en los llamados “vuelos de la muerte”. La película presentada ayer en la Mostra está en la sección competitiva Cinema del presente, donde se valora a autores que arriesgan en temática y lenguaje cinematográficos. Varios minutos de aplausos al término de la proyección abierta al público marcaron el primer veredicto.
En Hijos, Bechis emplea por momentos técnicas casi de documental para contar la historia de una veinteañera que desde Buenos Aires viaja a Milán (Italia) en busca del que cree ser su hermano gemelo, robado en el momento del parto de su madre y entregado a un militar implicado en la dictadura. La pareja llega hasta Barcelona en busca de pruebas que les permitan saber si son hermanos. Ese es el eje argumental de una película que intentará seguir el exitoso recorrido que tuvo Garage Olimpo en el circuito internacional de festivales. Ante periodistas en su mayoría europeos, Bechis explicó que al principio de la película no explicó claramente que el origen de los hechos está en Argentina, para implicar más al espectador en la trama y, asimismo, para hacer ver que ese tipo de tragedias pueden suceder en otros países, como ocurrió en los Balcanes. “Lo que ocurrió en Bosnia hace cinco años con campos de concentración y desaparecidos ocurrió hace 20 años en Argentina”, graficó el cineasta, que padeció en carne propia el horror de la dictadura. En relación con su modo de encarar el hecho artístico, Bechis señaló: “Godard decía que no hay que hacer cine político, sino políticamente”. Y remarcó: “todo film que está hecho seriamente es político”. El realizador trabajó con sus colaboradores Carlos Echevarría y Enrique Piñeyro, y convocó a la debutante Julia Sarano. La joven actriz aseguró que para su generación el tema de la película es importante, “porque se ha vivido como un drama en Argentina”. Los intérpretes, todos argentinos menos la italiana Stefania Sandrelli, tuvieron contacto con hijos de desaparecidos para tener impresiones directas de la situación.
Asimismo, Bechis señaló que el hecho de no ofrecer un marco histórico definido mantuvo al público con cierta expectativa. Stefania Sandrelli expresó acerca de su papel, el de la esposa de un torturador, que leyó en Navidad el guión y lo rechazó porque sentía que su instinto de madre le impedía interpretarlo. Luego, el productor la convenció y sobre todo Bechis, quien le dijo que no debía sofocar ese instinto para el papel. Para Bechis, lo terrorífico de este asunto más allá de las muertes de los padres es que “los militares en Argentina y Uruguay consideraban a los recién nacidos como botín de guerra”. En Europa se vive con especial sensibilidad el caso de la apropiación de menores. No terminan de concebirlo, y se horrorizan cuando se difundan las cifras oficiales, que estiman en aproximadamente 500 los niños que fueron robados. Se reivindica asimismo la lucha de Abuelas de Plaza de Mayo, y se sabe que hasta ahora se han encontrado alrededor de 70 hijos de desaparecidos, que en su mayoría viven con sus familias biológicas.
La película, que compite por el León del Año (dotado con 100.000 dólares) en la sección paralela de la Mostra Cine del Presente, fue ayer una de las atracciones de un festival que ofreció también una nueva producción del realizador portugués Manoel de Oliveira, un histórico del cine europeo que a sus 93 años continúa en actividad y que ya ganó en 1985 el León de Oro a la Carrera, aunque ahora participa fuera de concurso. En Porto da minha infancia, Oliveira traza con aire autobiográfico su niñez y juventud en Oporto. De Estados Unidos se vio Training Day, una historia de corrupción policial protagonizada por Denzel Washington y Ethan Hawke. La realizadora británica Sandra Golbacher presentó Me Without You, una historia de falsa amistad entre mujeres. El cine argentino, representado por seis trabajos en diferentes secciones, está viviendo un buen momento en Europa. Prueba de ello fue también la interesante recepción que tuvo anteayer el film Sábado, opera prima de Juan Villegas. La película se proyectó en la legendaria Sala Grande del Lido de Venecia, y antes de su exhibición fueron presentados su realizador y algunos de sus protagonistas, como Gastón Pauls y Camila Toker. Sábado retrata una Buenos Aires desolada y su acción transcurre en un día, entrecruzándose las historias de tres parejas. Pauls, que en el film hace de sí mismo, señaló que “Más allá de estar supuestamente haciendo ficción y mintiendo, el actor debe decir la verdad como nadie en el mundo”. En eso parece que anda el cine argentino que se exhibe en los festivales del mundo.

 

 

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