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La ANSeS será el caso piloto para el plan de incentivos a gerentes

Bullrich y Colombo presentaron la política de reducción de gerencias de la ANSeS. Los nuevos funcionarios deberán cumplir metas de eficiencia a riesgo de sufrir recortes en sus ingresos.

Por Cledis Candelaresi

“La transformación de la ANSeS será imparable”, prometió ayer la ministra de Trabajo, Patricia Bullrich, durante el acto en el que ese organismo bajo su órbita firmó con la Jefatura de Gabinete un acuerdo que transformará el funcionamiento de sus gerencias. Los futuros ocupantes de estos cargos –casi la mitad de los que existían pocas semanas atrás-estarán obligados a cumplir un plan para mejorar la eficiencia del organismo, bajo amenaza de que, si no lo hacen, sus futuras remuneraciones serán recortadas. La reestructuración del organismo responsable del pago de jubilaciones, pensiones y subsidio por desempleo también incluirá una baja de ñoquis y reducción de contratos para ayudar a cumplir con el Déficit Cero.
El instrumento legal firmado entre Douglas Lyall, titular de la ANSeS, el secretario de Seguridad Social, Jorge Sanmartino, y el secretario de Modernización, Marcos Makón, es una innovación denominada “acuerdo programa”, que impone a cada gerente una serie de objetivos periódicos. De no honrarlos en tiempo y forma, dejarían de percibir (o percibirían recortado) un plus por productividad de hasta el 30 por ciento de su remuneración básica, con el que se intentará estimularlos y, en el peor de los casos, serán relevados automáticamente de su cargo, ya que no tendrán estabilidad.
Un aspecto singular de esta iniciativa es que a partir del 15 de septiembre se abrirán concursos para cubrir todas las gerencias, con lo cual, los compromisos rubricados ayer deberían ser luego ratificados por los futuros ocupantes. Pero el Gobierno necesitaba dar una señal urgente de que está avanzando en la reestructuración de un organismo cuyas debilidades administrativas y corrupción le hacen perder a la Seguridad Social 700 millones al año.
Ocupar gerencias mediante concursos de antecedentes en un hecho inédito en la administración pública central. Pero la constatación de un gran nivel de corrupción interna y la sospecha de que gran parte de esos cargos ejecutivos son cubiertos con designaciones políticas, ajenas a la eficiencia de la organización, hizo que el gobierno apurara acá el modelo que planea extender al resto de reparticiones del Estado.
Las gerencias de primer nivel acaban de disminuir de 18 a 10 y la remuneración de sus ocupantes quedó en 5100 pesos mensuales de bolsillo, luego de una reciente reducción del 18 por ciento. Las de segundo nivel también se contrajeron de 64 a 38, y los sueldos de éstos funcionarios son hoy de 4300 pesos. De este modo, la Administración Nacional de la Seguridad Social consigue ahorrar 5 millones de pesos mensuales, importe casi irrisorio en relación al volumen de recursos que maneja y a lo que, se estima, se pierde por corrupción.
Pero, presumiblemente, ese cambio también sirve para sincerar una estructura que históricamente fue refugio de los adictos al gobierno de turno. “Hay capas geológicas de gerentes”, admitía hasta hace poco Lyall. En la primera línea, y hasta que se resuelvan los inminentes concursos, hoy sobreviven varios fieles al radicalismo y el único cavallista del staff, Eduardo Campomar, renunció hace una semana. Justo cuando el ministro de Economía consiguió ubicar a Armando Caro Figueroa al frente de la AFIP, cediendo definitivamente el control de la ANSeS y el PAMI, cuya reestructuración será competencia de Héctor Rodríguez, hombre de la UCR.
De la decena de gerencias de nivel top, la de Control es quizás, la que tiene la mayor responsabilidad en el combate de la corrupción. Su titular, Juan José Laxagueborde, presumiblemente tranquilice los ánimos de Raúl Alfonsín, siempre muy atento a lo que ocurre en la ANSeS: es un ex diputado provincial del radicalismo, quien hasta hace pocos días se desempeñó como tesorero del Comité Provincia de ese partido.
Laxagueborde, o su eventual sucesor por concurso, está obligado por el flamante acuerdo programa a reducir el fraude en el subsistema deasignaciones familiares, dar de baja a las jubilaciones provinciales irregulares, instrumentar la incompatibilidad entre empleo público y la percepción de una jubilación, y mejorar el sistema de control de supervivencia de beneficiarios.
Pero además de cumplir con estas ambiciosas metas, la ANSeS también deberá hacer esfuerzos para reducir su presupuesto ajustándose a las comunes normas de la administración pública: reducción del 30 por ciento en el valor de los contratos, austeridad en las compras y eliminación de ñoquis. Lyall habilitará un 0800 para denunciarlos.

 

 

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