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Una industria que se alista para un aterrizaje forzoso

Las principales compañías
aéreas ya anunciaron unos 100.000 despidos, como respuesta a una caída esperada de las ventas de pasajes de hasta el 30 por ciento.

Las compañías aéreas se ajustan
el cinturón como nunca antes.
United y American anunciaron 20.000 despidos cada una. Boeing, 30.000.

A días de los atentados aéreos en Estados Unidos, los despidos en las principales compañías de aviación anunciados en las últimas horas para “ajustar costos” frente al derrumbe previsto en la venta de pasajes y a reglas de seguridad más onerosas, ya suman alrededor de 100.000. Sólo American Airlines y United, que perdieron dos aviones cada una en los atentados, anunciaron 20.000 despidos cada una. Las perspectivas para la industria de la aviación son tan negras que Boeing, el principal fabricante a nivel mundial, también confirmó un plan de recorte de personal que contempla hasta 30.000 despidos durante el próximo año.
Pasada ya una semana de los atentados y tras la “normalización” del tráfico aéreo en Estados Unidos, las compañías aeronáuticas de todo el mundo están observando, esta vez sin sorpresa, cómo se vienen a pique las reservas de pasajes. Por ejemplo, las reservas de pasajes desde Argentina a Estados Unidos cayeron 30 por ciento en los últimos días (ver aparte). Las principales compañías europeas están registrando una reducción de, por lo menos, el 20 por ciento en sus reservas hacia Estados Unidos. En tanto que las empresas norteamericanas están previendo una baja similar para sus vuelos internos.
Este efecto, sumado a los costos adicionales que deberán afrontar las propias aerolíneas por las mayores medidas de seguridad en aeropuertos y aviones, están obligando a ajustarse como nunca los cinturones a toda la industria, que ya venía volando bajo como consecuencia de la desaceleración de la economía norteamericana. A su vez, las calificadoras de riesgo, como Moody’s y Fitch, anunciaron que bajarán la calificación de la deuda de las principales compañías norteamericanas, lo cual les aumentará el costo del financiamiento. Así, a la reducción de frecuencias y vuelos locales e internacionales les seguirá una reducción de personal que está desbordando los pronósticos más pesimistas.
En Estados Unidos, además de la poda de puestos de trabajo anunciada por United y América, también recortarán sus planteles Continental (12.000 empleos), US Airways (11.000), America West (2.000), America Trans Air (1.500) y Virgin Atlantic (1.200), aunque se descuentan que pronto otras compañías profundizarán la tendencia.
En el resto del mundo, el panorama es el siguiente: Aeroméxico reducirá vuelos en un 20 por ciento a Estados Unidos y evalúa una importante “racionalización” de sus planteles; Air Canadá eliminó vuelos a Estados Unidos también en un 20 por ciento; Air France retiró 17 aviones de servicio; y también anunciaron despidos compañías como British Airways y SAS, aunque sin especificar la cantidad. Sólo unas pocas, como la alemana Lufthansa, aseguraron que no prevén despidos, pese a que también estima que la venta de pasajes a Estados Unidos se reducirá entre un 15 y un 20 por ciento como consecuencia de los atentados.
A este cuadro de por sí alarmante se agregó ayer el anuncio de Boeing de que despedirá entre 20.000 y 30.000 empleados antes de fines del año próximo. Teniendo en cuenta que el plantel total de Boeing es de casi 200.000 empleados, 93.000 de los cuales se dedican a la fabricación de aviones comerciales, el ajuste representa el 15 por ciento de su planta total y más del 30 por ciento de la dedicada a la producción civil.
“El ambiente de negocios ha cambiado a la luz de los atentados terroristas de la última semana en contra de los Estados Unidos”, señaló la compañía mediante un comunicado. E informó que antes de los ataques se pronosticaban 538 entregas de nuevas aeronaves este año, las que podrían caer a 500; mientras que la previsión para el año próximo se redujo a 400.
En este contexto, las empresas norteamericanas del sector ya están presionando a la administración Bush para conseguir un paquete de salvataje –que podría incluir beneficios impositivos y financieros– de unos 24.000 millones de dólares para no estrellarse. El secretario de Transporte, Norman Mineta, aclaró que las medidas estarán orientadas a la “industria completa” y “no a una, dos, tres o cuatro compañías”, como una forma de frenar el feroz lobby individual que ahora sobrevuela Washington.

 

Menos tráfico Ezeiza-EE.UU.

Según los cálculos que realizan operadores turísticos locales de American y United, las reservas de pasajes desde Buenos Aires a Estados Unidos cayeron 30 por ciento en los últimos días. Ambas compañías concentran dos tercios de los asientos disponibles desde Argentina hacia Estados Unidos. Por el momento, los vuelos a Estados Unidos llegan y salen casi llenos, pero los agentes lo atribuyen a la demanda acumulada cuando miles de pasajeros quedaron varados durante los días en que no hubo tráfico aéreo. American Airlines optó por cancelar cuatro días por semana uno de sus dos vuelos diarios entre Buenos Aires y Miami, pero mantiene la conexión diaria con Nueva York. En tanto, United sigue volando tres veces por día, a Miami, Nueva York y Chicago. La tercera aerolínea estadounidense que opera en Ezeiza, Delta, mantiene su vuelo diario con Atlanta. Por su parte, Aerolíneas Argentinas ya había dejado de volar a Estados Unidos en julio, poco antes de presentarse en convocatoria de acreedores. Hasta entonces, Aerolíneas hacía dos vuelos diarios a Miami y Nueva York, además de ir cuatro veces a la semana a Los Angeles.

 

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