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DECLARACION CONJUNTA DE LOS PAISES DEL MERCOSUR MAS ESTADOS UNIDOS
Empezó el juego del Cuatro más Uno

Cuando la relación entre los socios del bloque del Mercosur no pasa por el mejor momento, se inició la primera aproximación del Acuerdo �4+1�. Por ahora, se trata de un gesto político. En tanto, Brasil sugirió bajar de categoría a la unión regional a una zona de libre comercio.

Por Cledis Candelaresi

Los cancilleres de los cuatro países del Mercosur y el encargado comercial de los Estados Unidos, Robert Zoellick, suscribieron ayer en Washington una declaración que intenta vigorizar la alianza denominada “4 más 1”. Paradójicamente, mientras los gobiernos de Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay hacían gestiones para aproximarse a la administración norteamericana, el bloque sureño sufría otro de sus habituales sacudones, que fuerzan un reacomodamiento en las relaciones internas y prueban que la unidad no está demasiado consolidada. Funcionarios de Brasil aclararon ayer que ese país estaría dispuesto a admitir la degradación propuesta por Domingo Cavallo, transformando el área en una “zona de libre comercio” en lugar de la original “unión aduanera”. Al mismo tiempo, los hombres de la administración de Fernando Henrique Cardoso pusieron sobre la mesa la necesidad de revisar presuntas trabas argentinas a sus productos y el desbalance del comercio automotor.
El pacto suscripto ayer en Washington es un paso más hacia la Asociación de Libre Comercio que impulsó George Bush padre y cuyos réditos para la Argentina aún no están muy claros. Pero avalar esta iniciativa en este contexto, cuando Norteamérica reclama apoyo incondicional para una inminente guerra, tiene un claro sentido político de alineamiento. “Los eventos recientemente ocurridos han evidenciado para nosotros la importancia de una estrecha relación comercial entre nuestros países con el fin de animar el crecimiento económico”, reza el texto.
En vísperas de una recesión global y sin que el presidente de los Estados Unidos cuente con el fast track (permiso parlamentario para celebrar acuerdos comerciales que luego no pueden ser reformulados por el Congreso a instancia de los lobbies), el documento firmado ayer en la capital estadounidense tiene un sentido más declamativo que económico.
Sólo la promesa de reinstaurar el Consejo de Inversión y Comercio, previsto en el acuerdo de 1991 denominado Jardín de Rosas, e impulsar a través de él una mayor libertad para el comercio de productos agrícolas en la próxima ronda negociadora de la Organización Mundial de Comercio enciende una luz de esperanza para el Sur. Argentina sufre en carne propia las restricciones paraarancelarias que EE.UU. impone al ingreso de sus productos agrícolas, básicamente de cítricos, así como la desleal competencia de los subsidios con que los países del primer mundo amparan a sus productores agrícolas.
“Así señala (EE.UU.) la importancia que le da a la región, que recientemente hiciera un aporte tan claro al dar un apoyo a través de la Organización de los Estados Americanos”, se esperanzó ayer Adalberto Rodríguez Giavarini. Aunque el canciller nunca lo admitiría en público, para la administración Bush lo decisivo del 4 más 1 es que permite sentar a la mesa negociadora a Brasil, renuente a celebrar un acuerdo bilateral.
Sin embargo, el Mercosur no deja de trastabillar, dejando en duda los acuerdos que lo involucren.
Sergio Amaral, ministro de Desarrollo, Industria y Comercio del Brasil, admitió en declaraciones periodísticas que ese país admitiría revisar el arancel externo común (AEC), barrera con la cual el bloque se protege de la competencia de otras naciones. En sus recurrentes cuestionamientos al Mercosur, Cavallo no sólo objetó el AEC sino que intentó bajarlo unilateralmente, con el argumento de que es necesario abaratar el equipamiento de las empresas facilitando la importación de bienes de capital. Después de una primera reacción adversa –que hizo dar marcha atrás al ministro argentino–, Brasil admite ahora que estaría dispuesto a revisar aquella protección.
Claro que lo que a simple vista podría interpretarse como un acercamiento también puede verse como el principio del fin: sin el AEC el Mercosur se encamina sólo a una zona de libre comercio y no la unión aduanera que se planeó hace una década.
El encargado de los temas de Mercosur, José Botafogo Gonçalves, ayer recordó otras varias cuestiones pendientes entre los principales socios del bloque. Entre ellas, las restricciones para el ingreso de pollos brasileños y el desbalance en el comercio automotor: para paliar la caída del mercado doméstico, las terminales radicadas en Argentina exportaron a Brasil mucho más de lo que permite el régimen común. Para peor, el ministro de Economía, Pedro Malán, advirtió que ese país no prevé instrumentar ningún control de cambios que frene el derrumbe del real frente al dólar. Cada devaluación hace menos competitivas las exportaciones argentinas, que en un tercio van al vecino país.

El real cerró a 2,72
El real registró ayer la recuperación más importante del año, del 4,2 por ciento, y cerró en 2,72 unidades por dólar. El viernes pasado había terminado en 2,835. Para frenar la escalada del dólar, el Banco Central de Brasil tomó dos medidas simultáneas. Por un lado, restableció el encaje obligatorio del diez por ciento sobre los depósitos a plazo fijo, lo que redujo el monto de moneda en circulación. Además, realizó dos subastas de títulos con remuneración vinculada al tipo de cambio, por un total de mil millones de reales. Por otra parte, la decisión de Fernando Henrique Cardoso de poner entre sus prioridades la estabilización del real llevó calma al mercado cambiario. Pero el gobierno desmintió aplicar un control cambiario. Superados, al menos por ahora, los temores a que la Argentina caída en cesación de pagos, Brasil se ha convertido en la preocupación máxima de los inversores en la región. Desde que Cardoso declaró la crisis energética, la actividad económica se desaceleró, al tiempo que se encarecieron los costos de las empresas y aumentó la inflación. En este marco, la continua desvalorización del real no hizo más que complicar el panorama, incluso el tema de la deuda. Dicho de otro modo, la desvalorización del real hace más difícil al gobierno comprar los dólares necesarios para pagar los compromisos de la deuda. La desaceleración de la economía estadounidense ensombrece el escenario ya que ese país es el principal comprador de productos “Made in Brasil”.

TRAS LAS REVELACIONES DE PAGINA/12, MARIO CAFIERO APUNTA A CAVALLO
Crece el escándalo del megacanje

Por Claudio Scaletta

“Domingo Cavallo y Daniel Marx son responsables de las irregularidades cometidas en el megacanje” de deuda pública. Así lo destacó el diputado justicialista Mario Cafiero, quien ratificó la participación de los máximos responsables del Ministerio de Economía en el “simulacro” de licitación y acuerdo de precios que costó al Estado sobretasas millonarias, aun superiores a las altísimas comisiones pagadas, tal como adelantó Página/12 en su edición de anteayer.
El legislador afirmó que los máximos funcionarios del Ministerio de Economía “son responsables” por las “irregularidades” del megacanje. Por ello, desde la Oficina Nacional de Crédito Público, la dependencia encargada de gestionar la deuda estatal, “funcionarios honestos, que fueron citados por la Justicia, señalaron las irregularidades por las cuales David Mulford (el amigo americano de Domingo Cavallo) y otros bancos canjearon 32 mil millones de dólares en bonos”. Cafiero señaló que si bien el proceso de canje logró el objetivo declarado de “postergar vencimientos”, esto se produjo a “un costo demasiado elevado. Por 30 mil millones canjeados se terminarán pagando en los próximos 20 años más de 52 mil millones”, explicó. Respecto del informe sobre el megacanje elaborado por la Oficina Nacional de Crédito Público (ONCP) y adelantado por este diario, Cafiero consideró que “es muy importante que comiencen a manifestarse y a conocerse nuevos aspectos de lo que nosotros denunciamos como ‘El robo del Siglo’”.
El objetivo de los técnicos de la ONCP que elaboraron el informe fue delegar responsabilidades en las máximas autoridades de la Secretaría de Finanzas –que conducen el viceministro Daniel Marx y el subsecretario de Financiamiento, Julio Dreizzen–, quienes habrían mantenido febriles negociaciones con los banqueros hasta momentos previos a que, el domingo 3 de junio, a casi dos días de terminado el “simulacro” de licitación, se anuncie en la residencia oficial de Olivos el “éxito” de la operación. Estas negociaciones, según señala el informe de la ONCP, permitieron revaluar las cotizaciones de ocho papeles, dos de los cuales implicaron sobreprecios para el Estado nacional por 108 millones de dólares. “Por el solo hecho de cambiar algunos puntos en las tasas de interés por las que se canjearon los bonos, el país perdió en un segundo más de cien millones de dólares”, afirmó Cafiero. Por ello, “más allá de alguna diferencia” que pudiera haber existido entre Domingo Cavallo y Daniel Marx, “los dos son responsables por las irregularidades del megacanje”.
El legislador, que preside la comisión especial del Congreso que investiga lo sucedido durante el megacanje, relató a Página/12 las sucesivas trabas que diversos organismos públicos interpusieron en la investigación. Entre ellas, refirió la renuencia de la Auditoría General de la Nación, que conduce el menemista Rodolfo Barra, quien no quiso entregar el informe sobre la operación elaborado por el renunciante auditor Héctor Durán Sabas. Cafiero también dijo a este diario que se presentará ante la jueza María Servini de Cubría, quien investiga el presunto enriquecimiento ilícito de Domingo Cavallo, para pedir que la Justicia investigue las vinculaciones entre el titular del Palacio de Hacienda y las empresas aportantes de la Mediterránea. También la participación de estos aportantes en los procesos de privatizaciones y su relación personal con las firmas beneficiadas con el “fraude de los seguros de cambio que permitieron la licuación de los pasivos empresarios”.

Marx y Blejer, en Washington
Daniel Marx se reunió ayer con la plana mayor del Fondo Monetario y del BID, con quienes negocia el próximo canje para aliviar el peso de la deuda. En sus encuentros con Horst Köhler (FMI) y Enrique Iglesias (BID), el viceministro mostró los distintos impactos macroeconómicos que tendría una reestructuración de la deuda. El objetivo de las negociaciones es conseguir fondos adicionales para emitir bonos garantizados por las instituciones, a una tasa de interés que no supere el 8 por ciento anual. El vicepresidente del Banco Central, Mario Blejer, viajará hoy a los Estados Unidos para conversar con funcionarios del FMI pero, aseguraron en el Central, no participará directamente de las negociaciones.
Además, el responsable de la finanzas se entrevistó con el vicepresidente del Banco Mundial, David de Ferranti, con la flamante vicedirectora gerente del FMI, Anne Krueger, con el director del Departamento Occidental del FMI, Claudio Loser, y con el responsable del caso argentino en el organismo multilateral, Thomas Raichmann.
No obstante, uno de los encuentros clave que tuvo Marx fue con el titular del flamante Departamento de Mercado de Capitales, Gerd Hausler, con quien se deberá consensuar la reprogramación de la deuda.
Aunque en el Palacio de Hacienda prefieren mantener el tema con un bajo perfil, según trascendió, Marx quiere conseguir 10.000 millones de dólares con los cuales emitir deuda garantizada por un total de 30.000 millones. Por ahora, el Fondo sólo se comprometió a enviar 3000 millones. Por otra parte, habría un tramo nacional del canje que Economía ya negocia con los bancos y con las AFJP.

 

 

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