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LAS VERSIONES SOBRE LA RENUNCIA DE CAVALLO DERRUMBARON LA BOLSA
El portazo que no fue, pero amenaza ser

El conflicto con el canciller Rodríguez Giavarini por el Mercosur y la falta de apoyo para adoptar una línea más dura con Brasil lo habrían llevado a presentar la renuncia. Pero, según
las versiones emanadas del mismo Gobierno, el Presidente lo disuadió. Por las dudas, tanto Cavallo como Colombo desmintieron su salida.

Por Raúl Dellatorre

La versión circuló con fuerza a partir de media tarde. Las cotizaciones bursátiles, en el último cuarto de hora de la rueda, se desplomaron. Según la especie, Domingo Cavallo había presentado su renuncia como ministro de Economía por las desavenencias con Cancillería en torno del rumbo a seguir en la relación con Brasil. En el Palacio de Hacienda no ocultaban el nerviosismo y dejaban traslucir su malestar por la falta de respaldo del Gobierno a adoptar una línea más dura ante el país vecino como respuesta a la constante devaluación del real. “Así no podemos seguir, la política cambiaria de Brasil nos va a terminar ahogando”, aseguran fuentes oficiales que dijo Cavallo frente a Adalberto Rodríguez Giavarini y el jefe de Gabinete, Chrystian Colombo. La postura de Giavarini es completamente opuesta a romper lanzas con el socio comercial. Colombo habría intentado actuar de componedor. Según el rumor que se hizo fuerte a medida que transcurría la tarde, sólo una gestión directa del presidente de la Nación, que convocó a Cavallo a Olivos, evitó el portazo, logrando una “impasse” hasta después de las elecciones legislativas. Recompuesto, Cavallo concurrió al atardecer a un encuentro empresario y forzó una amplia sonrisa para afirmar, respecto de su renuncia, que “nada de eso es cierto, todos saben que me agrando en las dificultades”.
Chrystian Colombo había convocado al canciller y al ministro de Economía al mediodía a un encuentro para tratar la estrategia frente al Mercosur, buscando compatibilizar las posiciones encontradas de ambas áreas. La versión oficial indica que el encuentro fue “absolutamente cordial”. Sin embargo, otras fuentes cercanas al propio gobierno aseguran que Cavallo subió allí la apuesta al punto de poner sobre la mesa su renuncia. Aseguró que Argentina no puede mantener una economía competitiva con un vecino como Brasil que devalúa diariamente su moneda, y reiteró lo que ya manifestó en público: bajo estas condiciones, no tiene sentido seguir en el Mercosur.
Las horas posteriores estuvieron cargadas de tensión. En el Palacio de Hacienda dejaban trascender su bronca con respecto a la “tibieza” con la que el gobierno maneja el tema Mercosur. En Jefatura, siempre según las versiones oficiosas, se intensificaban las gestiones para bajarle los decibeles a la disputa interministerial y se buscaba la fórmula para cambiar la drástica posición asumida por Cavallo. De la Rúa convocó a Colombo y a Giavarini a Olivos. Del primero, escuchó una emotiva evaluación sobre la inconveniencia de atravesar una crisis ministerial antes de las elecciones. El segundo advirtió que, cualquiera fuera la derivación del conflicto, él no estaba dispuesto a aceptar el cargo de ministro de Economía, y habría recomendado tener como alternativa inmediata de recambio al actual viceministro, Daniel Marx. Tras escuchar a sus dos ministros de mayor confianza, De la Rúa decidió convocar a Cavallo, a quien recibió acompañado por el canciller. La recomposición no fue gratuita: Cavallo se quedó con la responsabilidad de coordinación de la política con el Mercosur, pero con el compromiso de respetar el cronograma de encuentros regionales a nivel ministerial previstos en las próximas dos semanas sin patear la mesa en ninguno de ellos.
La evaluación que hacen los hombres de Cavallo acerca de la posición del mediterráneo en el gobierno no ignora el debilitamiento progresivo de su figura y la creciente oposición que enfrenta entre miembros del gobierno y otros hombres clave cercanos al presidente. También toman nota de que los resultados económicos están lejos de favorecerlo y que, ciertamente, las expectativas no indican un cambio de tendencia en lo inmediato. Además, por características personales, de tener que alejarse del gobierno, Cavallo preferiría que fuera en medio de una crisis, como la del Mercosur, que le diera alguna justificación, y no en medio de un recambio ministerial generalizado, como el que se espera que ocurra hacia fines de octubre. Todos estos elementos parecían hacer “aconsejable” desensillar eneste momento. Sin embargo, por motivos que no trascendieron en su totalidad, Cavallo desistió de su intención después del encuentro en Olivos.
Tras dejar la residencia presidencial, Cavallo se dirigió hacia Pilar, donde se había comprometido a hablar en la clausura del congreso del Instituto Argentino de Ejecutivos de Finanzas. Aprovechó esa oportunidad, cuando fue abordado por los periodistas, para desmentir su renuncia y desconocer, directamente, la existencia de la versión. En relación al conflicto con Brasil, Cavallo eligió un discurso contemporizador, producto de los acuerdos alcanzados en los encuentros previos. Dijo que la Argentina debe “apuntalar los esfuerzos” de las autoridades económicas de ese país, tendientes a preservar el valor del real. “Sin dudas, vamos a hacer todo lo que tengamos a nuestro alcance, de tal manera que el mercado no siga devaluando la moneda brasileña y que por el contrario empiece un proceso de apreciación” del real, señaló. Cavallo dijo que el proceso de devaluación del real “ha llegado a un extremo que comenzó a perjudicar a la propia economía brasileña” y afirmó que por esa razón las autoridades del país vecino hoy están preocupadas por revertir el proceso. Si ese propósito no se logra, Cavallo advirtió que “pueden verse anulados” todos los incentivos para las exportaciones que lanzó Argentina.
Tras la sesión de paños fríos sobre el conflicto Mercosur, Cavallo se refirió a los otros temas que ocupan a su cartera y prometen ofrecerle algún grado mayor de satisfacción a mediano plazo. En relación al canje de deuda, señaló que el mismo se implementará “en los próximos meses” y que logrará reducir en 2700 millones de dólares los vencimientos de capital, por lo que para el año próximo estima que el stock llegará a 8 mil millones. En ese sentido, reiteró que el Gobierno busca conseguir una garantía del Banco Mundial, el BID y de gobiernos extranjeros para que los nuevos bonos “tengan calificación triple A”, la más alta de todas. Además, señaló que con dinero de organismos internacionales, el gobierno intentará poner en marcha un proceso de recompra de deuda.
Se animó, incluso, a proyectar planes hacia después de las elecciones, un tiempo que de acuerdo a las versiones ya no lo contará entre los miembros del gabinete. Sostuvo que una vez pasado el tiempo electoral buscará una nueva negociación con las provincias a fin de establecer una nueva coparticipación federal y un sistema tributario “simplificado”. “No creo que el Gobierno pierda las elecciones; los gobernadores que nos vienen apoyando al Presidente y a mí son los mismos que van a ganar estas elecciones”, aseveró, en una extraña lectura de los futuros resultados.

 

Fracaso en la recaudación

No tendrá a quien echarle la culpa. Uno de sus hombres de mayor confianza es el responsable de esa área clave, dependencia que ambicionó desde el primer día que regresó al Palacio de Hacienda. Y el debut no será auspicioso. Armando Caro Figueroa, titular de la AFIP, no podrá darle una buena noticia a su jefe, Domingo Cavallo. Este, anteayer, se corrió hasta el ente recaudador para almorzar con su colaborador para evaluar cómo presentar datos pocos alentadores. Pasado mañana, se difundirá el resultado de la recaudación de este mes y el saldo será mucho más negativo que el inicialmente previsto. De acuerdo al último relevamiento realizado por la DGI, comandada por Horacio Rodríguez Larreta (h.), la recaudación impositiva habría descendido poco más del 10 por ciento respecto al mismo mes del año anterior. Incluso, algunos asesores de Caro estiman que ese retroceso podría alcanzar hasta el 12 por ciento, dependiendo de los ingresos de ayer, último día hábil del mes. Este otro fracaso de la gestión de Cavallo será todavía más estruendoso cuando se conozca también que el IVA registraría un derrumbe de por lo menos el 20 por ciento y que el impuesto al cheque contabilizarían menos ingresos que en meses anteriores. En total, la recaudación no superaría los 3800 millones de pesos. ¿Qué excusa esgrimirá, con esos magros resultados, Cavallo?

 

“No hay nada que desmentir”

El jefe de Gabinete, Chrystian Colombo, desmintió ayer que el Gobierno tuviera en estudio unificar ministerios y producir cambios en el gabinete que acompaña a Fernando de la Rúa, tal como adelantó este diario. “No hay previsto ningún tipo de cambio en el elenco gubernamental después de las elecciones”, fue la definición que entregó Colombo. Página/12 había señalado que sectores cercanos al delarruismo contemplaban la posibilidad de que las modificaciones se produjeran incluso antes de las elecciones legislativas. La medida era una manera de atenuar el fuerte revés electoral que se espera que reciba el oficialismo el próximo 14 de octubre. A Colombo también le tocó la tarea de confirmar en su puesto al omnipresente ministro de Economía. “(Domingo) Cavallo tiene todo el apoyo del gobierno”, precisó. Momentos antes el gobernador aliancista de San Juan, Alfredo Avelín, había convocado “a que los argentinos se unan para echar a Cavallo”, al que responsabilizó de la crisis que viven las provincias y de “trabajar para los de afuera” (ver pág. 16). A la hora de desmentir, Colombo incluso descartó que se estudien nuevas medidas económicas. A la luz de los exiguos resultados de la Ley de Competitividad que Cavallo propuso como columna vertebral para su gestión, la afirmación del Jefe de Gabinete no es lo que se dice una certeza. El verborrágico vocero gubernamental Juan Pablo Baylac se sumó también al coro que confirmó a Cavallo en su puesto: “No hay nada que desmentir”, dijo en su habitual aparición por la sala de periodistas de la Casa de Gobierno.

 

¿QUE ACTITUD TIENE DE LA RUA SOBRE CAVALLO?
“Hasta le cuesta defenderlo”

Por Claudio Zlotnik

Anoche, cuando en el Palacio de Hacienda quedaban pocos funcionarios, Página/12 dialogó con un miembro del equipo económico. Si bien el estrecho colaborador de Domingo Cavallo negó la renuncia del ministro, aceptó que su jefe está políticamente debilitado. “Al propio (Fernando) De la Rúa le está costando defenderlo”, reseñó. En todo caso, en Economía creen que nunca podría haber cambios antes de las elecciones.
“Cavallo se fue quedando sin gente que lo defienda. Si al propio Presidente le cuesta defenderlo”, contó la fuente a este diario. En el equipo económico reconocen las dificultades pero ni siquiera quieren escuchar la posibilidad de una renuncia del ministro. Aún en off the record argumentan aquello de que “en las dificultades me agrando” esbozado por el propio Mingo cuando los rumores de su alejamiento empañaron su presencia en Pilar. “Cavallo nunca renunció. Se fue cuando lo echaron”, recuerdan los colaboradores del mediterráneo.
Sin embargo, la hipótesis de que Cavallo buscaba ganarse la enemistad de De la Rúa para salir del Gobierno se hizo vigorosa en las últimas semanas. No queda más que recordar las intervenciones del ministro efectuando ácidas críticas a los candidatos de la Alianza. O cuando marcó gruesas diferencias con Adalberto Rodríguez Giavarini en la cuestión Mercosur.
–¿Cavallo está buscando que lo echen? –preguntó este diario al funcionario.
–De ninguna manera. Se va a quedar en su puesto a menos que la Alianza lo quiera echar. Pero él quiere dar pelea. Siempre pelea hasta el final. Pero no olvidemos que en la Unión Cívica Radical se la tienen jurada y no ven la hora de verlo perdedor, afuera del Gobierno.
A última hora de ayer, el funcionario que conversó con Página/12 lamentaba por el fin de semana que se avecinaba. “Es una lástima. Habíamos logrado aumentar la confianza de los ahorristas y los depósitos estaban retornando. Hoy (por ayer) a la tarde hablé con varios empresarios. Estaban preocupados por la incertidumbre. Como en los peores momentos de la crisis volví a escuchar que nadie está pensando en invertir”, relató el funcionario.
Precisamente, ayer al mediodía Cavallo se entrevistó con representantes de los principales bancos. Uno de los temas tratados fue las deudas provinciales. Página/12 conversó con dos banqueros presentes en el encuentro y que conocen al mediterráneo. Ambos coincidieron. “Vimos a un Cavallo entero, trabajando como siempre. Si estuviese pensando en irse habría disuelto el encuentro. No se trataron temas urgentes”.
Aun cuando cerca del ministro se esfuerzan por negar el alejamiento, el miembro del equipo económico aceptó teorizar sobre el día después de la renuncia. En ningún caso Cavallo aparece ganando. Todo lo contrario. Las hipótesis en el Palacio de Hacienda son las siguientes:
- Sería una gran derrota para Cavallo. De la Rúa dio claras muestras de que le dejaba las manos libres para actuar. El caso más simbólico fue el de la AFIP, donde Cavallo colocó a hombres de su confianza tanto en la Aduana como en la DGI.
- A menos que la gente le crea que con la Alianza es imposible gobernar, se convertiría en un “cadáver político”. En el mejor de los casos, no podrá abrir la boca durante un año.
- El efecto inmediato en los mercados sería desastroso, aun cuando el reemplazante de Cavallo sea Daniel Marx, un hombre confiable para los agentes económicos.
Justamente, uno de los datos que señalan en el palacio de Hacienda para desmentir la salida del Jefe es que “no hay ningún economista ni equipo que se esté preparando para entrar. Y es imposible cambiar a Cavallo si antes no se prepara psicológicamente a los financistas”.
Hecho curioso, ayer en los últimos 15 minutos de sesión, cuando los rumores ya circulaban por la city, las acciones cayeron un punto adicional al que ya caían. El índice MerVal terminó con una baja del 2 por ciento.Nada serio si no fuese porque las principales bolsas del mundo cerraron con subas importantes.

 

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