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elecciones 2001

EL PERONISMO GANO LAS ELECCIONES A NIVEL NACIONAL Y SE LANZA A LA INTERNA
Todos los caminos conducen a la Casa de Gobierno 

Las victorias de Duhalde y Ruckauf, De la Sota y Reutemann ubicaron a los cuatro en la línea de largada del justicialismo en su carrera a la presidencia de la Nación. Pero todos parten de sitios diferentes y con chances distintas. Cómo quedó su posición relativa. Cuáles serán los problemas que deberán sortear. Kirchner y Marín también con chances. Qué papel jugará el sindicalismo en el reacomodamiento interno del PJ. 


José Manuel de la Sota ganó por cuarta vez consecutiva.
En dos años, pulverizó al otrora poderoso radicalismo cordobés.

El ex gobernador Eduardo Duhalde es uno de los grandes victoriosos de la jornada electoral.
Fue una victoria y, a la vez, una revancha de aquella noche aciaga del 24 de octubre de 1999.



Carlos Reutemann volvió a ganar. Pero con pocos votos.
Sacó mucha diferencia a la Alianza, pero no al voto en blanco.

Carlos Ruckauf fue otro de los triunfadores de ayer.
El gobernador está obligado a mejorar su gestión.

Por Sergio Moreno

Se despierta el peronismo. Se lame las heridas. Mira a su alrededor qué es lo que le ha quedado y qué es lo que tienen en las manos sus adversarios. El panorama no podría ser mejor. Al cierre de esta edición, el justicialismo propinaba una paliza a la Alianza en términos absolutos nacionales y los demiurgos de tal victoria, un cúmulo de dirigentes �muchos de los cuales son gobernadores� olía al aroma de la victoria, no de la víspera, sino de la que se avecina, la de 2003. Ese aroma despierta la ansiedad, la ambición y sitúa los obstáculos que deberán sortear, distintos en cada caso, quienes dentro del peronismo quieran reemplazar a Fernando de la Rúa. Ayer, el peronismo comenzó a caminar el sendero hacia la Casa Rosada.
Acaso Eduardo Duhalde haya sido uno de los pocos peronistas bonaerenses que confiaba que su victoria sería tan amplia. Afecto a los sondeos, el flamante senador electo suele seguir al milímetro los movimientos de un electorado �el de su provincia� que conoce mejor que nadie. Duhalde consiguió ayer renacer. Renacer no sólo de la derrota (dura, dolorosa) de 1999, cuando no sólo se consideró abandonado sino boicoteado desde su propio partido, principalmente por el ahora encarcelado y otrora presidente Carlos Menem. Lo del ex gobernador tiene el dulce sabor de la revancha o, para ser más precisos, de la venganza.
La imagen que ofreció anoche, en la conferencia de prensa, fue una especie de espejo �si bien irregular� de la de aquella fatídica noche del 24 de octubre de 1999. En aquella ocasión, un Duhalde destrozado contrastaba con la luminosidad de la sonrisa del triunfante Carlos Ruckauf. Ayer, Ruckauf siguió sonriendo (tiene por qué hacerlo), pero no opacó el hálito de plena satisfacción que emanaba del senador recién electo.
Duhalde volvió de la oscuridad con un discurso pater familiae. Va a velar, dijo, por que al candidato a presidente del PJ para 2003 no le ocurra lo que a él en la campaña �99. Sugirió que no será él quien pelee por ese puesto, pero esto recién comienza. Su actuación de la víspera lo reacomoda en la grilla, es cierto, pero la suerte hacia su propio partido se le hace esquiva fronteras afuera de su distrito. Y, además, no sólo él renació ayer en La Plata.
Carlos Ruckauf es otro de los grandes ganadores de la jornada. Malherido, con su provincia al borde del default, peleado con los gremios, con la justicia, sin haber aportado nada positivo en la lucha contra la inseguridad, emitiendo bonos por la bancarrota de las finanzas provinciales, el gobernador estaba fuera del mapa de los aspirantes a la presidencia. Pero ayer, todo aquello pareció desvanecerse en el imaginario de la mayoría de los votantes bonaerenses. El Patacón matizó las penurias y Ruckauf se agazapó mientras tejía acuerdos con candidatos peronistas de otras provincias, aquellas que no gobierna el justicialismo. La jornada de ayer también fue de él.
Sólo un bonaerense disputará a otros precandidatos peronistas de otros provincias por el premio mayor: la jefatura, ergo, la candidatura. Esto abre un escenario que solamente evitará la confrontación si uno de los dos, Duhalde o Ruckauf, cede en sus apetencias. A Duhalde le queda la chance de optar por volver a La Plata; a Ruckauf �según su propia letra� no. Duhalde puede especular con la mayor o menor fortuna de la gestión del gobernador, aunque no debería desear que la crisis se profundice. Ruckauf debe, imperiosamente, mejorar su faena.

Peperina peronista 

José Manuel de la Sota arengaba a los suyos anoche, en la Plaza San Martín del centro de Córdoba capital. Los actos públicos son lo suyo. Allí despliega sus dotes de orador y su porte de caudillo presentable. �El Gallego� ganó bien su provincia, batió al radicalismo por cuarta vez consecutiva en dos años, de 1999, cuando fue electo gobernador. Pulverizó,una vez más, a ese radicalismo cordobés otrora imbatible, tan poderoso como para mediar en cada interna nacional de la UCR. Primero fue la elección para la gobernación, y este año el plebiscito para reformar la constitución, luego el comicio para elegir a los constituyentes y ahora la senatorial. El radicalismo puso a su mejor hombre, Rubén Martí, ex intendente de la capital cordobesa; él no jugó su ficha más preciada, su mujer, Olga Riutort. Como en todos los distritos importantes, el voto en blanco e impugnado fue importante. En la ciudad capital su candidato perdió, pero su triunfo fue el corolario de la seguidilla que lo tiene como estrella desde el fin de siglo pasado.
De la Sota ya es precandidato a presidente por su partido. Sus hombres ya tienen instrucciones para comenzar la política de alianzas internas que lo preparen para enfrentar a quien sea. �Si los números me dan, yo le peleo hasta a mi sombra�, le había dicho a Carlos Ruckauf en los inicios del gobierno de la Alianza, adelantándose a este momento, imaginando su futuro que, a partir de ayer, es presente.
Al igual que Carlos Ruckauf, �El Gallego� debe lidiar contra la feroz crisis que ahorca también a su distrito. Aún no debió apelar a empapelar la provincia con bonos, pero sus propios funcionarios no descartan que ello ocurra más temprano que tarde.

Paisano santafesino

Si tomamos como referencia a sus compañeros, a Carlos Reutemann no le fue tan bien. Ganó �una vez más� la elección, en una provincia donde el peronismo triunfa consecutivamente desde la recuperación de la democracia. Pero, si no pírrica, la victoria fue amarga. Al cierre de la presente edición, la suma entre votos en blanco, anulados y ausentismo superaba el 51 por ciento en su distrito. Oscar Lamberto fue electo senador nacional con el mismo piso histórico del peronismo santafesino en términos porcentuales, cifra que se desbarranca al traducirla en votos absolutos: los candidatos del �Lole� fueron elegidos con la mitad de los sufragios obtenidos en la última elección.
Siguiendo con las comparaciones, Reutemann, a diferencia de Ruckauf y de De la Sota, contiene a la crisis que invade el país a fuerza de austeridad y modestia en la gestión provincial. No sabe por cuánto tiempo más. El espera que el suficiente para cruzar sus fronteras a la caza de voluntades.
Anoche mismo Lamberto y el ex gobernador y diputado nacional Jorge Obeid recibieron las primeras instrucciones concretas. Una de ellas fue para que, a corto plazo, abran nuevas oficinas en la Capital Federal para centralizar las operaciones a favor de la candidatura presidencial del ex corredor de Fórmula Uno.

El sur también existe

Néstor Kirchner no sorprendió. Tal vez porque tiene acostumbrados a los observadores con sus triunfos contundentes. Ayer consiguió otro de ellos. Algo similar ocurre con el pampeano Rubén Marín, que propinó una derrota inolvidable al radicalismo de su provincia. El santacruceño quiere ser presidente; el pampeano nunca lo expresó con todas las letras. El espejo en que ambos se ven es aquel fenómeno que en 1988 batió al aparato de un justicialismo avasallante y victorioso que encarnaba Antonio Cafiero, aquel Carlos Menem carismático, casi marginal, patrón de una provincia chica, casi olvidada en un confín de la República, como la de ellos. Kirchner desprecia a Menem y todo lo que significa; Marín es su vicepresidente del PJ. Los dos han conseguido laureles para tentar la suerte. Ambos podrían ser candidatos a vicepresidente.

Gordos y Flacos

Disminuidos, ocultos, �feos, sucios y malos�, como gusta autodefinir a sus compañeros de corporación Armando Oriente Cavalieri, los sindicalistas, gordos y no gordos, ya tienen territorio por donde andar. Los autodenominados gordos, nucleados en la CGT oficial de Rodolfo Daer, lejos están de Duhalde, más aún de Ruckauf, no así de De la Sota. Con el �Gallego� llegaron a almorzar y cenar, reiteradas veces. Todo indica que allí pondrán sus fichas (y sus cajas y lo que queda de sus antaño poderosos aparatos). Los que son pero no se denominan gordos, los rebeldes de la CGT paralela que conduce Hugo Moyano, han flirteado con el flamante senador bonaerense, han imaginado escenarios juntos. A su proyecto podrían tributar de no encontrar horizontes más redituables. 
La interna del PJ ya empezó. En medio de la crisis económica y de la hecatombe política en la que caerá De la Rúa, el peronismo olfateó el poder y ayer dio el primer tarascón.



AUSENTISMO Y EN BLANCO, MAS DEL 51% EN SANTA FE
Reutemann ganó con menos


Oscar Lamberto.
Flamante Senador por Santa Fe.

Por Pablo Feldman

Menos de la mitad de los dos millones doscientos mil ciudadanos en condiciones votar en Santa Fe puso su voto por algún candidato. Se trata, entonces, de una elección histórica; uno de cada cuatro, mayor de 18 años, no fue a votar, y de los que fueron más de un tercio lo hizo en blanco o anulándolo. En términos partidarios, el justicialismo se alzó con una cómoda victoria sobre la Alianza y más atrás quedaron el ARI y el PDP, que lograron igualmente representación parlamentaria. Los senadores nacionales serán Oscar Lamberto y Roxana Latorre del PJ, y Horacio Usandizaga por la minoría aliancista. �Fue una elección muy extraña, pero igualmente pudimos mantener nuestro caudal histórico�, dijo a Página/12 Carlos Reutemann, quien sin euforia sostuvo que �salvo los que resultaron electos no debe haber nadie contento con la forma en que se votó�, dijo el dirigente, consciente en que desde ayer Santa Fe es la capital del voto en blanco con el 34 por ciento.
Aun cuando las encuestas presagiaban un escenario de fuerte abstencionismo y voto negativo, el sacudón de los números reales fue inevitable. Más de la mitad de los santafesinos no eligió a nadie y eso hizo que no hubiera festejos ni euforia en ninguna de las sedes de campaña. 
Carlos Reutemann, que siguió el escrutinio en su casa de Guadalupe, se mostró sereno y expectante: �El voto negativo fue muy alto en todo el país, pero no le ganó al justicialismo y ése no es un dato menor�, señaló el ex piloto de fórmula uno que calculaba la victoria de sus candidatos con similares porcentajes a los obtenidos por Eduardo Duhalde sobre Raúl Alfonsin, mirando ya hacia el 2003. 
Otro de los que se mostraba satisfecho era el Intendente Hermes Binner que si bien en la elección municipal no obtuvo el respaldo que esperaba de los rosarinos, su candidata a concejal fue el sublema más votado. En cuanto a la elección de cargos nacionales, la Alianza ratificó su supremacía en la principal ciudad de la provincia, lo cual no le alcanzó para nivelar la ventaja que el PJ le sacó en el resto de la provincia.
Al cierre de esta edición, las nueve bancas para diputados que estaban en juego por la provincia las ocuparían cuatro del justicialismo, tres de la alianza, una del ARI y la restante del PDP. 
La novedad está dada por la irrupción en el mapa político santafesino del ARI que colocará al mítico dirigente de la Unión Obrera Metalúrgica de Villa Constitución, Alberto Piccinini en el Congreso de la Nación.
Proyectados los resultados del comicio de ayer, el triunfo del PJ en Santa Fe no solo lo deja a Reutemann en buena posición para la carrera presidencial, sino que el ingreso de Oscar Lamberto al Senado le posibilitará un diálogo muy fluido con el gobierno nacional desde el momento que se descuenta que como mínimo el calvo legislador será el presidente de la estratégica comisión de presupuesto de la Cámara alta, cuando no el jefe del bloque de senadores del PJ.
La avanzada del Lole a nivel nacional se completará con Jorge Obeid, ex gobernador que desde hace dos años es diputado y que en la segunda mitad de su período buscará el protagonismo que el reglamento no escrito de la Cámara le impone a los recien ingresados. �Con Lamberto en el Senado y Obeid en Diputados, el Lole tiene dos primeras espadas para que el PJ de Buenos Aires no lo pase por encima� dijo a Página/12 un estrecho colaborador de Reutemann.


TRIUNFO DE LA SOTA Y LA UCR CRECIO EN LA CAPITAL
Exitos del �modelo Córdoba�


Juan Carlos Maqueda.
Nuevo senador.

Por Mónica Gutiérrez

Por tercera vez en lo que va del año, la coalición que lidera José Manuel de la Sota revalidó su condición de primera fuerza en Córdoba, aunque no alcanzó la cantidad de votos de septiembre, cuando se eligieron constituyentes. �Señor Presidente, ha llegado la hora de cambiar�, dijo el gobernador a De la Rúa desde el escenario montado en el centro de la ciudad para festejar el triunfo. La suma de votos en blanco e impugnados �que llegó casi al 18 por ciento� y el leve aumento que experimentó la UCR �con la figura de Rubén Martí a la cabeza� le quitaron brillo al triunfo delasotista. Los cordobeses eligieron ayer a nueve diputados nacionales, tres senadores y por primera vez a los 70 integrantes de la Legislatura unicameral que se estrenará el 10 de diciembre. La consagración del ARI como tercera fuerza y el ingreso de Izquierda Unida a la Legislatura local por primera vez en la historia fueron las notas sobresalientes de la elección.
Al cierre de esta edición, el escrutinio provisorio daba a Unión por Córdoba (PJ, Ucedé, Democracia Cristiana) cinco de las nueve bancas en la Cámara baja, con Juan Schiaretti liderando la lista, dos de los tres senadores nacionales �Juan Carlos Maqueda y Beatriz Halak� y una mayoría cómoda en la Legislatura local. El radicalismo obtenía cuatro diputados nacionales, con Fernando Montoya a la cabeza y un senador nacional, Rubén Martí. La fuerza que lidera Elisa Carrió se consagró tercera, después de la suma de votos en blanco y nulos (17,5%) y colocó un representante en Diputados, el socialista Eduardo García, con el 8,42 por ciento. 
La elevada imagen de Martí, ex intendente de Córdoba, y la debilitada gestión del actual, Germán Kammerath, le permitió al radicalismo una leve mejoría, aunque no llegó a sus niveles históricos. Por primera vez desde la derrota de 1998, en la Casa Radical se volvieron a ver caras entusiasmadas con la tímida recuperación. Martí pronosticó una vuelta al poder en la provincia en el 2003, animado por la elección que hizo en la capital, donde le ganó al candidato delasotista por más de cinco puntos.
De las 44 bancas que en la nueva Legislatura local, ahora unicameral, se adjudican por distrito único, 21 quedaron para el oficialismo, 14 para la UCR, 4 para ARI, 3 para el vecinalismo y 2 para Izquierda Unida. De las restantes 26 que representan a cada uno de los departamentos de la provincia, al menos 20 quedaban en manos de Unión por Córdoba, mientras la UCR triunfaba en los otros 6 distritos. El gobierno provincial contará con una Legislatura mayoritaria de aquí, aunque no con los dos tercios esperados. A pesar de que en los cargos provinciales la coalición gobernante le ganó al radicalismo por una diferencia mayor, fue reñida la disputa que se dio en la capital cordobesa: mientras el candidato de la UCR a senador provincial por la capital, Guillermo Irós, obtenía el 37,57 por ciento, el oficialista Horacio Obregón Cano lo superaba apenas con el 37,71, cuando aún faltaba la mitad de los votos por contabilizar.
El discurso que De la Sota pronunció anoche estuvo íntegramente dirigido a De la Rúa: �La gente ha dicho en las urnas que quiere vivir en otra Argentina, ha llegado la hora de probar otras soluciones. Hay que llevar al plano nacional la reducción de los costos de la política, la reforma del sector público, no podemos seguir con un impuesto al consumo del 21 por ciento cuando no hay consumo, ni producción, ni recaudación ni trabajo�, analizó e insistió en la necesidad de instalar el �modelo Córdoba� en la Nación.

 

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