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elecciones 2001

OPINION
Izquierda parlamentaria
Por Raúl Kollmann

La izquierda festeja su mejor elección en la Capital Federal. Luis Zamora, rodeado de un grupo de amigos, sin aparato, sin partido y sin recursos desembarca en la Capital Federal. Patricia Walsh, una mujer que viene del movimiento de derechos humanos y con escasa experiencia en la política partidaria, también accede a una banca a partir de una Izquierda Unida que resurgió, con mucho empuje y constancia, de las tremendas crisis del Partido Comunista y el trotskismo argentinos. Luis Zamora, por trayectoria, e Izquierda Unida por su presencia en todos los conflictos, canalizaron una parte del voto-puteada. Sin embargo, los festejos no deberían ocultar algunas evidencias:
Otra vez toda la izquierda apareció desperdigada en una cantidad de siglas imposibles de asimilar. 
En los últimos meses surgieron dos fenómenos políticos de envergadura, el ARI y el Polo Social, que obviamente no se emparentan en todos los puntos con las fuerzas de izquierda, pero que otra vez requieren de una actitud que no puede ser únicamente de rechazo.
Hubo una franja enorme que votó en blanco y nulo. Es posible que gran parte de esa gente provenga del centroderecha, pero también allí hay desencantados de la izquierda.
Tal vez lo más urgente es que la izquierda defina qué es hoy la izquierda, qué es el socialismo. Están los que insisten en la socialización de los medios de producción, o sea, el socialismo en sus términos clásicos. La gente no cree en esa propuesta que, además, ha perdido casi todos los debates, y en un lugar parecido está la toma del poder y el partido leninista.
También están los que reivindican como eje la pelea por la igualdad, la justicia, los derechos humanos y la conservación de la naturaleza. Nunca queda claro cómo se obtiene ni cuáles son las fórmulas concretas para avanzar en ese terreno.
Hay que adjudicarle a la izquierda una propuesta que la ciudadanía mira atentamente: el no pago de la deuda externa. Apareció como delirante en el �83 cuando Zamora la planteó casi en solitario y ahora la mayoría empieza a ver que es el único camino. Aquí también entran las preguntas sobre cómo hacerlo, cuáles son las estrategias. Se inicia ahora un proceso en el cual la izquierda tiene que avanzar, buscar su horizonte. El modelo debería ser el PT de Brasil, que disputa el poder después de polemizar sobre el marxismo, el socialismo y sobre cuál es el papel de un partido de izquierda.


 

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