Angel “Papito” Ramini, uno de los empresarios que se autoadjudicó participación en la venta ilegal de armas a Croacia y a Ecuador y en el escándalo por las exportaciones de oro, pasó ayer su primera jornada ante el juez Jorge Urso y seguirá preso. Allí dijo que cuando se atribuyó esos ilícitos estaba borracho, y que mintió por pedido de sus socios Antonio Aguirre y Alberto Rossi, el arquitecto de Carlos Menem. Por otro lado, declaró que no conoce al ex funcionario de Fabricaciones Militares, Edberto González de la Vega, pese a que éste aseguró que tuvo dos reuniones con “Papito” (ver aparte) y negó ser dueño de la empresa Express, firma que sí se atribuyó ante los periodistas de “Telenoche Investiga” que lo grabaron a través de una cámara oculta. Por lo pronto, la indagatoria seguirá el lunes, mientras el juez resuelve el pedido de excarcelación presentado por la defensa.
Ramini fue detenido el martes en Ezeiza, ni bien bajó del vuelo que lo trajo de Londres, siendo trasladado al Escuadrón Buenos Aires de Gendarmería. Pasadas las 10 de la mañana de ayer, fue llevado a los tribunales de Comodoro Py. Y a las 12, se sentó delante de Urso. En primer lugar, el empresario y sus abogados observaron las pruebas en su contra: las cintas del programa de Canal 13, en donde Ramini se jactaba de haber participado en los casos de corrupción más resonantes del menemismo. Después de ese paso, Urso comenzó la indagatoria.
Ramini comenzó su exposición asegurando que desde le programa de TV lo habían querido extorsionar; sin embargo, cuando le señalaron que en las cintas se lo mostraba muy suelto de cuerpo y sin aparentar miedo, abandonó esa línea. Según testigos que presenciaron la indagatoria, que duró hasta las 19, se mostró tranquilo, aunque de a ratos también estuvo altanero.
Durante la emisión del miércoles de la semana pasada de “Telenoche Investiga”, aparecían Ramini y sus socios Aguirre y Rossi (todavía prófugos), autovinculándose al contrabando de armas y al negociado de las exportaciones de oro. Ramini se ganó su apodo al decirle a los periodistas encubiertos: “Sabés de quién eran los contenedores? Papito. ¿Sabés quién era el despachante de aduanas de Fabricaciones Militares? Papito. ¿Sabés quién no aparece en los diarios? Papito.”
En la declaración ante Urso, Ramini negó tener algo que ver con el contrabando de armas o con la mafia del oro, y argumentó que había mentido “porque estaba mal económicamente y necesitaba impresionar a un cliente”, aludiendo a los periodistas. Además, dijo que estaba “en estado de ebriedad” cuando dijo eso, y reveló que Rossi y Aguirre le indicaron que se hiciera cargo de esos delitos.
Los empresarios habían sido contactados por el programa para que sacaran al exterior unos residuos peligrosos, tarea a la que supuestamente se dedicaba la firma International Waste Group, formada por aquellos. Pero en vez de exportar la basura la enterraban dentro del país, por lo que se abrió otra causa judicial.
El primer punto flojo de la declaración de Ramini fue que negó conocer a González de la Vega, ex coordinador financiero de FM, pese a que éste afirmó que lo vio dos veces en su vida, a través de Luis Sarlenga, ex director de ese organismo. A su vez, Ramini dijo que al “capo” de FM sólo lo había visto una vez.
La otra pata débil fue la explicación de sus bienes; aunque dijo “no soy rico”, se “embarró” con la cuestión de Express, empresa por la cual pasaron las armas que terminaron en Croacia y en Ecuador y que participó del envío de oro falso al exterior. Cuando dijo que sólo tuvo acciones en esa firma hasta 1990, pese a que se la adjudicó ante la TV, le recordaron que años después se entrevistó con el fiscal Miguel Osorio, a cargo de la causa del oro, a la que aparecía involucrada Express. Esa reunión habría sido gestionada por el fiscal Juan Martín Romero Victorica. En tanto, la Policía allanó ayer las oficinas de Express, en Florida al 700, sin que se divulgaran los resultados.

EXTRADITARON DESDE BRASIL AL EX CONCEJAL ROSELLO
Otro disgusto para De la Rúa

A pesar de la evidente resistencia del Gobierno, el ex concejal Eliseo Roselló fue finalmente extraditado desde Brasil y será indagado por el juez Alberto Baños. Roselló, un viejo puntero radical, fue quien acusó a Fernando de la Rúa de haber tenido en su quinta a un jardinero contratado con un sueldo pagado por la Municipalidad. Después quedó involucrado, él mismo, por la contratación de empleados ñoquis en el disuelto Concejo Deliberante.
El ex edil está imputado por el delito de “malversación de caudales públicos” en una causa en la que fueron descubiertos más de 700 empleados ñoquis en el órgano legislativo porteño. En la pesquisa se descubrió que había gente que nunca había trabajado allí (otros cobraban por ellos) y algunos que cobraban sin trabajar.
La denuncia de Roselló contra De la Rúa fue la que dio inicio a la causa. El Presidente figura como imputado no procesado en el expediente.
El ex concejal –que se fugó en julio de 1999 cuando el juez lo llamó a indagatoria por haber firmado y certificado muchísimos recibos de empleados ñoquis– estuvo preso durante 10 meses en Belo Horizonte, donde lo encontraron, y ahora será indagado por Baños.
Los trámites necesarios para su extradición estaban listos desde el 20 de setiembre. Pero el secretario de Seguridad Enrique Mathov presentó en el juzgado una nota alegando que no había disponibilidad de fondos para traer a Roselló. Mathov terminó denunciado ante el juzgado de María Romilda Servini de Cubría por los fiscales Mónica Cuñarro y Marcelo Roma (a cargo del caso junto con sus pares Augusto César Troncoso y Horacio Amelotti), que esperaban con ansias la llegada del ex concejal a sabiendas de que Brasil estaba a punto de dejarlo en libertad.
De la Rúa y Roselló pertenecían al mismo grupo hasta que el primer mandatario lo responsabilizó, en 1998, por las escuchas telefónicas en las que sus hijos Aíto y Antonio hablaban con sus profesores de la facultad de Derecho (UBA) sobre sus exámenes. También se le atribuyó la difusión de un video en el que se veía a Inés Pertiné con un grupo de amigas viajando a Miami con gastos pagos por el ex dueño de VCC Samuel Liberman.

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