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Mr. Jons abrió la puerta a una
condena a tres meses para Charly

El fiscal de Morón Alejandro Jons pidió contra el músico una pena de tres meses en suspenso. Lo acusa de haber golpeado a dos policías en una comisaría de Ituzaingó. Mañana, el fallo.

Con un bajísimo perfil, Charly García se presentó al juicio oral para alegar su inocencia.

Las heridas que fueron del oficial terminaron en juicio oral y público: Charly García enfrenta desde ayer el pedido de un fiscal –del muy acorde apellido Jons– que quiere hacerlo acreedor de una condena a tres meses de prisión en suspenso, por los golpes que alguna vez repartió en una comisaría, enojado tras el desplante de una novia adolescente. Aquella vez, el episodio terminó en un calabozo, del que logró salir después de pasar la noche. Ahora, en las manos del juez queda la decisión de lo que puede ser la primera condena contra el rockero, que se caracterizó por su rechazo a todo lo que tuviera relación con el orden y los uniformes.
Precisamente, de lo que se acusa al músico es de haber cometido nada menos que el delito de “resistencia a la autoridad”. En realidad, fueron algunas patadas, unos golpes y un par de fuck you destinados a un cabo primero y a un sargento ayudante de la comisaría primera de Ituzaingó, hace prácticamente dos años: el 26 de octubre de 1999.
Hasta allí había llegado Charly lleno de furia. María Florencia, una chica que entonces tenía 17 años, se negaba a recomponer una relación que el rockero sí pretendía mantener. Esa noche decidió que lo mejor era ir a buscarla a la escuela nocturna donde ella cursaba el cuarto año, la Nº 5 de Ituzaingó. Y la esperó a la salida. Ella lo vio a él, él la vio a ella, y palabra va y palabra viene, todo terminó en discusión. Ella se fue corriendo, y llorando, a la comisaría, a una cuadra de allí. Los policías llamaron a sus padres para que la fueran a rescatar.
Pero el show debía continuar. Al destacamento llegó el padre de Flo, un fanático (¿hasta entonces?) de Charly. Entre los sollozos de la chica y la preocupación de papá Willy, el oficial tomaba una exposición civil en contra del rockero por lo ocurrido minutos atrás. Y en ese momento, todo empezó de nuevo. Charly había vuelto para dar cuenta de su enojo.
Lo que sucedió exactamente es lo que ahora debe decidir el juez Antonio Mele, del departamento judicial de Morón. Según el fiscal Alejandro Jons, “está probado que García agredió a dos policías, que resultaron lesionados leves”. En su argumentación, Jons detalló que Charly García y su ex novia “mantuvieron una discusión (frente a la escuela) y la chica se metió en la comisaría. Cuando los padres la van a buscar, se produce una nueva discusión y dentro de la comisaría García tiene una actitud agresiva hacia los padres, la policía interviene y ahí hay un forcejeo”.
Según él mismo declaró el martes en el juicio oral y público –su declaración pasó desapercibida–, nada de lo hecho fue con intención. Ante su señoría, y según contó ayer el propio fiscal, confesó que esa noche de octubre estaba “emocionalmente afectado por el fin de la relación con su novia”. Sus abogados agregaron que “estaba en estado de inconciencia”, por lo que pidieron la absolución de culpa y cargo, aunque además solicitaron que en forma subsidiaria fuera declarado “inimputable” por eso de la emoción afectada.
Además del imputado, testimoniaron ante el juez nueve policías, peritos psiquiatras, la ex novia adolescente y su padre.
Todo eso ocurrió en el juicio que empezó el martes y ayer mismo llegó al momento de los alegatos. A cargo del corto debate estuvo el juez Antonio Mele, ahora el encargado de decidir si absuelve a García o si se convierte en el primer juez en condenar al ídolo. Al que todavía le quedan pendientes algunas de sus otras incursiones judiciales: la de Rosario -por un incidente con un fotógrafo que lo acusó de haberlo golpeado– y la famosa de Mendoza, la del otro incidente con una mujer en un boliche, episodio que derivó en el más famoso aún salto a la pileta de un hotel desde la ventana de su habitación en el noveno piso.

 


 

DESBORDAN NAPAS Y POZOS CIEGOS EN AREAS INUNDADAS
Encima, en riesgo sanitario

Además de arrasar con todo a su paso, las aguas bajan turbias. Los distritos inundados del noroeste bonaerense están ahora bajo riesgo sanitario ante el desborde de napas y pozos ciegos que podrían causar epidemias. Por eso, el municipio de Carlos Tejedor, uno de los afectados, comenzó ayer a arrojar desinfectante en calles y escuelas, para prevenir posibles enfermedades. Nueve localidades de la provincia de Buenos Aires siguen aisladas en medio de un panorama que no da señales de mejorar.
El intendente de Tejedor, Carlos Rivas, indicó que el agua de las inundaciones que se logró frenar a 2.000 metros del casco urbano “brota por debajo y produce desborde de napas y pozos ciegos de las casas”. En tanto, el jefe comunal del distrito de Rivadavia, Sergio Buil, señaló que de las calles “salía constantemente líquido de los pozos ciegos, por lo que se utilizaron camiones atmosféricos para retirarlo”. En General Villegas se prohibió el tránsito vehicular ante inconvenientes parecidos.
Por otra parte, 900 personas continúan evacuadas y son nueve las localidades que siguen aisladas. El partido de Bragado, además, presenta una situación crítica, ya que una gran masa de agua proveniente de 9 de Julio ingresó a la zona y se dirige al Río Salado.
Ante esta crisis, el gobierno bonaerense dispuso que equipos del Ministerio de Obras y Servicios Públicos se instalen en los distritos afectados para coordinar acciones concretas con los intendentes.
El ministro Julián Domínguez anunció que se pondrán en marcha 50 obras destinadas fundamentalmente a defender los cascos urbanos y confirmó que 300 máquinas viales intentan reparar los daños en los caminos, pero que no pueden lograrlo porque “no encuentran suelo seco”. En este sentido, el gobierno de La Pampa conformó un Comité de Crisis y enviará un proyecto de ley a la Legislatura provincial, en busca de fondos para realizar obras urgentes.
Sin embargo, algunas de las iniciativas están siendo cuestionadas. El intendente de Rivadavia no está convencido de la construcción de un terraplén que ya comenzó la Dirección de Hidráulica provincial. “Creemos que es una locura porque no queremos que el agua quede retenida por sobre el nivel del pueblo, queremos que se le dé una salida”, se quejó Buil. Los tamberos de ese partido, en tanto, empezaron a tirar la leche que no pueden distribuir debido al aislamiento de sus campos.
Los próximos días vienen difíciles. Por un lado, por el desborde de la laguna La Picasa, del sur de Santa Fe, que vuelca sus excedentes hídricos en tres partidos bonaerenses. Para peor, según anunció el Servicio Meteorológico a este diario, las regiones inundadas sufrirán nuevas precipitaciones el sábado y domingo que, si bien no serán muy intensas, agravarán el anegamiento e impedirán que se escurra el agua acumulada.

 

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