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LILIANA CHIERNAJOWSKY, TRAS SU RENUNCIA
“Fuimos el socio menor y subestimado de la Alianza”

Aunque mantiene buenas relaciones con Aníbal Ibarra, Liliana Chiernajowsky explicó a Página/12 que renunció a la vicejefatura de Gabinete de la ciudad por �diferencias políticas� con respecto a la Alianza. Ibarra aceptó su renuncia, aunque le ofrecería otro nivel de colaboración.

Por Romina Calderaro

“Mi hija Lucía, que quiere empezar a estudiar Filosofía, me dice ‘Ustedes son unos irresponsables, no piensan en mi futuro’. Pero no nos vamos a morir de hambre”, dice Liliana Chiernajowsky, y se ríe. La esposa de Carlos “Chacho” Alvarez renunció el martes a la vicejefatura del Gabinete porteño por “diferencias políticas” con el jefe de Gobierno, Aníbal Ibarra, quien dijo ayer a este diario que ya le aceptó la renuncia aunque está estudiando la posibilidad de ubicarla en otro puesto de su administración. Al cierre de esta edición, Chiernajowsky dijo a este diario que aún no había sido notificada de la decisión de su ex jefe, y en su entorno aseguraron que tampoco sabe si aceptaría otro puesto. Mientras tanto, la actual militante del ARI dialogó con este diario de todo: desde Chacho Alvarez hasta Luis Zamora, pasando por sus ingresos familiares y la elección que hizo la fuerza que lidera Elisa Carrió.
–¿Por qué renunció?
–Le presenté la renuncia al jefe de Gobierno porteño porque entendí que correspondía para liberarlo de cualquier compromiso respecto a mantenerme en el cargo con el que me había designado. Si bien creo haber respondido a los objetivos para los cuales fui nombrada aquí, estuve teniendo diferencias con Ibarra y otros dirigentes del Frepaso respecto al rumbo a seguir. Estas diferencias se hicieron más evidentes frente a la elección de octubre, donde lo que yo cuestiono es haber seguido alentando la Alianza en cualquiera de sus versiones. Yo entendí que el Frepaso, y lo dije hace muchísimo tiempo, tenía que irse del gobierno e iniciar un proceso de revisión autocrítica y de recuperación de identidad. Y cuando ganó las elecciones Rodolfo Terragno entendí que esa situación iba a generar la ilusión de un liderazgo alternativo dentro del radicalismo cuando en realidad se trata de una fuerza que va a pagar muy caro este gobierno.
–¿Se va peleada con Ibarra?
–No. Siempre tuve una buena relación personal y política con él. Pero bueno, he tenido diferencias políticas que me parecen importantes.
–¿Nunca maldice el día en que el Frepaso decidió aliarse con el radicalismo?
–Sí, a veces pienso “qué lástima”. Si no hubiésemos hecho la Alianza, hoy seríamos una alternativa clara. Creo que nos expusimos a un peligro que conocíamos, pero que quizá no valoramos en su justa medida, que era aliarnos con un partido muy tradicional con prácticas que siempre habíamos criticado. Finalmente se decidió hacer la Alianza porque teníamos la profunda convicción de que si no se creaba una alternancia, el menemismo iba a perdurar quién sabe por cuánto tiempo.
–¿Cómo explica que Luis Zamora, que prácticamente no hizo campaña y estuvo años alejado de la política, haya sacado el diez por ciento de los votos en la Capital Federal?
–Creo que hay gente que no votó a Zamora por sus ideas políticas, sino porque rescató un ejemplo: una conducta democrática honesta, un político que pudo irse de la política, vivir la vida cotidiana de todas las personas y sobre todo renunciar a la jubilación de privilegio, que en ese momento cobraban los funcionarios públicos. Ningún funcionario de ahora puede cobrar jubilación de privilegio. Chacho tampoco. Eso cambió en 1994.
–Hablando de ingresos, ¿pensó antes de renunciar que ahora Chacho, que trabaja como docente en la Universidad de Quilmes, será el único sostén de la familia?
–Mi hija Lucía, que quiere empezar a estudiar Filosofía, me dice “pero ustedes son unos irresponsables, no piensan em mi futuro” (risas). Pero no nos vamos a morir de hambre. Chacho ahora gana lo de un docente, no es tampoco para degradar la tarea del docente.
–Pero usted ganaba más que él.
–Sí, yo ganaba más que él.
–¿Cuánto?
–4300 pesos. Pero volviendo al tema de Zamora, rescatando de nuevo su ejemplo, es válido que cuando vos tenés vocación política en serio te puedas retirar en un momento si sentís que no estás bien ubicado, si no estás haciendo un buen aporte. Reflexionar, y prepararte mejor para volver.
–Se refiere a su esposo.
–Por supuesto.
–¿En qué falló el Frepaso, que desilusionó a tanta gente?
–Creo que nosotros tendríamos que haber ponderado más los riesgos que corríamos y habernos preparado mejor. Por ejemplo: se hizo una interna con el radicalismo. Hasta los politólogos decían que un partido nuevo como el Frepaso, que no basaba su fuerza en estructuras, sino en la creatividad de su política no debía haberse expuesto a una interna con ese partido. Perder la interna como la perdimos nos debilitó. Empezamos mal. Nunca fue una coalición. Fuimos el socio menor, debilitado y subestimado de la Alianza. No pudimos decirle a De la Rúa “no ganaste vos, no ganó el radicalismo, la gente también votó la impronta del Frepaso”.
–¿Cuál es el análisis que hace del “voto bronca”?
–Es una manera democrática que la gente encontró para pegarle una cachetada a la dirigencia política. Yo la reivindico. Y creo que cuando los políticos interpretan el fenómeno, por ejemplo “éste fue un voto contra Cavallo” se hacen los distraídos. Hay políticos que fueron cómplices de este bastardeo de la política y siguen dando clase. En ese sentido, reivindico a Chacho, que se hace cargo. Dice “me equivoqué, no puedo salir a predicar desde el error”. Pero él va a volver, en algún momento va a volver. De lo que yo estoy segura es de que Chacho no es un careta. Más allá de que su renuncia sea materia opinable: sé que la gente se sintió abandonada.
–Graciela Fernández Meijide calificó de “lógica” su decisión de renunciar al gobierno porteño porque dijo que usted “desde hace rato decidió dejar el Frepaso para trabajar en el ARI” ¿Qué le responde?
–Insisto en el argumento anterior: hace rato estoy planteando dejar la Alianza y hay muchos compañeros dentro del bloque de diputados del Frepaso que están planteando lo mismo que yo. Y hay otros que siguen fuertemente planteando esta política: Graciela Fernández Meijide es una de ellas. Dijo también en esa declaración que “la Alianza no se toca”. El problema es que gente tocó la Alianza. Y hace mucho tiempo.
–A la luz de la opaca gestión de Meijide al frente del ministerio de Desarrollo Social que hoy ocupa Juan Pablo Cafiero, ¿usted cree que ella hubiera sido mejor Presidente que De la Rúa?
–Siempre temí que me preguntaran eso (risas). Yo, personalmente, nunca creí que íbamos a ganar esa interna. Y también creí, y creo que Chacho también, que éste no era nuestro tiempo para asumir la conducción de este país. Lo cual no quiere decir que no sepamos gobernar. Pero éramos un partido que estaba construyendo en muchos sentidos. Yo respeto que la gente pueda haber visto que Graciela no era la persona para hacerse cargo de este país en este momento tan complejo. Parece que tampoco lo era De la Rúa...
–¿Qué balance hace de la elección que hizo el ARI?
–Creo que se hizo una buena elección nacional para ser una fuerza que se constituyó como fuerza electoral en tres meses con un esfuerzo inmenso de la diputada Carrió, que se recorrió todo el país agotada hasta el límite. De todas formas, no voy a soslayar una autocrítica: creo que el hecho de que ella no se presentara en la Ciudad de Buenos Aires impidió que le diera una paliza extraordinaria a todo el sistema político.
–El ARI promete “no robar, no mentir y no votar contra el pueblo”. ¿No tendría que generar también una propuesta económico-política para no terminar como el Frepaso
–En principio te diría que esa consigna es vital, y sostenerla cotidianamente no es poco. Por lo menos recuperaríamos la política. Respecto de la propuesta alternativa, ésta era una elección presidencial. El ARI no tiene hoy la obligación de tener una alternativa económica para este país. Y miente quien en la campaña decía que va a modificar el rumbo económico. Una cosa que yo decía de Terragno: ¿por qué nos promete eso? Todos sabemos que los legisladores están para otra cosa. Además, la bancada oficialista está para apoyar a las políticas del gobierno. Y es mentira que él tenga una contrapropuesta: no la tuvo cuando estuvo en el gobierno. Haber hecho campaña por el oficialismo fue una contradicción flagrante.
–¿Por qué un ciudadano común que se sintió defraudado con el Frepaso debería seguir creyendo en dirigentes como usted o como Alvarez?
–Primero te diría que la gente sigue votando cada dirigente... en Corrientes Romero Feris, Barrionuevo en Catamarca. Vuelven al Senado protagonistas del escándalo. Políticos que son responsables de esta crisis de representatividad que tiene la política. Si Chacho no puede volver, el 95 por ciento de los políticos de la Argentina se tiene que enterrar. Chacho reconoce que cometió algunos errores. Pero creo que la gente nos puede creer porque somos honestos, porque nunca hicimos negocio con la política, porque militamos hace mucho tiempo con grandes dificultades, porque cuando se construye una fuerza nueva hay que poner mucho empuje y mucha convicción.
–¿Qué le parece la gestión de Ibarra?
–Creo que se están haciendo cosas interesantes, se están encarando obras muy importantes que por ahí no se van a ver ahora, pero que van a mejorar su infraestructura urbana: reservorios para resolver el tema de las inundaciones, ampliación en la red de subtes. Se está haciendo una muy buena gestión en educación, quizá no se ve tanto, pero es importante. En desarrollo económico se hicieron cosas también importantes, como apoyo a las pymes. Hay áreas que están más flojas y creo que lo que la ciudad necesita es una reforma del Estado, del aspecto administrativo, porque creo que el Presupuesto se podría utilizar mucho mejor.

 

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