El agua, que avanza implacable, vulneró ayer las defensas costeras en la laguna de Chascomús e ingresó unas cuadras en el casco urbano, habitado por 30 mil personas. Se trata de la ciudad más comprometida por las inundaciones en la provincia de Buenos Aires, según dijo el ministro de Obras y Servicios Públicos, Julián Domínguez. En General Villegas, un pequeño pueblo tuvo que ser totalmente evacuado porque el agua estancada en el campo avanzó sobre el casco urbano. Los evacuados, en la provincia de Buenos Aires, suman 3722, a los que se agregan unos 2400 autoevacuados. Con los afectados en Santa Fe, La Pampa y Córdoba, son más de 8000 las personas que tuvieron que abandonar sus viviendas.
El sol, que asomó ayer por momentos en territorio bonaerense, no alcanzó a traer suficiente alivio: el agua, que llegó en forma torrencial, demora en retirarse porque el suelo ya perdió su capacidad de absorción y casi no hay declives que ayuden al escurrimiento. Por eso, ayer todavía se sentían las consecuencias de las lluvias del fin de semana: en San Miguel del Monte, la laguna se salió de cauce; en Roque Pérez, la crecida del arroyo Saladillo amenazaba el casco urbano, y en General Belgrano la situación era muy comprometida porque el río Salado, en ascenso, había cortado la ruta 41.
A la grave situación en el campo se agregó, este fin de semana, el desborde de ríos y arroyos en el Gran Buenos Aires. El partido más afectados fue el de La Matanza, donde ayer los evacuados sumaban 1680, como consecuencia de las crecidas del arroyo Morales y del río Matanza. En Quilmes había 407 evacuados, algunos de los cuales comenzaron ayer a regresar a sus casas.
“En el Conurbano, si no llueve, en dos días la situación está normalizada. Pero en el interior el cuadro se sigue agravando”, dijo a Página/12 el director de Defensa Civil de la provincia, el teniente coronel Rodolfo Svendsen. Según ese organismo, las personas que abandonaron sus viviendas en toda la provincia superan las 6100.
La situación más dramática se vivía en Chascomús, donde la laguna llegó a una altura de 9,15 metros, un nivel cercano al record de 9,23, alcanzado en 1914 y 1993. “La situación es muy complicada. Se rompieron las defensas costeras y el agua entró al casco urbano”, explicó el ministro Domínguez. “Las bombas están funcionando a pleno para extraer el agua”, agregó. El desborde ya provocó la evacuación de 700 personas en los barrios periféricos.
En General Villegas, el agua avanzó sobre el pequeño pueblo de Elordi, habitado por un centenar de personas. “La mayoría se autoevacuó y otras veinte personas fueron retiradas en vehículos Unimog”, dijo a este diario el intendente, Gilberto Alegre. La situación se agravó el domingo a la madrugada, cuando en cinco horas cayeron 210 milímetros de agua y fue necesario evacuar a unas 20 familias en la localidad de Banderaló. “El agua ingresó a la ciudad, que está ubicada en una loma”, graficó el intendente.
El drama que venía soportando el campo ya llega a las ciudades: “En Villegas, el sistema cloacal ya no funciona y en los barrios más bajos los líquidos cloacales andan flotando por ahí”, describió el jefe comunal. Personal de Vialidad trabaja en el refuerzo de las defensas, pero al no haber tierra seca, los terraplenes se hacen con barro.
En el partido de Rivadavia, comenzó ayer la evacuación del pueblo de Sansinena, de 600 habitantes. “Son unas 30 personas, en su mayoría mujeres embarazadas o ancianos, y se hizo preventivamente, porque el agua está a punto de ingresar”, dijo el director de Defensa Civil.
En Adolfo Alsina, continuaban aisladas 1820 personas de las localidades de San Miguel Arcángel, El Gascón y Villa Maza. En Salliqueló, el 85 por ciento del partido estaba anegado, y los evacuados sumaban 66. En Pehuajó, la inundación afecta al 80 por ciento del partido, los caminos rurales están bajo el agua y la laguna que rodea al casco urbano continúasubiendo. Y en Carlos Tejedor, las localidades de Timote y Colonia Seré también estaban aisladas.

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