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URSO LIBERO POR FALTA DE MERITO A “PAPITO”
Un versero que se fue de boca

Angel �Papito� Ramini había alardeado de su participación en todos los escándalos del menemismo. El juez no pudo confirmarlo.

Angel “Papito” Ramini,
ante la Justicia por fanfarronear.
Seguirá siendo investigado por la Justicia.

Por el momento, el juez Jorge Urso no encontró elementos para procesar a Angel “papito” Ramini, el más verborrágico de “los tres mosqueteros”. El que confesó ante las cámaras ocultas de Telenoche Investiga “ser el despachante de aduanas de Fabricaciones Militares” y “el dueño de los containers” utilizados para transportar las armas que fueron a Ecuador y Croacia. La falta de mérito le permitió conseguir la excarcelación, aunque seguirá siendo investigado por la Justicia. El fiscal Carlos Stornelli apelará la resolución del magistrado.
En unas doce carillas Urso dictaminó que más allá de sus dichos, muchos de ellos inexactos, no contaba con elementos para procesarlo en la causa por la venta ilegal de armas. Frente a Urso y Stornelli, “papito” Ramini declaró que cuando hizo sus afirmaciones frente a las cámaras “estaba borracho”. Su abogado había marcado la tendencia defensiva, cuando fue a recibirlo a Ezeiza, donde fue detenido por la Gendarmería, y dijo a la prensa que las afirmaciones de su cliente “eran una broma. Mentirillas que dice un comerciante que quiere cerrar un negocio”.
Frente a la cámara oculta, Ramini admitió ser el dueño real de la firma Express. La misma que estuvo involucrada en el caso de La Mafia del Oro y que transportó, desde los depósitos fiscales de Edcadassa hasta los aviones de la empresa norteamericana Fine Air, los fusiles vendidos a Ecuador. En el expediente por la venta ilegal de armas, la participación de Express no fue un hecho irregular.
Nuevamente en libertad, Ramini tendrá que vérselas con sus antiguos socios en Internacional Waste Group. En los Tribunales dijo que había mentido por indicación de Alberto Rossi y Antonio Aguirre, sus compinches. Rossi, denominado el arquitecto de (Carlos) Menem porque participó de las refacciones de la quinta de Olivos y de la construcción de La Rosadita, la mansión que el riojano definió como el lugar al que se retiraría luego de dejar el gobierno, fue muy crítico con Ramini.
“Papito... No lo puedo creer... En ese programa pareció dueño de todo, oro, armas”, le dijo Rossi a La Nación, quejándose por los costos que le deparó el papel de su amigo en el programa de Telenoche Investiga. Consciente de que Ramini fue el centro del programa, Rossi sólo admite “haberlo visto pocas veces” y dice que “papito” no es socio de International Waste Group.
A Ramini, la aventura le costó unos días de cárcel. A Rossi, judicialmente le fue un poco mejor. Después de declarar pudo volver a su mansión frente a la cancha de polo en el country Tortugas. Ambos deberán sobrellevar el escarnio de quien muestra sus miserias en público. Por lo pronto, Aguirre el tercero de los mosqueteros, el que se vendió como socio de Monzer Al Kassar y compañero de noches de lujuria en el palacio que el sirio tiene en Marbella, aún se encuentra prófugo.
“Estos tres boludos” rumió Menem, en Don Torcuato, cuando se emitió el programa televisivo. La bronca incluso quedó plasmada en una difusa carta pública en la que se quejó de que Urso y Stornelli “se dedican a investigar a mis parientes cercanos y lejanos, amigos etcétera”.
En los Tribunales seguirán investigando las cuentas y contactos de Ramini y de Rossi. Además de ser inexacto que Ramini fue el despachante de aduanas de Fabricaciones Militares, también quedó demostrado que no era, como afirmó ante la cámara oculta, “amigo del 80 por ciento de los jueces federales”. Excepción del fiscal de Cámara Juan Martín Romero Victorica, miembro del Safari Club Internacional como Ramini y Rossi.

 


 

CONTROL DE EJERCITO EN FABRICACIONES MILITARES
Un testigo contra Balza

En la causa por la venta ilegal de armas, todas las miradas están puestas en la Corte Suprema. Allí se trama más de una maniobra. Mientras tanto, en el expediente las investigaciones van anudando aspectos no menos importantes. El ex jefe de auditores del Ejército, coronel Carlos Ferrairo, admitió en los tribunales que su fuerza tenía una fuerte presencia y control sobre lo que sucedía en Fabricaciones Militares. Algo que el general Martín Balza siempre negó. Claro que en su caso el argumento no pasaba de ser una estrategia defensiva. La manera de despegarse de la maniobra ilegal.
Hace más de un mes declaró el coronel Edberto González de la Vega, ex gerente de Fabricaciones Militares. Frente a la cámara oculta de Telenoche Investiga, Angel Ramini había dicho que le había advertido al militar sobre los riesgos de la maniobra. En los tribunales dijo no conocerlo. Pero el coronel admitió públicamente haberse reunido en dos ocasiones con él. En su declaración judicial, González de la Vega afirmó que cuando estalló el escándalo por la venta ilegal de armas, el ejército envió un abogado a Fabricaciones Militares para controlar todo el material que salía de la repartición estatal hacía los estrados judiciales.
Para cotejar sus dichos, los investigadores judiciales citaron a un auditor de la fuerza, el capitán Juan Abel Díaz. En su testimonio, el abogado militar dijo que “cumplía órdenes del coronel Ferrairo”.
Luego de esta afirmación fue citado Ferrairo. Ante la misma pregunta, el coronel lo admitió: “a mí me lo ordenó Balza”. Si bien añadió que el objetivo del ejército era contribuir con la Justicia y facilitar las respuestas reclamadas por los investigadores, el reconocimiento que estaba allí por órdenes del entonces Jefe de la fuerza, desarma la estrategia de Balza que siempre dijo no estar al tanto de lo que sucedía en la fábrica estatal de armamento.
El coronel Ferrairo tiene sus propios temas pendientes en los tribunales. Fue acusado por adulteraciones en el sumario militar que se abrió luego de que se conoció la muerte del soldado conscripto Omar Carrasco en un cuartel neuquino. Tendrá que defenderse en juicio oral.
Aunque la versión oficial de los mandos del Ejército siempre buscó despegarse de lo que sucedía en Fabricaciones Militares, en la causa hay más de un elemento que demuestra lo contrario. El fallecido coronel Juan Carlos Andreoli, en ocasión de asumir en la fábrica de Río Tercero, impuso a todos los operarios un estricto secreto de todo lo que sucedía en la planta. Un típico “secreto militar”.
De llegada directa a Carlos Menem, con quien compartía los links de golf, el desembarco de Andreoli en Fabricaciones Militares fue el cierre de un círculo. Anteriormente había estado al frente de la Dirección de los Arsenales del Ejército. Dato que indujo a un militar a decirle al entonces ministro de Defensa, Oscar Camilión: “ministro usted puso al zorro a cuidar el gallinero”. Claro que por estos momentos, la defensa de Balza está más preocupada en conseguir la libertad de su defendido que en las novedades de la causa. El recurso en el que se pide su excarcelación está en estos momentos en manos de los camaristas de la Sala II.

 

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