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EN GOBIERNO DESEMPOLVAN EL DISCURSO PROGRESISTA
La guerra de los mercados

El secretario de la Presidencia, Nicolás Gallo, acusó de �golpismo económico� a los mercados y algún funcionario aseguró que estas medidas �son para los que dudaban del progresismo de De la Rúa�.

El presidente Fernando de la Rúa, a punto de realizar una visita a los Estados Unidos.
Expectativas por un apoyo explícito del presidente George Bush a las medidas.

Es lugar común pensar en el paquete económico lanzado el jueves como la última oportunidad que tiene el Gobierno para sacar al país de la crisis. Esa sensación de estar entre la espada y la pared ha llevado a los hombres de la Rosada a reposicionarse y buscar enemigos ahí donde hasta hace poco creían tener potenciales aliados. Lejos de antiguas políticas de seducción, uno de los funcionarios más cercanos al Presidente, el secretario general de la Presidencia, Nicolás Gallo, acusó ayer a los mercados de actuar con actitud de �golpismo económico�. Luego, Domingo Cavallo anunció también la decisión de no hacer pagos de capital durante tres años a los tenedores de bonos. Es decir, a los sectores financieros no sólo los responsabilizaron de querer tumbar al Gobierno sino que también les quitaron ganancias. �Eso es para los que dudaban del rumbo progresista del gobierno de De la Rúa�, ironizaba anoche un vocero. 
En otros tiempos, las escaladas del riesgo país y las repentinas bajas de la bolsa ante el anuncio de alguna medida provocaban el enojo de los funcionarios radicales alfonsinistas o del Frepaso. En cambio, en el entorno de De la Rúa siempre se prefirió la prudencia ante cada avance del establishment económico. Pero ahora los tiempos cambiaron, el fantasma del default acecha y el único lugar del que el Gobierno puede hacer nuevos recortes para mantener el déficit cero es el de las otrora intocables rentas financieras. El plan lanzado el jueves por De la Rúa y Cavallo, hasta ahora, no tuvo un buen recibimiento en los mercados, algo que terminó por impacientar a Gallo.
�Los mercados el viernes reaccionaron levantando el riesgo país cuando todavía ni conocían el texto de los decretos de las medidas económicas�, explicó Gallo, en declaraciones a Radio América. De esta forma, entendió el funcionario, los mercados �mostraron su cara, ese golpismo económico y especulativo que realizaron muchas veces�. También dijo que esa pésima recepción al plan fue injustificada porque �es imposible que sin haber visto o leído en forma detallada los decretos, simplemente por un mensaje presidencial, se pueda modificar de esa manera el nivel del riesgo país�. 
Pese al amague de pelea, en Gobierno aseguraban que a los tenedores de bonos locales �bancos, AFJP, inversores� no les quedaría otra que aceptar las condiciones del canje dado la amenaza de tomar en las contabilidades de los bancos a los títulos por su valor de mercado, lo que provocaría la quiebra de muchas entidades financieras. Un funcionario se alegraba anoche por esa posibilidad que le da la coyuntura de cambiar el discurso, aunque sea por unos días. �Y tampoco desapareció el PAMI, ni se privatizó la Anses�, sostenía al comentar las medidas, que el Gobierno califica sin rubor como �progresistas�.
El otro motivo de alegría de la Rosada fue la confirmación que llegó a Cancillería de la cita de De la Rúa con el presidente de los Estados Unidos, George Bush, en Nueva York. Ambos presidentes tendrán un encuentro reservado colateral a su participación en la Asamblea Anual de las Naciones Unidas que comenzará el sábado próximo. La reunión con Bush quedó fijada para el domingo de 11 a 11.30 en el Hotel Waldorf Astoria. 
El Gobierno tiene depositadas muchas expectativas en el encuentro, en el que esperan conseguir un respaldo explícito de Bush al plan lanzado la semana pasada, lo que serviría para agilizar los desembolsos que Cavallo espera de parte de los organismos internacionales de crédito. Hasta ahora, el FMI ha mostrado cautela ante las medidas, sobre todo debido a sus dudas respecto de la fortaleza política del Gobierno. 
Ayer, el Presidente buscó parar las especulaciones respecto de lo que el Gobierno pueda obtener en el encuentro. Aseguró que no hablarán temas referidos a la economía y que no viajará a Nueva York con un explícito pedido de apoyo. Sin embargo, la agenda de la reunión será abierta y el Presidente espera que su seguimiento de las decisiones norteamericanas en la lucha emprendida contra el terrorismo le signifiquen un respaldo de Bush, a tono con la declaración del viernes del G-7 que agrupa a las naciones más poderosas del mundo.

 

 

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