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GUERRA

ENTREVISTA AL DIRECTOR DE LA TERCERA MEZQUITA DE PAKISTAN
�Contestaremos con la Guerra Santa�

Un día después de la visita del jefe del Pentágono, Donald Rumsfeld, a Pakistán, el mullah Hassan Jan condena la política de Pervez Musharraf y pronostica que los talibanes ganarán.


Refugiados afganos rezan en una mezquita paquistaní cercana a la frontera con su país.
�Muchos musulmanes vienen a las mezquitas para inscribirse como voluntarios para la Jihad.�

Página/12
en Pakistán

Por Eduardo Febbro
Desde Peshawar

Al mullah Mohammad Hassan Jan le gustan mucho los caramelos. Hassan Jan come dulces que saca de una bolsa de plástico mientras responde a las preguntas que se le hacen sobre el anuncio hecho la víspera por el secretario de Defensa norteamericano, de que las represalias iban a continuar en Afganistán a pesar del mes de ayuno del Ramadán. Miembro del Consejo ideológico islámico de Pakistán y director de la mezquita de Darwish, en Peshawar, el líder religioso paquistaní tiene una dulzura tan infinita como los caramelos que come con gula. Pero su pasividad de sabio es una apariencia engañosa. Sus frases están lejos de tener el sabor de un caramelo. Para el director de la tercera mezquita del país, la guerra santa, la Jihad, es una necesidad desencadenada por las represalias norteamericanas. Recostado como un príncipe de las mil y una noches sobre las alfombras de su escritorio, el mullah Hassan Jan no envuelve sus palabras con el dulce que come. Para él, la continuación de la campaña militar en Afganistán en pleno Ramadán equivale a una catástrofe para los musulmanes. Sin embargo, la dureza de su discurso no excede la denuncia contra los �infieles� que bombardean Afganistán, es decir, Estados Unidos. 
El mullah Jan está acostumbrado a convivir muy cerca de otro Dios que no es precisamente el suyo. Desde la ventana de su escritorio puede verse el presbiterio de la iglesia de Saint Michael. A pocos minutos de intervalo, las campanas de la iglesia se cruzan con el sonido del minaret emitido por los altoparlantes instalados en las torres de la mezquita. La iglesia está prácticamente pegada a la mezquita y no sólo las campanas y el minaret se siguen como buscando una reconciliación imposible. Los fieles musulmanes y cristianos suelen cruzarse en la vereda. Pero la guerra en Afganistán cambió algunas cosas. La mezquita Darwish no es sólo una sede religiosa. Desde que Estados Unidos lanzó su campana militar en Afganistán, muchos musulmanes van a la mezquita para inscribirse como voluntarios para participar en la guerra santa. 
�El secretario de Defensa norteamericano confirmó el domingo que a pesar del mes de ayuno musulmán del Ramadán los bombardeos en Afganistán iban a continuar con la misma intensidad. 
�La operación militar norteamericana en Afganistán ya era antes una historia cruel. De ahora en adelante, seguir atacando a ese país durante el Ramadán es todavía más cruel. Es una catástrofe para Afganistán y para el mundo musulmán. Afganistán es un país pobre y no está bien que los Estados Unidos lancen bombas sobre un país indefenso. Los afganos no pueden responder a Estados Unidos y, a pesar de eso, Estados Unidos continúa con la campana militar. Es inaceptable. Los responsables de Washington han decidido golpear a una nación que no se mete con nadie. Pienso que es urgente que los Estados Unidos se den cuenta de que Afganistán es un país pobre, pacífico. Los norteamericanos tienen que empezar a dialogar. La guerra no resuelve los problemas. Si las cosas siguen así, la gente se volverá más antinorteamericana que nunca. 
�Supongamos que la guerra se incremente con el Ramadán. ¿Qué le dirá usted a sus fieles cuando estén reunidos en la mezquita? 
�Le diré que nosotros ya hicimos antes la guerra santa y que lo volveremos a hacer. El sentimiento de la jihad es cada vez más potente. Nosotros queremos que Estados Unidos termine definitivamente con los bombardeos. Tienen que respetar el Islam. La guerra santa es una lucha contra las acciones crueles como las que emprende Estados Unidos. Hoy han lanzado más de 100 bombas, y eso es intolerable. La lucha contra ese tipo de acciones se llama la jihad. Quienes colaboran con Estados Unidos también tienen que ser combatidos con la guerra santa. Los norteamericanosse equivocan cuando dicen que esta operación que llevan a cabo es contra el terrorismo. Lo primero que dijo Bush es que se trataba de una cruzada. Bush consideró a todos los partidos islamistas como terroristas, pero nunca mencionó a partidos que no sean musulmanes. ¿Por qué los partidos políticos musulmanes deben ser considerados únicamente como terroristas?. El Islam no significa terrorismo. Frente a esas acusaciones, la única respuesta es la jihad. Hay que ponerle fin a esta guerra. Le pedimos a la gente que piensa en Estados Unidos que haga presión sobre el gobierno para que termine con sus ataques. Matar a la gente bombardeando a un país musulmán y pobre es una acción salvaje. La guerra no resuelve los problemas. 
�Muchos dirigentes religiosos consideran que la manera en que el presidente Pervez Musharraf aceptó colaborar con Washington significa una traición. ¿Usted está de acuerdo con ese término? 
�Sí, es una traición al Islam. El presidente Musharraf quiere que le perdonen la deuda externa y que Estados Unidos siga poniendo muchos billetes en su boca. A pesar de todas las protestas, Musharraf mantuvo su posición porque tuvo miedo de decirle que no a los norteamericanos. Tenía miedo de que la India atacara el sistema nuclear pakistaní. Musharraf colaboró con Washington por meras cuestiones financieras y estratégicas. Los musulmanes están decepcionados con lo que hizo Musharraf. Pakistán apoyó a Afganistán durante 22 años, pero de pronto cambió las reglas del juego. 
�¿Usted cree acaso que Bin Laden es el gran responsable de toda esta situación? 
�Bin Laden fue un mujaidín que luchó durante 15 años contras los rusos. No le interesa el dinero. El pueblo afgano tiene mucho coraje y lo siguen conservando como un invitado. Estados Unidos acusa a Bin Laden por los atentados pero no es él quien los ordenó. Son los judíos quienes deben ser acusados. En vez de matar inocentes, Estados Unidos debe pensar por qué razón ocurre una cosa así, por qué estos atentados se produjeron en su territorio. Lo que Washington está haciendo no es una acción para terminar con el terrorismo sino todo lo contrario, lo aumenta. 
�¿Cuál fue su reacción cuando supo que un grupo extremista había asesinado a 18 cristianos adentro de una iglesia de Pakistán? 
�El Islam dice que la amistad y la concordia deben reinar entre todas las religiones. Pienso que las religiones deben poder convivir en el seno de un mismo país. Las personas que viven en Pakistán y que no son musulmanes tienen los mismos derechos. 
�¿Usted no cree que al igual que Bin Laden, los talibanes tienen una gran responsabilidad en el diluvio de bombas que cae desde hace un mes sobre Afganistán? 
�No. Los talibanes van a ganar la guerra. Son más fuertes y Dios está con ellos.

 

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