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AUTOCRITICA Y ADELANTO DEL OBJETIVO DEL VIAJE A NUEVA YORK
De la Rúa pasará la gorra en EE.UU.

El Presidente se enfrentó a los empresarios reunidos en el Coloquio de IDEA en tono autocrítico de su gestión, a la vez que admitió que pedirá a Bush
que presione al FMI por más recursos. Dólares que Cavallo necesita para cubrir los vencimientos de deuda de este mes.

El Presidente Fernando de la Rúa
en su presentación en el Coloquio
Anual de IDEA.

Por Claudio Zlotnik
Desde Mar del Plata

El mensaje autocrítico pareció estar destinado al centenar de empleados públicos que, detrás de una valla colocada a 50 metros del hotel Sheraton, protestaba por el ajuste e insultaron a viva voz cuando reconocieron el auto presidencial. “Hemos cometido muchos errores. Dejamos pasar oportunidades, y estamos al límite de lo que podríamos resistir. Pero es ahí donde aflora el coraje y la decisión. Y tenemos que renacer.” Pero dentro del hotel no había trabajadores enojados a quienes calmar sino medio millar de empresarios expectantes. Frente a ellos, Fernando de la Rúa utilizó el discurso de inauguración en el coloquio anual de IDEA para ensayar un nuevo relanzamiento de su gestión, con el último paquete de medidas lanzado la semana pasada, que incluyó un plan de reestructuración de la deuda. Precisamente, el jefe de Estado aprovechó su corta estadía en Mar del Plata para anunciar que este domingo, cuando vuelva a encontrarse con George W. Bush, le pedirá a su colega estadounidense que interceda ante el FMI para que ese organismo financiero adelante a fin de este mes el desembolso de 1260 millones de dólares que queda pendiente del blindaje. También reclamará por los 3000 millones que el Fondo prometió en forma de garantías para aliviar el peso de la deuda.
Hasta ahora, las gestiones internacionales para conseguir los fondos necesarios para reestructurar la deuda han fracasado. No tuvo suerte Daniel Marx, cuando lo intentó en setiembre. Y la misma negativa escuchó Domingo Cavallo cuando fue en busca de auxilio en una misión relámpago hace algunas semanas. Ahora, el Gobierno cree que hay espacio para realizar gestiones al máximo nivel. De la Rúa lo intentará dentro de 72 horas cuando se encuentre con Bush en Nueva York. “A los agoreros que afirmaron con ligereza que no teníamos respaldo local ni internacional (para reestructurar la deuda), les digo que no hay nada más lejos de la realidad”, subrayó el Presidente en su discurso, quizás adelantándose a los resultados que vaya a obtener después de hablar con Bush.
Ayer a la tarde, no bien el jefe de Estado terminó una conferencia de prensa y se disponía a regresar a la Capital, Página/12 consultó a un alto funcionario de la Casa Rosada sobre las chances reales que tiene el Presidente para cambiar la suerte, por ahora esquiva. “Después de mucho tiempo, tendremos buenas noticias para mostrar. Y, lo más importante, es que nosotros mismos estamos convencidos de que esta vez salimos adelante”, reseñó el funcionario.
Tal como subrayó el propio De la Rúa, uno de los activos que quiere llevarse en su valija a Nueva York –una de las buenas novedades que tendría para divulgar– es el acuerdo con los gobernadores. Después de advertir que no podría seguir pagando los servicios de la deuda a menos de que baje la tasa de interés, el Gobierno sabe que la foto de la clase política unida detrás del plan de Déficit Cero es la única manera de convencer a la administración Bush y a los organismos internacionales de que el plan económico puede ser viable.
“Estamos haciendo lo que los argentinos reclamaban: tomar medidas originales”, apuntó De la Rúa desde el estrado. Aunque, para despejar cualquier duda, volvió a descartar una devaluación y “una cesación de pagos (de la deuda) en forma unilateral”.
En su paso por Mar del Plata, De la Rúa pretendió asentar la imagen de Presidente resuelto y ejecutivo; ésa que empezó a dar cuenta el jueves pasado cuando dio a conocer el nuevo paquete. Como parte de ese juego por mostrarse distinto, ensayó un tono autocrítico. Sobre el que fue volviendo en repetidas ocasiones durante el discurso. “Es inexcusable reconocer las insuficiencias de mi gobierno. Nos propusimos sacar al país de la recesión y aumentar las fuentes de trabajo. Pero lo principal del programa está aún pendiente”, añadió.
Minutos más tarde, dijo que “reconocer los errores con humildad y tener voluntad de cambio es la base” para dejar atrás la crisis. También se refirió a la composición de su gobierno, señalando que no habría que esperar nuevas modificaciones de Gabinete porque “esto no es un campeonato de cambios de nombres”.
Para rematar, reclamó de los empresarios más poderosos una dosis de “comprensión” ante las circunstancias. “Es imperioso crecer. Las grandes crisis pueden traer grandes soluciones. Tengamos grandeza y patriotismo”, concluyó. Adentro del salón, 500 empresarios le reabrieron el crédito con un sonoro aplauso. Afuera, los agentes públicos seguían haciendo oír su bronca.

 

Cavallo hizo las valijas

Después del blooper que hizo semanas atrás con su viaje de “incógnito” a Estados Unidos, Domingo Cavallo decidió no jugar más al misterio. Economía confirmó que el ministro viajaba anoche a Nueva York, junto con su segundo, Daniel Marx. Ambos irán a desarrollar gestiones clave en favor del canje de deuda que acaba de lanzar el Gobierno. Si bien no se precisó con quiénes serán las reuniones, se descuenta que habrá encuentros reservados con banqueros y demás inversores. Cavallo y Marx se sumarán mañana a la comitiva que encabeza Fernando de la Rúa, y el ministro participaría del encuentro con el presidente George Bush. También habría contactos con el Departamento del Tesoro y con el FMI, a los que se explicarán las características del canje y se les volverá a pedir su respaldo. Por ahora las opiniones en Wall Street sobre la reestructuración son mayormente desfavorables. Cavallo intentará cambiar esa reacción adversa, diciendo lo mismo que les transmitió aquí a los banqueros: sin canje, Argentina se estrella, y entonces el default será abierto.

 

RIESGO PAIS CERRO A 2349 PUNTOS
Caída de depósitos

Los depósitos volvieron a caer el pasado viernes en 665 millones de pesos, lo que muestra que el anuncio de la reestructuración de la deuda no alcanzó, al menos hasta el fin de la semana pasada, a frenar la corrida. Las reservas netas del Banco Central se redujeron ayer en 567 millones de pesos. Sin embargo, en acciones y títulos prevaleció el moderado optimismo de los operadores.
Las acciones líderes cerraron con un alza del 2,7 por ciento y el riesgo país, producto de la suba de los títulos públicos, cerró a 2349 puntos con una baja de más de 100 puntos desde el lunes. En tanto, la nueva revaluación del real, que quedó en 2,56 unidades por dolar, señala que Brasil está logrando separarse de Argentina.
Sin embargo, el principal indicador que puede anular cualquier optimismo sobre la evolución de la economía, la salida de depósitos, no pareció acusar recibo de las nuevas medidas. Los últimos datos difundidos por el BC muestran una alarmante caída. Los bancos contarrestaron con nuevas subas en los intereses para tentar a los asustados ahorristas. Así, para los depósitos a plazo fijo de entre 30 y 35 días, para volúmenes de más de 1 millón de pesos, llegó a pagarse el lunes hasta el 63 por ciento, más del doble que una semana atrás. Aunque todavía en niveles altos, la caída del call de ayer –quedó en 40 por ciento en pesos y 25 en dólares– podría estar indicando que la sangría podría haberse moderado. No obstante, ayer también se registró un importante volumen de operaciones de pases a 1 día: 1523 millones.
Con un volumen negociado de 11,9 millones la Bolsa llegó a estar más del 5 por ciento arriba, pero la media sanción de la coparticipación del Impuesto a las Transacciones financieras cambió la tendencia sobre el final de la rueda. La afectación de fondos por más de 4000 millones que podrían ser utilizados como garantía en el canje de deuda fue interpretada en el “mercado” como una incongruencia entre el Ejecutivo y el Legislativo.

 


 

EX DE CAVALLO Y EX DE DE LA RUA PIDE UNA ESTRATEGIA
Llach obsesionado con exportar

Por C. Z.
Desde Mar del Plata

El ex ministro de Fernando de la Rúa sonó terminante: “La Argentina no tiene una estrategia de crecimiento. Y es necesario tenerla lo antes posible”. Juan José Llach, ex titular de la cartera de Educación, y ex miembro del equipo de Domingo Cavallo en la primera época, no terminó allí su diagnóstico. Según Llach, la Argentina convencerá al resto del mundo de que su economía es viable el día que tenga un plan para aumentar las exportaciones.
Para el ex ministro, la agresiva baja de la tasa de interés en los Estados Unidos –actualmente se ubica en apenas el 2 por ciento anual– demuestra que el Estado “tiene un nuevo rol” en la solución de las crisis. Desde ese punto de vista, “habría que repensar el nuevo papel del Estado argentino”. En especial en lo referido a los incentivos a las exportaciones.
“Si las exportaciones crecieran a un ritmo del 10 por ciento anual, nos aseguraríamos un piso de crecimiento del 3 por ciento anual”, señaló el ex funcionario durante su exposición en el 37ª Coloquio de IDEA. Alcanzar la meta no sería difícil, teniendo en cuenta que durante la década del ‘90, las ventas al extranjero crecieron a un ritmo anual del 7,9 por ciento. Con estos números a la vista, Llach descartó que la paridad uno a uno entre el peso y el dólar ponga trabas a la recuperación de las exportaciones.
Todo lo contrario, en las estimaciones de este economista y sociólogo, el riesgo país mostrará una caída abrupta cuando la Argentina logre mejorar la relación entre lo que produce y lo que exporta (de apenas el 10,7 por ciento), “el peor indicador de la economía”. Otro hecho negativo relevado por Llach es que el 65 por ciento de las ventas argentinas estén concentradas en el Mercosur.
Por último, Llach trazó algunos puntos que debería impulsar el Estado para mejorar las exportaciones:
Financiamiento a las ventas.
Fomento a nivel mundial de algunos rubros económicos en los cuales la Argentina es fuerte.
Promoción a las inversiones.
Nuevo sistema impositivo, reduciendo el IVA al 8,5 por ciento y reemplazar la diferencia por    un IVA Ventas.
Promoción de las pymes a través de distintos programas de incentivos.

 


 

Empresarios satisfechos de que
esta vez el ajuste lo haga la banca

Por C. Z.
Desde Mar del Plata

Los empresarios más poderosos de la Argentina respaldaron el plan del Gobierno para reestructurar la deuda. Básicamente, están de acuerdo con que esta vez el ajuste lo haga el sector financiero, aunque no ocultan la urgencia para que los resultados del programa se aprecien rápidamente y bajen las tasas de interés. Para conocer el pensamiento de los líderes empresarios, Página/12 dialogó aquí con varios de ellos. Las apreciaciones van desde el “moderado optimismo” confesado por el presidente de IDEA, Jorge Aguado, durante su discurso inaugural hasta el reclamo del presiente de Fiat, Cristiano Ratazzi, para que los gobernadores pongan su granito de arena y apoyen “este plan revolucionario”.
Los empresarios consultados por este diario, en el marco del 37° Coloquio de IDEA, están convencidos de que el éxito del nuevo plan del Gobierno depende de tres cosas: el acuerdo con los mandatarios del interior, el apoyo de los acreedores del extranjero y de si la administración Bush respalda o no la reestructuración de la deuda.
Pero más allá de las especulaciones, lo cierto es que buena parte del apoyo de los empresarios al paquete oficial se debe a las enormes dificultades que tienen las compañías para seguir operando en medio de elevadísimas tasas de interés, el acceso al financiamiento cerrado y la caída en picada de las ventas. La preocupación es extensiva a las empresas de servicios públicos y a las extranjeras que, si bien pueden fondearse en el extranjero, ven afectados sus balances ante la menor facturación y el aumento de las facturas morosas. Por otra parte, hubo empresarios que admitieron que la profundización de la crisis contrajo los niveles de inversiones y que esta situación podría traer problemas el año que viene en varios sectores de servicios, como el energético.
A continuación, un resumen de lo expresado por distintos empresarios a Página/12:
Cristiano Ratazzi, presidente Fiat Auto: “Este es un plan revolucionario porque ataca el principal problema de la economía argentina: la deuda. Resulta obvio que la economía volverá a expandirse no bien el Gobierno logre concretar el canje de bonos colocados a altas tasas de interés por préstamos al 7 por ciento como máximo. Cualquier país con una tasa referencial del 7 por ciento ve a su economía crecer. Y la Argentina no será la excepción. Ahora, el éxito del programa no depende tanto del Gobierno como de la confianza que logre despertar toda la clase política en el extranjero”.
José Cartellone, Cartellone Construcciones y productos Molto: “La reestructuración de la deuda es un buen comienzo para ilusionarse con dejar atrás la crisis. Pero hace falta tomar medidas adicionales para que la baja de la tasa sea inminente y profunda. Hay que reconocer que el Gobierno intentó con los planes de competitividad pero la severidad de la crisis pulverizó sus efectos. Será muy importante lograr refinanciaciones con los bancos a tasas mucho más bajas. Será la única manera de sobrevivir a la competencia de los extranjeros, que se financian mucho más barato que nosotros. En promedio, mi empresa se endeudó este año al 16 por ciento anual. Así no se puede seguir”.
Francisco de Narváez, IT Communication; ex titular Casa Tía: “La reestructuración de la deuda planteó que era una ficción seguir pagando semejantes tasas de interés. Pero creo que esta operación, por sí sola, no garantiza la reactivación. Lo interesante sería que esta vez el Gobierno ponga en práctica las medidas de políticas activas. Que no se limiten al simple enunciado. También creo que habría un sinceramiento si se dejara flotar la moneda. Es preferible a tener un tipo de cambio fijo. Aunque debe reconocerse que, antes de hacerlo, deberían ser estables lasvariables financieras y la situación de los bancos. Este no es el momento”.

 

“La devaluación nos hundiría”
Desde Mar del Plata

“La devaluación serviría como negocio a los especuladores pero a la gente la hundiría”. Jorge Aguado, directivo del Grupo Socma y titular de IDEA, es tajante. En diálogo con Página/12, y a pesar de reconocer que un fuerte aumento de las exportaciones sería la tabla de salvación de la economía, el empresario se mostró totalmente contrario a abandonar la salida de la paridad uno a uno entre el peso y el dólar.
–¿La economía tiene chances de volver a crecer?
–La reestructuración de la deuda es necesaria, pero es innegable que a partir de ahora el Gobierno tendrá un gran desafío por delante. El canje de deuda cara por otra más económica no implica directamente que la economía vuelva a la senda del crecimiento. La condición necesaria para crecer es a través de un fuerte impulso de las exportaciones.
–¿Podría darse ese escenario sin una devaluación?
–Por supuesto. En la Argentina no se puede devaluar. Eso indica nuestra historia. No existe una medida milagrosa para salir de la crisis.

 

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