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UN IMPUTADO ADELANTO A PAGINA/12 QUE ACUSARA A OTRO HOMBRE
Otro nombre en el crimen de GEBA

Fernando Antúnez solicitó al juez ampliar su declaración sobre el crimen de la maestra Fabiana Gandiaga. En diálogo con este diario, el detenido acusó a otro empleado del club de participar en el hecho. Insiste en que él no intervino, pese a las pruebas en su contra.

El club GEBA, donde Fabiana Gandiaga fue violada y asesinada cuando llevó a
su hijo a un torneo.

Por Carlos Rodríguez

Fernando Antúnez, uno de los tres detenidos por la violación seguida de muerte de la docente María Fabiana Gandiaga, pidió ampliar mañana su declaración ante el juez Alberto Seijas para “acusar a otra persona que participó en el hecho” y a quien señaló como “empleado de la sección intendencia” del club Gimnasia y Esgrima de Buenos Aires (GEBA), según anticipó a Página/12 el propio imputado. Antúnez volvió a insistir en su inocencia, aunque existen pruebas que parecen confirmar su participación en el crimen, entre ellas las marcas que tiene en la cara y en el cuerpo, producidas presuntamente por la víctima al intentar defenderse. Respecto de las razones por las cuales demoró hasta ahora la acusación contra quien asegura que es “el principal responsable”, Antúnez dijo que se calló “por temor a una venganza, ya que amenazaron con matarlas”, aludiendo a su esposa y a su hija de cuatro meses.
“Yo presencié todo y acá hubo gente grande, con plata. Yo sólo estuve en el lugar, no hice nada, lo juro”, siguió diciendo Antúnez, quien hasta ahora no pudo convencer al juez Seijas, quien la semana próxima podría resolver la situación procesal de los tres detenidos. Además de Antúnez, de 21 años, están detenidos Miguel López, de 25, quien también habló con este diario y también negó los cargos en su contra, y Carlos Vallejos, de 21. A pesar de que López está preso, entre otras cosas, porque fue acusado directamente por Antúnez, ambos se encuentran presos, en celdas individuales pero compartiendo los lugares de recreo, en el sector “J” del pabellón de ingreso del Complejo Penitenciario 1 de Ezeiza.
Anoche, al confirmar que Seijas aceptó el pedido formulado por Antúnez, quien será recibido mañana por el magistrado, fuentes judiciales admitieron que les habían adelantado que en la causa podría haber “una sorpresa que podría modificar el rumbo de la causa”, pero tomaron tal posibilidad con pinzas. “Hay que ver los datos que aporta el imputado”, apuntaron los voceros, quienes admitieron, de todos modos, que nunca se descartó la presencia de una cuarta persona “que participó o que supo todo lo sucedido desde el primer momento”.
Las dudas del caso podrían llevar al juez Seijas a posponer la resolución de las situaciones procesales hasta que tenga en su poder los resultados de los análisis de ADN realizados sobre las muestras de semen halladas en el cuerpo de la víctima. Trascendió que se determinó la presencia de tres grupos sanguíneos, lo que indicaría que fue violada al menos por dos hombres, ya que la tercera muestra podría corresponder a la propia víctima. Los tres detenidos niegan participación en la violación y muerte de la maestra, pero de ellos Antúnez aparece como el más complicado, por las marcas en el cuerpo y porque en su casa se encontró el teléfono celular de la víctima.
“Yo estaba limpiando el hall de la planta baja, el que da a la calle Bartolomé Mitre y empecé a sentir ruidos raros. Subí las escaleras y llegué al entrepiso, abrí la puerta de un baño que estaba en desuso y me encontré con todo”, dijo Antúnez en diálogo telefónico con este diario. Luego repitió la poco creíble historia de cómo le fue entregado el teléfono celular “en parte de pago” por una deuda, aunque ahora incluyó en la historia a una cuarta persona. Aseguró que se trata de “un hombre que trabaja desde hace años en el sector de intendencia del club” GEBA. Sostuvo que “es muy conocido por todos”.
“Fueron él y Miguel (por López), ellos fueron los dos autores”, afirmó una y otra vez Antúnez, quien en ningún momento mencionó al tercer detenido, Carlos Vallejos, quien se encuentra en el Complejo Penitenciario de Marcos Paz. “Cuando los dos se dieron cuenta de que yo había visto todo, me amenazaron de muerte, amenazaron a mi familia y por eso me tuve que callar la boca”, dijo el acusado. Antúnez dudó cuando se le preguntó acerca de las marcas visibles que tiene en la cara y en el cuerpo. El juez Seijas ordenó pericias para determinar si había piel bajo las uñas de la víctima, a fin de determinar el ADN de esas muestras, si existen. “Las lastimaduras son porque el empleado de intendencia me pegó varias veces al descubrir que los estaba espiando. Tuve un ojo morado y tengo testigos que me vieron con esas marcas”, afirmó Antúnez, quien prometió mañana llevar las pruebas al juez de la causa. “Yo no sabía dónde la habían enterrado (es textual), no sabía que la habían enterrado bajo uno de los ascensores. Es mentira lo que dijeron algunos diarios, yo no sabía nada de eso”, insistió el detenido. “Ni siquiera tenía idea de dónde quedaba el baño, llegué siguiendo los ruidos”, ratificó.
Consultado sobre la nueva versión que podría ser incorporada a la causa, el abogado de la familia de la víctima, Juan José De Valle, le dijo a este diario que “nunca se descartó la posibilidad de una cuarta persona, es posible que así haya sido, pero hay que ver lo que dice ante el juez porque también el hecho de incorporar a otro imputado puede ser una buena forma de embarrar la investigación”. De Valle consideró que el caso Gandiaga es “uno de los más horrorosos de la historia” y describió el baño del entrepiso como “un lugar horrendo, donde no hay luz, ni natural ni artificial, al que se llega por pasadizos que ni siquiera conocen los socios más antiguos de GEBA. ¿Cómo hicieron para conocerlos tres personas que trabajaban en el lugar hacía apenas unos meses?”.
En ese contexto, De Valle no descartó que haya participado “una persona que conociera muy bien esos lugares, pero por ahora es sólo una especulación porque hay que ver qué es lo que declara y cuáles son las pruebas que aporta ante la Justicia”. El abogado de la familia, como parte querellante, no tiene la posibilidad de asistir a la declaración que hará mañana Antúnez.

 


 

SE TRATA UN PROYECTO PARA ENDURECER SANCIONES
Mano dura para taxis truchos

Con la mira en la seguridad a bordo de los taxis de la capital, el Jefe de Gobierno, Aníbal Ibarra, aprovechó ayer un seminario internacional sobre seguridad urbana para insistir sobre las sanciones contra quienes alguien sus autos a choferes truchos, tras el crimen de Miguel Lecuna. “En los delitos cometidos con taxis, vamos a ser absolutamente firmes”, dijo para enseguida reclamar el traspaso de la Policía Federal a la ciudad. El endurecimiento de Ibarra se basa en un proyecto que se tratará hoy y contempla que aquellos titulares de taxímetros que permitan manejar su coche a un conductor no habilitado perderán la licencia, su vehículo será secuestrado y ya no podrá volver a trabajar con él como taxi. Al mismo tiempo se desataba ayer una serie de aclaraciones en torno al famosísimo identikit confeccionado por la Policía Federal de uno de los supuestos asesinos de Lecuna: el hombre señalado como el que apareció en todos los medios es un preso, en cuyo retrato sacada de los archivos, justamente se basó el testigo que dictó los datos del rostro.
Sin novedades en la investigación del homicidio de Lecuna, esposo de la actriz y conductora Georgina Barbarossa, la Policía Federal insistió ayer por quinto día consecutivo con la hipótesis de que se trató de un intento de robo que “salió mal”. Las puñaladas recibidas por Lecuna, en un breve lapso de tiempo y espacio, se deberían según la versión de la que aún no se han dado pruebas, simplemente a que la víctima se resistió al asalto y obligó a los ladrones a neutralizarlo mediante el viejo método de la puñalada. De hecho la noticia del asesinato quedó relegada por las discusiones y declaraciones que provoca el tema de la seguridad en los taxis. Hoy la Legislatura tratará el proyecto para que aquel titular de un taxímetro que entregue su vehículo a una persona por fuera de los requisitos legales, pierda licencia, vehículo y hasta calidad de tachero.
Esas sanciones se sumaron al reclamo hacia el gobierno nacional del “traspaso de la policía”, ya que “las demandas son cada vez mayores” hacia su gestión que se encuentra “en condiciones de mejorar la capacitación, la tecnología y aportar los medios” a la fuerza policial para la lucha contra el delito. Justamente la elaboración del identikit a través de un programa de computación provoco toda una confusión con el rostro del preso Sergio Luque, cuyos padres se pasaron el día de ayer llenando el vacío de los noticieros con su clamor de aclaraciones. “El no es un asesino”, se les oyó decir en cada uno. Pero la mejor aclaración llegó del ministerio de Justicia, organizador del encuentro en el que hizo sus declaraciones Ibarra: un vocero dijo que “el presunto identikit es la foto de Sergio Luque, detenido en el penal de Marcos Paz”. Con razón eran tan parecidos.

 

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