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COMPROMISO DE LA BANCA LOCAL PARA INGRESAR AL CANJE POR 12.500 MILLONES
Los bancos le dieron una alegría a Mingo

Si las AFJP también se suman,
con otros 15 mil millones, Economía tendrá asegurado el éxito de la �Fase 1� del canje de deuda. Sólo restaría el �sí� de las compañías de seguro, que aportarían otros cinco mil millones, para completar el tramo local con unos 10 mil millones en poder de inversores minoristas. Así alcanzaría el éxito necesario, pero no suficiente, para encarar el tramo externo.

Por Claudio Zlotnik

Domingo Cavallo ya recibió el primer “sí, quiero” para el canje. Los bancos aportarán 12.500 millones de dólares, la totalidad de los bonos que tienen en cartera y que forman parte del menú. Así se lo transmitieron ayer los propios banqueros al ministro durante una reunión que mantuvieron en el quinto piso del Palacio de Hacienda. Las AFJP también se sumarán a la operación. Una fuente del sector le dijo a Página/12 que participarán con unos 15.000 millones, y que pasado mañana se lo comunicarán al ministro. De esta manera, Cavallo se va asegurando el éxito de la “Fase 1” del canje de deuda: sólo resta saber cuándo oficializarán su decisión las compañías de seguro, que poseen bonos por unos 5000 millones, y los inversores minoristas, dueños de otros 10.000 millones. Finalizado el canje local, el mediterráneo pondrá en marcha el tramo internacional. Aunque en éste podría haber alguna sorpresa: en Economía estudian la posibilidad de aplicar una quita ya no sólo a los intereses sino también al capital de la deuda. Y dejar de pagar los vencimientos de los “viejos” títulos una vez que finalice la segunda etapa del canje.
Daniel Marx se inclina por hacer una quita sobre el capital de la deuda. El argumento del viceministro es que una vez reconocida la insolvencia, lo mejor es abaratar la deuda lo máximo posible y de esa manera tener más chances de hacer viable a la economía argentina. En cambio, por ahora, Cavallo prefiere limitarse a bajar los pagos de intereses pero mantener inalteradas las amortizaciones de capital. Esto es lo que quedó fijado en el decreto por el cual se lanzó la reestructuración y que se aplicará en la “Fase 1”: los nuevos préstamos garantizados por la recaudación tendrán una tasa de interés máxima del 7 por ciento anual, cuatro puntos por debajo al costo promedio de los títulos públicos en circulación. Según Marx, esta estrategia no alcanza para cumplir con el déficit cero a menos que se haga un ajuste enorme, inviable políticamente y contrario a una economía ahogada que necesita crecer. En definitiva, la postura del viceministro es similar a la esbozada por el gobierno estadounidense a través del secretario del Tesoro, Paul O’Neill.
De todas maneras, nada está dicho. Por ahora, Cavallo quiere finalizar exitosamente el canje local, al que en la city estiman rondará entre 35 mil y 40 mil millones de dólares. La fecha de cierre es el viernes próximo. Se calcula que, en total, los inversores argentinos, incluyendo a los minoristas, poseen títulos por unos 45 mil millones. Justamente, la duda es la cantidad de minoristas que aceptarán las nuevas condiciones. Los intereses que devenguen los nuevos pagarés empezarán a pagarse en abril de 2002. Y habrá una prórroga de tres años en los vencimientos de capital.
Una vez finalizada la “Fase 1”, Cavallo lanzará la “Fase 2” (internacional). Aún se desconocen las características de este tramo. Marx, tal vez porque lo traicionó el inconsciente o bien porque busca sumar inversores a la “Fase 1”, sugirió anteayer que habría una quita de capital en el segundo tramo, aunque más tarde se desdijo. Pero lo cierto es que en el Palacio de Hacienda existe un debate que se saldará en las próximas semanas: si en la “Fase 2” habrá una quita de capital –su magnitud dependerá del ahorro generado en la fase local– y si se dejarán de honrar los vencimientos de los “viejos” bonos. El Banco Central ya depositó sus reservas en el Banco de Basilea de manera de evitar un embargo en caso de cesación de pagos.
Según analizan en el Palacio de Hacienda, la quita de capital sería más pronunciada sobre los títulos de más largo plazo. Teniendo en cuenta la alta probabilidad de que la Argentina caiga en un default abierto, varios bancos de inversión recomendaron a sus clientes adherirse a la “Fase 1”.
En el tramo internacional, Cavallo sabe que casi seguro contará con el apoyo de los fondos estadounidenses que poseen bonos por unos 30.000 millones. En cambio, existen dudas sobre lo que harán los inversores,buena parte de ellos son minoristas, que poseen títulos en euros y yenes, por 27.000 millones. Por este motivo, el ministro se mueve con suma cautela. Otros países que cayeron en cesación de pagos, como Rusia y Ecuador, reestructuraron su deuda con un 99 por ciento de aceptación por parte de los inversores. Cavallo apunta a ese objetivo, sabiendo que cualquier traspié terminará en los tribunales internacionales.
Con el canje local en marcha, los bancos locales quedaron a salvo de una eventual quita de capital. De alguna manera, Cavallo blindó al sistema financiero frente a las turbulencias que seguramente se sucederán cuando se largue el canje global. Frente al ministro, los banqueros no sólo le comunicaron su aceptación al canje. También plantearon sus quejas sobre varios temas:
Tal como adelantó Página/12, en los bancos no están dispuestos a rebajar la tasa de interés de las deudas provinciales al 7 por ciento anual. En la actualidad, el costo promedio ronda el 24 por ciento anual. Sin embargo, anoche en Economía eran optimistas. “Todavía queda una semana para negociar”, dijo un funcionario a este diario.
A su vez, los financistas pidieron que los nuevos préstamos garantizados puedan transarse en el mercado secundario. En Economía analizan la forma de instrumentar algún mecanismo para que los bancos no pierdan liquidez.

 

Reservas en baja

El 28 de febrero último, cuando todavía estaban pegados los afiches con la leyenda “Blindaje 2001: la Argentina crece”, las reservas del Banco Central ascendían a 33.830 millones de dólares. El último miércoles (último dato disponible) habían descendido a 18.339 millones. Es decir que en nueve meses, las reservas cayeron en casi 15.500 millones, un derrape que evidencia la tensión en que se ha vivido este año. La baja de las reservas se aceleró en las últimas semanas, dado que el Gobierno recurre a ellas para cubrir el déficit fiscal –en octubre fue de 676 millones– y pagar vencimientos de la deuda. El miércoles pasado tuvieron un fuerte declive de 357 millones. De ese total, 199 millones se usaron para pagar el vencimiento del Bonte 2002 y 2005.
Las reservas también se utilizan para asistir a los bancos con pases activos y redescuentos, para lo cual se han destinado unos 6000 millones desde que comenzó la crisis. A mediados de la semana pasada, los bancos volvieron a experimentar una importante salida de fondos depositados en plazo fijo. El dinero retirado por empresas y particulares sumó 285 millones. Sin embargo, los depósitos totales del sector privado disminuyeron 46 millones. La diferencia se explica en que las compañías y los particulares postergan la renovación de sus plazos fijo, pero mientras tanto dejan la plata en los bancos en cuestas a la vista, como cajas de ahorro y cuentas corriente. Para retener a los ahorristas, los bancos están ofreciendo tasas del 45 por ciento en pesos.
En cuanto a los depósitos totales –computando los del sector público y privado–, el miércoles pasado aumentaron en 150 millones. Este aumento se explica en que el Gobierno transfiere reservas del Banco Central al Banco Nación, mediante pases activos, que éste último integra como un depósito a la vista. Cuando eso ocurre, los depósitos totales crecen. El problema es que el Nación utiliza ese dinero para comprar Letras de Tesorería al Gobierno, que no consigue colocar deuda de otro modo.
El equipo económico deberá justificar este mecanismo a la misión del Fondo Monetario Internacional, que llegará pasado mañana a Buenos Aires. En su encuentro en Ottawa con las autoridades del organismo, Cavallo tuvo que explicar el drenaje de las reservas. La próxima semana deberá hacerlo nuevamente, para conseguir la aprobación de los auditores.

 

Una jornada de calma

La aceptación de los bancos al canje de deuda propuesto por el Gobierno llevó calma a los mercados. Con la seguridad de contar con los 12.500 millones de dólares en títulos públicos que poseen las entidades financieras, a los que seguramente se añadirán 15.000 millones de las AFJP, el riesgo país mejoró 67 puntos, hasta ubicarse en los 2961. El Global 2008, el bono “referente”, subió 0,5 por ciento. Dada la mayor tranquilidad financiera, el call cayó del 45 al 33 por ciento anual.
La jornada de ayer fue atípica debido a que las operaciones en Wall Street se clausuraron tres horas y media antes de lo habitual por un feriado parcial. En este contexto, las operaciones con títulos públicos y acciones argentinas fueron escasas: en papeles empresarios, de apenas 6 millones de pesos. En el grupo de las líderes, sobresalieron las subas de Telecom, 5,7%; Repsol YPF, 3,2%; Acindar, 3,2%; e Indupa, 2,85%.

 

S&P no castigó a la Ciudad

La agencia internacional de riesgo Standard & Poor’s, que resulta el terror del equipo económico por sus constantes críticas, difundió una serie de recalificaciones a algunos distritos del país. Por caso, la nota adjudicada a la Ciudad de Buenos Aires se mantuvo en “raA”, según informó a través de un comunicado la oficina de prensa del Gobierno porteño. Asimismo, la comunicación emitida por el gobierno porteño señala que la calificadora estadounidense bajó la nota de las provincias de Buenos Aires, Mendoza y Córdoba. Según se precisa, Standard & Poor’s mantuvo la calificación de Buenos Aires, “reconociendo su alta flexibilidad financiera y fiscal, el hecho de su dependencia de las transferencia federales es sólo marginal y su adecuado perfil de vencimiento”. Por su parte, las notas de las provincias obedecen a que Standard & Poor’s sostiene que “las calificaciones de los gobiernos provinciales en Argentina continúan siendo negativamente afectadas por una coyuntura macroeconómica adversa y a la severa contracción del mercado de crédito local”.

 

LA INDUSTRIA DE LA CONSTRUCCION, POR EL PISO
Ni un ladrillo sobre otro

La actividad de la industria de la construcción registró una caída bruta del 17,1 por ciento en octubre respecto de igual mes de 2000, cifra que se eleva al 18,1 en términos desestacionalizados. Así, en los primeros 10 meses del año la actividad acumula una baja del 7,2 por ciento. Con estos valores el Indicador Sintético de la Actividad de la Construcción (ISAC) se ubicó, con 85,8 puntos, en su nivel más bajo desde que se registra la serie y a valores similares a los de julio de 1995.
La importante y persistente caída del ISAC en términos absolutos –85,8 puntos en un indicador que tiene base 100 en 1993, y que llegó a un techo de 140,9 en mayo de 1999– se agrava si se la considera en términos relativos, es decir de producto sectorial per cápita. Si bien se trata de una de las actividades más dependientes de la evolución del mercado interno, aunque en la Argentina también este fuertemente determinada por el gasto público, el nivel piso muestra que la demanda ha caído incluso en los sectores de mayores ingresos que mantuvieron la demanda en los últimos años.
En el ámbito de las empresas, al igual que ocurre en otros sectores de la producción, hace ya dos meses que se evidenció la profundización en la cadena de pagos lo que aumentó significativamente las quiebras. En tanto, no son pocos los casos de las constructoras de menor tamaño, poco vinculadas a la obra pública, que tienen afectado el capital de trabajo por la casi total retracción de las ventas de inmuebles nuevos. En el sector de las grandes empresas, cuyo principal cliente es el sector público, la retracción también es fuerte. Sin embargo, aunque son cada vez más quienes perdieron las esperanzas en la reactivación que produciría el Plan de Infraestructura, entre algunos todavía queda una luz de esperanza.
La encuesta cualitativa que refleja las expectativas sectoriales muestra que las perspectivas para noviembre son desfavorables para todas las empresas, aunque algo más para las vinculadas a la obra privada. Así, entre las firmas que se dedican principalmente a las obras públicas las expectativas de caída de actividad para noviembre alcanzan al 58,5 por ciento de las encuestadas, mientras que entre quienes se dedican principalmente a la construcción privada, la prospección negativa alcanza al 69 por ciento. En cuanto a la posibilidad de incorporar nuevos bienes de capital por parte de las empresas que actualmente tienen obras en marcha, la previsión es nula entre quienes realizan obras privadas y del 5,8 por ciento entre las que se dedican a la obra pública. Este porcentaje incluye, según el Indec, “herramientas varias y desarrollo informático”.
Los datos sobre la perspectiva de mantener el actual nivel de personal ocupado acompañan la prospección negativa que se refleja en el conjunto de la actividad. El 67,8 por ciento de las empresas cree que deberá reducir su personal, mientras que sólo espera un incremento el 3,2 por ciento.
En tanto, la superficie a construir registrada por los permisos de edificación para obras privadas en una nómina representativa de 42 municipios, mostró durante el mes de octubre una significativa baja del 41,2 por ciento en la comparación interanual. Con este dato, los primeros 10 meses de año acumulan una caída del 11,6 por ciento.
Las ventas de insumos consideradas para la construcción del ISAC de octubre muestran variaciones negativas en la mayoría de los casos. En hierro redondo para hormigón la caída fue del 21,8 por ciento, en cemento del 20,4 por ciento, en pinturas del 21,6, en asfalto del 11,2 y en pisos y revestimientos cerámicos del 6,5 por ciento. Solo la demanda de ladrillos huecos creció el 5,2 por ciento, un crecimiento que es meramente circunstancial.

 

Concursos en niveles record

La continuidad de la recesión volvió a impactar en los indicadores de riesgo crediticio. Durante octubre, los concursos registraron un considerable aumento involucrando a algunas grandes empresas. En tanto, las demandas por falta de pago de créditos para el consumo se mantuvieron en niveles altísimos. Con 194 casos, en octubre se produjo el récord histórico de concursos preventivos abiertos en los tribunales de la Capital, según la Central de Riesgo Crediticio Experian. Entre ellos, hubo cuatro casos de grandes empresas e instituciones con importantes pasivos. El Correo Argentino reconoció una deuda de 763 millones de pesos, la firma de indumentaria Gatic presentó un pasivo de 448 millones; en tanto Osmata, la Obras Social de los Mecánicos, registró deudas por 55,6 millones y Smata, la de los Mecánicos del Transporte Automotor, lo hizo por 27 millones. La comparación de octubre respecto a igual mes de 2000 muestra un crecimiento del 34 por ciento. En tanto, las quiebras sumaron 88 casos y las demandas por falta de pago de créditos al consumo 13.991, un 42 por ciento más que en octubre de 2000.

 

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