El jefe de Gobierno porteño,
Aníbal Ibarra, puso ayer en funciones a los nuevos secretarios
que lo acompañarán en su gabinete: Alfredo Stern, en Salud,
y Gabriela González Gass, en Promoción Social. Se
pueden hacer muchos discursos, hablar y pensar mucho sobre cómo
volver a recuperar la confianza en la política, pero la única
forma de lograrlo es hacerlo con hechos, advirtió Ibarra
durante el acto de rigor, en el cual asumió también como
subsecretario de Seguridad Enrique Carelli.
La jura de Stern y de González Gass marcó como contrapartida
el punto final de la tarea que hasta ahora venían desarrollando
en la administración porteña Aldo Neri y Daniel Figueroa.
El cambio en la Secretaría de Salud era obligado: Neri debe ocupar
la banca de diputado que ganó como candidato de la Alianza en las
elecciones del pasado 14 de octubre.
El reemplazo en Promoción Social, en cambio, fue producto del deseo
de Ibarra de darle mayor impulso a su administración en ese rubro.
Figueroa figuraba desde hace tiempo entre los candidatos a ser relevados
del gabinete porteño a raíz de su desgaste tras cinco años
de gestión en esa área, primero como subsecretario y después
como secretario.
Las modificaciones realizadas por Ibarra en nada alteran el equilibrio
entre el radicalismo y el Frepaso dentro de su gabinete: los dos que llegan,
como los dos que se fueron, son radicales. González Gass es alfonsinista
igual que Neri; Stern es un radical de Ibarra, según
la definición que dan en el propio radicalismo, ya que no responde
a ninguna línea interna de la UCR y su elección para la
Secretaría de Salud fue decisión exclusiva del jefe de gobierno
por sugerencia de los frepasistas de esa área. Stern tiene entre
sus antecedentes haber ocupado ese mismo cargo en Vicente López
junto al intendente Enrique Japonés García.
En el mismo acto de jura de Stern y González Gass quien anteayer
presentó la renuncia a su banca de legisladora porteña,
Ibarra puso en funciones a Carelli en reemplazo de Eduardo Thölke,
a quien la semana pasada le pidió la renuncia por haber dicho que
la Policía Federal se financiaba con dinero de la prostitución.
Carelli se desempeñaba hasta ayer como jefe de asesores del secretario
de Seguridad, Facundo Suárez Lastra. La ceremonia se completó
con las juras de Alfredo Vidal, como subsecretario de Servicios de Salud,
y de Pablo Mazza, como subsecretario de Gerenciamiento Estratégico
de esa misma área.
Al poner en funciones a sus nuevos colaboradores, Ibarra convocó
a todos sus funcionarios a seguir trabajando mucho más, porque
no alcanza con lo hecho. Es necesario que nos pongamos nuevos objetivos,
pongamos muchos más esfuerzos y que tensemos las cuerdas de la
gestión. También remarcó que para recuperar
a la política hay que hacer que la gente sienta que quienes
la representan en la función pública le modifican para bien
la vida y le sirven para algo.
Ibarra estuvo acompañado por su esposa, Marcela Heiss, y además
de los funcionarios porteños participaron de la ceremonia el intendente
García; el jefe de la Policía Federal, Rubén Santos;
el titular del Banco Nación, Enrique Olivera; el senador Leopoldo
Moreau; y el senador Pedro del Piero.
DIATRIBAS
RADICALES PARA CAVALLO Y SANTIBAÑES
Apoyo crítico a De la Rúa
En el debate hubo todo tipo
de críticas hacia Domingo Cavallo y hasta calificativos nefasto
(José) López Rega moderno para el ex jefe de la SIDE,
Fernando de Santibañes. Pero finalmente primó el espíritu
radical y la Convención Nacional de la UCR se encaminaba anoche
a emitir un documento de apoyo crítico al Gobierno
con severos cuestionamientos a la actual política económica.
En el mismo texto, los radicales tenían resuelto manifestar su
rechazo absoluto a la pretensión del PJ de hacerse
cargo de la presidencia provisional del Senado.
El espíritu es de apoyo a la gestión de gobierno,
pero se pone énfasis en ampliar el consenso, anticipó
el gobernador de Entre Ríos y titular de la Convención,
Sergio Montiel, sobre el pronunciamiento que los delegados radicales de
todo el país discutían al cierre de esta edición.
Montiel adelantó también que habrá profundas
críticas a lo que pasa en la economía porque queremos más
énfasis en lo social, en la educación, en las economías
regionales y en las pymes. Así, por ejemplo, en el documento
se dejaría en claro el desacuerdo del partido con la privatización
del PAMI y nuevos ajustes en salarios o jubilaciones.
Aun antes de que empezara, en las declaraciones de los principales dirigentes
partidarios ya podía vislumbrarse que la administración
de Fernando de la Rúa no sería bien calificada por la Convención
Nacional de la UCR. Quisiera creer que el Presidente se está
refiriendo al sector de la sociedad que tiene capacidad económica
para gastar un poco más y no lo está haciendo. Con toda
sinceridad, no creo que se esté refiriendo al asalariado o al desocupado
que está viviendo no momentos difíciles, sino tremendamente
difíciles, dijo de hecho el flamante titular del radicalismo,
Angel Rozas, a propósito de la exhortación de De la Rúa
a los argentinos para que se pongan las pilas y empiecen a
gastar.
Puertas adentro del Centro Asturiano de Vicente López donde
deliberaron 225 de los 348 convencionales radicales de todo el país,
las posturas más duras fueron, como era previsible, de los representantes
bonaerenses. Fue el senador Leopoldo Moreau quien comparó a De
Santibañes con López Rega y también acusó
al grupo diminuto que toma las decisiones en el gobierno de
haber ido minando cada vez más con sus decisiones erradas
la autoridad del Presidente.
El debate de los convencionales se tornó por momentos durísimos
en lo referido al Gobierno, especialmente a la hora de cuestionar el modelo
conservador según fue tildado que impulsa
De la Rúa. Como era de esperar el más criticado fue Cavallo.
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