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El otro lado de una estrella

Judy Garland y su complicada
vida privada detrás de las luces de la fama, temas centrales de una miniserie que Hallmark emitirá
hoy y mañana desde las 18.

Enojo: �No tengo por qué aclarar que soy una persona normal. Me levanto a las 7 para llevar a mi
hijo al colegio, y a las 10 me
pongo a trabajar, a escribir�.

Por Verónica Abdala

El hombre salió tembloroso del baño del hotel en el que se alojaba en Londres y caminó hasta el teléfono. Marcó el número de Scotland Yard y balbuceó con dificultad: “Escuche. Mi nombre es Mi-
ckey Deans. He encontrado a mi esposa tirada en el piso del baño. Creo que está muerta”. Un médico confirmó la sospecha (la mujer había fallecido a causa de una sobredosis de barbitúricos), y no había dudas de que ésa era una noticia que conmocionaría a la prensa internacional: se trataba de la muerte de la actriz y cantante Judy Garland, una de las figuras más preciadas de Hollywood de los años cuarenta y cincuenta y una de las estrellas de la historia del Music Hall.
Al momento de morir, Judy, de 47 años, había filmado 40 películas y había integrado 30 shows televisivos. Sus participaciones en espectáculos teatrales y actuaciones en clubes nocturnos sumaban más de mil, y había grabado un centenar de discos. Tenía tres hijos –entre ellos, Liza Minnelli, fruto de su matrimonio con Vincent Minnelli, uno de los productores y directores más famosos de la época– y se había casado cinco veces. Finalmente, había perdido la pulseada contra los excesos y los desequilibrios emocionales.
Esa historia, la de la intimidad de esta artista cuya imagen quedaría perpetuada en la de aquel personaje que la lanzó a la fama –Dorothy, la protagonista de El Mago de Oz (1939)–, es la que se propone narrar la miniserie La vida de Judy Garland (“Me and my shadows”), que se verá hoy (la primera parte) y mañana (la segunda) a las 18, por Hallmark Channel. La miniserie está basada en la novela que escribió una de las hijas de Garland, Lorna Luft, y en la que ésta revela aspectos domésticos de la vida de su madre. La vida de Judy... retrata a la artista como una mujer sufrida, de carácter fuerte y decisión inquebrantable, pero que no fue capaz de tolerar las presiones que le impusieron el éxito y la fama. El encanto de su voz había cautivado a un productor de Hollywood cuando Judy tenía tan solo trece años. Seis meses después, se había convertido en la consentida del presidente de la Metro Golden Mayer, Louis Mayer. Y tres años más tarde, filmaba El mago de Oz (que en su momento batió records de taquilla), grababa una de las canciones más populares del siglo XX, Detrás del Arco Iris, y estampaba su marca en el Paseo de la Fama de Hollywood. En la intimidad de su hogar, también empezaba a padecer los efectos de las exigentes cláusulas del contrato de la MGM, que, entre otras cosas, le prohibía aumentar siquiera levemente de peso. Esta especificación fue, puntualmente, la que la llevó a consumir drogas con peligrosos efectos secundarios (como las anfetaminas). El reverso de la imagen que se veía en escenarios en pantallas era, según muestra el telefilm, el de una muchacha que se iniciaba en una autodestrucción progresiva. Es en este contraste que se concentra esta producción para televisión: detrás del arco iris, de su imagen pública, Judy estaba lanzada a un deterioro que no podía manejar y que no tendría retorno.
Apenas un año después de haber filmado El mago..., tomaba píldoras para adelgazar, para dormir y para despertarse. Su vida privada se había convertido en una pesadilla: su salud era cada vez más precaria (llegaría a consumir hasta cuarenta tabletas diarias), y sus crisis depresivas, los despojos de lo que alguna vez había sido la diva. Las sucesivas internaciones en clínicas psiquiátricas y los fallidos tratamientos a los que fue sometida en los veinte años posteriores no harían sino empeorar su estado general, en una espiral que la llevaría a sufrir sin respiro, hasta el momento de su muerte.

 

El reparto

Las actrices Tammy Blanchard y Judy Davis (una de las musas de Woody Allen, quien la incluyó en Maridos y esposas, Celebrity, Deconstructing Harry) protagonizan esta miniserie para televisión, dirigida por Robert Ackerman. La primera encarna a la actriz en su juventud, la segunda en la madurez. Completan el elenco Victor Garber, como Sid Luft, Hugh Laurie, como Vincent Minnelli, y Marsha Mason, como la madre de Judy, Ethel Gumm. La vida de Judy Garland obtuvo 13 nominaciones para la última entrega de los premios Emmy, que se entregaron en setiembre.

 

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