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Para la familia, las condiciones
del Geba favorecieron el crimen

El abogado del caso
Gandiaga denunció que en el club hay irregularidades que crearon el escenario para la muerte de la maestra.

Según la denuncia, las obras del Geba no estaban habilitadas.
Tampoco había vigilancia, pese a que ya habían ocurrido robos.

Por Carlos Rodríguez

”Si Fabiana (Gandiaga) no se hubiera perdido dentro del club Geba, nunca hubieran ocurrido ni el crimen ni la violación.” El abogado Juan José de Valle justificó a Página/12 el pedido de la familia de Gandiaga para que se realice una investigación administrativa –paralela a la causa penal– sobre cuestiones relacionadas con la habilitación de las instalaciones y obras del club Gimnasia y Esgrima de Buenos Aires (Geba). Los primeros informes oficiales aportan datos desfavorables para el club: las reformas nunca fueron habilitadas por la Dirección de Fiscalización de Obras y Catastro (de existir autorización habría sido vallado el sector al que Fabiana fue llevada engañada por sus victimarios), no hay ninguna señalización que guíe al que visita el club (esa falencia y la complejidad del edificio hicieron que Fabiana se perdiera) y meses antes del hecho se dejó de contratar policía adicional, a pesar de que ya se habían producido robos y casos de amenazas o lesiones. Ahora, después de lo ocurrido, volvieron los servicios adicionales de la Federal.
Los pedidos de informes fueron requeridos por la Defensoría del Pueblo de la Ciudad de Buenos Aires, a solicitud de Andrés Cabana, el viudo de Fabiana Gandiaga. Obras y Catastro confirmó mediante un escrito que los inspectores detectaron “modificación de obras al frente de Bartolomé Mitre 1165 que no cuenta con letrero ni exhibe permiso de obra”. Esto sería imposible, ya que la Dirección no recibió ningún pedido en ese sentido.
Dada las falencias encontradas, el 20 de noviembre se hizo una intimación para que el club hiciera su descargo en 48 horas, pero hasta ayer no se había obtenido una respuesta, según informó a este diario Gustavo Lesbegueris, defensor del pueblo adjunto de la ciudad. La misma Dirección, en otro informe, dejó asentado que el edificio de Geba, con entradas también por Bartolomé Mitre 1149 y Perón 1154, cuenta con seis ascensores y un montacargas que no recibirían mantenimiento autorizado desde julio del año 2000.
La empresa conservadora habilitada, cuyo titular es Héctor Castoldi, aclaró que cumplió el servicio entre mayo de 1998 y julio de 2000. Luego “no hay constancia alguna del ingreso de otra empresa que realice la conservación de las máquinas”, dice el informe de Obras y Catastro firmado por Angel Rodríguez, del sector Control y Trámites de Conservación. El dato tiene su importancia, dado que Fabiana Gandiaga se extravió dentro del club, en buena medida, porque trató de regresar al sexto piso –donde su hijo participaba de un torneo de taekwondo– y se perdió, porque tuvo dificultades para encontrar un ascensor que funcionara.
La Defensoría consultó también a la comisaría tercera de la Policía Federal, con jurisdicción en la zona. El comisario Carlos Eugenio Minervini, a cargo de la seccional, hizo saber que Geba “desde el año pasado no contaba con Servicio de Policía Adicional, pero desde la ocurrencia de los hechos se contrató nuevamente dicho servicio”. En los últimos cinco años se habían reportado en esa comisaría siete denuncias por delitos que involucraron al club: dos casos de robo, dos por hurto, uno por daño, uno por amenazas, otro por daños y otro por lesiones por imprudencia o negligencia.
El abogado De Valle le dijo a este diario que la presencia policial en la puerta “podría haberle puesto un freno al accionar de los autores del hecho”. Además del retorno de la policía adicional, ahora las autoridades de Geba instalaron dentro del edificio un circuito cerrado de televisión en los pasillos y en las principales dependencias. El fiscal adjunto Lesbegueris informó que el 20 de octubre, cuando ocurrieron los hechos, “no había señalización que indicara correctamente las salidas y el lugar donde se realizó el torneo de taekwondo”.
De Valle sostuvo que las primeros datos reunidos por organismos oficiales “están señalando irregularidades que contribuyeron a que pasara lo que finalmente pasó”. El abogado de la familia Gandiaga recordó que el edificio de Geba es “un elefante blanco dividido en tres sectores: el dela calle Perón, el del medio, y el de Mitre”. La tarde del crimen, Fabiana Gandiaga “estuvo media hora buscando cómo llegar al gimnasio del sexto piso”, según declaró en la causa una amiga que la acompañaba esa tarde. Cuando salió del gimnasio para comprar una gaseosa “usó la misma puerta por la que entró (hay dos) y de todos modos se perdió, lo que fue aprovechado por los asesinos”, que la llevaron con engaños hacia el lugar donde se realizan las obras de remodelación no habilitadas.
Los tres núcleos del edificio sólo se comunican a través de los pisos segundo, sexto y octavo, mientras que por los otros “es imposible pasar de uno a otro sector; el único lugar que está totalmente conectado es el sótano, mientras que todo lo demás es un verdadero laberinto”. Por eso se considera indispensable la señalización interna, que no existe, salvo para los lugares más habituales, donde se mueven los asociados, que por lo general conocen bien esos caminos. Los resultados de la investigación administrativa no tienen relación con la causa penal, pero tendrán importancia vital en el juicio civil contra Geba.

 


 

UN CHICO APARECIO COLGADO EN UNA COMISARIA
Muerte en un calabozo bonaerense

La relación entre la Bonaerense y los menores sigue en crisis. Ayer, un nuevo caso de muerte se sumó a la interminable serie ya denunciada, que a fines de octubre pasado derivó en el despido del entonces ministro de Seguridad de la provincia, Ramón Verón. En esta ocasión, un chico de 16 años, detenido por robo en la comisaría de Villa Tessei, Hurlingham, apareció ahorcado en su celda. Aunque oficialmente fue informado como un caso de suicidio, el juez de menores interviniente investiga si en realidad el joven recibió algún tipo de ayudita.
El adolescente, cuyos datos no fueron proporcionados, permanecía detenido desde hacía varios días en la comisaría de Villa Tessei, acusado de robo. Ayer, durante la mañana, uno de los uniformados de la seccional descubrió al detenido colgado de una frazada.
El caso recayó en el juez de menores 2 de Morón, Gerardo Frega. El magistrado ordenó la realización de diferentes pericias para determinar si realmente se trató de un suicidio o, si por lo contrario, fue inducido o, sencillamente, asesinado. En el juzgado de Frega se mantenía absoluto hermetismo. La policía, a su vez, insistió en que se trataba de un suicidio.
Las muertes de menores a manos policiales, o estando bajo su custodia, jaquearon al gobierno bonaerense de Carlos Ruckauf, al punto de provocar una crisis ministerial que derivó a fines de octubre pasado en la caída de Ramón Verón, ex jefe policial, luego de que la Suprema Corte provincial difundiera una acordada en la que mencionaba 60 casos de menores muertos en la provincia entre 1999 y este año. Cuatro de ellos, informó la Corte en aquella ocasión, habían muerto baleados por uniformados tras denunciar amenazas, persecuciones y torturas. Se trata del “Monito” Gastón Galván, el “Piti” Miguel Burgos, muertos en territorio de la comisaría 3ª, “La Crítica”, de Don Torcuato, y Fabián Blanco y “el Duende” Juan Salto. Los dos primeros casos fueron denunciados por Página/12 en abril pasado como parte de las actividades de un escuadrón de la muerte y tomados por la Corte en su informe.
En reemplazo de Verón fue designado Juan José Alvarez, ex intendente de Hurlingham –donde ahora ocurrió el nuevo hecho– y ex secretario de Relaciones con la Comunidad durante la reforma de León Arslanian. Apenas asumió, Alvarez se apresuró a tomar el tema de los menores como cuestión de Estado y anunció que “no quiero ni un solo menor en las comisarías”. Ayer, una fuente ministerial aseguró a este diario que el traslado a institutos del Consejo del Menor se encuentra “más trabada de lo que debería ser. En Villa Tessei hay unos 20 menores detenidos. No tendría que haber ninguno”.

 

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