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VALORES CONSERVADORES EN ALZA SEGUN UN ESTUDIO DE SEXUALIDAD FEMENINA
De regreso al único amor

Mientras que en Gran Bretaña un estudio marca un vuelco en los hábitos sexuales y se habla de una �segunda liberación� femenina, en Argentina se afirman valores más tradicionales. En una investigación, una aplastante mayoría de las mujeres dijo haber tenido relaciones con un mismo hombre en los cinco últimos años.

Por Mariana Carbajal

El anhelo de la pareja única y del casamiento por iglesia con el vestido blanco no desapareció entre las mujeres argentinas. Todo lo contrario. Cada vez es mayor, según evalúan las investigadoras Ana Lía Kornblit y Ana María Mendes Diz, del Instituto Gino Germani de la UBA, quienes realizaron el primer estudio sobre conductas sexuales en el país con una muestra representativa en cuatro ciudades: Buenos Aires, Córdoba, Rosario y Mar del Plata. Entre otros hallazgos, el relevamiento encontró que el 97,3 por ciento de las entrevistadas que mantuvieron relaciones sexuales en los últimos cinco años, lo hizo con la misma persona. Apenas el 2,7 por ciento de las mujeres tuvo distintas parejas en ese lapso, contra el 17,3 por ciento de los varones. La profundización de la crisis socioeconómica y la falta de empleo serían las causas del movimiento conservador.
Las investigadoras no detectaron en su relevamiento la mayor liberalidad encontrada en los estudios ingleses (ver aparte). “La diferencia puede responder a la creciente incertidumbre presente en nuestra sociedad, por la crisis socioeconómica, el aumento de la desocupación, la flexibilización laboral, que hacen que frente a tanto desasosiego e incertidumbre, la gente trate de encontrar un espacio de seguridad –estabilidad– en las relaciones afectivas”, consideró Kornblit. “Acá no hubo una segunda liberación femenina. Este desmadre social, con tanta ruptura de los lazos humanos y de la confianza en el otro ha hecho que a pesar de que ha habido un aumento de la autonomía de las mujeres, la feminización de la pobreza no deja tiempo para seguir buscando otras reivindicaciones”, opinó la psicoanalista y terapeuta María Luisa Lerer, representante para la Argentina de la Asociación Mundial de Sexología. A su entender, hoy se dan menos relaciones paralelas por el miedo al contagio del sida y de otras enfermedades de transmisión sexual.

No sabe/no contesta

El estudio en las cuatro ciudades argentinas abarcó a 1215 personas de 14 a 59 años. Kornblit y Mendes Diz fueron dos de sus cinco autores. Del total de entrevistados que mantuvieron relaciones sexuales (1062), el 90 por ciento –hombres y mujeres sumados– mantuvo relaciones con la misma persona. Entre el 10 por ciento que lo hizo con distintas personas, encontraron las siguientes diferencias: el 77,5 por ciento dijo que tuvo hasta 4 parejas sexuales; el 5,6 por ciento de 5 a 9, y el 3,7 por ciento 10 o más. Es interesante destacar el relativamente alto porcentaje de las personas que no contestan cuál fue el número de compañeros/as sexuales que tuvieron: 13,2 por ciento de los encuestados. Pero más interesante aún es el hecho de que la proporción aumenta al 20,4 por ciento entre las mujeres casadas, “lo que hace suponer que existieron ciertos tabúes para hablar del tema, por lo que puede considerarse que los porcentajes no reflejan totalmente la realidad”, aclaró Kornblit, socióloga e investigadora del Instituto Gino Germani de la Facultad de Ciencias Sociales.
“Dónde sí se puede hablar de liberación femenina es en el grupo de mujeres de treinta y pico divorciadas. Ellas sí se plantean el derecho a la sexualidad. Aunque muchas siguen con el anhelo de volver a formar una pareja, también ven ese período de sus vidas como un momento para divertirse, conocer gente, mantener relaciones sexuales sin necesidad de formalizar un vínculo”, evaluó Kornblit. Para la investigadora, los jóvenes actuales son más tradicionales que los de la década del sesenta y setenta: “Hay un mayor anhelo de la pareja única tradicional. La reivindicación de la libertad sexual, el deseo de tener distintas parejas sexuales pero no amorosas, ha disminuido”. Como pequeñas muestras de esta tendencia conservadora señala dos situaciones que le han llamado la atención en el último tiempo. En primer lugar, cada vez más escucha en las aulas de la Facultad de Ciencias Sociales de la UBA que las alumnas se quieren casar por iglesia con el vestido blanco. “En mi época de estudiante, decir eso era una vergüenza. Hoy es cada vez más frecuente”, comparó. El segundo ejemplo que cita es la última jura de graduados de la Facultad de Filosofía y Letras: “Por lo menos un tercio juró por Dios y los Santos Evangelios, algo impensado un par de décadas atrás”, señaló.
Tomando en cuenta el número de veces que los entrevistados en las cuatro ciudades mantuvieron relaciones sexuales por mes, la distribución resultó la siguiente: hasta 4 veces, 28 por ciento; de 5 a 9 veces, 31 por ciento; de 10 a 15 veces, 26 por ciento; y más de 16 veces, 9 por ciento.
El relevamiento indagó también sobre el sexo de las personas con las que mantuvieron relaciones sexuales los entrevistados. El 98,8 por ciento manifestó que las tuvo con el sexo opuesto, el 0,5 por ciento con el mismo sexo y el 0,5 por ciento con ambos sexos. Del estudio surge que el porcentaje de varones que dice tener sexo con parejas del mismo sexo y con ambos sexos es ligeramente superior al de las mujeres: 0,7 por ciento y 0,7 por ciento respectivamente, contra 0,3 por ciento y 0,2 por ciento. El porcentaje de los que afirman mantener relaciones con ambos sexos aumenta en Buenos Aires a 1,4 por ciento y el de los que asegura tenerlas con el mismo sexo crece a 1,2 por ciento en Rosario. “Si bien puede pensarse que ha habido con respecto a esta pregunta ocultamiento en algunas personas de sus prácticas sexuales con el mismo sexo, los resultados son bastante semejantes a los obtenidos en otras dos encuestas hechas en Francia y los Estados Unidos”, aclaró la investigadora.

 

Hoy no, la crisis mata
Por M.C.

“Mientras en el momento de las elecciones del ’99 hubo una eclosión de la esperanza que tuvo como correlato un incremento de los encuentros sexuales, hoy el desaliento, el abatimiento y la depresión generan que de eso ni se hable”, describió la psicoanalista y terapeuta María Luisa Lerer en relación con el impacto de la profundización de la crisis económica en la vida sexual de los argentinos. Lerer es representante para la Argentina de la Asociación Mundial de Sexología y vicepresidenta de la Federación Latinoamericana de Asociaciones de Salud y Educación Sexual.
“Hoy ni se habla de encuentros genitales, lo que abundan en las consultas son los ataques de pánico, los trastornos de ansiedad, la depresión y la falta de alegría”, puntualizó Lerer. “No hay tiempo en el aparato psíquico para el encuentro sexual. Las parejas se encuentran en el amor, el abrazo, la ternura para atravesar juntos esta situación terminal, pero sin encuentro sexual.”
“La frecuencia sexual ha disminuido por el predominio que hay de las preocupaciones cotidianas”, coincidió el médico Juan Carlos Kusnetzoff, director del Programa de Sexología Clínica del Hospital de Clínicas, quien ofreció en esta coyuntura contestar consultas por e-mulle a la siguiente dirección: juanckARROBAvelocom.cm.ar.

 

HABITOS SEXUALES SEGUN UNA ENCUESTA EN 28 PAISES
Con cuántos, cuándo, dónde y por qué

Una encuesta a nivel mundial reveló que en promedio la población tuvo a lo largo de su vida sexual casi 8 parejas con las que mantuvo relaciones sexuales. El 32 por ciento aseguró haber perdido la virginidad antes de los 16 años. La encuesta, realizada en 28 países –ninguno de América del Sur– por la empresa Durex, fabricante de preservativos, asegura que se mantienen relaciones sexuales casi dos veces por semana. Los que más seguido lo hacen son los estadounidenses, una vez cada dos días. Los japoneses, en cambio, apenas si se tocan diez veces al año. Si de elegir se trata, la tercera parte de las mujeres preferiría hacerlo en una playa, y la cuarta parte de los hombres en un jacuzzi.
La encuesta se realizó en 28 países sobre una población total de 18.500 personas de ambos sexos, de entre 16 y 55 años. Al momento de realizarse la consulta, en promedio, los entrevistados reconocieron haber mantenido relaciones con 7,7 parejas a lo largo de su vida sexual. Los liberales estadounidenses superaron ampliamente la media: 14,3 parejas. Los chinos apenas tuvieron 2,1. De todos modos, el 28 por ciento del total de encuestados sólo tuvo y tiene una media naranja. Las mujeres aseguraron que, en promedio, tuvieron 4,6 parejas. Los hombres dijeron que tuvieron 10,7. Los mayores de 45 confesaron 8,7 parejas. Los jóvenes no se quedaron atrás: recorrieron 4,7 con toda una vida por delante.
¿Qué es lo que atrae del otro sexo para formar pareja? El 37 por ciento de los encuestados respondió con un genérico y descomprometido “su personalidad antes que nada”. Casi la quinta parte quedó fascinado con el look. El último de los motivos, juraron y perjuraron, es el del interés económico, que apenas atrajo a 370, aunque la encuesta no aclara la proporción de mujeres y varones. Los/las españoles/las fueron contundentes: la cuarta parte quedó fuertemente conmovido por la imponencia física. Los italianos (el 15 por ciento) mencionó al sex appeal. Y los sorprendentes hindúes sostuvieron que a la hora de la decisión, lo que más pesa es el acento. ¿¡El acento!?
El sexo en pareja ocupó el segundo lugar en la preferencia de actividades. Antes, el 22 por ciento, se mostró más interesado en salir con amigos que en la cruda y agitada actividad sexual. El 19 por ciento puso antes que nada el sexo. El 2 por ciento entre una propuesta concreta y navegar en Internet eligió esto último. El deporte y salir de compras convoca al 20 por ciento (10 para cada rubro). Así está el mundo. Los chinos siguen siendo sorprendentes: casi la cuarta parte (23 por ciento) se queda mirando televisión. Y los hindúes (30 por ciento) trabajando. Los italianos mayoritariamente (38 por ciento) colocaron la actividad sexual como la más importante. Los hindúes (por trabajar todo el tiempo), los taiwaneses (porque salen permanentemente con amigos o porque duermen) y los chinos de Hong Kong (porque van de compras) son los menos interesados en el sexo: apenas el 3 por ciento ubicó la actividad como preferente.
Si se trata de elegir dónde, las mujeres desean hacerlo en una playa (32 por ciento) y en segundo lugar en un spa. A los hombres les dio lo mismo una playa o un jacuzzi (23 por ciento). Rusos y rusas sueñan con acostarse con su pareja en un bosque. Los nigerianos, comprensible, en una pileta de natación. El 5 por ciento del total consideró la posibilidad de la mesada de la cocina, otro tanto los que añoran un vuelo aéreo.
La encuesta de Durex no incorporó a Argentina en la encuesta. Domingo Cavallo, y el Plan Candado desde hace unos días, indican que la actividad sexual de los argentinos también fue devaluada.

 


 

En Gran Bretaña ven una segunda liberación sexual

Por Sarah Boseley*
Desde Londres

Las mujeres británicas están experimentando una segunda liberación sexual, tan controvertida como la de los sesenta. Cuarenta años después de que la píldora las liberó del miedo a un embarazo no deseado, una nueva generación está cambiando de compañero sexual con una frecuencia que solía ser patrimonio sólo de los varones. El segundo estudio a nivel nacional realizado en la historia británica, que acaba de ser publicado en la revista médica Lancet, muestra que en los últimos diez años tanto hombres como mujeres han elegido dormir con más gente que nunca antes, pero el aumento es particularmente alto entre las mujeres. Los datos coinciden con otros estudios europeos.
Entre los jóvenes de entre 16 y 24 años hoy, el 19,7 de los varones y el 14,6 por ciento de las mujeres ya ha tenido diez o más compañeros sexuales. Entre las mujeres de 25 a 34, la proporción con diez o más compañeros se eleva al 22,7. Esa cifra es más alta que la de las mujeres diez años mayores, el grupo de 35-44 años, con un 19,4 por ciento.
No sólo la gente más joven está teniendo más parejas heterosexuales, sino que más gente está experimentando relaciones homosexuales: uno en 19 hombres y una en 20 mujeres. Y los comportamientos que pueden conducir a contraer enfermedades infecciosas están en alza. Más hombres están pagando sexo: uno en 23 en los últimos cinco años, lo que en Londres se eleva a 1 cada 11.
Anne Johnson, profesora de Epidemiología en La Universidad College, de Londres, y autora de uno de los tres estudios publicados, dice que los cambios en las actitudes sociales fueron en parte la razón para la explosión sexual. “Nos hemos convertido una sociedad más tolerante y menos homofóbica. Censuramos menos las relaciones de una noche, pero somos más intolerantes en torno del sexo fuera de las parejas estables. Una alta proporción piensa que la infidelidad en una relación de cohabitación está mal.”
La televisión y las películas que muestran mujeres que tienen parejas sexuales cambiantes jugaron un rol significativo en volver más “respetable” el tener más de una relación sin ser considerada “una cualquiera”, dijo. “Somos más abiertos, honestos y tolerantes como sociedad en términos de relaciones sexuales que hace diez años”, afirmó Johnson.
El sexo aumenta y también las infecciones trasmitidas sexualmente. El servicio de salud pública de Gran Bretaña dio a conocer estadísticas según las cuales los casos de gonorrea, sífilis y clamidia se han duplicado en los últimos cinco años.
Un segundo trabajo publicado en Lancet a partir del estudio de 11.000 hombres y mujeres entre 16 y 44 años encontró que, tomando un momento determinado, uno de cada diez adultos tenía una infección transmitida sexualmente. La más común es la clamidia. La mayoría de los hombres y las mujeres infectados no notan ningún síntoma, pero puede dañar las trompas de falopio de una mujer y es ahora una de las razones más comunes de la infertilidad. Los investigadores realizaron análisis de orina y descubrieron que uno de cada 33 adultos jóvenes de ambos sexos entre 18 y 24 años está infectado con clamidia y casi ninguno tenía idea.
Los chicos y chicas están teniendo su primer encuentro sexual más temprano que antes, descubrió un tercer trabajo. Un cuarto de las mujeres y casi un tercio de los varones habían tenido la primera relación antes de los 16. El promedio de iniciación bajó drásticamente en medio siglo, de 21 años en los 50 a 17 en los 80 y 16 en el nuevo milenio.
Significativamente, muchas mujeres jóvenes desearían haber esperado más. Cuatro de cada cinco chicas y dos de cada cinco varones entre 16 y 25 que se iniciaron a los 13 y 14 lo lamentaron. “Muchos parecen tener relaciones en circunstancias que no son las ideales”, dijo Kaye Wellings,director del centro de investigaciones en salud sexual de la facultad de Higiene y Medicina Tropical de Londres.
Aunque el 80 por ciento afirma haber usado un condón la primera vez que tuvo relaciones sexuales, la proporción fue baja entre los más jóvenes. La mayoría de los chicos dijo que obtiene la mayor parte de su información sexual de la escuela. Entre quienes contaron haberla recibido de amigos o de sus padres era más frecuente que se hubieran iniciado antes.
Jan Barlow, ejecutiva de la clínica Brook, dijo que las buenas noticias sobre el aumento en el uso del condón y el éxito de la educación sexual en la escuela ocultaba una realidad más oscura. Para muchos jóvenes es difícil tener acceso a una información libre y confidencial sobre sexo y anticoncepción, afirmó, lo que se refleja en las altas tasas de embarazo adolescente.
“Aunque los estudios indican un cambio que apunta a una visión más tolerante en materia de sexo en los últimos diez años, creemos que este cambio no se ve cuando el sexo involucra a los más jóvenes. Sigue habiendo un clima de miedo, casi un tabú, en torno a los chicos y el sexo, que actúa como barrera para un debate sensato.”

* De The Guardian de Gran Bretaña. Especial para Página/12.

 

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