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ISRAEL ROMPE CONTACTOS CON ARAFAT TRAS MAS ATAQUES
Cuenta regresiva de Sharon

La sombra de una represalia en gran escala 'planeaba anoche sobre la Autoridad Palestina después que Israel rompiera contactos con Yasser Arafat luego de
tres nuevos atentados en Cisjordania y Gaza.

Israel decidió anoche romper todo contacto con el presidente palestino Yasser Arafat, en un signo de que puede estar en marcha una operación de represalia de grandes proporciones. La decisión del gabinete de seguridad retringido vino después que militantes palestinos atacaran un ómnibus de colonos judíos anoche disparándoles a los atrapados pasajeros y a los grupos de rescate con armas de fuego, matando a 10 personas e hiriendo a 30. El ejército israelí dijo que los militantes hicieron estallar al colectivo civil al detonar dos bombas sincronizadas mientras el vehículo ascendía la empinada ruta hacia Emanuel –un asentamiento ultraortodoxo de alrededor de 3000 personas–. Momentos más tarde, al menos tres hombres dispararon desde las colinas y comenzaron a tirar granadas de mano hacia el colectivo. Los ocupantes de un vehículo cercano también resultaron heridos cuando la ola expansiva lo hizo desbarrancar del sinuoso camino. Un atacante palestino y los dos kamikazes también murieron. Presionado por el gobierno de Ariel Sharon, por la Casa Blanca y la Unión Europea –que en un cambio de actitud reclamó medidas enérgicas para con los grupos extremistas palestinos–, Yasser Arafat dio anoche la orden de cerrar las oficinas de Hamas y de la Yihad Islámica en Gaza y Cisjordania.
Pocas horas después del ataque al colectivo, Dore Gold, consejero del premier Sharon, dijo que la represalia era inevitable. La respuesta de Israel no tardó en llegar, con aviones F-16 disparando contra las instalaciones de seguridad en Gaza. Los primeros informes establecieron que los aviones tiraron dos bombas cerca de la residencia costera de Arafat y una cerca de una instalación naval. Sharon reunió anoche a su gabinete de seguridad para definir el curso de acción a seguir. También hubo presiones sobre el líder palestino por parte de Washington –con la Casa Blanca condenando el ataque y pidiendo a Arafat que termine con los atacantes y los suicidas–. Sin embargo, hubo reivindicaciones conflictivas de la responsabilidad por el ataque al ómnibus por parte de tiradores ostensiblemente leales a Arafat: la Brigada de los Mártires de al-Aqsa y del grupo islámico integrista Hamas, así como la propia facción Al Fatah de Arafat. La policía identificó a uno de los que disparó como miembro de Hamas. En un comunicado del primero de esos grupos, se afirmó que el atentado fue “en respuesta a los ataques, a los asesinatos, a los secuestros y a las detenciones dirigidas contra nuestros combatientes en Hebrón, en Jan Yunes y en Tulkarem”. Y advirtieron: “Vamos a seguir poniendo bombas y disparando contra quienes nos disparan”, añade el comunicado.
Mientras la televisión mostraba a los heridos siendo trasladados en ambulancias en un lento y peligroso viaje por las colinas hacia el hospital de Cisjordania, los analistas se preguntaban qué pasará en los próximos días. ¿Sharon lanzará ahora su guerra para terminar con Arafat o Washington lo detendrá? El momento elegido para lanzar los ataques es provocativo; apenas un día después de que el enviado norteamericano a la región, el general Anthony Zinni, llamara a Israel y a los palestinos a una tregua de 48 horas para darle una oportunidad al cese de fuego. En cambio, estos hechos conspiran contra su llamado.
El día comenzó con helicópteros artillados disparando dos rondas de misiles a un campo de refugiados en Gaza, matando cuatro militantes, e hiriendo alrededor de 20. Horas más tarde, cinco tanques israelíes penetraron en la ciudad cisjordana de Jenin. Al anochecer hubo un doble ataque suicida de palestinos miembros del grupo Hamas, en lo que resultó el peor acto de salvajismo en las calles de Cisjordania desde el comienzo de la Intifada hace 14 meses.
Luego de meses de disparar contra vehículos en movimiento de colonos judíos, el ataque del colectivo de anoche resaltó por su audacia y sofisticación. La televisión israelí dijo que soldados israelíes mataron a uno de los atacantes pero dos huyeron en la oscuridad. El conductor de la ambulancia Yaakov Rozenblatt dijo que atravesó fuego mientras se acercaba al colectivo. “Fui al lugar para traer aquí a los heridos” dijo desde unacama de hospital en Tel Aviv. “Pero ellos también me hirieron”. Más o menos a la misma hora, en Gaza, segunda ala del dividido reino de Arafat, dos suicidas se inmolaron en un auto en el asentamiento de Gush Katif, matándose e hiriendo a cuatro israelíes. Resulta improbable que la furia de Israel ante el ataque del colectivo sea apagada con la ritual condena de los funcionarios de Arafat. El hecho de que ese ataque fuese reivindicado por un grupo leal a Arafat va a reforzar la convicción de la derecha israelí de que el líder palestino no quiere o no puede reprimir la violencia y debería ser derribado.
De hecho, el parlamentario Tzvi Hendel, de la ultraderechista Unión Nacional, exigió la entrada de las tropas israelíes en las “zonas A” -bajo control de la AP–. “Si no devolvemos las ‘zonas A’ al control del Ejército y nos deshacemos de Yasser Arafat, Sharon debe tener claro que estamos fuera del Gobierno”, advirtió el parlamentario, que reside en un asentamiento judío en Gaza.

 

Claves

Israel decidió romper todos los contactos con el líder de la Autoridad Palestina, Yasser Arafat, por “no hacer nada contra el terrorismo”, aseguró un alto responsable israelí. El funcionario sostuvo que “de ahora en adelante, Israel se defenderá por sus propios medios”.
Previamente, extremistas palestinos habían atacado ayer un ómnibus en el que viajaban colonos israelíes. Diez de ellos murieron y 24 resultaron heridos. Tras la detonación de dos bombas, tres palestinos dispararon contra los pasajeros que se estaban atrapados. En Gaza, dos suicidas se inmolaron en un auto: cuatro israelíes resultaron heridos.
Estos atentados se produjeron un día después de que el enviado norteamericano Anthony Zinni llamara al gobierno israelí y a los palestinos a una tregua de 48 horas para tratar el cese de fuego.

 

HUBO CUATRO ARRESTOS EN FRANCIA
La ETA sin santuario

La policía francesa cambió a una modalidad activa contra la organización separatista ETA. El arresto de ayer a cuatro presuntos miembros de la guerrilla vasca en la localidad de Auch (sudoeste francés) no fue para nada fortuito, porque Francia comenzó a tomar cartas en el asunto desde que sus propias fuerzas del orden empezaron a ser blancos de la ETA. Ayer trascendió que dos de los detenidos son hombres muy buscados por España por contar con unos largos prontuarios recogidos de sus servicios prestados a la guerrilla: Juan Ramón Carasatorre Aldaz y Lete Alberdi. Junto al dúo, también fueron detenidas dos mujeres, presuntos miembros de la organización. Este arresto viene precedido de otros ocurridos recientemente, en consecuencia de la nueva modalidad de la ETA de atacar policías franceses pero, sobre todo, porque Francia cambió su política de hacerle la vista gorda a la guerrilla.

 

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